Partida Rol por web

El esqueleto que se estaba cayendo sólo le llamó la atención a la hienacea; realmente tenía hambre y un poco de tuétano bien añejado no le caería tan mal. 

¡Yyi-ayi-ay-ii-ai-yyi-ay!  Mordió enfurecida.   ¡Estaba segura de que lo destrozaría!   Enloquecida, usó esa emoción y energía de tirar a uno para irse sobre el otro.   Se lanzó al fémur del gran trasgo, ¡queriéndo arrancárselo de cuajo y lanzarlo al aire!  

¡¡IHa-yyi-à-ìa!!

La Hienacea se abalanzó sobre el esqueleto,  reduciendo a mil pedazos,  y luego con la inercia generada va contra el gran trasgo,  logrando morder su dura y asquerosa piel putrefacta,  sacando un trozo de la misma y causándole un daño considerable. 

Lasar mira a los enemigos,  y su cuerpo empieza a brillar tenuemente, por todo el contorno. 

Una gota de sudor corre por la frente del hechicero,  mientras al parecer,  el poder empieza a emanar de el...

Un zumbido empieza a llenar el ambiente, y el brillo aumenta en potencia. 

Sólo se puede ver la túnica del hechicero,  ya que ahora todo su cuerpo brilla intensamente. 

Incluso los esqueletos parecen detenerse al ver semejante brillo. 

Suena un chasquido, y la luz vuelve a hacerse tenue y juntarse en una pequeña esfera de energía en el pecho del hechicero,  que lentamente viaja hacia arriba,  subiendo por su pecho,  luego hombros,  luego cuello,  hasta llegar a su cabeza,  donde lentamente se une a su cráneo,  en la parte donde deberia estar su cerebro. 

El hechicero abre los ojos,  aún iluminados por un tenue brillo,  mientras mira al gran trasgo. 

Derrotad a ese maldito,  por el Dragon!!!!

Restos de energía,  se acumulan en su mano y un Guijarro de fuego sale despedido contra el gran trasgo. 

El Guijarro impacta en el pecho del gran trasgo,  dejando una fea quemadura. 

Mientras uno de los esqueletos falla rotundamente al guerrero, el otro logra percatarse de uno de los puntos débiles del guerrero, bajo su brazo, y ensarta su espada entre las piezas de pesada armadura del guerrero.

Sin embargo, el guerrero, que ya conocía esa debilidad, logra mover su brazo justo en el momento que el arma entra, y solo siente un leve rasguño en su codo.

Mientras, el esqueleto que queda con la Hienacea, logra golpearla en el lomo, haciendole otro tajo mas en la dura piel.

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Daños

Panacea:9/10 --》Hienacea: 20/45

Gael:14/22

Aramin:

Lasar:6/18

Notas de juego

PNJ:

Daños:

Gran trasgo: 56/85

Esque 1: 13/13 - MUERTO

Esque 2: 13/13 - MUERTO

Esque 3:

Esque 4:

Esque 5:

Esque 6:13/13 - MUERTO

Interponiendo el brazo logró detener un nuevo ataque por parte de los esqueletos, estaba rodeado pero su habilidad en la defensa le permitía resistir a lo que se sumaba la asistencia del clérigo. Había creído que acabaría en el suelo mas ahora empezaba a guardar la esperanza de derribar a los enemigos en lugar de sucumbir a ellos.

"Por el dragón."

Se preguntó a qué dragón se refería Lasar, el reptil era parte del emblema familiar no por afinidad de los suyos hacia semejantes monstruos sino como símbolo de poder, siendo quizás pretencioso pues su casa era humilde en realidad.

El caballero seguía enfrentado al trasgo y con la ayuda de sus compañeros ya se veía en mal estado, de modo que insistió, la espada se hundió en la carne muerta en toda su extensión, atravesándolo, luego la extrajo con un rápido gesto, esperando haber causado gran daño.

Daños

Panacea:9/10 --》Hienacea: 20/45

Gael:14/22

Aramin:

Lasar:6/18

Notas de juego

PNJ:

Daños:

Gran trasgo: 62/85

Esque 1: 13/13 - MUERTO

Esque 2: 13/13 - MUERTO

Esque 3:

Esque 4:

Esque 5:

Esque 6:13/13 - MUERTO

El clérigo musita unas palabras mientras mira furioso al gran trasgo. 

Mira como caen tus esqueletos, no se sostienen ni en los huesos ja ja ja. 

Luego los mira a todos:

Tal vez si matamos los esqueletos se haga mas débil!!

La hienacea iba a morder al gran trasgo, no, al esqueleto, no, al gran Trasgo, no, al esqueleto.   -Estaba tan dubitativa que sólo se alcanzó a morder ella misma la cola. 

El hechicero, libre para lanzar conjuros sin ningun miramiento, hace unos gestos con las manos, mientras se concentra, un guijarro de fuego se forma en sus manos, y apuntando como una flecha al gran trasgo, lo deja ir directo al cuerpo del mismo.

El guijarro impacta en uno de los brazos del gran trasgo haciendo muy poco daño.

El golpe del guerrero contra el trasgo, profundo, hace que la espada del Gael quede un segundo mas dentro de lo que debiera, lo que es aprovechado por los esqueletos que le rodean. De los esqueletos, 2 de ellos intentan impactar al guerrero, y lo logran , aprovechandose de que el guerrero se encuentra concentrado en el gran Trasgo, al cual ha castigado de forma permanente.

Uno de los espadazos penetra el costado del guerrero, generando una herida que sangra abundantemente, la cual hace corcovear al guerrero de dolor.

