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 Capítulo 10: Investigando en el Hospital Conambroc de Miskatonic

El Hospital Conambroc de Miskatonic es uno de los complejos sanitarios más importantes de la región, no sólo porque fue uno de los primeros en ser construido sino porque es uno de los más grandes y de mayor reputación.

A pesar de que actualmente los edificios que lo componen están deteriorados por el paso del tiempo y de que sus jardines y, de hecho, toda la zona pasó por tiempos mejores, su reputación tanto a nivel personal como a nivel profesional es inmejorable.

La cercana Universidad Miskatonic ha incrementado las oportunidades de "reclutar" médicos y personal sanitario mejor preparado que unido a la forma de ser de la población -amables y educados- han hecho que el hospital sea objeto de donaciones importantes y sea un punto de referencia para muchos profesionales del sector.

Actualmente el complejo consta de un edificio principal de tres plantas, en forma de u, y dos edificios anexos, cada uno a un lado: geriatría y pediatría. Y un cuarto edificio en el que se colabora con el Arkham Asylum en la recuperación y mejora de los pacientes con algún tipo de demencia tratable.

Ver el edificio desde fuera la verdad es que no inspiraba mucha confianza. Quizás fuera uno de los más afamados hospitales y con los que mejor personal cuenta, pero verlo así desde fuera, en ese lamentable estado y con un jardín tan poco cuidado, hacía tener sus dudas sobre acceder a él. Y eso que nosotras sólo veníamos de visita y no como pacientes.

- A mí más que un hospital me recuerda a un centro sanitario para enfermos mentales. - Dije a Anne mientras me paraba en aquel jardín y miraba alrededor. - Con esta apariencia no sé si megustaríanecesitar un médico de aquí dentro.. - Suspiré antes de volver a ponerme a andar hacia la puerta, con la idea de buscar a alguien en alguna recepción o como quiera que se llamara el lugar donde te atiende esa enfermera que suele haber para estas cosas. - Espero que tengamos suerte y el doctor ese se encuentre aquí.

-Acerquémonos a la recepción, pues- digo, asintiendo a las palabras de June respecto a la poca confianza que inspira un edificio tan en decadencia como éste, por alta que sea la calidad del servicio ofrecido.

Al llegar a la puerta, la abro y le cedo a June la posibilidad de pasar primero, mientras ambas nos encaminamos con decisión hacia la dirección del hospital.

-Miremos a ver si una enfermera o una recepcionista nos puede aclarar algo al respecto- digo, mientras nos movemos hacia el mostrador de recepción.

 El interior del edificio no difiere del exterior. Es viejo y sus paredes dejaron de ser blancas e impolutas hace tiempo, hay desconchados y huellas de algunas humedades en las paredes. Ciertamente está limpio, y huele intensamente a desinfectante, pero la apariencia del mobiliario y la estructura del edificio denota signos del paso del tiempo.

Una enfermera os detiene en el amplio vestíbulo. El doctor Vilebrand es supervisor jefe de cirugía en el hospital y se encarga del departamento de hematología.

¿Tienen ustedes cita? el doctor es una persona ocupada - dice la enfermera. Además de la enfermera y algunos familiares de pacientes que se encuentran en la sala de espera anexa al vestíbulo tan solo hay dos enfermeros, allí mismo.

No sé en qué estábamos pensando. Claro que iba a ser una persona muy ocupada y sobre todo si venimos a verle al trabajo. De todas formas ya estábamos allí así que teníamos que intentar poder hablar con él como fuera.

- No venimos por motivos médicos señorita, veníamos por un asunto personal. ¿ Sería tan amable de poder comunicarle que la señorita Bradstreet y la señorita Adams desean hablar con él sobre algo que le legó el señor Hough? Se lo agradeceríamos muchísimo y quizás si lo desea podríamos esperar hasta su hora del almuerzo para hablar con él si desea atendernos.

Expuse tratando de dejar ver que si era necesario esperaríamos a que estuviera un poco más libre para poder hablar con él.

 Bien, voy a avisarle... esperen en la sala de al lado - dice la enfermera que está en la recepción. Apunta algo y deja que una de sus compañeras la sustituya antes de ponerse en camino a otra zona con un parte bajo el brazo.

- Muchísimas gracias. - Respondí observando como se alejaa para luego mirar a Anne y comenzar a caminar hacia el lugar en el que nos había dicho que esperáramos.

- Espero que nos atienda con lo que le he dicho porque sino me parece que vamos a tener que esperar sentadas en la puerta hasta que salga y como no creo que le reconozcamos por su físico.. - Al menos yo por mi parte no tenía ni idea de la apariencia que tendría ese hombre.

No sabía como se tomaría alguien que le reclamáramos algo que seguramente le habrían dicho que conservara a buen recaudo, pero el no ya lo teníamos, tan sólo podíamos tratar de convencerle de que nos lo entregara.

-Yo también espero que nos atienda, aunque si no... Tengo algunas ideas- le digo a June mientras la acompaño a la sala de espera- Va a hablar con nosotros, sí o sí. No he venido hasta aquí para que nos deniegue audiencia por un problema de agenda.

Me siento en un sillón mientras espero a que nos comuniquen si nos recibe o no.

