Partida Rol por web

El tiempo de la Gehena

Capítulo 1: El despertar

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26/05/2010, 14:08
Aresio

Respondo con un gruñido furioso al soldado, enfadado por la falta de información, más respeto mi palabra y suelto su cuello. Me levanto con brusquedad y sigo a Pjetro por el único camino posible.

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26/05/2010, 22:41
Director

El otro extremo del pasillo muestra una gran puerta con un rotulo verde.

"Salida".

Aún no sabéis a ciencia cierta como es que sois capaces de entender ese idioma... pero la palabra tiene un significado claro. Al otro lado, hay una escalera que asciende. Es curioso... los pasos ya han dejado de sonar. El silencio únicamente se rompe por el sonido de la alarma, al que vuestros oídos ya se van acostumbrando.

La escalera de piedra asciende formando cuadrados de tramos, dejando un hueco en medio. Barandilla de metal y paredes tan blancas como todas las que habéis visto hasta ahora antes de mancharla de la sangre de vuestras víctimas... y las escaleras suben y suben y suben. Hay varias puertas en el recorrido, pero todas permanecen cerradas y ninguna da claros indicios de ser la salida, sólo otro piso más. Os recuerda a las escaleras que se usaban en la antigua edad media como pasaje oculto de escape, solo que esto parece haber sido construido más cuidadosamente.

Impresionantes luces os guían en vuestro camino. No hay fuego ni antorchas ni velas... resulta extraño. Pero toda duda se disipa ante una puerta cuando el tramo de escaleras termina. Otra vez el mismo rótulo:

"Salida".

Pero antes de que hagáis nada, la puerta se abre sola... y notáis una presencia en su interior. Su aura es fuerte, aunque no increíble. Al adentrar la vista, véis que son cuatro las figuras dentro de la habitación, todas estáticas, como si de estatuas se tratase. Las cuatro se hallan enfiladas, mirando fijamente hacia la puerta. De sus brazos corre la sangre casi coagulada de algun ser vivo, pero ellos no respiran... ni el más mínimo movimiento. Pero su aura es perturbadora. Frente a toda la magnificiencia que pudieran haber desprendido en otro momento, ahora mismo solo muestran un gran caos. Lo reconocéis sin duda, no son dueños de ellos mismos... la maldición de Caín se ha adueñado de sus mentes. La bestia está despierta... y tiene hambre. 

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26/05/2010, 22:56
Pjetro

Esto parece ser más peligroso de lo que parecía al principio —pensó el gitano.

Por unos segundos, se mantuvo quieto en el sitio, aventurando si correrían hacia ellos, hambrientos. Pero no podía dejar que eso pasara, así que decidió darles una distracción, por débil que fuera. El momento en que apartaran su atención de ellos les serviría para atacarlos o huir. Concentrándose en ello, pero con la maestría de los años de aprendizaje, la estancia se inunda con el olor a la sangre caliente que proviene desde el fondo del sitio, y como si hubiera pasado inadvertido hasta entonces, un débil quejido llama la atención sobre la presencia de un mortal, un hombre desnudo y herido, cuya sangre chorrea por su pierna y su abdomen, lacerados. La perfecta presa para una Bestia hambrienta.

Aprovechad la distracción —susurro a mis compañeros, seguro de que, enloquecidos por el frenesí, las figuras no me van a escuchar.

Notas de juego

Gasto dos puntos de sangre para crear la ilusión (Fata morgana + Aparición).

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26/05/2010, 23:22
Director

Aunque una de las cuatro figuras se da la vuelta rápidamente en busca de la invisible presa, veis como las tres restantes se mantienen en pie, en la misma posición.

 

La figura de la derecha del todo es la que se ha avalanzado, presa del deseo. Una risa aguda siena, macabara, sinisetra... y proviene del niño. Da un paso adelante. Sus ojos siguen igual de vacíos, pero habla, aunque en un tono monstruoso, traído del infierno.

¿Crees acaso, quimerista, que lograrás confundirnos con un truco tan rastrero? - ante esas palabras, veis una expresión de duda en el sujeto enchaquetado, que pronto vuelve a ser de furia - ¿Por qué deberíamos contentarnos con la asquerosa vitae de un mortal, si tenemos delante de nosotros la sangre de los hijos de Caín? Te has equivocado de ilusión.. sujeto. Ahora sufrirás las consecuencias de tu fallo - en ese momento, puedes ver como todo su cuerpo se desgarra, y las gotas de sangre comienzan a caer por pequeños surquitos que se van abriendo mientras el hueso se abre paso. Las afiladas púas brillan bajo la luz de los reflectantes, tanto de sus manos como de sus pies... - Preparaos...

