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El Siniestro Secreto de Marjal Salino - La Casa Encantada

4 - Explorando la Casa Encantada

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15/12/2020, 22:16
Oona

Oona debería haber gritado en una situación así, pero lo que hizo fue mascullar en su idioma una sarta de impropierios al sentir como los ciempiés le clavaban las pinzas en el cuerpo. Gary revoloteó nervioso en torno a Oona para quitarle de encima los gusarapos. Cuando escuchó a Hellas, se apartó con rapidez de los bichos después de sacudirse y hacer que cayesen al suelo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Fallo la TS -.-" Pierdo 1 a DES.

Acción de retirada para evitar AdO de la primera casilla, muevo a N3

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15/12/2020, 22:25
Narrador

Oona se apartó sacudiéndose los ciempiés y Hellas arrojó el frasco de fuego de alquimista al suelo en cuanto la genasí se hubo puesto a salvo. El frasco se rompió con el sonido del cristal al partirse y la sustancia pegajosa y adhesiva que había en su interior se inflamó al entrar en contacto con el aire. El fuego se extendió rápidamente por la cocina, y visteis retorcerse agónicamente a las escolopendras, tratando en vano de sobrevivir a aquel infierno abrasador. El calor os golpeó en la cara como un bofetón y tuvisteis que esmeraros en apagar el fuego antes de que se extendiera por el resto de la cocina. Fue entonces cuando os inundó el nauseabundo olor a insecto quemado, y os tuvisteis que tapar la nariz para no vomitar mientras sofocabais los últimos conatos de llamas. 

Oona cogió un trapo mugriento y lo usó para taponar el desagüe del fregadero. No tenía la más mínima gana de que brotaran más centípedos. Satisfecha con su trabajo, abrió la puerta que daba a lo que ella pensaba que era la despensa. No obstante, esta vez se equivocó, pues aquella habitación no parecía utilizarse para almacenar alimentos. En cambio, había un gran barril de cobre, partido, descolorido y vacío que se encontraba debajo de la ventana. También había un pequeño montón de fragmentos de vajilla en el suelo, a su lado. Esta habitación mostraba los efectos de la humedad y la descomposición más que la mayoría. Había manchas de moho en todos los paramentos.

Por último había unas escaleras. Estas descendían, presumiblemente, al sótano.

Oona: 15/18 (-1 Des, envenenada 8 min)

Hellas: 15/15

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15/12/2020, 23:12
Hellas Blauerwels

Hellas no pudo contener las ganas y acabó vomitando sobre el herrumbroso fregadero. Con un poco de suerte los bichos acabarían prefiriendo comerse el vómito a pensar en ellas como una aperitivo delicado.

—Recuérdame que le pase a Solmor la factura por el fuego de alquimista—le dijo a Oona para luego sonreír—. Al menos han sido veinte piezas de oro bien gastadas. ¿Estás bien?

Cuando entraron en la otra estancia y vieron las escaleras que bajaban, la joven no se lo pensó.

—Si no tengo nada claro lo de subir a la planta superior, te juro por mi hijo que las dos solas no vamos a bajar al sótano.

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16/12/2020, 10:43
Oona

Oona se apoyó sobre la pared para recuperar resuello, sintiendo los músculos tensos y una contractura en la pierna causada por el veneno. Cuando intentó caminar, se dio cuenta de que iba más despacio y que no podría quitarse la sensación de encima facilmente. El veneno de aquellos puñeteros bichos recorría su sistema nervioso, entumeciendo sus reflejos.

Genial. Simplemente genial.

-Sí, estoy bien -mintió a Hellas. No estaba bien, sabía que había perdido parte de su destreza y que necesitaría un antídoto para evitar que se le atrofiara algún músculo.

Investigaron la sala que no era una despensa. Oona estudió la olla de cobre y encontró restos de cal de hervir agua, pero nada más relevante. Finalmente, miró a su compañera.

-Yo tampoco quiero subir, ni bajar. Sigamos por el pasillo, por la puerta de la izquierda. Una vez hayamos comprobado todo esto, esperaremos al resto. No quiero otro susto como este.

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16/12/2020, 10:49
Narrador

Abandonasteis la cocina y la habitación que no era una despensa para internaros de nuevo en el pasillo. Tomasteis la puerta de vuestra derecha, por supuesto, pues tales eran vuestras inclinaciones políticas. Oona volvió a tomarse su tiempo en revisar la puerta en busca de unas trampas que no existían. Después, con sumo cuidado, la abrió para llegar a otra sala aparentemente vacía.

