Partida Rol por web

Nat entra en el comedor donde ya estan muchos campistas. Sunan y Ron comparten mesa con Maria y Sonya que te saludan nada más entrar, parecen hablar animadamente. Ibiki y Regulus se mantienen en mesas apartados.

Con Nat nos llevabamos naturalmente mal, habia alguna incompatibilidad de caracteres o algo así. Sin embargo era la ultima persona que habia visto la novhe de la gema y de Malcom y Rylai no sabia nada, ergo tendria que preguntarle a ella.
Alzo la mano al verle venir y en cuanto se acerque le digo.
Has visto a Malcom o Rylai? Desde anoche que no se nada de ellos y me preocupa en verdad no me preocuoaba en absoluto solo queria saber si ellos tenian la piedra pero de todas formas ella empatizaria mejor si yo me mostraba preocupado por sus amigos

Solo entrando al comedor Regulus llama mi atención. -¿Qué querrá? -Pienso al tiempo que levanto una ceja y lugo empiezo a aproximarme a su mesa. -Hola, ¿necesitas algo? -Como me lo debí esperar ni siquiera saluda, pero lo que me pregunta, además de parecerme extraño proviniendo de él, me hace notar que no lo vi en la mañana, aunque tampoco lo estuve buscando.  -La verdad no me había percatado, pero esta mañana no lo vi en la cabaña, ni cuando vine al comedor para desayunar. Por parte de Rylai, ella no está en mi misma cabaña, pero tampoco la vi esta mañana. -No sé que les habrá podido ocurrir y solo espero que no sea nada malo. -Bueno, voy a buscar que se me antoja hoy... -Me siento extraña hablando con él. -Hasta luego.

Me muevo hacia la barra de comidas y esta vez me enfoco en lago que nunca he probado, normalmente no tengo una oportunidad así. Me giro en busca de una mesa y al ver a Sunan recuerdo lo que hablé hace unos momentos con la monitora Mina. Me dirijo a la mesa.

-Hola Sunan, preciso te estaba buscando. -No es cierto, apenas salí de la cabaña prácticamente lo había olvidado. -Hay algo que quiero preguntarte, bueno, más bien consultarte.

Sunan levanta la cabeza de su plato y te mira con un brillo curioso en los ojos.

-Claro, ¿qué necesitas?- notas como mantiene una amplia sonrisa como el primer día aunque se le nota bastante más cansado y algunos trozos de esparadrapo adornan su cara.

La respuesta de Sunan me anima bastante, se nota en mi rostro, así que me aproximo con mi bandeja para unirme a su mesa. -Verás... -Empiezo y me detengo al mismo tiempo pensando en la mejor forma de exponer mi objetivo. Por mucho pasan tres segundos y tomo la cuchara que llevo con mi mano. La dejo reposar sobre la palma abierta y le aplico un pulso haciendo que la cuchara salte unos veinte centímetros para después agarrarla cuando cae nuevamente. Volteo a mirar fijamente a Sunan.

-Me dijeron que tienes una habilidad similar a la mía y que me puedes ayudar en el sentido de poder aplicarla a distancia. ¿Puedes hacerlo? -En mi rostro se dibuja mucha expectativa a la espera de que haber sido clara y que la respuesta de él sea afirmativa. En verdad quiero mejorar.

Sunan mira con curiosidad lo que haces con la cuchara antes de levantarse y ponerse frente a ti. Es bastante más alto que tu, a ojo dirías que mide un metro ochenta. Te coge con suavidad la cuchara de la mano y la sujeta frente a tu cara concentrandose. Su mano empieza a brillar con fuerza casi deslumbrandote y ves como la cuchara se parte en dos como si fuera de juguete. 

El chico la deja en la mesa y te mira.

-Creo que se a qué te refieres, pero mi poder está enfocado de otra manera. Veras yo concentro la energía en ciertas partes del cuerpo y...-

En ese momento una sirena retumba por todo el campamento, seguida de una voz malhumorada que no tardais en reconocer como la de Atlas.