Notas de juego

Iniciativa. Por el bien de la comunidad y de mi paciencia, voy a usar el sistema del d20. Recordad:

Iniciativa: 1d10+Astucia+Destreza.

Maniobras de CC: 1d20+Destreza(o Fuerza)+Pelea (o armas CC).

Maniobra defensiva: 1d20+Destreza+Esquiva (o Fuerza+Armas CC para bloqueo).

Creo que no tenéis armas para hacer nada más xDD Pero bueno, ala, a divertirse :D 

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01/06/2010, 20:56
Director

El combate sucede muy rápido, demasiado, quizás incluso más que el anterior. Sólo a Ilanah le cuesta verlo, pues el resto se halla absorbido por un frenesí de movimientos de combate demasiado relajado para ponerse a observar el combate. El aura de Ilanah comienza a magnificarse, a una velocidad espantosa, augurando su gran magnitud, y es esto mismo lo que llama la atención del enchaquetado, que se lanza sin dudarlo dejándo la estela de polvo, a una velocidad increible, la boca abiera y los colmillos extendidos, en busca de esa poderosa egipcia. Consige asestarle un duro en el estómago, el cual resiente, pero ello no la despista de sus intenciones.

Casi simultáneamente, la velocidad de Pjetro no se queda atrás al lanzarse contra aquella exótica mujer, la cual parece comenzar un conjuro o algo parecido. Más su destreza no es tan buena y el golpe falla, dándo una patada justo al lado de su cabeza. El destino se quizo reír aún más de Pjetro, pues trastabilla y casi cae al suelo, pero consigue mantener el equilibrio, agazapándose delante de su presa.

Justo al lado, aquella bestia enorme va con la intención de lanzarse contra Aresio, que, sonriente, espera a su víctima. A pesar de reaccionar a tiempo para intentar esquivar los golpes, recibe dos puñetazos del antiguo Brujah, tan rápidos que probablemente su mente no llegó a asimilar a tiempo que ya estaba muerto. Su cuerpo se descompone antes siquiera de tocar el suelo, dejando mugre seca en donde antes se alzaba él.

Ilanah, resistiendo estoicamente el golpe de aquel tipo, alza su voz, su aura se incrementa, y la sala se llena de una majestuosidad totalmente sobrenatural.

¡Deteneos! ¡Son esos mortáles los que debéis atacar, insensantos! - estas palabras tienen sobre todo más efecto en el Gangrel al que se estaba enfrentando, el cual antes de dar el próximo golpe ya se halla de rodillas y con la frente rozando el suelo, suplicando su perdón.

Naia no tiene ni tanta suerte como Aresio, ni tan poca como Pjetro, al cual ya se le va acercando el joven niño cuyos huesos rasgaban su piel. Casi al mismo tiempo, la salvaje Gangrel y el niño golpean a sus objetivos, siendo el golpe totalmente anodino para la atractiva Lasombra, pero realmente duro para Pjetro, el cual ya se resiente bastante después de sacar de su sitio los filosos apéndices que surgen de los nudillos de aquel pequeño demonio. Otros dos golpes les siguen, tan rápidos que ni dan tiempo a que suenen, mientras Pjetro intenta esquivar el golpe de su atacante y, en cambio, la Lasombra ni siquiera hace amago de esquivar el golpe, pero sin embargo sonríe... algo se trae entre manos.

Este segundo golpe resulta fatal para Pjetro, el cual comienza a caer al suelo, con los ojos en blanco, mientras que la Lasombra resiste el segundo golpe de Naia, y también el tercero. Parece que por mucho que le golpee, sus golpes no le hacen el más minimo daño.

¡NOOOOOOOO! - el grito de Aresio retumba en la sala cuando da un puñetazo al aire, aparente mente sin objetivo - ¡PJETROOOOOO! - y, de haber ocurrido a una velocidad más normal, se podrían haber sorprendido del hecho de que en ese momento, la cabeza del niño Tzimisce comenzaba a reventar sin haber recibido golpe alguno. Pero las cosas sucedían demasiado rápido, y antes de que los trozos de carne cayeran al suelo, Aresio estaba dirigiendo otro último golpe contra la siempre estoica Lasombra. Varios tentáculos empezaban a surgir de la sombra que ella misma proyectaba, pero comienza a disminuir cuando Aresio atraviesa el pecho de la indefensa mujer con su mano, quedándose agarrando el corazón de la mujer justo detrás de su torso. Aún bombeo, una vez... dos... hasta que se detuvo.

