Partida Rol por web

Intento buscar el origen de ambos flujos, sobre todo el más potente, que será probablemente el más reciente y el que podría darnos más información. 

Era una señal muy fuerte y había algo extraño en ella: estaba en movimiento. Pero Hékate comprendió muy pronto algo sobre esa señal y es que era demasiado fuerte para ella. Si insistía en intentar absorberla o identificarla era probable que acabara tomando ella el control.

¿Iba a arriesgarse Hékate?

-Entiendo.

Hizo varias anotaciones pero allí había muy poca cosa de interés. 

-¿Alguna visita fuera de lo común?Aparte de la señorita Devereux, ¿otros modelos?¿Tratantes de arte?¿Alguien más el día del crimen?

Hékate seguía deambulando por la casa como si estuviera borracha hasta que de pronto, trastablillea y tiene que agarrarse a un mueble para no caer al suelo. Su cuerpo sufre un espasmo y gime, posiblemente de dolor y su rostro reflejaba una lucha interna extenuante. 

Hékate no recordaba haber encontrado en toda su vida como medium una presencia tan poderosa. Tan grande era su aura que la deslumbraba. Por un lado, la posibilidad de dominar a una presencia tan poderosa le resultaba embriagadora, seductora. Por otra, sabía que correría el riesgo de perder el control una vez estableciese el vínculo si no conseguía dominar esa presencia. El peligro que entrañaba de ser poseído por un ser desconocido, cuyas intenciones no conocía, era evidente. Pero la mujer no pudo resistirse ante semejante oportunidad. Así que canalizó su espíritu a través del velo, e intentó dominarlo. La sensación era como la de una persona que bucea a pulmón hacia las profundidades sin saber donde está el fondo y sin asegurarse oxígeno para la vuelta. Y justo en el instante en que lo hizo, deseó no haberlo hecho. 

No has llegado hasta aquí por arriesgarte de esta forma a la primera de cambio, imbécil. 

Sin embargo, cruzó el velo sin problema, lo que le permitió sentir la presencia en toda su magnificencia ¿Qué era aquello? Decididamente ni ella, ni nadie con quien hubiese hablado sobre el otro lado, había encontrado nada semejante. Ya no sentía su cuerpo. Todo su ser estaba canalizado a través de su espíritu, entregado a una sola misión. 

Iniciado el vínculo espiritual, su propia alma recorrió esa presencia conjugándose con ella y al menos de momento, parecía que todo iba bien. Sintió que tenía el control.
 

Dominique fotografió el signo que había surgido gracias al vapor de agua en el espejo. No estaba convencida de que más tarde se viera bien al introducir la fotografía en el ordenador, así que se tomó un tiempo para tratar de replicarlo en su cuaderno de notas. No era una excelente dibujante, pero el signo tampoco era tan complejo.

- Un círculo central del que salen tres sucedáneos de hélice... - Se dijo a si mismo. - ¿El signo amarillo?¡Tengo que mirarme esos informes de las investigaciones relacionadas!

Una vez hubo concluido con aquello salió del baño. Quería buscar algo similar a un diario, una carta, anotaciones en alguna hoja... eso les podía ser de utilidad. Por ello se acercó a la cama y miró en los cajones de las mesillas de noche. También miraría sobre algún estante o estantería. Era cada vez menos común que la gente llevara un diario, pero igual tenían suerte.

Desde luego no era amante de la tecnología, cargó en su portátil un programa de conexión al Ministerio de Hacienda y lanzó una búsqueda de los datos de los dos habitantes del apartamento. Dejó el programa corriendo y sacó el móvil donde activó un software que detectaba emisiones de señales a partir de la antena wifi del dispositivo...no era un detector perfecto de micrófonos o cámaras ocultas pero era un primer paso.

Comenzó a recorrer el pequeño apartamento centrándose en las esquinas y localizaciones desde se tuvieran visiones panorámicas.

- Creo que no vamos a encontrar nada raro, dijo de pasada a Dominique cuando se cruzó con ella.

Hékate había conseguido tomar cierto control, pero la presencia que pululaba por ahí amenazaba con quitarle ese control. De pronto fijó la vista sobre algo... era la escalera por la que habían subido al estudio de Gallé. Parecía estar transportada en otra consciencia que no era la suya y, de alguna manera, creía que esa consciencia la estaba llevando de la mano para ver algo.

