Partida Rol por web

Panacea puso la antorcha en el pebetero más cercano, sacó su arco goblin y lo cargó. Lista para disparar. 

El potente espadazo de Gael cae intrépido sobre el hobgoblin de la izquierda,  partiendo la parte delantera de la armadura de la bestia,  y con la punta de los espada rajando el pecho desde el cuello hasta el abdomen. 

El hobgoblin no puede más que soltar un segundo su espada,  al ver como sus órganos internos quedan expuestos,  los cuales intenta afirmar con sus manos,  sin embargo estos se le derraman entre sus dedos y el bicho cae a los pies de Gael, muerto. 

Un relámpago alcanza a iluminar el área,  y , como en cámara lenta,  el guerrero vuelve a la posición de defensa. 

Panacea,  mientras tanto,  busca un lugar para poner su antorcha,  cerca de la pared,  alejándose de la pelea,  extrae el arco pequeño goblin que tenía anteriormente y se prepara para disparar. 

Veo que Gael hábilmente arremete con su espada sobre una de las criaturas y esta cae al piso muerta. Ese acto me llena de valentia y arremeto con mi espada corta sobre la criatura restante.  

El clérigo ataca con su espada corta al hobgoblin que aún sigue vivo,  causándole un leve rasguño en su brazo. 

El hobgoblin siente el dolor del brazo,  y arremete contra el clérigo. 

Su potente espadazo golpea desde el muslo del clérigo,  causándole una herida profunda en la pierna,  que lo hace desestabilizar, y sangrar profusamente, el clérigo siente que su  vista se nubla,  pero se recupera.

El hobgoblin ríe diabolicamente mientras vuelve la espada a su posición,  goteando aun sangre. 

Lasar,  al ver que el hobgoblin ataca tan ferozmente al clérigo,  que se enfada y juntando sus dos manos y murmurando unas palabras de poder arcano,  lanza una Saeta de fuego sobre el hobgoblin. 

La saeta impacta en el brazo del hobgoblin,  quedando muy mal herido. 

Lasar,  al ver que el hobgoblin ataca tan ferozmente al clérigo,  que se enfada y juntando sus dos manos y murmurando unas palabras de poder arcano,  lanza una Saeta de fuego sobre el hobgoblin. 

La saeta impacta en el brazo del hobgoblin,  quedando bastante herido. 

-Malditos monstruos. ¡Tomad esto!

Estaba claro que estas criaturas no eran las que había visto en mis sueños, sino unos secuaces. Pronto acabaríamos con ellas y empezaríamos nuestra investigación.

Uno de los hobgoblins cayó tras el mortal tajo efectuado por el caballero, pero el segundo optó por la cobardía y en lugar de seguir enfrentándose a él buscó un enemigo más débil. Por desgracia alcanzó a Lasar lo que causó un gran desasosiego en Gael, quien apretó los dientes.

- Más te hubiera valido rendirte o huir.

Le espetó asqueado porque hubiera preferido evitarle. El guerrero trató de hundir su espada entre las costillas, necesitaban acabar pronto con él para que el mago no corriera peligro de muerte.

El hobgoblin esquiva el espadazo al vientre del humano,  y mira al clérigo,  el cual se mantiene por pura voluntad. 

Su sonrisa maligna se acrecienta y ensancha notablemente. 

Panacea disparó, mal, y se movió hacia el clérigo, para interponerse en caso de que fuera atacado, y para curarlo en cuanto pudiera. 

Panacea levanta el pequeño arco trasgo e intenta disparar con el. 

El tiro sale muy desviado e impacta contra una pared. La gnoma sale corriendo hacia la batalla, pero sus pies cortos no la dejan llegar antes.

Aramin siente como la pequeña gnoma se acerca por su costado,  pero esta concentrado intentando evitar un espadazo del hobgoblin, que en este punto,  podría ser fatal para el. 

Los rayos siguen iluminando a ratos la estancia,  junto con truenos ensordecedores de vez en vez. 

En la desesperación y viendo que mi vida se va no puedo pensar en nada ni siquiera en los dioses. Que podrían hacer por mi ellos en mi situación y de la forma que se han desencadenado los hechos. 
En un acto desesperado levanto la espada para bloquear el próximo ataque que se que viene a por mi

Aramin,  viendo un momento de fortuna,  se escabulle rápidamente y toma un lugar alejado del hobgoblin,  alejándose varios pies del mismo. 

El hobgoblin se ve contrariado, al no darse cuenta y se enfurece, intentando atacar al guerrero Gael, quien habilmente pone su escudo y evita el espadazo debil del hobgoblin.

La saliva blanca rodea la boca del enfurecido hobgoblin, mientras murmura unas palabras en trasgoide.

Sintió el potente golpe impactando contra el escudo, por suerte su entrenamiento le permitía resistir todos aquellos embites. El clérigo hizo bien alejándose para que el combate volviera a desarrollarse entre los luchadores.

Empujó con el escudo el arma del hobgoblin abriendo así su defensa, de esta manera tuvo la opción de herirle en el vientre del que manó abundante sangre. El caballero no sonrió ni mostró furia, se mantenía sereno centrado en la defensa y el posterior contraataque.

Viendo que Aramin se alejaba del hobgoblin, apunté con mi dedo índice a la criatura y, susurrando una letanía de extrañas palabras, lancé otra descarga de fuego hacia la bestia. Esperaba que esta vez muriera entre terribles sufrimientos.

Panacea corrió a curar a Aramin. Tal era su preocupación que no se concentró para sacar el mayor provecho a su magia. 

En la desesperación por no perder la vida. Ya alejado de la batalla saco mi kit de primeros auxilios y procedo rapidamente a taponar mi herida y detener el sangrado. 

Luego de alejarte de la alcaldía, algo urgente te llama.

Sientes algo como una especie de llamado, una presencia que no habias sentido desde... la batalla con los trasgoides.

Sacas tu último set de hierbas, inciensos y otras vainas, y finalmente te vas a un pequeño bosque cerca de villafé, durante la noche, y llamas, mediante un ritual, a Gril.

Los componentes del ritual repentinamente parecen humear, justo cuando una tormenta se desata.

Algunos relámpagos restallan sobre el claro del bosque que estas, cuando una forma de humo, se forma en el aire, aproximadamente a 100 pies sobre tu cabeza.

La forma brilla cuando un relampago restalla y parece solidificarse, un aleteo se escucha, y repentinamente sientes que tu conexión con tu familiar se intensifica.

Claramente escuchas en tu mente - Hola de nuevo, Ylian Tirpen, veo que recibiste mi llamado...

Acto seguido, luego de un batir de alas, sientes como el peso de Gril se posa en tu hombro, aun con su figura un poco resplandeciente.

Otro relámpago restalla en el cielo, iluminando todo y sientes un gran trueno, mezclado con un relincho de un caballlo.

Pocos segundos después, ves que en el claro aparece un caballo, mojado y con cara de asustado, abriendo sus ojos de par en par, cuando te ve, sin embargo, está demasiado cansado para huir, se echa en la tierra cerca tuyo, exhausto.