Hubo un tiempo en que había una mesa larga en el centro de esta habitación; ahora yacía rota en el suelo. Había una silla contra la pared entre las ventanas, también hecha añicos, y un montón de platos rotos en la esquina noroeste. A izquierda y derecha, en el suelo, había sendas montañas de velas cubiertas de telarañas, tan largas que os llegaban hasta la cintura. Sobre una balda, en la pared norte, había una colección de calaveras humanas.

Oona: 15/18 (-1 Des, envenenada 5 min)

Hellas: 15/15

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16/12/2020, 23:03
Oona

Oona se fijó en las calaveras y se acercó para mirarlas, resultaban demasiado sospechosas que en todo el salón estuviesen allí. De modo que las estudió y constantó que solo eran humanas. Aunque había una de un elfo. Cráneos humanos, apilados en dos baldas, que llevaban allí tanto tiempo que ya habían cogido polvo.

-Pues no hay nada. ¿Miramos en la siguiente puerta? -preguntó, señalando la puerta de enfrente.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Buscar entre las calaveras, 20.

No hay nada xD

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16/12/2020, 23:23
Hellas Blauerwels

A Hellas le dieron tanto asco las calaveras que le dieron ganas de lanzar uno de sus rayos contra ella. Pero decidió contenerse, esto no era un juego de niños ni mucho menos.

—Vamos.

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17/12/2020, 10:02
Narrador

Oona volvió a revisar la puerta en busca de mecanismos ocultos, y como en los casos anteriores, no encontró nada. Abrió la puerta con suavidad y contempló lo que había en aquella estancia, que había sido una suerte de sala de lectura o estudio. Había dos sillones cerca de una chimenea. Estaban tapizados con exótica piel de leopardo, pero la habían rajado por varios sitios y habían quitado todo el relleno. Pese al vandalismo sufrido, la estructura de madera de ambos sillones estaba intacta. Había una estantería llena de libros al norte de la habitación, y unos cuantos tomos en mal estado yacían desparramados por el suelo.

Oona: 15/18 (-1 Des, envenenada 2 min)

Hellas: 15/15

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17/12/2020, 10:14
Narrador

Te percatas de que hay una colección de huesos de rata en el suelo del hogar de la chimenea.

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17/12/2020, 10:19
Oona

Gary voló hacia uno de los sillones y cuando intentó sentarse en uno, se hundió. No tenía relleno. Malhumorado, el pequeño dragón se posó en el suelo, cansado de batir las alas de acá para allá en aquella casa, y se dedicó a inspeccionar lo que había por allí sin demasiado entusiasmo. A la genasí le llamó la atención la colección de libros del estante, pero lo dejaría para el final. Todavía sentía la pierna algo resentida y caminaba con torpeza. Desde luego, si finalmente encontraban problemas allí, el veneno de aquellos bichos iba a jugarle una mala pasada.

Se acercó a la chimenea y estudió el hogar.

-Huesos de rata -comentó a Hellas en voz alta. Metió la cabeza dentro de la chimenea para inspeccionar el tiro y observó cada palmo de la misma. Buscaba, en principio, actividad de uso reciente. O algo escondido en el conducto de la chimenea.

- Tiradas (2)

Notas de juego

TS For, veneno. 15. Éxito.

Estudio la chimenea. Elijo 20.

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18/12/2020, 00:21
Hellas Blauerwels

Hellas cayó en cuenta al entrar en la habitación que la pared de la derecha encajaba con las escaleras del recibidor que subían al piso superior.

Y si...

Mientras Oona exploraba la estantería y el resto de la sala. La joven pelirroja comenzó a tantear la pared golpeándola para saber si estaba hueca o buscando algún mecanismo o algo que activará una puerta secreta. Había escuchado muchas historias de aventureros en el Rompeolas y esas cosas solían encontrarse.

Elijo 20 a Buscar.

- Tiradas (1)
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18/12/2020, 11:46
Enjambre de arañas

Hellas había escuchado muchas historias de aventureros en el Rompeolas. Quizá demasiadas. Se puso a revisar cada milímetro de una pared completamente convencional cuando, en el otro extremo de la habitación, había un armario lleno de libros que podían interesarle y que había obviado por completo.

