Partida Rol por web

Acerco mi caballo al de ellos y giro la cabeza hacia donde me indica Claire.

-"¿Por dónde se aproximan? ¿Cuántos has visto?"

Mi mano inconscientemente vuela hacia un bolsillo oculto para tener listos los ingredientes para formular un hechizo.

El potente tajo del guerrero cercena el cuello del trasgoide de un solo golpe. Al mismo tiempo varias cosas suceden. 

 Oreg visualiza a un trasgoide e intenta golpearlo. Su arma larga se mueve majestuosa contra la pierna de un trasgoide y se clava brutalmente, desgarrando músculo y trazos de alguna armadura. El trasgoide cae al piso muy malherido,  y se toma la pierna para no seguir desangrandose.

Desde el lado derecho,  por donde los trasgoides huían,  2 caballos,  uno con un jinete solitario,  y el otro con 2 ocupantes,  aparecen. 

Loli, con su vista privilegiada,  puede darse cuenta de una especie de guerrero en armadura sobre uno de los caballos,  mientras que su acompañante se ve con sotana.  En el otro caballo, se ve un personaje con túnica.

Al parecer acaban de llegar,  pues los caballos vienen al trote aún aproximadamente a 50 o 60 pies de Gael, Loli, Panacea e Ylian. 

Varios de los trasgoides al ver el devastador golpe del guerrero,  sumado al grito e intimidación de la tiflin,  huyen entre la hierba a diferentes sectores. Algunos escondidos otros sólo quieren correr por sus vidas. 

Un par de ellos escapan por donde los dos caballos aparecieron,  y se encuentran de bruces con ellos,  quedando en shock, uno de ellos bota sus armas y se pone de rodillas en posición de derrotado.  El otro alcanza a sacar una pequeña espada para hacer frente a los recién llegados. 

Un relámpago ilumina el cielo y un trueno retumba en el ambiente. 

La lluvia se lanza inclemente sobre el campo de pastizales.

- ¡Justo ahí delante! exclama Claire señalando con una mano mientras con la otra se frota los ojos. El relámpago ha debido afectarla un poco, porque le cuesta centrar la vista.

- ¡He visto varias personas y criaturas ahí delante! -continúa señalando y encara el caballo en esa dirección lo mejor que puede- Cuidado, comenta un poco más calmada, no he podido distinguir si son amigos o enemigos, pero parece que están combatiendo entre ellos.

- Claire tu contra el armado yo retengo al otro. 

Cuando estamos a distancia desciendo del caballo desenfundo la espada y me voy contra el desarmado, amenazando con la espada a su cuello

- QUIETO!

Panacea vió que la situación ya estaba bajo control.  El grupo de viajeros que había sido emboscado ya tenía la superioridad numérica, los goblins habían huído en su mayoría, quedaban sólo un par enfrentando gente a caballo. 

¡El caballo!

La druida se puso a buscar con mirada, oído y olfato al caballo que había huído, para no perderlo, y quizá traerlo de regreso.  El que se fuera al bosque sólo podría ser peligroso para este. 

Amigo, regresa.  El bosque no es seguro.  -le dijo, a manera de relinchos.-  Queda en ese claro.  Ya que haya calma aquí, -Usó las palabras para dominar manada y vencer jauría que amenaza.- paso por tí.  Estoy contigo y protejo a los tuyos. 

En un momento nos vemos inmersos en una refriega.
Dos trasgoides se dirigen hacia nosotros. Uno de ellos se arrodilla pidiendo clemencia, pero el otro desenfunda su arma y se planta delante nuestra.
Al instante, empiezo a recitar un hechizo. Alzo mi mano derecha y apunto con los dedos a la criatura. De mi mano sale un rayo de hielo, que sale disparado hacia él.

La lluvia seguía cayendo inclemente sobre ellos cuando habían llegado el combate estaba en su pleno apogeo, la druida de pelo verde con la que había llegado intentaba calmar al caballo mientras algunos de los goblins huían o se rendían alguno quedaba dispuesto para luchar.

Aquellos que habían aprendido la lección y habían marchado no eran de la incumbencia de Ylian pues a pesar de que en el futuro cometerían más fechorías se daba por satisfecha al saber que andarían con más cuidado al escoger a sus presas y evitarían los poblados humanos por una temporada.