-¡CRIAJOS, TODOS A LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS, EL TORNEO POR CABAÑAS VA A COMENZAR! ¡Y QUE NADIE PIENSE EN ESCAQUEARSE!-

Con las ordenes del Atlas el chico tailandes te sonrie antes de salir por la puerta.

-Bueno, si quieres hablamos luego.-

Estaba tan animada por conversar con Sunan, pero una alarma y un mensaje dañan el momento. -¿Qué, torneo? -Sunan me sonríe, pero lo único que hago es fruncir el ceño y bajar mis hombros. -¿Y por qué me sonríes, acaso esto es divertido? Espérame. Regulus andando, no creo que Atlas sea muy pasiente.  -Cojo un pastelillo, salgo tras Sunan y camino en dirección del gimnasio mientras hablo con él.

-Concentrar mi poder en alguna parte de mi cuerpo es algo fácil, pero lo que quiero es aumentar mi rango. La monitora mina me dio unos tips, pero... -Levanto mis hombros y muevo mi boca a un lado. -Es algo complicado para mi. -Miro hacia otro lado pensando en mi madre. -Si tan solo mi madre no hubiera cohibido sus poderes, tal vez sabría algo al respecto, ella si los manejaba a distancia. -Suspiro y luego sacudo mi cabeza paran dejar de pensar en eso. -Bueno, a ver en qué resulta este torneo. -Sigo hacia el gimnasio caminando cerca de Sunan.

Estaba oyendo la conversacion de Natjinka y Sunan, mientras comia casi desganado. Entonces por los altavoces sono la potente voz del monitor y entonces comprendi que se habia acabado el recreo. Si me tocaba competir por cabañas mi equipo estaria formado por Ersy y su pequeño robot, con quien ya habianpeleado juntos y por el otro la muchacha de los cabellos super fuertes. Teniamos mucho potencial para ser los mejores a ver que nos traian los monitores.
Asenti a Natjinka y me puse de pie para luego dejar la bandeja en su sitio y desechar los restos.
Atlas ya me tiene de punto, no quiero acabar en detención nuevamente por una tonteria, vamos rápido. Ya quiero ver de que va esta competencia Digo Natjinka y Sunan pero en voz alta lara el resto. Lo cierto es que si bien habia ayudado a armar la posta y tal, no tenia una idea cabal de lo que hariamos a continuación

El comedor se encontraba bastante desierto y me lo esperaba. -Me apetece algo de sal... -Reviso en busca de galletas de sal y algo de queso crema. Una crema de leche recién ordeñada sería muy poco probable de encontrar, así que el queso crema será suficiente. -Mi madre siempre me limitaba este manjar... "no es bueno que comas tanto de esto" me decía, pero igual nunca he sido de abundante comer y es algo que en algunos momentos me frustra. Hay platos tan deliciosos que me encantaría comer en gran cantidad, pero tengo un estómago muy pequeño y debo aceptarlo. -Miro a Jaden. -Eso es algo que envidio de ustedes los chicos, no sé cómo son capaces de comer tanto, aveces me impresiona. El hermano de mi mejor amiga es capas de comer hasta tres veces lo que yo. -Mi semblante se ha relajado aún más, el solo pensar en algo irrelevante me tranquilizó bastante.

Busco una mesa y me coloco a armar las galletas a modo de emparedado. -Esto es algo muy simple, pero me encanta.

Fue precipitado que nos pasásemos tan pronto. La enfermería era un hervidero de actividad, desde que llegamos al campamento siempre había alguien allí, no digamos ya cuando acabamos Jaden y yo en sus camillas. Si los compañeros acababan de llegar y eran varios, imaginaba que estarían atendiéndoles a todos por igual. La tía Agnes iba a necesitar manos…

Seguía a los chicos sin participar en la conversación más allá de una sonrisa tímida cuando me miraban y un asentimiento de cabeza. Les escuchaba, de verdad. Solo que aún me notaba cansada, cada vez más cansada, y entre eso y la preocupación por mis compañeros… me saturaba un poco. Compartí la idea de la madre de Nat cuando me lo contó, ya en el comedor:

─ Bueno, el exceso puede derivar en problemas de salud. Pero eso depende de la persona, claro. Hay un dicho muy famoso… -hice memoria -«Lo bueno si es breve, es dos veces bueno».

