Partida Rol por web

Eshan miró a Armando extrañado.

- ¿Un hangar secreto? No tenía ni idea.

- Así es, el dueño del casino tiene una nave ahí preparada.- contestó Armando con una sonrisa.

- Pero eso es ilegal, a esta altura las naves civiles privadas no pueden volar. Vaya con el viejo Addison, menudo zorro...

La conversación fue interrumpida por disparos. Los guardias habían llegado finalmente, torciendo la esquina más alejada de donde estaban. Armando empezó a correr, seguido por los demás, buscando el pasillo donde sabía habría una compuerta secreta hacia la lanzadera.

Verca, Eshan y Quentin lo siguieron, este último cargando con el cuerpo de Cave, mientras los láseres zumbaban a sus espaldas y hacían saltar chispas cuando impactaban en las paredes.

Finalmente, Armando llegó a la pared donde supuestamente estaba la entrada. Eshan se apostó en la esquina para cubrirlo, devolviendo el fuego a sus antiguos compañeros, mientras él buscaba el mecanismo oculto.

Habían salido todos a la carrera. Deprisa, con parte del tesoro, lo que pudieron coger. No estaba saliendo como planearon, pero ya se sabe, el caos actúa por su cuenta.

Cave, muerto.

Un desastre.

Ahora tenían que escapar. 

Armando les dio una posible salida, mejor que la nave que aguardaba en el espaciopuerto. Los guardias les pisaban los talones.

Verca se acercó a Armando -Quentin, ayuda a Esham, yo me pongo con Armando. ¡Que no pasen, compañeros!

Armando tan solo tenía que fijarse en el plano que aparecía en su dispositivo móvil, para dar con la puerta. Y no tuvo demasiados problemas para dar con la forma de abrirla. Una vez que sabía que allí tenía que haber una entrada, la palpo, presionando en diferentes puntos, hasta que algo sonó, y la puerta se abrió.

-¡Venga, vayámonos de aquí cuanto antes!- Les dijo al resto, y deberían cerrar aquella puerta, para ver si podían ganar un poco de tiempo y evitar que los guardias les continuasen disparando. 

Quentin depositó con un cuidado inusitado para su gran corpachón el cuerpo de Cave en el suelo, con la espalda apoyada en una de las paredes del pasillo.

Con un gesto de rabia se sitúo a cubierto tras una esquina y sacando su arma comenzó a disparar.

- Maaal-di-tooos ca-ca-brooo-neees.... meeee laaaas paa-gaa-rreeiss - gruñía 

Armando sonrió satisfecho cuando el panel de deslizó silenciosamente a un lado, revelando la entrada a un hangar de reducidas dimensiones, donde había una escotilla que llevaba a la nave, como si fuera una cápsula de escape.

Mientras, Eshan y Quentin habían conseguido abatir a unos cuantos guardias demasiado valientes, y el resto seguían disparando pero a cubierto, desde lejos. Cuando se abrió la puerta, entraron a toda prisa, no sin que Quentin recogiera antes el cuerpo de su amigo. Una vez dentro, Verca accionó el control para cerrar el acceso.

Corrieron hacia la nave, abriendo la escotilla, que por suerte no estaba securizada. El interior era pequeño, estaba pensada solamente para un piloto y dos pasajeros. Y ellos eran cuatro, cinco si contaban con Cave. Y casi seis si contaban con que Quentin valía por dos...

- ¿Y si desmontamos los asientos o algo?- propuso Eshan a la desesperada. Fuera en el pasillo, podían oír como los guardias buscaban el mecanismo secreto para abrir el panel.

Todo iba saliendo a la perfección, hasta que llegaron a la nave. Allí no entraban todos, era demasiado pequeña. Sabía que era una nave de reducidas dimensiones, pero no había pensado que no fuesen a entrar 4. 

-Si habrá que quitar los asientos, y ver si se puede ocupar algo más de espacio, es pequeña pero tendrá que servir.- Miro el cuerpo del amigo caído, y se le ocurrió una idea. -Ataremos el cuerpo de Cave en el exterior, y así tendremos sitio para los cuatro.- Y se puso a desmontar los asientos y tratar de hacer el máximo espacio en el interior. También ayudaría con Cave, si era necesario. Todos deberían colaborar y trabajar rápido, ya que en cualquier momento se podían presentar allí los de seguridad. 

Verca tenía emociones. No era una máquina, sino un cuerpo y una mente "humanas". Casi. Mejorada en todas sus funciones, superior a los ingenieros que la habían creado. 

No carecía de sentimientos. Pasiones. Deseos.

Quizá era menos sentimental. También otras personas lo eran. 

Intentaba mantenerse en equilibrio con el mundo. 

-Quentin… no podemos llevar a Cave con nosotros - puso una mano en el hombro de su enorme amigo - Lo hemos intentado. Escúchame, por favor… Cave no está aquí, no está en ese cuerpo. Se fue. Te necesitamos con nosotros, Quentin. Tenemos que salir de aquí, esto es lo que él quería. Honraremos su memoria. 

