Partida Rol por web

Sonicus se había confiado después del segundo golpe en la cara que le había dado a Max y no se dio cuenta de que estaba rodeado de bombas. La explosión lo pilló desprevenido.

—¡QUÉ MANERA DE REPARTIRSE ESTOPA! No hay duda de que estamos ante los contendientes más chulos y deleznables de lo que llevamos de torneo. ¡QUÉ FORMA DE DESPRECIARSE! ¡QUÉ GANAS DE ZURRARSE! ¡MAGNÍFICO!—Mosto estaba en su salsa—¿Parece que Super Sonicus no sale de la huma....? ¡MENUDO TORBELLINO! ¡ACABA DE DISIPAR TODO ESE HUMO EN UN ABRIR Y CERRA DE OJOS! ¡EL COMBATE CONTINÚA!

A Super Sonicus se lo veía algo tocado después de tantas explosiones. No mucho, quizás sólo se movía unos microsegundos más lento. Pero claro, cuando superas la barrera del sonido, cualquier variación se nota.

—No voy a perder Carapapa—le dijo el fúrido—. El premio será mío.

Max ataca a Sonicus y le hace 7 puntos de daño. Sonicus reduce en 5 y recibe 2 puntos de daño. Sonicus entra en estado GRAVE.

¡Es el turno de Max!

Iniciativa: [20] Max [16] Sonicus

ESTADO
Sonicus - 15 puntos de daño. GRAVE.
Max - 14 putos de daño.

-¡Me importa una mierda el premio!. -Le espetó a Sonicus mientras preparaba bombas rápidas arrancándoles las mechas con los dientes para acortarlas- ¡Yo vengo aquí a derrotar a la peli-rosa y a mi capitana temporal!. ¡De hecho el premio ni me acuerdo que es!. ¡Pero espero que sea lo suficientemente grande para enchufárselo a la pelirosa por el- 

- KABOOOM -

Al parecer la bomba que lanzó, estalló, haciendo un poco de "auto-censura" de la bastada que Max Powder iba a decir acerca de dónde iba a incrustar el trofeo, el premio o lo que fuera... Si es un barco pirata, entonces iba a tenerlo complicado.

Sonicus empezó a jugar a un lado y a otro con Max.

—¿Por dónde voy a venir? ¿Por dónde voy a venir?—se preguntaba repetidamente mientras se movía de un lado a otro—Esto te encanta, ¿verdad? No es como si te estuviera sacando de quicio Carapapa.

El erizo se plantó de un salto cara a cara con el artillero. ¡Iba a pegarle de nuevo en la cara! Aunque esta vez sería un puñetazo...

—¡SONICUS BOOM!

Sonicus ataca a Maxy le hace 7 puntos de daño. Max reduce en 6 y recibe 1 puntos de daño. Max entra en estado GRAVE. Si Max se gasta 1 PEP podrá aumentarse la Resistencia física en +1d6 y reducir el daño por completo.

¡Ahora sí! ¡Es el turno de Max!

Iniciativa: [16] Sonicus Max

ESTADO
Sonicus - 15 puntos de daño. GRAVE.
Max - 14 putos de daño.

El "Boom" del Sonic Boom no fue demasiado explosivo; probablemente porque el erizo dorado no era un experto en explosivos como sí que era Max Powder, por lo que aquel "Boom" no era ni normativo ni experimentado, aunque sí un buen chascarrillo si el pirata no hubiera bloqueado el puñetazo del otro.

-No, no, no... -Le dijo a aquel erizo- Yo te enseñaré lo que de verdad es un "Sonic Boom". Prepárate... y a los de las dos primeras filas, estáis en la zona de salpicaduras.

El artillero encendió sus bombas para hacer volar por los aires a aquel enemigo, y por la mirada que tenía en su rostro, no parecía que el fuera a apartarse, o peor aún, soltarle el puño que agarró. La explosión iba a ser inminente.

- Pues es una auténtica lastima, me hubiera encantado tener a una amiga conmigo, y más si tiene ese talento –respondió Siobhan a Nadire tras ser rechazada por la fúrida.
 