El segundo espadazo penetra en exactamente el mismo sector, pero por el otro costado, haciendo que el guerrero se desplome, en un charco de sangre.

El ultimo esqueleto, envalentonado, intenta golpear a la hienacea, pero falla, al moverse tan dubitativa y erráticamente.

Muy lejos ya habia llegado, mucho habia ya caminado y mucho habia dicho, habia mucha tierra de distancia pero aun asi un eneno parecio verlo en un sitio lejano y distante, tal vez era tiempo de no seguir solo.

Veo la situacion, esta dificil y solo hay dos opciones asi como veo. Saltar y tal vez ser herido por dos esqueletos mientras uso mi ultimo poder magico en un intento de mantener mi estarus de Clerigo o huir y volver al camino solo, pero ya no era tiempo de estar solo, mejor era mantener la ultima gota de ayuda que podria obtener y no hacer mas posibles enemigos.

Fue una dificil desicion que pudo ser una eternidad en mi cabeza aun asi, me armo de una valentía e inspiración propia de la que yo mismo puedo otorgar y me avalanzo entre los dos esqueletos tratando de alcanzar al ya caido guerrero estirando mi mano.

- Diosa, otorgame tu luz sanadora.

Una luz blanca rodea mi mano mientras esta se acerca al guerrero.

- Gnoma tienes la bendicion de mi diosa, usala y destruye a ese goblin.

Cayó al suelo por la acción de los dos esqueletos, donde estaba fracasando el pesado zombie acertaban los guerreros más livianos. No pudo contrarrestar tantos ataques, pero el caballero ya tenía asumido que sería difícil resistir tantos enemigos, contaba con que sus compañeros terminarían de destruirlos.

El clerigo se acerca de forma completamente solidaria y temeraria a la pelea, invocando el nombre de la diosa, mientras alcanza a tocar al guerrero caido.

Una luz sanadora se extiende desde su mano al cuerpo sangrante del guerrero. Aunque aun magullado, Gael abre los ojos lentamente, parece que su cuerpo resiente la pérdida de sangre, sin embargo, aun en el suelo, parece responderle.

En el suelo sintió el cálido contacto proporcionado por el clérigo, al removerse y mirar en dirección a la sensación lo vio tocándolo. En el acto comprendió lo que sucedía, pues también podía ver el corpulento muerto en pie delante suyo.

- Gracias, Aramin, el combate sigue.

Con la espada justo a su lado tomó la empuñadura terminada con la figura de la cabeza de un dragón, ya había recurrido a todas sus habilidades mas le quedaba la fuerza bruta para emplear contra la criatura. Impulsó la espada hacia arriba mientras él se levantaba también, recuperando la verticalidad.

- ¡Cae de una vez, monstruo!

Aguantaba más de lo que había esperado, pero de nuevo logró hundir la espada larga, su entrenamiento le estaba sirviendo con creces para lastimar una vez tras otra al enemigo.

El gran trasgo ve como cae el Guerrero, pero luego se levanta, un poco tambaleandose.

Luego el guerrero le clava la espada, lo que hace que el gran muerto viviente grite guturalmente y levante el pesado lucero del alba desde su cintura, el piso parece temblar y algunas pequeñisimas rocas caen en las orillas de la habitacion.

El ataque del arma cae fuerte al lado de uno de los esqueletos, haciendo retumbar el piso.

La hienacea recibe la bendición del clérigo y suelta una mordida quebrantahuesos sobre el Gran Trasgo, buscando romper costillar, columna y todo lo que pudiera de su torso.  De caer hecho añicos, se iría sobre el otro esqueleto que la rodeaba. 

¡AY-IIi-AII!

Parecía que se reía, pero no, era puro y enojado atacar.

El ataque violento y desmedido de la Hienacea, deja tambaleandose al gran Trasgo.Lasar se concentra sobre el trasgo, se puede ver como los ataques han dejado mella en el no muerto.

De sus manos, salen disparados con luz azul tres haces de brillante energia.

Los proyectiles viajan en linea zigzagueante, esquivando obstaculos hasta impactar en el pecho del gran trasgo. La explosion de los tres misiles, es de antología.

El gran trasgo, da un tremendo, gutural y agudo grito, cayendo de bruces sobre el esqueleto que tenia adelante y destruyendolo.

Otro gran temblor se siente, mientras el trasgo cae, y los dos esqueletos restantes, se deshacen en una nube de polvo.

Desde el techo, la parte del fondo del cuarto se derrumba, dejando ver el cielo diurno, aun con algunas nubes, que, mágicamente empiezan a retirarse para dar a luz a un sol potente.

Se sienten varios quejidos de voces goblinescas a su parecer, y un viento a la vez helado, y refrescante, entra directo por la abertura del techo.

Con la luz que ilumina y baña todo el cuarto, pueden ver como gran parte de los ataudes ,desde los que salieron los esqueletos, caen brillos dorados y plateados (que pueden darse cuenta son monedas de oro y plata), y pueden sentir los ruidos de alguna estructura de piedra, que se fractura y parte.

Se dan cuenta de que, la mesa desde donde se habia levantado el trasgo, se ha partido por la mitad, y desde su base (al parecer una caja solida de roca), caen pequeñas monedas doradas y plateadas, que refulgen al sol.

Panacea se desconvierte, y mira todo al rededor.   Escupe un hueso del Gran Trasgo que estaba mordisqueando.  ¡Puagh!

¿Luz? ¿Goblins?  -mira hacia arriba, con los ojos entrecerrados, tratando de captar lo máximo de la situación. 

No me dejaré distraer por las monedas, no ahorita. 

¿Todos bien?  -Se adelanta a curar a Gael, usando su magia y medicina druídica.