Oona, mientras tanto, se puso a revisar la chimenea por dentro. Sucede a veces que cuando miramos hacia arriba abrimos la boca. Es justo lo que hizo la genasí, y como recompensa recibió en el gaznate dos arañas especialmente peludas. Oona tosió y escupió los arácnidos pero solo eran los primeros de muchos. Un auténtico ejército de tejedoras se deslizó por el interior de la chimenea. Apenas se había librado de los ciempiés y se veía cubierta de docenas de arañas. Los arácnidos se extendieron por la habitación, cubriéndolo todo, incluida la no-aventurera que hacía cosas que había oído de los aventureros.

Al comenzar vuestro turno en una casilla con el enjambre debéis hacer una TS Fort CD 11 o quedaréis nauseadas durante 1 asalto.

¡Vuestro turno!

(14) Hellas: 15/15

(9) Oona: 15/18 (-1 Des)

(7) Enjambre de arañas: ileso

- Tiradas (1)
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19/12/2020, 15:59
Hellas Blauerwels

Horririzada, Hellas empezó a agitar las manos a un lado y a otro, intentando quitarse de encima a la maraña de arañas, pero fue inútil. La joven vio que su única opción era moverse hasta donde no hubiera arañas, así que eso fue lo que hizo, correr hasta el otro extremo de la habitación.

Después juntó sus dos manos, invocó las extrañas energías que fluían por sus venas y disparó. Pero sin mucho tino. Todavía le quedaba mucho camino por recorrer.

Acción de movimiento: Hellas se mueve a O7
Acción estándar: Hellas ataca al enjambre e imagino que falla.

- Tiradas (2)
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19/12/2020, 19:23
Oona

Oona se alejó corriendo de las arañas y rebuscó en su mochila un frasco muy parecido al que Hellas había empleado con las alimañas. Apuntó al rincón y lanzó al frasco. En su fuero interno, Oona maldecía a todos y cada uno de los insectos de esta maldita casa.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Muevo a Ñ7

Lanzo fuego de alquimista sobre Ñ10, ataque de toque a distancia 16. Daño directo 5, 1 en casillas adyacentes.

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19/12/2020, 20:16
Enjambre de arañas

El rayo de energía sobrenatural de Hellas fue a parar a la pared opuesta, ennegreciendo la madera. Oona fue mucho más precisa, y arrojó un frasco de fuego de alquimista sobre la miríada de arácnidos. El frasco se partió con el impacto, y estalló en una pequeña deflagración que convirtió al enjambre de arañas en una multitud de diminutas antorchas. Si las escolopendras olían mal, las tejedoras quemadas no olían mejor.

Los arácnidos que aún quedaban con vida se lanzaron contra vosotras, trepando por vuestras piernas, mordiéndoos, inyectando su veneno.

 

El enjambre entra en vuestra casilla provocando ataque de oportunidad pero no tenéis forma de hacerles daño con vuestras armas, de todas formas. Recibís 3 puntos de daño (Hellas 2 por su RD 1/hierro frío). Tenéis que hacer una TS Fort CD 11 o recibir 3 puntos de daño a Fuerza.

 

(14) Hellas: 13/15 (pendiente 1 TS Fort)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, pendiente 1 TS Fort)

(7) Enjambre de arañas: 7 daños (al borde de la muerte)

- Tiradas (2)
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19/12/2020, 22:35
Hellas Blauerwels

Hellas sintió un bajón importante. Como si de pronto todo su cuerpo comenzara a pesarle.

Maldición, qué me han hecho...

La joven echo a correr hacia la puerta mientras invocaba sus arcanas energías. Todavía le quedaba eso... Pero estaba claro que ese no era su momento pues cuando disparó erró terriblemente el disparo.

Acción de movimiento: Hellas se mueve a Ñ10
Acción estándar: Hellas ataca al enjambre y falla.

