Partida Rol por web

El pequeño descanso que siguió a la curación era justo lo que la guerrera necesitaba para sentirse lista para la acción. Ahora ya podían ponerse a explorar y despejar aquel sitio en condiciones.

Gracias a la exploración del druida, habían podido situarse un poco mejor. Puertas, corredores... El lugar no era precísamente pequeño. Y por las pintas que tenía, a todas luces parecía que en ese lugar habían estado sacrificando escarabajos. O capturándolos con otras intenciones, porque había uno enjaulado y abundantes cadáveres de esas criaturas por allí esparcidos.

 -¿Qué tal os encontráis todos? ¿Os sentís con fuerzas para continuar explorando? Los que no quieran aventurarse, pueden quedarse aquí y montar un campamento en la zona más resguardada del edificio.

Dijo esto último mirando a Saru. El pobre mediano estaba pasándolo francamente mal. Que no era de extrañar, al fin y al cabo él era un mercader, no un fornido mercenario hecho para esa clase de elementos adversos.

 -En cuanto al escarabajo que está encerrado... ¿Qué sugerís? ¿Le liberamos o le dejamos donde está?

Rezongando el mediano se adelanto a los planes de la forzuda del grupo, y llego hasta la jaula del escarabajo.

Sé las apaño para operar sin tener que ponerse en medio como un plato de comida mediano, y se dedico a forzar la cerradura hasta abrirla.

Esperemos que te reúnas con tus amigos, y nos dejes tranquilo. No quiero tener que enfrentarme con otro insecto estupido en lo que me resta de vida.

Cuando Saru se acerca a la jaula de madera donde está encerrado uno de los escarabajos, éste se muestra bastante más malhumorado que sus congéneres liberados. Se abalanza contra los barrotes y lanza mordiscos, tratando de agarrar las pequeñas manitas del mediano cuando se posan sobre la cerradura.

Los otros tres escarabajos cautivos comienzan a ponerse algo nerviosos al ver a su compañero actuar de manera tan violenta. Inquietos también empiezan a moverse en el interior de sus jaulas pero, por ahora, sin realizar embestidas ni lanzar mordiscos a los barrotes.

Saru comprueba que la jaula esta bien cerrada y debería forzar la cerradura para liberar a la bestia de su cautiverio. Aunque con los embistes de la criatura hacia los barrotes y el mal estado de éstos, es posible que no tarde en liberarse ella sola.

El druida del clan Azurrr, observó a los escarabajos, y, utilizando clackidos y clickidos, intentó comunicarse con ellos para que, una vez soltados, regresaran a la selva, donde pertenecían, y los dejaran a ellos en paz.  

Saldremos ganando, hermanos de quitina, ustedes fuera y sin atacarnos.* 

Al ver que Kvothe y Saru estaban donde las jaulas, un miedo interno creció en mí. Si liberaban a esas criaturas podían atacarnos, así era la naturaleza de esos bichos. Saqué mi varita y me preparé para lo peor. Sabía que el druida intentaría calmarlos, pero por si acaso yo estaría preparada...

Lideon no estaba seguro de las intenciones del druida, pero tampoco es que tuviera mucha idea de como eran esas criaturas , asi que le dejo hacer, alejado de esas criaturas extrañas, pero sin molestarlas si salian corriendo escapando de aquel lugar.

Magd tensó los músculos, preparada para sacar su espadón y atacar si fuera necesario. El druida había demostrado sus capacidades muchas veces ya, pero la precaución por si algo salía mal era algo que jamás abandonaría a la guerrera.

 -Quiero que retrocedáis si veis que su actitud no se calma. Es un combate que podemos evitar, no hagamos nada demasiado arriesgado.

Dicho esto, tenía bastante fe en Kvothe. Si alguien podía hacer entender a esos escarabajos que ellos no eran una amenaza, ese era el druida draconiano. No obstante, no relajó el cuerpo. Por si acaso las cosas no salían como las habían planeado.

El druida comenzó a emitir una serie de chasquidos con la lengua que el resto de vosotros no terminaba de entender, pero por algún extraño motivo consiguieron calmar a tres de las cuatro criaturas que estaban encerradas.

Observando su comportamiento y el hecho de que estaban encerradas, probablemente desde hacía mucho tiempo, Kvothe llegó a la conclusión de que estaban demasiado hambrientas. En especial el primer escarabajo, aquél cuya jaula estaba tratando de abrir Saru. 

El mediano sacó rápidamente un juego de ganzúas y manipuló la cerradura de la primera jaula. Se escuchó perfectamente un "click", que indicaba que la cerradura había cedido, y rápidamente se movió a la siguiente jaula. Éste le valió para apartarse de la trayectoria del escarabajo, el cuál embistió una última vez los barrotes y éstos cedieron de manera abrupta. 

El escarabajo liberado se abalanzó sobre el pequeño Saru, que había empezado a manipular la cerradura de la segunda jaula...

 -¡Maldita sea!

La táctica del druida no había funcionado en aquella ocasión, lo que hizo que la guerrera se lanzara hacia adelante para defender al mediano del ataque de aquel enorme escarabajo. Con un grito de guerra, Magd lanzó un tajazo con su mandoble al quitinoso cuerpo del escarabajo de fuego, consiguiendo hendir la dura cubierta y llegando a lacerar la carne de la criatura.