Le miró a los ojos. -Ayuda a Armando a arrancar los asientos. 

Verca asintió con un ligero cabeceo, apretó su hombro y desenfundó su blaster, preparada para a ayudar a Eshan en caso de que los guardias lograsen desbloquear la puerta de acceso.

Quentin golpeo con fuerza una de las paredes de la nave haciendo que el golpe resonase por todo el interior.

-Noooo - gruñó con fuerza uniendo su voz a la vibración del metal.

Giró su mirada con furia hacia Eshan.

- Caaa-veee ess un-uno deee nooo-ssooo-trrooos... éeeell nooo... - mientras decía eso los músculos de sus brazos se tensaron sujetando con fuerza el cuerpo sin vida de su amigo.

- Nooo lo deee-jaa-réee aquíii... -

No había sitio, ni lo iban a tener por más pesado que se pusiera Quentin. -Amigo, no hay sitio. Y si lo atamos al exterior será como si lo incinerásemos, sus restos se mezclaran con el planeta. Y no hay sitio, así que si quieres te quedas tu fuera, en lugar de Cave. Pero me parece que eso no sería lo mejor. ¿Qué planteas? Nos dejamos atrapar, dejamos a alguien aquí, o nos vamos los vivos y dejamos al muerto atado al exterior, como nuestro funeral particular.- No había tiempo, pero si el grandullón quería quedarse allí, no sería el quien se lo impidiese. Todos no entraban, a lo mejor eso le hacía pensar un poco. Y los asientos no se desmontaban ellos solos. 

-Ayudadme con esto, que no hay tiempo.- Dijo al resto, viendo la calma con la que actuaban. 

En el pasillo de fuera, se oían ruidos de chispazos y golpes, mientras los guardias intentaban forzar el acceso al hangar. Se les acababa el tiempo...

- Élll noo es deee losss nuees-trooos - siguió gruñendo Quentin mientras avanzada pesadamente hacia Eshan. Su cara mostraba un rictus de furia como nunca antes le habían visto Armando y Verca.

Mientras avanzaba hacia Eshan, Armando le habló, insinuando que se quedará él fuera de la nave.

- ¡OBLÍGAME! - gritó sin ninguna interrupción en su voz, como cada vez que la ira hacia que sus neuronas, automáticamente, hicieran una buena conexión entre sí.

Y siguió avanzando hacia Eshan... paso a paso... ignorando a Armando... ignorando el ruido que provenía del exterior de la nave... con sólo una cosa en mente... cada vez más cerca...

- No te me acerques, tío.- dijo Eshan, llevándose la mano al arma.- Yo me la he jugado tanto o más que vosotros.

Cuando Quentin se ponía así, resultaba muy difícil hacerle entrar en razón. Armando se lo dijo, ella misma lo había intentado, con cierto cariño en su tono y sus palabras, pero la ira provocada por la muerte de Cave sobrepasaba al grandullón igual que una marea roja de dolor y venganza.

No les quedaba tiempo. Ni para razonar ni para tonterías. ¿Qué hacer? Si se interponía entre Eshan y Quentin, lo mismo este reaccionaba o ella se llevaba una buena hostia. 

-¡Armando! A los controles, ponla en marcha.

Luego, a espaldas de Quentin, le inyectaría en el cuello el sedante más potente que hubiese en el kit médico. De funcionar, con la ayuda de Eshan lo meterían como fuese en el interior de la pequeña nave y se largarían. 

Mientras seguía avanzando, Quentin notó algo a su espalda, como si fuera el picotazo de un insecto e hizo lo lógico... intentar espantarlo con la mano...

Al girarse, vio a Verca detrás de él, a la que miró con cierto desconcierto en la mirada...

Después de arrancarse la jeringuilla de un manotazo, Quentin se giró confuso hacia Verca. Su cara inocente indicaba que no entendía por qué Verca le hacía aquello.

Eshan aprovechó la ocasión para atacar a Quentin por la espalda, agarrándolo con amos brazos por el cuello. Lo que fue un craso error. El guardia no conocía la increíble resistencia del gigantón, que apenas se inmutó por el ataque. Su cuello era como el de un toro, y la presión de Eshan no era la suficiente.

Quentin agarró a Eshan como quien se quita una mochila, se agachó y lo lanzó por encima de su cabeza con toda la rabia que había ido acumulando. La cabeza de Eshan dio de lleno contra la pared, un par de metros más adelante, y su cuerpo cayó al suelo mientras derramaba sangre por el cráneo.

Tras lanzar el cuerpo de Eshan contra la pared y ver como caía al suelo como un muñeco roto la mirada de Quentin pareció cambiar de nuevo.

Se acerco a Armando y señaló hacia los asientos de la nave.

- ¿Soooonnn esss-toooos losss quuuee ha-hay quuuue quiiit-ttaar? - preguntó con su voz de siempre justo antes de ponerse a desmontarlos como Armando le había pedido...