El ambiente se había relajado bastante. Hasta Nat tenía otra cara. Observé atentamente cómo se preparaba su emparedado de galletas, y enseguida la imité, con Droidcat sentado sobre mis faldas.

─ Hum… -terminé de masticar antes de dar mi veredicto -Si, está muy bien. ¿Pero no estaría mejor con algo más?

Se me había ocurrido una idea. Las meriendas así de informales, igual que los desayunos experimentales, eran algo recurrente de mi padre cuando conseguía zafarse de la oficina a primera hora, o le cambiaba el turno a mi madre. Me hice con unos cuencos de frutas variadas y frescas, además de chocolate para untar y diversas mermeladas. Tuve que soltar a Droidcat para que me ayudase con la carga, y cuando regresé a la mesa con ellos, lo dispuse todo en abanico para que quedase al alcance. Me senté de rodillas en la silla y empecé aplicando una capa de chocolate entre las galletas, y luego una fresa. Droidcat tardó un poco más en unirse a nosotros. Mi ayudante trajo consigo un bote de nata montada y lo sujetaba sobre su cabeza en equilibrio. Culminé mi obra tapando los extremos del emparedado de galleta personalizado con una espiral de nata y me lo llevé a la boca. Estaba tan dulce que me castañearon los dientes, pero consiguió abrirme el apetito.

─ ¡Humm! ¡Que rico! ¿Por qué no lo probáis así? -ofrecí pensando cual sería la siguiente combinación a probar.

Mientras cenas con Nat y Ersi notas como te vibra el movil en el bolsillo. Cuando lo sacas lees un mensaje de un numero no guardado.

Pasate por la enfermería cuando puedas.

Tenemos que hablar.

Aunque no había referencias parecía obvio de quien era el mensaje. 

Mientras disfrutais de una rica cena vuestros compañeros se unen a vosotros en el comedor: Maria, Sonya y Sunan entran y cogen una bandeja mientras se unen a vosotros.
Charlais distraidos cuando Droidcat se activa y empieza a hablar con voz distorsionada, muy distinta de su voz normal.
No distinguis palabras, el sonido os recuerda a una radio cuando pierde la frecuencia de la emisora.

Veo como Ersy empieza a traer varios tazones de dulces y empieza a hacer emparedados. Sonrio divertido, me recordaba a una niña pequeña -Jaja, bueno si tu lo dices- rio mientras empiezo a desgustar los dulces. Sobre todo el chocolate, me encanta, pero casi nunca podia comerlo, asi que aprovecho la ocasion. -Delisioso- digo mientras devoro los dulces,

Mientras como siento que mi movil vibra en el bolsillo de mi chaqueta. Tengo las manos ocupadas con dulces por las miro intercalando entre una y otra. Suspiro y me termino los dos en un santiamen. Me limpio las manos con una servilleta y saco el movil y descubro que me ha llegado un mensaje. Al leerlo frunjo el ceño, pero no digo nada. Mientras Sunan y unas chicas entran al comedor sirviendose algo de comer. 

Estoy por levantarme y disculparme cuando Droicat empieza a hablar raro -¿Hmm? Ersy creo que se la aflojado algun cable a Droicat- le aviso ya que esta conversando con Nat

La idea de Nat de estar cenando juntos ese tipo de “tonterías” que a cualquier adulto le pondría de los nervios nos sirvió para relajarnos después de unos días cargados de emociones. Por un momento, todo lo malo se hizo a un lado para dar paso a una paz cargada de risas, bromas, conversaciones distendidas… En definitiva, lo que la gente de nuestra edad tendría que estar haciendo en un campamento.

Al principio, estaba concentrada en decorar la punta de la nariz de Sunnan de nata montada, por eso no me di cuenta hasta pasado un rato. Me detuve en seco cuando Jaden me advirtió de lo que le pasaba a Droidcat.

─ ¿Qué? Eso no es normal… Hum…

Me retiré de mi sitio en la mesa para agacharme junto a mi ayudante, examinando la carcasa en busca de daños visibles.