 -¡Retroceded, maese Saru! ¡Yo me ocupo de esto!

No pensaba dejar que ese insecto sobrecrecido hiciera daño a sus compañeros. Por su honor que no lo permitiría.

Estaba preparada para atacar en caso de que los escarabajos se revolvieran en nuestra contra. El primero en ser liberado cargó contra Saru sin contemplaciones, Kvothe no había tenido éxito en calmarlos. Alcé la varita apuntando a la criatura y pronuncié la palabra que la activaba. Un rayo de fuego salió disparado hacia él.

Magd y Kareen lograron reaccionar a tiempo, y antes de que el escarabajo pudiera abalanzarse sobre el pequeño Saru, la guerrera abrió en canal su armadura quitinosa y la hechicera lanzó una descarga de fuego con su varita que calcinó su carne y consumió a la criatura, dejándola echa un cascarón maloliente. 

Ante la súbita muerte de su congénere, o tal vez por el olor a carne chamuscada, los otros tres escarabajos se pusieron nerviosos y comenzaron a mostrarse agresivos, golpeando de nuevo los barrotes de sus jaulas... Éstos parecían aguantar, pero no sabríais decir por cuanto tiempo.

Entro en un sobresalto cuando veo el ataque de la criatura ... no me lo esperaba tan brusca, y cuandpo la veo arder, y el reto enfurecida ...- creo que no deberias abrir ninguna mas, no estan pacificas son salvajes, jejeje, como yo jejeje - digo como separando al pequeño de las jaulas - vamos, no croe que queiras abrir mas, verdad?? -

La cara de Saru era un poema. No es que fuera un animalista, y quisiera liberarlos por algún motivo altruista.

Esperaba que al reunirse con los de afuera, se marcharan todo del lugar, y dejaran de molestar.

Pero sin duda, parecía mala idea abrir mas jaulas.

No, no parece buena idea abrir nada mas.

En otra ocasión Magd habría estado de acuerdo con el hecho de dejar en paz a los escarabajos. Estaba claro que esas criaturas no estaban de humor para ser pacíficas con ellos y liberarlas sólo les conduciría a un inevitable combate. Pero si les dejaban solos en las jaulas, tal y como estaban golpeándolas éstas no aguantarían. Y entonces tendrían que enfrentarse a tres criaturas enfurecidas a la vez.

La guerrera suspiró y observó la escena. No, definitivamente soltarles no era la mejor idea, pero dejarlos así tampoco. Siempre podían ejecutarlos dentro de las jaulas, pero... Eso le parecía de cobardes. No era algo que ella estuviera dispuesta a hacer, ni siquiera a unos escarabajos gigantes enloquecidos.

 -Alejémonos a ver si se calman. Si no, habrá que prepararse para cuando salgan de las jaulas. O... O ejecutarlos antes de que se liberen. Para evitar males mayores. Aunque si podemos evitar esa última alternativa, mejor. Puede que sean criaturas irracionales, pero no me gusta matar a nada que no pueda defenderse.

Tal como había presentido, pasó lo inevitable. El escarabajo muerto puso nerviosos a los otros escarabajos presos y estos empezaron a golpear las jaulas con la intención de abrirlas.

-"Estoy de acuerdo contigo Magd, deberíamos salir de aquí. Creo que así se calmarían y dejarían de golpear las jaulas. Podemos volver luego, cuando estén calmados, y liberarlos."

Ni modo, dice el druida. 

Hace clickidos para indicarles a los escarabajos que los dejará salir si se calman, pero siente que en estos momentos no le responderían favorablemente. 

Mejor vámonos y regresamos cuando se pueda.   De todas formas, a cuidar las espaldas, el enojo puede hacer que rompan y ataquen ahora mismo. 

Os alejáis de las jaulas, poniendo distancia de por medio y abandonando la sala.

Kvothe hizo un último intento por apaciguar a las criaturas pero ya nada parecía funcionar. 

Los escarabajos enjaulados seguían zarandeando sus prisiones de madera, pero a pesar de deterioro de las mismas, aún tenían el suficiente aguante como para mantenerlos enjaulados.

Por su parte, los escarabajos de la sala principal, seguían dándose un festín de excrementos en el altar del templo en ruinas. Ajenos a todo lo que había sucedido con sus congéneres enjaulados.

Saliendo de la sala, el druida Azurrr oteó el ambiente, buscaba percibir lo que había más adelante y que nada, nada, los agarrara por sorpresa.

Pobres escarabajis.  Ya regresaré a soltarlos.

 -Si siguen así se acabarán soltando solos. No obstante, si no consiguen liberarse y acaban por tranquilizarse, puedes contar con mi ayuda para soltarlos, Maese Kvothe.

La guerrera lanzaba alguna que otra mirada a los escarabajos encerrados, temiendo que fueran a liberarse y atacarles en cualquier momento.

 -Muy bien, acercarse a los escarabajos está descartado. Pero eso no implica que no podamos seguir explorando. Aún tenemos varios corredores que examinar.