Partida Rol por web

La Costanera y la Reserva Ecológica de Buenos Aires son dos puntos turísticos muy comunes, tanto para viajeros como para los mismos habitantes de la ciudad. No es raro ver personas ejercitandose en la Costanera, andando en bicicleta por la Reserva o disfrutando de los famosos carritos parrilleros. La Reserva Ecológica cierra el acceso a personal no autorizado cerca de las 20 hs, mientras que los carritos parrilleros se mantienen hasta altas horas de la noche, dado que innumerables jóvenes, parejas y turistas cenan allí. Incluso muchos pescadores van a la Costanera a probar suerte. Ningún mago posee influencias en la zona, al menos no importantes. Sin embargo, es sabido popularmente que la Reserva Ecológica es una de los territorios mas protegidos por los Hombres Lobo y no suelen ser muy amigables con quienes se meten en sus tierras sin su permiso.

Dishi subió junto con Omega al vehículo, iba al volante por lo que decidió bajar hacia el río por corrientes y estacionar lo más cerca posible de la costanera.  Aquel lugar, puerto madero, era uno de los mas lindos, o al menos de los que más le gustaban de la ciudad, quizás se debiera a la cercanía con el agua, nunca se había sentado a meditar sobre aquello.

Bajó del auto y guió a Omega hasta uno de los carritos, estaban cera de la reserva y todavía con tiempo antes de que se cerrase al público, pidió un sándwich de bondiola y espero a que la muchacha hiciera su pedido, luego se retiró a esperar que la carne se cociera en una mesa cercana y cuando todo estuvo listo condimentó el sándwich con cebollas, mayonesa y salsa de tomate, tomó unas cuantas servilletas y caminó junto con la mujer hacia el interior de la reserva.

-Se que te gusta te llamen Omega- le dijo en voz baja a la mujer –Pero sería conveniente que usáramos un nombre... Común para hablar entre nosotros, a mi podés llamarme Maxi-

Charlaba con Omega, pero sus sentidos, atentos, se ocupan de observar el entorno, de tratar de identificar posibles problemas, bien sean agentes de la tecnocracia bien fuesen cambia formas.  Estaba allí sólo para observar, no para buscar problemas, por lo que en todo momento procuraba respetar el lugar, no arrojar papeles o basura a los caminos y, si veía algo tirado levantarlo y arrojarlo a un cesto.  Para cualquiera que los mirase parecían dos amigos dando un paseo, pero siempre cabía la posibilidad de que un ojo más entrenado se percatase de su “innaturalidad”.

Antes de entrar a la reserva Ecológica Dishi pudo percibir resonancia mágica no muy lejos de allí. Estaba, al menos, unas 10 cuadras hacia la ciudad, en dirección a la zona de Retiro. La resonancia del efecto duró un parpadeo, quien quiera que haya realizado el efecto mágico, había borrado perfectamente su rastro. Probablemente Dishi solo pudo sentirlo por la cercanía y por su extrema sensibilidad mágica en el momento exacto. No pudo percibir la naturaleza del efecto, sin embargo le dio la sensación de protección. Para cuando había logrado dilucidar aquello, Omega ya le había arrastrado hacia el interior de la Reserva. Sin embargo, creía que si se concentraba lo suficiente podía llegar a darse una idea mas precisa de donde se había realizado el efecto y dar con su paradero.

Mientras caminaban, Dishi mantenía sus sentidos alerta. Estaba completamente seguro de que nadie les seguía, ni parecían estar en peligro. La reserva estaba muy tranquila. Probablemente los Cambia Formas no sentían su presencia como una intromisión siempre que no abandonase el camino. O quizá estaban ocupados con algo mas en sus terrenos...

Había percibido un rastro mágico, no pudo identificar cual sería el efecto de aquella alteración de la realidad, porque en definitiva todo hechizo no era más que eso, una alteración de la supuesta realidad, sin embargo perdido en aquellas dilucidaciones se vio arrastrado hacia el interior de la reserva y cuando se quiso dar cuenta ya era tarde para seguir ese rastro.  A simple vista todo el lugar parecía normal lo cual, en la situación en la que se encontraban, era de por sí extraño.

Se giró hacia Omega –Cuando entramos sentí una alteración en el Drhama.  Ya es tarde para dar con ella, pero sé que fue a unas diez cuadras de aquí.  Abre los ojos, observa nuestros alrededores y dime que ves-

Ok Dis... digo Maxi. Estaré atenta. Puedes llamarme... Marta. Marta me gusta. Vamos a investigar allá donde sentiste la perturbación.

Tras caminar largo rato, puede que haya sido poco pero se me ha hecho largo. Me giro a Dishi -¿Podremos comer algún bocadillo de esos que tan buena pinta tienen?

He pensado que si os puestos suelen estar hasta altas horas de la noche, algún tendero puede que sea un cambiaformas o quizás conozca. ¿No?

Caminaron un largo rato sin ver nada fuera de lo normal, Dishi esperaba verlo, esperaba encontrar algo que desencajase en el lugar, algo que podría ser perfectamente normal para un durmiente pero que para él no fuese así, sin embargo no había nada allí que resaltase, tampoco pareció percatarse de nada Omega así que el oriental decidió emprender el regreso, fue entonces cuando se le ocurrió una idea.