De repente su transporte se detuvo frente a la puerta abierta del estudio donde Gallé buscaba algo frenéticamente. Unos pasos más adelante estaba Nicole, que miraba fijamente a François. De repente, la chica miró a su bolso y se giró hacia la puerta huyendo espantada del lugar.

Al girarse, se topó de bruces con la presencia que transportaba a Hékate quien la empujó hacia adentro llamando la atención de François que miró exaltado a Nicole.

—El signo amarillo —dijo una voz incorpórea— y acto seguido François se abanlanzó sobre Nicole.

El ser que transportaba a Hékate se agachó a coger el bolso de Nicole y fue entonces cuando Hékate pudo ver la harapienta capa amarilla que cubría a esa presencia.

La imagen se tornó borrosa y en la cabeza de Hékate se repetían aquellas palabras en voz ronca: el signo amarillo, el signo amarillo, el signo amarillo...

Lo último que vieron los ojos de Hékate fue una cara decrépita de lo que quizá algún día fuera un ser humano. La miraba fijamente a los ojos:

—No eres digna del signo amarillo. No puedes controlarlo.

Y Hékate se sorprendió a si misma en el suelo de aquel estudio con el eco de esa voz ronca todavía en su cabeza.

Jonah estaba preparando una suerte de detector de micrófonos en el lugar. Si aquello funcionaba podría ofrecerle algunos datos interesante pero puede que tardara un tiempo en arrojar algunos datos.

El registro en Hacienda reveló que ese estudio estaba únicamente a nombre de François Gallé.

Por su parte Dominique rebuscó en la habitación de Gallé pero no encontró nada que pudiera serle de ayuda en aquella habitación. Acabada la inspección se dirigió hacia el estudio casi al momento de ver como Hékate se desplomaba en el suelo y convulsionaba y repetía agitadamente las palabras: el signo amarillo.

Jonah escuchó de inmediato a Hékate desplomarse justo cuando Dominique apareció en la estancia.

Fueron unos pocos segundos antes de que Hékate recuperara la consciencia y se sorprendiera en el suelo del estudio donde Jonah y Dominique la observaban.

Jean todavía estaba abajo, hablando con el portero.

—¿Visitas? —Gastón contestó mirando a su alrededor visiblemente incómodo—. Mira Jean no se si era visita o no, pero aquel día me pareció ver a un tipo con un abrigo amarillo subir la escalera poco después de la señorita Nicole. No logré verle bien y tampoco estoy seguro que fuera al estudio de François... pero ya que preguntas, quizá pueda serte de utilidad.

Joanh miró a Hékate convulsionar pero no se movió durante unos segundos, la mujer experimentaba ciertos niveles de trance cuando usaba sus talentos por lo que pensó que era mejor esperar. Efectivamente, al momento la mujer despertó algo desorientada: Tranquila, solo han sido segundos - le dijo cuando le miró con la vista algo perdida. Has empezado a decir repetidamente "el signo amarillo" ¿recuerdas por qué?

Mientras decía todo esto iba preparando el móvil pero no iba a ser sencillo, el dispositivo no estaba pensado para eso y las aplicaciones que encontró eran normalmente para lo contrario, utilizarlo de micro encubierto y mandar las conversaciones a una dirección de internet. Volvió a sentarse, conectó el móvil al portátil y comenzó a reescribir una de las aplicaciones que se había descargado.

Jonah rebuscó un poco más en los datos de Hacienda. La verdad es que el François y Nicole tenían una vida acomodada. Ella, al parecer, estaba casada con otro hombre según los datos fiscales.

Periódicamente había una emisión de fondos desde la cuenta de François a la de Nicole, pero Jonah dedujo fácilmente que eran los honorarios que el pintor pagaba a su modelo.

Dominique se preocupó moderadamente al ver como Hékate se desplomaba en el suelo. No creía demasiado en aquellas revelaciones, no al menos antes de conocer a Lacroix. No sabía como, pero le había demostrado que su extraña habilidad podía resultarles bastante útil. Lo que también la tenía asombrada era la habilidad que esa mujer tenía para desplomarse sobre el suelo sin hacerse ni un rasguño. Si ella perdía la consciencia en alguna ocasión y caía como lo hacía Hékate, sin duda que acabaría como mínimo con un esguince. 