Se centró en aquel que estaba con la cimitarra en mano al lado del que se había rendido, pues uno de los que venían a caballo se acercó a los dos goblins y amenazó al goblin desarmado a pesar de que el peligro era el armado que tenía al lado. Una rallo de frío apareció de repente abalanzandose en contra del Goblin, otro usuario de la magia pero entendía que un ataque así no sería suficiente contra el trasgoide por lo que se acercó hacia este* y comenzó a susurras unas palabras arcanas mientras movía su mano y señalaba al goblin armado.

Una explosión de hielo arremetió contra el goblin en un instante.

El trasgoide recibe de lleno en el pecho el rayo de hielo del hechicero , el cual rápidamente genera una costra de hielo en el pecho del mismo. 

A pesar de verse casi muerto,  la Maga se acerca al mismo y extendiendo sus manos como una especie de mordida,   musita unas palabras mágicas contra el. 

El trasgoide se gira y poniendo el pecho,  la mordida de hielo de la Maga impacta donde mismo tenía la costra de hielo,  impidiendo el daño de la misma. 

Loli ya estaba algo confusa sobre porqué había aparecido tanta gente en el bosque, y la lluvia que cae inclemente no mejoraba su humor. El último de los ataques hacia la criatura que aún parecía con ganas de atacar no había tenido mucho resultado, así que deseando acabar con la escaramuza, Loli se acerca con una sonrisa un poco sádica y el hacha en alto, intentado rematar al trasgoide.

Pudo ver a la gnoma buscando al huidizo equino para transmitirle suaves palabras, no sabía si resultaría y de ser así daría una gran noticia al enano que en alguna parte debía de andar. Ahora nuevas personas hacían acto de aparición, mirándolas les pareció entender que ninguna era ofensiva salvo para los trasgos.

- Salva al caballo y alguien te deberá un buen favor.

Dijo hacia la extraña de color amarillo, tenía un aspecto simpático.

No iba a repetir su nombre, acababa de decirlo hacía pocos instantes. Tan sólo avanzó buscando al goblin que ya estaba herido pues acabando con su vida podrían evitar que hiciera algún ataque. Esa pequeña coraza de hielo no tendría que aguantar su espadazo, así que al llegar junto a él trató de hundir la hoja que ya se había llevado por delante a dos de los suyos.

Gael ataca a uno de los trasgoides que se retuercen aún en la maraña de raíces,  el pobre no tiene oportunidad,  al no poder oponer mucha resistencia ni huir y la espada corta parte de las raíces y malezas, hasta hundirse profundo en el vientre del trasgoide. 

El trasgoide le muestra los dientes a Gael, y escupe sangre,  intentando liberarse para su venganza. 

Repentinamente sientes un mensaje: aún quedan más  trasgoides. 

Desde el aire,  sientes como Argalad te va transmitiendo las coordenadas:

Ten cuidado,  varias criaturas a tu derecha están inseguras entre atacar y huir,  pero están bien escondidas. 

El trasgo que atacaste aún está vivo...

Y por allá ser ve una carreta con dos más de ellos... lo curioso es que la carreta no tiene caballos...

Luego parece darse cuenta de algo y dice:

Ahora lo entiendo. 

Tras desmontar la paladina sólo alcanza a ver a un par de trasgos, o criaturas similares, ya con bastantes heridas que dejan claro que han estado combatiendo con alguien más. Desde luego que estos dos no serían capaces por sí solos de crear tanto alboroto, por lo que supone que hay más gente luchando cerca de aquí.

A pesar de la tormenta, le parece oír ruidos en la cercanía. Confiando en que un par de pequeñas criaturas malheridas no sean un problema para sus compañeros, se dirige hacia donde cree que el grueso del combate está sucediendo, puesto que allí puede haber gente en mayores aprietos.

Escuchó con atención los mensajes en su mente. Argalad estaba oteando el campo de batalla. Asegurando que los goblins huyeran o por lo menos que la pusieran en peligro. A su derecha podía ser atacada pero lo que le preocupaba era el carro. 

- Gracias Argalad, pero ¿Dime que has visto? ¿Corre alguien peligro?. Aunque el peligro estaba en su flanco derecho iba a moverse hacia el carro y a lanzar uno de sus conjuros más poderosos. Para evitar que los trasgos que estaban al lado del carro atacaran a cualquier ser vivo desprotegido que se encontrara en su interior. - Avisa a la druida de los goblins en este flanco, me voy a ocupar de los del carro.