─ ¿Qué te pasa, Droidcat? ¿Se te ha roto el altavoz? -fue más una pregunta retórica que otra cosa.

Le alcé en brazos para examinarlo con mejor luz.

Mientras seguimos compartiendo en el comedor, también se nos une María, Sonya y Sunan a quienes saludos alegremente. -Que bueno que se nos unan, entre más seamos es mucho mejor. -Es grato tener este ambiente entre nosotros, aunque sea temporal. ¿una anomalía en Droidcat?

No tomo muy seriamente el aparente fallo en el acompañante de Ersebeth, igual es solo una máquina, aunque ella es más seria al respecto. -¿Está todo bien? -No sé que pueda ser el fallo, eso es algo complejo para mi.

Cuando Ersy alza a droidcat notais como las voces se oyen algo más claras, aunque siguen siendo demasiado confusas, no tardais en daros cuenta de que cada vez que lo moveis hacía una direccion concreta las voces se oyen mejor. Lo acercais hasta la pared para intentar descubrir que pasa pero las voces aunque claras son demasiado bajas como para oirlas dentro del comedor. La voz de Maria suena a vuestra espalda.

-Me recuerda a la vieja radio de mi abuelo, tienes que apuntar bien la antena para captar las noticias sino solo oyes estática. Tal vez si lo acercamos más, ¿Alguno sabe qué hay en aquella dirección?-

Mientras intentais recordar que había tras esa pared Sonya abre la boca por primera vez en toda la cena, con esa voz lugubre que hace que se os hiele la sangre.

-El bosque...-

La revelación os hace dudar, el bosque... la única zona a la que ya no podeis ir...

La aclaración por parte de Maria es bastante lógico, también estaba pensando algo así, pero... -¿El bosque? -Tanto la forma en que lo dice, como lo que representa ese sitio... -Es donde encontramos a Nina y si una niña aparece allí sin razón aparente, es muy probable que sea el foco de muchas más cosas.

La probabilidad de que tomen a Droidcat para estudiarlo es bastante alta. -Ersy, ¿hay forma de que programes algún dispositivo para que capte esa señal? así le decimos a algún monitor que fue con ese dispositivo, porque creo que debemos informar esto a alguien con experiencia. -Mi sentido de la aventura se vio mermado con la incursión en el laboratorio.

Droidcat pesaba bastante, pero la impresión me impedía moverme. Hasta que no me escocieron los ojos no me di cuenta de que los tenía abiertos como platos. Despacio, bajé a Droidcat, abrazándolo. Nat podría tener razón. Llamar a un adulto para que se encargase sería lo más seguro. Pero lo del laboratorio estaba muy reciente. Nos habían mandado a nosotros, unos críos, a hacernos cargo. ¿Por qué no fueron los monitores a acompañar a la tía Agnes? ¿Por qué no habían solucionado ya lo de la niña? No expresé ninguno de estos argumentos en voz alta, porque para convencerme a mí misma de que un adulto sobraba en esta historia solo necesitaba uno.

Droidcat no estaba hecho para ser la señal de radio de nadie. Si alguien, ya fuera a propósito o por accidente, estaba interfiriendo en sus ondas, el problema nos concernía solo a nosotros dos.

─ No voy a llamar a ningún monitor -me di cuenta de que, quizá, lo había dicho mucho más seria de lo que normalmente hablaba. Pero la situación lo requería -No fueron los monitores los que acudieron al laboratorio a llamar a la niña. Tampoco la encontraron ellos en el bosque. Hasta ahora, lo único que han hecho los monitores ha sido ponernos a pelear con máquinas y entre nosotros. Así que iré yo a investigar la señal.

El bosque era territorio prohibido, no se me había olvidado. Sobrevolé con la mirada el rostro de los chicos que me acompañaban en ese momento. Jaden había tenido acción más que suficiente para una vida, igual que Nat. Haber pasado un mal rato en el laboratorio había fortalecido el lazo que nos unía. No pasaba lo mismo con Sunan, Maria y Sonya, que por muy bien que me cayeran, tampoco quería que los castigasen por mi culpa o la de Droidcat.