- La práctica... - Pensó para sus adentros.

Por suerte no tardó demasiado en recuperar la consciencia. Había balbuceado algo acerca del "signo amarillo". No aportaba nada demasiado nuevo a lo que ya tenían, pero venía a confirmar que aquel extrañó símbolo tenía mucho que ver en todo aquello. Con suerte, ahora que estaba consciente, Lacroix podría decirles algo más acerca de lo que había experimentado en sus visiones. 

- ¿Estás bien? - Dominique se agachó y ayudó a la joven a ponerse en pie. - Dinos... ¿Qué has visto? - Insistió en la pregunta de Jonah.

-A... ma... ri...llo -Gabou escribio la palabra mientras apretaba el palillo entre sus dientes-No es una indumentaria discreta que digamos.

Bien, eso podria entrar en "detalles inusuales". Un simbolo amarillo podia ser cualquier cosa (el logotipo del McDonald's, por ejemplo) pero un tipo vestido de ese color dificilmente pasara desapercibido a no ser que se escondiera en un barco pesquero de atunes...

Jean fruncio el entrecejo: aunque el se tomaba su trabajo muy en serio, lo grotesco de sus casos podia pasar por simple extravagancia a los ojos del testigo casual. O del resto de departamentos de seguridad, que les tenian por vulgares aficionados en el mejor de los casos o chalados inofensivos en el peor. Y, sin embargo, el sabia que lidiaban con fuerzas inabarcables, entidades desconocidas de una magnitud tal que la simple mente humana apenas llegaba a arañar levemente la superficie de sus misterios

Gastón arqueó las cejas.

—No, ciertamente. Y eso fue lo que me llamó la atención de él. Quizá iba a casa de otro vecino pero... es difícil de saber. La policía pregunto al vecindario y, según pude entender, nadie sabe nada de ese tipo. ¿Sabes? El policía me miró como si desconfiara de mi... me preguntó varias veces, ¿está usted seguro de lo que vio? ¡Ya lo creo que lo estoy! Era un abrigo amarillo amarillo, quizá una capa, que podría haber sacado directamente de un cubo de basura.

El conserje buscó algo en el bolsillo interior de la chaqueta y pronto encontró un cigarro.

—Creo que voy a salir a fumar... espero que tengas suerte Jean en lo que sea que busques.

Unas sirenas se escucharon en los alrededores.

—Mira, parece que ya vuelven. Dijeron que volverían en esta mañana.
 

Hékate todavía estaba recuperando la consciencia y no parecía reaccionar muy bien a las preguntas de sus compañeros. Parecía algo aturdida.

Jonah se sentó frente a su portátil y se cercioró que el ingenio parecía funcionar. La señal era muy tenue y los datos no parecían fiables todavía pero el joven era muy hábil y reajustó el programa para filtrar algo de ruido. Era algo, aunque todavía tardaría un buen rato en tener algo definitivo.

Mientras tanto, se escucharon unas sirenas de policía en el exterior.

-Tienes mi numero por si recuerdas algun detalle mas-dijo Gabou incorporandose.

Bien, tenian un sospechoso vestido de amarillo (realmente, un sospechoso en condiciones). Valia la pena preguntar a los vecinos. De hecho, el que viviese debajo del estudio podia haber escuchado algo si habia habido trifulca en el piso de arriba.

Tenia que apresurarse. Si los de la cientifica llegaban y ponian todo patas arriba, el rastro del asesino quedaria cubierto por la version oficial que Gabou sospechaba pudiera no ser del todo precisa. Se dirigiria directamente la piso de (ojeo los buzones apresuradamente) Constance LeGrand para sacarle cualquier detalle escabroso. Por otro lado, resultaba raro que la policia no hubiera llevado a cabo ya todo el procedimiento. Su ceja izquierda y la punta del palillo se alzaron interrogativamente.

-Gaston, ¿podrias entretenerme un poco a los gendarmes? Si esto se llena de inspectores haciendo ruido podrian borrar alguna huella sutil. Y François es de los que dejan mensajes ocultos: ¿recuerdas aquella vez que dejo escrito un poema en una pared y luego la pinto de...?

Gabou se mordio la lengua antes de continuar.

-... amarillo-bien, tal vez fuera una coincidencia. Aquello habia sido hacia años.