- De todas maneras, la proposición sigue en pie por si te lo quieres pensar mejor -añadió con la mejor de las intenciones mientras reía despreocupada.

Siobhan comenzaba a impacientarse, creía que Max podría salir vencedor, pero el Sonicus ese le estaba dando más guerra de la que en un principio podía prever. Tras oír lo que acababa de decir Max, dejó de comer un bastón de caramelo por un instante para gritar:

- ¡Si alguno de las primeras filas necesita atención medica vaya pasando por aquí!

Total, si había algo en lo que Siobhan había obtenido experiencia estando con la tripulación era sanar quemaduras. Luego se volvió hacia Valeria y añadió:

- ¿Por casualidad no querrías ayudarme llegado el momento si necesito una enfermera verdad?

Sonicus tiraba con fuerza pero no era capaz de soltarse del brazo de Max. Las mechas se iban acortando y la explosión parecía inminente. Las mechas terminaron de arder y... ¿dónde estaba la explosión? ¿Hola? ¿Habían fallado las bombas? ¿Pero no eran infalibles las bombas del artillero? Pues no, parecía que no.

Cuando todos esperaban una explosión espectacular lo que se encontraron fue una no-explosión. El público se quedó primero cortado y luego hubo quién rompió a reír. Una mancha más para el historial del pobre Max que furioso lanzó al erizo dorado contra el mástil haciendo que se golpeara de cabeza.

—¿PERO QUÉ PASA CONTIGO?—preguntó Sonicus mientras se rascaba la cabeza—¡Trátame con más respeto tío! Si me tiras bombas, que sean bombas, pero no soy ningún muñeco para que hagas conmigo lo que quie... ¡OH RAYOS!

El erizo de color amarillo se dirigió a las gradas.

—¡CAPITÁN! ¡ACTIVAMOS LA MANIOBRA RAYO DE LUZ!—el erizo entonces miró a Max—Bueno carapapa, ha sido un placer. A ver no. Eres como el carahuevo pero con tecnología cutre. Y ni siquiera dominas los principios del espectáculo. Ha sido un combate tremendamente aburrido. Pero no peleas mal para ser un pringado. Así que nos vemos... ¡PRIIIIIIINGAAAAAAADOOOOOO!

Sonicus abandonó el barco a toda velocidad, corrió por encima del agua, trepó por el muro y continuó corriendo por las gradas hacia donde estaba el palco principal. Entonces saltó para entrar en él.

—¡AHÍ ESTÁ EL PREMIO!

Y de pronto Sonicus se quedó congelado en el aire.

Frente a Sonicus se levantó una mujer de cabello rosa, vestida con un traje de buena confección y con unos movimientos elegantes. Tenía dos dedos alzados, los cuales emitían un brillo rosáceo. El mismo que había en torno al color de Sonicus. En las gradas empezó a escucharse un murmullo. Es Morgana. Sí, Morgana Black. La capitana de los Morganeer.

—Eres listo pero no así de listo—le dijo tocándose con la otra mano su propia sien—. ¿No está Fera? Buscadla y decidle que me traiga a su capitán y al resto de su tripulación.

El erizo intentaba hablar o moverse pero era incapaz de hacerlo. Estaba completamente aprisionado. De hecho ni siquiera parpadeaba. Finalmente sus puas volvieron a ser azules, pero como tenía cualquier movimiento bloqueado mantenían ese aspecto encrespado.

—Ya sé que quieres que te suelte. ¡Está bien!

Entonces Morgana movió los dedos y Sonicus salió arrojado hacia el agua, precisamente donde estaban todas esas pirañas arcoiris. ¡Claro! ¡Agua y pirañas! ¡El auténtico punto débil del fúrido!

El estadio se había quedado en silencio. Nadie esperaba un final como ese. Y estaba claro que ver a Morgana en acción también había generado parte de la conmoción. Hasta Mosto se había quedado sin saber qué comentar. Pero un rato después, su voz volvió a sonar por los altavoces.