Sobre todo Ilanah era la que había podido contemplar lo sobrenatural del combate, pues ella permanecía estática, en su sitio, mirando a aquel miserable ser que se arrodillaba frente a ella... rodeada por un gran charco de sangre. Y, como si en ese momento el reloj hubiese vuelto a girar, cuatro cuerpos caen al suelo, tres de ellos descomponiéndose.

 

 

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01/06/2010, 21:26
Director

Notas de juego

Felicidades, así se demuestra que, en las condiciones adecuadas, 4 vampiros pueden morir, perfectamente, en 1 turno y aún da tiempo de fumarse un cigarrillo.

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07/06/2010, 18:36
Aresio

Estampo el corazón de la mujer en el piso, girándome para observar la escena. Cuando veo al hombre arrodillado frente a Ilanah hablo con voz profunda y cargada de desprecio hacia aquel cainita, que había demostrado ser inferior - Ilanah... acaba con él.

Camino entonces hacia Pjetro, que ha caído al suelo. Me acerco y le miro, tratando de averiguar si se encuentra bien o ha caído.

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07/06/2010, 20:06
Ilanah

Hagámosle hablar primero, Aresio...-miro a aquel hombre, sabiéndome superior para él, sintiendo furia, mostrándole aún mi magnificiencia-Respóndeme y ni se te ocurra dejar de mirar el suelo al hacerlo, ¿dónde estamos? ¿quién nos ha traido aquí? -mi voz se mantiene firme, procurándole hacer sentir el miedo necesario para temer por su vida si no colabora-

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08/06/2010, 19:32
Director

No... ¡No lo sé! - responde temeroso, sin levnatar la vista del suelo para nada - Nosotros cuatro despertamos aquí... encerrados en una habitación... solos... y esa voz... esa maldita voz... ¡no paraba de repetir lo mismo! ¡Ahhhhhh! - se lleva las manos a los oídos, intentando taparlos y sacudiéndose la cabeza, como si intentara espantar a un mal espíritu dentro de su cuerpo.

Los otros tres cuerpos ya van dando paso a las cenizas. Sus restos se esparcen por el suelo, fruto de todo su tiempo de vida que corrompe sus ahora mortales cuerpos en un suspiro. Pero hay algo extraño en el ambiente, no sobrenatural... no... es algo... silencioso.

Eso, silencio. No se oye nada. La alarma ha dejado de sonar. ¿Qué diablos está pasando?

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08/06/2010, 20:08
Ilanah

Dime, ¿Qué repetía?-hablé de nuevo con aquel tono, mientras miraba alrededor, y dejaba que los poderes de mi sangre me permitiesen percibir mejor mi entorno. Mientras, mi lengua iba tornándose bífida, iba alargándose, ansiosa por paladear la sangre del Cainita arrodillado frente a mí.

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08/06/2010, 20:20
Director

El hombre extiende su mano, puedes ver que las garras de los gangrels han crecido en él, y apresa tu lengua en un rápido movimiento. Te mira, con los ojos inyectados en sangre. Sus venas palpitan, todas y cada una de ellas, impulsando la sangre que fluye rápidamente bajo su piel (no así su corazón, que permanece parado).

¡Matad a los que intentan huir! - grita, con una voz gutural, traída del mismísimo infierno, - Eso gritaban, su divinidad - te dice, mostrando una sádica sonrisa en su cara y ladeando la cabeza - Y eso siguen diciendo... todavía... gritan en mi cabeza... me castigan por haberme humillado... no volverá a pasar... no........  - y ves como, acto seguido, se desparrama, convirtiéndose su carne en una infinidad de ratas que se dispersan del lugar, huyendo cada una en un sentido distinto.

- Tiradas (1)
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08/06/2010, 22:17
Pjetro

Pjetro, aún confundido, vio cómo Aresio se acercaba y asistió, mientras reaccionaba y comenzaba a curarse con sobrenatural rapidez de las heridas infligidas por el demonio, en silencio a la extraña transformación del Gangrel. Su piel cicatrizó a una velocidad inhumana hasta quedar como si no hubiera ocurrido nunca nada que la dañase en absoluto, y se incorporó, estirando su adolorido cuerpo.

¡Hijos de mil demonios, vieron a través de mi ilusión y casi me matan! ¿Por qué nadie dice qué está pasando? —miró las ropas de los caídos, raras pero más parecidas a lo que tenía acostumbrado, sopesando si alguna le serviría.

