Partida Rol por web

Panacea medito y midió sus fuerzas.  Tomemos un descanso largo.  Lo necesitamos todos. 

Luego de acordar turnos para guardia,  empiezan a dormir,  de forma escalonada, para recuperar energías. 

Los ruidos de la tormenta se hacen cada vez más fuertes y el olor a tierra mojada que proviene del exterior,  es cada vez mas intenso. 

Truenos y relámpagos siguen azotando el exterior, mientras el sopor del cansancio los hace cerrar los ojos en un sueño intranquilo. 

Sientes que te sumes en un sueño intranquilo. 

Imágenes de bosques y distintas flores te rodean,  pero no puedes tocarlos. 

Imágenes de la gran druida de la luna aparecen en tu mente,  mientras ves,  y la luna que brilla repentinamente empieza a sufrir una especie de cambio,  como que se derritiera lentamente. 

De las gotas de luna,  se ve una figura de algún animal bípedo,  que , con un cuenco,  espera que caigan las gotas de luna,  para luego juntar un poco de ese líquido viscoso gris. 

A medida que el cuenco se llena,  el líquido se va tornando más blanco,  parecido al color de una perla. 

Finalmente, el ser bípedo,  toma la mitad del cuenco y ese líquido que se ha puesto chicloso, y hace una especie de esfera,  la cual deposita en un claro el bosque... Luego desaparece de improviso dejando la bola al medio del claro, sola. 

Luego de aproximadamente1 hora,  donde tu única compañía son los truenos y relámpagos,  sientes algo. 

No sabes si te observan o es tu paranoia, pero desde donde salieron las ratas,  pareciera haber una silueta que se desliza lento,  saliendo del arco de la puerta frente a ustedes.

no Bolar... No por ahí!!

El pequeño niño Bolar  corría por todos lados como alma que llevaba el diablo...

En la parroquia,  llena de enfermos,  era el único que tenía la alegría y la inocencia suficiente para no verse afectado por tanta muerte y depresión.  Tu madre sonreía. 

Repentinamente el tiempo cambia y una terrible tempestad azota la parroquia. Todos desaparecen (incluso tu madre) y ves como un señor con una larga túnica rodea un edificio. 

Con tu libreta de anotaciones te acercas para ver mejor.  Es de noche,  y el personaje es interceptado a pocos metros de ti.

Un par de malolientes asaltantes lo atacan con cuchillos. Ves que el individuo se ríe y ejecuta unos movimientos con las manos que te dejan pasmado.

Acto seguido,  una estela de luz sale de las puntas de sus dedos,  mientras el forastero musita unas palabras muy raras,  y las luces salen disparadas contra los asaltantes, que caen con un ruido sordo. 

Sin embargo otro asaltante escondido sale de su espalda y le clava un cuchillo en lo más profundo del espinazo. 

El grito ahogado del forastero no se escucha,  debido a un trueno que restalla cerca. 

Sientes las pisadas del asesino del forastero y te acercas a revisar las cosas del forastero... a medida que la imagen en tu cabeza se va diluyendo,  alcanzas a ver como tus manos extraen un extraño libro...

Sientes otro trueno.

Me eché a dormir nada más nos instalamos. Gael haría al final la primera guardia, Aramin, yo y Panacea la última. Durante mi turno no sucedió nada reseñable, sólo se oía el ulular del viento golpeando contra la entrada y los fastuosos truenos que caían encima nuestra. Un intenso olor a humedad inundaba mis fosas nasales. Desperté a la pequeña druida suavemente y me volví a echar un rato más. Sueños siniestros venían a mí...

¿Sigo soñando?  Panacea trató de acercarse a ver aquella esfera-lunar. 

¿Ese ser bípedo que me recuerda? ¿Quién es? 

Entras en sueños como volando. 

Un gran dragón te persigue,  intentando atrapar algo de ti,  quiere agarrarte y te da miedo,  mucho miedo. 

Vuelas entre árboles hasta que te das cuenta que el cielo se nubla,  piensas en detenerte cuando ves aparecer frente a ti un humano. 

Esta suspendido en el aire mirándote fijamente de frente. 

Un relámpago restalla en el cielo y por un momento parpadeas.

Lo siguiente que ves es que,  en el lugar,  donde se encontraba el humano,  un dragón  rojo gigante alarga su garra y te toma del brazo. 

Es un apretón doloroso,  te quema,  e instintivamente retiras el brazo. 

Un trueno retumba y el dragón te da la impresión de que sonriera.

Un relámpago más y el dragón desaparece en un pestañeo.

Miras tu brazo y tu piel parece haberse contaminado con el color de la piel del dragón,  pues ves Ahora que tu piel tiene escamas rojas,  ahi donde te tomo su garra. 

Uyy, lo siento. Pensé que no sucedía nada en toda la noche. Como no posteó nada...

La mancha roja y las escamas, ¿las tengo cuando me despierto? ¿Lo sueño en el primer turno, el de Gael?

¿Va a hacer un posteo general en cada turno de guardia?

Un saludo

¡La bola de cristal que me dieron las druidas!  -exclamó en sueños Panacea.  ¿Entonces el sacerdote de verde es un aliado?   Los peludos muchas veces lo eran.  Panacea misma era peluda y más cuando se convertía en osa.

Bien; más pistas de un misterio a resolver.  -se dijo.

Se acerca en sueños a tocar esa esfera del prado.  ¿Cómo es la amenaza de la montaña?  ¿Cómo lo derrotamos? -quiso entre preguntar y no. 

Gael no tardó en levantarse tomando previamente la espada. Había visto algo extraño y debía de avisar de inmediato al resto.

- ¡Quién va! ¡Dinos quién eres, no te haremos daño!

Exclamó mientras que con la pierna movía también el menudo cuerpo de Panacea para que despertara y le pudiera apoyar si había que contener a lo que se acercaba.

- He visto una silueta moviéndose.

Dijo a continuación explicando el motivo de la alarma.