—¿Ah...? ¿Sí...? ¿Qué...? ¿Doña Zargoh...? ¡Sonicus está descalificado! ¡Max Power es el ganador!

El cuadro del torneo volvió a actualizarse.

La victoria de Max Powder aunque más que justificada a este punto del combate le  resultó un poco vacía. Por lo que, poniéndose en el borde del foso, lanzó una bomba al agua.

-Ea, te derroté yo. -Le dijo al derrotado antes de irse.

Una vez fuera, este se dirigiría a junto su capitana, de momento, para un par de remiendos, en particular en la parte de la cara.

Max abandonó la arena por una de las pasarelas. Y justo cuando se internaba en el interior del coliseo le pegó una patada involuntaria a algo duro y muy pesado. ¿Qué demonios era eso? Cabreado y con el pie dolorido el artillero miró con qué había tropezado. Parecía una especie de ladrillo metálico pero... ¿eso era una mecha? ¿Se había encontrado una bomba cuadrada?

—¡Y QUE SIGAN LOS COMBATE!—gritó Mosto—Prepárense todos porque el siguiente combate va a estar lleno de contundencia. ¡La reina del boxeo! ¡Los puños más duros del Mar del anillo! Con todos ustedes.... ¡QUEEN PUNCH!

Una boxeadora grande, fuerte y recia con una corona en la cabeza, empezó a cruzar la pasarela. Por los altavoces empezó a sonar la conocida canción de Balby Rock, la leyenda del boxeo. La mujer saludaba a izquierda y derecha a su público.

—Y si ella pone la contundencia, su rival pondrá la picaresca. ¡Aquí tienen al médico de los Piratas del Químico! ¡Un hombre al que no se le escapa ningún detalle! ¡El hombre réplica! ¡El espejo humano! ¡Con todos ustedes... Drasuke el pirata copión!

Por la otra parte, entraba en escena un muchacho con aspecto edgy, pelo negro y ojos rojos. Vestías unos pantalones morados y una especie de camisa de corte oriental y mangas anchas de color blanco. También llevaba una lanza, sin embargo nada más subirse al barco clavó la lanza al suelo miró a Queen Punch y empezó a replicar a la perfección todos los movimientos que ella hacía.

Era lógico que el tropezar contra algo encabronara aún más a Max Powder, por lo que al girarse con la clara intención de hacer estallar lo que fuera que hubiera encontrado; probablemente atándolo a una de las bombas que fuera a usar se encontró con... eso...

¡TE MATO!

La forma cúbica impoluta, el color negro mate sin ningún tipo de mancha más allá de la propia patada que le metió que, cual caca de wombat, (no, enserio, búscalo); con una mecha grande, potente, vigorosa y gruesa. Y, ya ni hablemos del grabado del propio armero, un sello de calidad que solo los mejores ponían a sus mejores obras.

_¡Oh!

Eso fue lo único que Max alcanzó a decir con un hilo de voz mientras observaba a la bomba ¿C.U.A.D.R.A.D.A.?. Aquella belleza, aquella majestuosidad no se veían todos los días. El artillero tenía que saberlo todo acerca de ella, una belleza así no podía estar tirada porque sí, tenía que tener algún motivo para estar ahí.

Eran muchas las cosas que se podían contar de la bomba cuadrada a la que Max le había pegado una dolorosa patada. Había sido armada en la pequeña isla de Craftymain, el hogar natal de los Blóquidos, los tribálidos de cabeza cuadrada. De hecho todo en la isla de Craftymain tenía forma de bloque cuadrado.. También podíamos contar que había sido hecha por un manitas llamado Steve, aunque eso no significaba nada. Muchos blóquidos se llamaban Steve. ¿Por qué la había creado? Posiblemente con fines mineros, nada como una buena bomba para reventar las rocas y extraer minerales. Y una bomba cuadrada es más estable para colocarla en el lugar preciso. La gran pregunta era cómo había acabado esa bomba allí. No había ningún blóquido en la Orre, así que lo más posible es que alguna tripulación pirata asaltase Craftyman y se llevara unas cuantas bombas como botín.