Notas de juego

Mi reserva era de 40 - 2 - 2 - 2 = 34. Ahora gasto 6 para curarme hasta Magullado y me quedo en 28.

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25/06/2010, 23:10
Director

La alarma hacía tiempo que había cesado, y ya no se escuchaba ni un alma en el edificio, sólo el corretear de las ratas que se iban alejando poco a poco, acallándose sus pequeños chillidos conforme aumentan la distancia que os separaba. Sólo había una puerta, ¿sería la salida? ¿Os esperarían más enemigos? Pero la respuesta os vino sola.

Una figura cruzó el umbral de la puerta. Al principio parecía una sombra, pues se escondía sobre una amplia túnica negra engalardonada con una capa del mismo color, como si la mayor oscuridad se moviera, zigzagueante casi a ras del suelo. Fue cuando alzó la vista para miraros cuando pudistéis ver su naturaleza.

Una gran cabeza calva, de piel casi inexistente, ulcerada en varios puntos, fue lo primero que apareció ante vuestros ojos. A sus lados, como dos guardianes frente a una puerta, unas dos orejas puntiagudas y carcomidas se elevavan sobre límites no humanos. El resto de su cara no era menos, pues carecía totalmente de grase, viendose su la silueta de su cráneo perfectamente bajo la delgadez de su piel. Las úlceras seguían, avanzando en cascada a ambos lados de su nariz y a los lados de sus ojos, convirtiendo su carrillos en un mosaico de carne viva, piel y putrefacción. El silencio se volvió a romper con pequeños chillidos, y pudisteis ver que, desde las sombras de las capas, aproximadamente una decena de ratas salía para inspeccionar el lugar, olfateando el suelo, curiosas... algunas incluso se acercaban a las montañas de ceniza, mientras roían los trozos quemados. Sus ojos eran rojo vivo, brillantes cuales rubíes. Pareciera que todas pensaran a la vez, dirigidas por hilos invisibles.

La silueta miró alrededor, examinando el lugar. Cuando abrió su boca, arrastraba cada sílaba, con una voz cansada y anciana, carcomida como el resto de su cuerpo.

Habéis montado una buena, antiguos... - hablaba vuestra misma lengua, esa lengua que no sabíais como conocíais - Pero veo que sois poderosos. Los humanos han desistido en sus esfuerzos por deteneros y se han replegado... yo me movería rápido. Quizás lo próximo que venga a deteneros pueda con vosotros... he visto de todo salir de este edificio.

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27/06/2010, 13:31
Pjetro

Pjetro cogió algo de ropa del fortachón y se la puso por encima. Aunque le quedara grande, estaba más acostumbrado a ese tipo de atuendo que a la extraña y corta túnica que le habían puesto los que los encerraron.

Mientras se la colocaba, doblándola por uno y otro lado, le sorprendió la presencia de nuevas ratas, que le hicieron pensar que el tipo que Ilanah había sometido había vuelto con fuerzas renovadas o locura exagerada. Pero la voz del Nosferatu lo sacó de su error, eran sus pequeños sirvientes animales. Lo escuchó, mirando las ratas con curiosidad y luego su cuerpo deforme.

¿Pero qué sitio es éste? ¿Dónde estamos y qué pasa? —exclamó, acercándose al leproso.

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18/07/2010, 01:06
Naia

La Gangrel se mantuvo a una distancia prudente de la escena. Quizás no había sido efectiva en la batalla, pero el simple hecho de haber participado en ella, la había hecho sentir algunas de aquellas sensaciones que ansiaba. Percibió que la alarma había dejado de sonar, pero aquel hecho, le pareció algo menos que molesto. ¿Querría decir eso que el juego se había acabado?

Algo ofuscada centró entonces sus atenciones en los restos de la batalla, mostrando especial atención en Aresio e Ilanah, que parecían haber tomado el control de la situación. Por un instante sintió algo de envidia por la serpiente, ya que parecía que sería capaz de degustar la sangre del cainita, y sin embargo, al ver que su cuerpo se transformaba sonrió satisfecha, centrando todos sus sentidos en las suaves pisadas de las ratas. Rápidas, silenciosas...

Entre aquellas suaves pisadas se abrió paso un sonido algo más apreciable, dejando ver la figura de un nuevo Cainita, éste, al parecer, menos agresivo, más... ¿Quién podría asegurarlo? Se mantuvo en posición, alerta, escuchando las pisadas de las nuevas ratas en la sala antes de que estas comenzaran a chillar.