-Si debemos esperar a la hora de comer, quizás usted pueda sacarle más información que yo**. Sólo espero que colabore, quisiera llegar a acabar con esto cuanto antes... De hecho, quisiera acabar con nuestra parte de la misión antes que esos tres remirados caballeros que nos acompañan- le confieso- Quisiera poder seguir demostrándoles que sin nosotras no tienen nada que hacer.

Me eché a reir ante el comentario de mi compañera imaginándome la cara de los hombres al ver loque hacíamos..

- No estaría mal, pero de todas formas, casi es mejor que ellos también consigan lo que van a buscar, ahorraríamos tiempo y veríamos que es lo que tiene esa lámpara de especial ya.. ¿ Crees que también hablará? - Pregunto esta vez divertida ante la perspectiva de que también hablase.

- Igual habla todo lo que hay en la tienda sólo que no quieren hablar con nosotros..

-Hombre, no sé. Con un libro parlanchín he tenido bastante por esta semana. Espero no encontrarme una puerta que habla, o una pluma que escribe sola, o una lámpara con un genio dentro- le digo, para luego añadir- Me abulta que la enfermera tarda demasiado. Espero que no estemos perdiendo el tiempo en este hospital.

Miro a mi alrededor, observando la sala en la que nos encontramos distraídamente. No es que sea especialmente cotilla, pero a falta de algo que hacer, al menos tomar un par de imágenes mentales de la estancia. Nunca sabría si podría necesitar recordar un hospital como éste para alguna de mis historias.

- Vaya pues ahora que lo dices lo de una pluma que escribe sola sería una buena idea.. aunque poderl pedir deseos a un genio tampoco estaría mal.. - Dije esperando tranquilamente. - Por mi parte, prefiero esperar aquí una hora antes que volver a esa maldita tienda, así que no me importa demasiado esperar. Además, que creo que con lo que le he dicho a la enfermera del señor Hough creo que será suficiente para que al menos sienta curiosidad y se presente al menos a mirar quién le busca. A los hombres de ciencia siempre les pierde la curiosidad..

 La sala de espera es sobria, sin apenas mobiliario aparte de algunas sillas y escasa decoración. Un crucifijo, un anuncio publicitario para hacer donativos por el bien del hospital y sus pacientes y un teléfono que está candado.

Aparte de vosotros hay una pareja de ancianos. El hombre padece de gota y continuamente se está quejando.

además hay una madre y su hijo que tiene una pierna escayolada, y cuatro personas más que aparentemente no parecen enfermas.

 Es 27 de Abril, Miércoles, de 1922. Son las 10:12 horas.

No había nada en esta sala que llamase mi atención. Todo estaba como muy abandonado, en cuanto a la infraestructura del eficio se trataba y no quería mirar demasiado a la gente enferma para no incomodarla, ya que suponía que no estaban aquí por puro placer, como era normal, aunque había algunos que parecían tener un aspecto más saludable incluso que el mío..

Busqué un lugar para sentarme, ya que como no sabía cuánto tiempo íbamos a tener que esperar era mejor hacerlo descansando.

- A ver si tenemos suerte con esto y conseguimos la colaboración de este médico. La verdad es que ya siento una grandísima curiosidad por descubrir por qué se han llevado tantas molestias con una lámpara..

Echo un vistazo a la habitación y a quienes se encuentran allí sin detenerme en nada en concreto.

"Pues sí que se lo toma con calma el doctor para atendernos. Como en las urgencias se lo tome con tanta paciencia, creo que acabarán más pacientes haciendo cola para entrar en el cementerio que para volver a sus casas".

-Se lo toma con paciencia, ¿no cree?- suspiro con resignación- Espero que la espera, valga la redundancia, sirva para algo.

 Es 27 de Abril, Miércoles, de 1922. Son las 11:25 horas.

Ya no sabía cúantas vueltas le había dado a esa sala ni cuantas veces me había sentado. Cuando llegué aquí mis ánimos estaban en un buen momento y creía que podría afrontar otro funesto día como los anteriores, pero después de estar larga espera, que parecía que no iba a acabar nunca, me dejé caer en uno de los asientos, ya sin ningún ánimo y dispuesta a darme por vencida.

- ¿ Quieres seguir esperando? - Pregunté a Anne mientras apoyaba mi cabeza sobre una de mis manos como el que está tan aburrido que no puede ni con ella. - Yo voto por volver al hotel y olvidarnos de esa tienda y de todo lo que contiene..

-¡Y un cuerno! Yo no me doy por vencida, pero vamos, ven conmigo... ¡Aquí se van a enterar!

Me levanto furiosa y regreso al mostrador de recepción, en donde con muy malas pulgas encaro a la recepcionista.

-Mira, bonita, hagamos una cosa. Tú localiza al doctor Bohr Vilebrand ya, pero ya, es decir YA- por si mi persuasión no la convence, paso a mayores-  El señor Vilebrand tiene algo que me pertenece, que es mío pues me ha sido legado en herencia, y si se niega a atenderme, ir, sí, claro que me iré de aquí, pero volveré con la policía y con mi abogado, el señor Swanson**, y le pondré al susodicho Vilebrand una demanda de aquí te espero, y al hospital por encubrirlo en su delito otro tanto de lo mismo. Así que eleva tus honrosas posaderas del asiento, ¡Y VE A BUSCARLO DE UNA VEZ!

Bueno, venir, no sé si vendrá, ahora, me he quedado de un agusto...