Por supuesto Max no sabía nada de eso. Sí, el tío era muy crack en eso de las bombas. Qué menos cuando encima son tu fetiche sexual. Pero no es como si el artillero tuviera alguna habilidad especial que le permitiera vere el pasado de los objetos. Para él simplemente se trataba de una bomba exótica. De hecho ni si quiera se sabía si los blóquidos y la isla de Craftymain existían.

Max se unió al grupo conformado por Siobahn, Valeria y Nadire mientras que Queen Punch y Drasuke seguían repartiéndose golpes. Sus puños chocaban y ninguno conseguían conectar un auténtico puñetazo. Era realmente como si la boxeadora estuviera luchando contra un espejo.

—Tiene que ser frustante pelear contra ese tipo—dijo la fúrida—. Aunque supongo que esa especie de poder copiador solo funciona cuando dispones de las mismas armas que tu enemigo. Contra mí no tendría ninguna posibilidad.

Valeria sin embargo sólo tuvo ojos para el artillero.

—¡Bien hecho Max!—lo felicitó con una sonrisa pícara—Aunque tienes que tener más cuidado, no puedes dejar que te peguen en esa carita tan mona que tienes. ¡Te prometo que yo no te pegaré ahí mañana!

A Max Powder le fascinaban aquellas bombas y aunque no fuera capaz de ver la historia detrás de estas armas dejadas por el lugar, lo que sí podía comprender era el valor explosivo de estas y que, claramente, iban a ser un punto de inflexión en aquella batalla que le tocaría contra Valeria... Y hablando de Valeria...

-¡Tsk!. -Chistó molesto por el comentario de la peli-rosada- ¡Haz lo que te de la gana!. ¡Yo no me contendré a la hora de derrotarte!. ¡Tengo una nueva bomba grande que NO dejaré que me robes y uses en mi contra!. ¡Te volaré en pedazos y luego iré a por mi Capitana!. -Que por otro lado, estaba ahí mismo.

Max Powder abrazaba con firmeza la bomba cuadrada. No se le iba a escapar por nada del mundo.

Siobhan se quedó en silencio tras ver el final de Sónicus a manos de aquella mujer. Había supuesto que habría una fuerte vigilancia para custodiar el premio,  pero no imaginaba tal poder por parte de la organización. Aquella fue la primera vez que Siobhan se preocupó seriamente por el resto de sus compañeros que no estaban presentes, ya que al estar enfrascados en el secuestro de uno de los participantes... ¿Qué pasaría si la muchacha había avisado a la organización?

La llegada de Max y posterior comentarios de los que se encontraban allí con ella la sacaron de sus pensamientos. Y después de que Max amenazara por enésima vez que acabaría con ella,  la doctora intervino:

- ¿La siguiente ronda se disputará mañana? -preguntó al darse cuenta que podrían marcharse. - Por un lado me gustaría quedarme, pero me empiezo a preguntar como estarán los demás. Ojalá tuviera una manera de comunicarme con ellos...

Tenía que tranquilizarse, permaneciendo allí no levantarían sospechas y con solo esperar a la eliminación de Quermosura todo habría acabado.

—Claro—dijo Valeria a la pregunta de Siobhan—, estas primeras rondas como son largas, se realizan cada veinticuatro horas. Seguramente a partir de la de mañana se hagan cada doce. A los Morganeer les interesa su torneo pero no que dure mucho. Es un momento peliagudo para que aparezca la marina.

La chica pelirrosa se acerco a Max y con sus cabellos cogió al artillero y giró su cara a izquierda y derecha examinándola con atención.

—¡Ay Max! No le hables así a tus compañeros de tripulación—le dijo con un pícaro reproche—. Ese erizo te ha dejado la cara echa un mapa. Sí, señor.

La pirata aprovecho un momento para acercarse a la oreja de Max.

—Aunque no te preocupes, yo no necesito pegarte en la cara para derrotarte—le susurró al oído—. Creo que vas a tener que rectificarle un poco la nariz doctora. Parece que se la han desviado un poco.