Las palabras del gitano la hicieron salir de sus pensamientos, siguiéndole de cerca con cierto aire ironico hacia el Nosferatu

-¿Y debemos aceptar consejos de un extraño? Después de todo, ¿cómo es posible que vos aún estéis aquí a sabiendas del peligro?

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21/07/2010, 15:11
Ilanah

Tomó las ropas de la mujer caida, y se las puso. Miró los restos de la batalla, visiblemente frustrada por no haber podido obtener respuesta ni vitae del vástago al que había estado a punto de decapitar. Escuchó atentamente alrededor, y se dio cuenta de que aquel sonido irritante ya había cesado. No supo si eso era buena o mala señal. Tampoco quiso detenerse a pensarlo en profundidad. Sólo deseaba salir de allí cuanto antes e intentar averiguar qué había ocurrido, porque en ningún momento había pasado por alto el hecho de que no recordase absolutamente nada.

Ssea un extraño o no, no tenemoss otra alternativa mejor-miró de arriba a abajo al recién llegado, con actitud altiva-habla, Nossferatu, ¿Qué era ess esssta? ¿Dónde nos encontramoss?-sus palabras siseaban entre sus labios, debido a la bifurcada y larga lengua serpentina que ahora portaba entre los mismos. No era adecuado que renunciase a ella en aquellas circunstancias. Nadie sabía qué les deparaba ahora.

 

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24/07/2010, 17:26
Aresio

Miro al cainita vencido con evidente desprecio. No era más que una alimaña despreciable que se había atrevido a enfrentarse a bestias mayores, y se merecía todo lo que Ilanah decidiera hacer con él. Esperaba paciente a que fuera ajusticiado cuando su cuerpo se deshizo en un montón de roedores. Mi rostro se tiñe de sorpresa y furia al darme cuenta de que se escapa. Trato de aplastar algunas de las alimañas antes de que desaparezcan, pero mi atención se ve cambiada pronto hacia otra persona. Una criatura ha entrado en escena. Tal vez este no sea un enemigio, pero no puedo arriesgarme a bajar la guardia. Me quedo a un lado, escuchando la conversación, observándo en todo momento a aquel personaje. No dudaré en lanzarme sobre él si hace algún gesto sospechoso.

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24/07/2010, 18:40
Director

Las preguntas para luego, vámonos - dice, en un tono cortante, con su voz asquerosa debido a la putrefacción de su boca - Hemos de salir enseguida, seguidme. - y se mueve, rápidamente, a cuatro patas de nuevo bajo su capa.

Os guia de nuevos, a través de lisos pasillos y inclinadas escaleras de aspecto extraño: paredes lisas y blancas, suelos perfectamente alineados, manillares de metal... Todo era nuevo para vosotros - No os retraséis - escucháis de vez en cuando, con cierto apuro en su voz.

Al final, abre una puerta que reza "Mantenimiento" en un letrero de plástico, tras el cual se abre un pequeño cubículo de apenas 10 metros cuadrados, quizás incluso ni tanto. Se sube sobre una mesa de madera con apariencia endeble y retira una verja de metal del techo, insitandoos a caminar a través. Atravesáis entonces un túnel perfectamente cuadrado hecho de metal en el que resuena el eco de vuestras pisadas, a gatas, que es la única forma en la que cabéis, si bien el Nosferatu se mueve con bastante soltura. Tras varios minutos de dar vueltas, salis de allí, adentrandoos en un callejón aparentemente sin salida.

Bueno, esta es la parte que menos os va a gustar, supongo - dice, mientras retira del suelo una gruesa tapa de metal que deja ver aún más túneles, si bien aquí podéis andar de pie sin mayor problema. La pestilencia de la zona os hace pensar que son una serie de canales a través de los cuales aquel pueblo o ciudad retira sus aguas fecales. Era un curioso sistema la verdad, y dada su envergadura probablemente hubieran miles de habitantes, quizás más... no estábais acostumbrados a grandes aglomeraciones de humanos. Y por el pasillo, el Nosferatu ya parece más receptivo.

Mi nombre es Kyontesh, hijos de Caín. Llevo en esta ciudad ya décadas desde mi despertar, he vivido el paso de los siglos y el cambio de alguna era - hace gala de su edad y su poder, con eminente orgullo - Y desde hace ya varios años vigilo ese edificio de allí, pues creo que es peligroso para nosotros... sobre vuestras preguntas: Estamos en el año 2008 tras el nacimiento de Jesucristo, según los mortales... si bien no tienen ni maldita idea. Y el dónde: estamos en el Nuevo Mundo, si bien lo más probable es que ninguno de ustedes conozca de su existencia...