- Tiradas (2)
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19/12/2020, 22:51
Oona

Los mordiscos de las arañas dejaron a Oona maltrecha, pero a Hellas le hizo efecto el veneno, pudo notarlo en su expresión. Desde que había entrado en la maldita casa solo se habían encontrado con alimañas asquerosas. Odiaba a las criaturas de tierra. En el mar no había tales cosas, no había insectos desagradables, solo otro tipo de depredadores. Agarró a Hellas y la arrastró fuera, al pasillo, tras comprobar que las arañas ardían. Debido a que formaban un ejambre, el fuego mágico y pegajoso se traspasaba de unas a otras y cuando intentaron perseguirlas, el pegamento ardiente acabó con el último de aquellos malditos bichos. Una vez ardieron todas, Oona trató de apagar las llamas para que la madera vieja no hiciera arder toda la casa. 

Gary las estaba esperando fuera con expresión preocupada. La genasí se dejó caer al suelo, más malhumorada y enfadada que contenta por haberse librado de una buena.

-Vamos a esperar -dijo con tono hosco y expresión todavía más hosca-. No pienso seguir explorando esta casa, no quiero encontrarme con más bichos. Esperaremos a los demás.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Muevo a N8

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19/12/2020, 23:11
Narrador

Corriendo como alma que lleva a Asmodeo, dejasteis a Perico Gamuza colgado. Salisteis de Marjal Salino por la puerta norte y tomasteis el camino que se dirigía hacia la mina que los enanos habían abierto recientemente.

El pantano boscoso se extendía a un lado del sendero como una serpiente lánguida. El musgo verde y pálido colgaba, pesado, sobre los cipreses, y atisbasteis un mapache y alguna zarigüeya trepando por entre las ramas. El aire era húmedo y bochornoso, y el horizonte estaba cubierto de una niebla gris como una mortaja. Los insectos os zumbaban en el oído. Las pocas personas que debían desplazarse por el pantano solían utilizar balsas de madera para navegar a través de las fétidas aguas, vigilando por la aparición de caimanes y otras amenazas sobrenaturales. 

Una hora y media después de haber abandonado Marjal Salino divisasteis la casa de la que os habían hablado. Era un edificio decrépito en lo alto de una colina. 

La casa tenía dos plantas y estaba construida en piedra marrón y vidrio esmerilado. Tenía balcones de hierro forjado, y las ventanas tenían dibujos de dudoso gusto como serpientes y esqueletos bailando. A su alrededor, delimitando la finca, había un muro de ladrillo que se había derrumbado en muchos lugares dejando al descubierto el terreno interior. Una puerta de metal ornamentada yacía abierta al final del camino que conducía a la casa, chirriando al balancearse ligeramente con la brisa cargada de salitre. La flora silvestre crecía en todo el patio interior, pero el paso del tiempo no podía ocultar la evidencia de un jardín bien cuidado que una vez estuvo aquí. Cerca de la casa, había un pozo de agua sobre la hierba alta con una tapa de madera podrida que algún desaprensivo había tirado a un lado. 

Sobre uno de los lienzos del muro de ladrillo que delimitaban la finca os esperaban Oona y Hellas. Ninguna de las dos tenía muy buen aspecto.

 

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19/12/2020, 23:22
Hellas Blauerwels
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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20/12/2020, 01:32
Aranna Ygranth

Aranna era veloz como un pez espada, pero se le había ido la mano, o más bien las piernas. En cuanto estuvo frente a la desvencijada puerta de la Casa, el torso se le plegó como si sus caderas fuesen una bisagra, se sujetó las rodillas entre las manos y boqueó como una pescadilla fuera del agua.

Tenía la frente y las axilas empapadas, los ojos vidriosos, sentía arcadas y un flato espantoso. Estaba tan sobria como un enterrador abstemio.

Llévame... al mar, Colibrí... que me muero... alcanzó a decir. Una exageración evidente; si hubiese estado ahogándose, no habría sido capaz de decir una sola palabra.

Zanahoria había corrido todo el camino como la aventi. El maldito chucho, sin embargo, no tenía suficiente. Era evidente que estaba cansado, la lengua le colgaba como el escroto de un anciano acuclillado, hasta tocar el suelo, pero el animalejo trotaba y daba brincos alrededor de Aranna, y la miraba con unos ojos que decían que lo que más deseaba en el mundo era otra carrera de hora y media.

Tú mismo, ahí tienes el camino, le respondió Aranna con la mirada.

Cuando por fin se incorporó, y antes incluso de poder fijarse en la sinistra mansión, vio que Oona y Hellas estaban ahí mismo. Pobretas, no se atreven a entrar, se dijo.

Ya estoy aquí, anunció, saludando a las mujeres con la mano. Y Colibrí también.