-Estate atenta Marta, voy a sentarme a descansar un segundo en ese banco de ahí.-

Se sentó, respiró profundamente un par de veces y comenzó a expandir sus sentidos analizo el tapiz para ver que hilos tejían aquel lugar, luego revisó los patrones entrópicos en busca de alguno que pudiera haber sido alterado y finalmente se dedicó a sentir las fuerzas que allí operaban.  Era en este último punto donde esperaba encontrar algo verdaderamente sobresaliente, si las líneas telúricas se estaban reacomodando para formar un nuevo y poderoso nodo, entonces aquello sería un hervidero de fuerzas, o al menos eso suponía

A Dishi no le tomó mas que unos minutos concentrarse en la meditación para que sus sentidos mágicos se expandieran mas allá del límite humano.Lo primero que pudo percibir fue que la Reserva Ecológica contaba con una dosis de quintaesencia pura en el aire, fácilmente canalizable y de resonancia Dinámica. No demasiado lejos de la ubicación en la que ellos se encontraban pudo percibir una zona bloqueada a su percepción, probablemente un Refugio de los CambiaFormas. El Refugio tenía una protección antimágica que Dishi pudo percibir. No pudo sentir absolutamente mas nada del Refugio, puesto que poseía defensas mágicas que debía sobrepasar si deseaba obtener mas información al respecto, aunque eso probablemente si alertase a sus habitantes. Sin embargo, Dishi no pudo notar la existencia de grandes Lineas Ley activas en la reserva.

La Entropía del lugar no parecía haber sido afectada de manera burda recientemente, aunque sin buscar algo específico, Dishi sabía que no encontraría información de utilidad. Lo mismo ocurría con la energía de la Reserva, todo parecía mantenerse en calma.

Abrió los ojos una vez finalizada la meditación

-Mmm, esto es raro- dijo a Omega -Encontré una zona protegida contra la magia, al guarida de los lobos quizás.  Pero lo extraño no es eso, sino que no noté alteraciones energéticas significativas como para indicar el próximo despertar de un nodo.  Esto no me gusta, pero no hay mucho más que podamos hacer sin que noten nuestra presencia y, si la notan, podemos poner en peligro a la loca de las galletitas.  Si te parece preferiría volver-

Escucho a Dishi, que tras un tiempo como desconectado parece haber vuelto a la realidad.

Dish...digo Maxi. No es posible que no hayas sentido nada por que la trama de poder se esté llevando a cabo en la zona de nulidad mágica. O quizás el plan del franchute haya dado resultado y haya "ocultado" la trama... no se ¿no?

-mmmm- dijo Dishi frunciendo el gesto -No creo que se deba a la actividad del francés, no creo que le haya dado el tiempo para poder terminar su ritual o lo que fuera que iba a hacer, además deberían poderse captar trazas de la energía- meditó un segundo más las palabras de Omega -Puede que tenga que ver con lo del campo antimagia, pero intentar averiguar algo más alertaría a los cambiaformas o a quien quiera que lo haya colocado y podría traerle problemas a la doctora Gantz- ya de pié comenzó a caminar hacia la salida de la reserva -Creo que será mejor comunicarle al resto lo que hablamos en chacarita y lo que vimos acá.  ¿Vamos? Te invito otro sanguche de camino a la casa-

Ñam! Qué rico bocata! Me entusiasma la idea de Dishi.

De acuerdo Maxi. Yo me comería otro bien grande. Sí señor. ¿Por qué no salimos más a menudo de la capilla para estas cosas? Ya sabes... no solo de caza... -sonrio con voracidad pensando en el bocadillo y la caza.

Quizás podríamos volver con la señorita Gantz. Por si necesitase algo menos... sutil.

Sonrió ante la propuesta de Omega.  -Cuando quieras, de hecho suelo salir a de vez en cuando, no creas que me la paso encerrado en el dojo- escuchó lo que decía la mujer a cerca de Ileana -A esta altura ya debe estar por ahí- señaló con la cabeza el lugar donde estaba la zona antimagia -y si es así mejor no molestarla.  Lo que si podemos hacer es quedarnos en la salida de la reserva y esperar por si pasa algo o la vemos salir.-

Asiento ante las palabras d Dishi. Ahora mismo sólo me importaba el bocadillo de carne. jejejeje

Vamos pues...

Entrada a la Reserva Ecológica, 19:15 hs.

Omega y Dishi permanecieron cerca de la entrada a la Reserva durante aproximadamente 2 horas, el movimiento de gente fue mermando a medida que el tiempo transcurría y aún no podían ver nada que les llamara la atención, ni veían rastros de Ileana en la zona. Justo cuando comenzaban a pensar que quedarse allí esperando no resultaría un plan efectivo, pudieron ver a lo lejos a un vagabundo, que hacía rato largo estaba echado en el piso pidiendo monedas a los transeúntes, lentamente comenzó a levantarse de su posición. Se sacudió la tierra de sus roídos pantalones, acomodó su gorro y sujetó con fuerza una botella de vidrio que mantenía escondida dentro de una bolsa de papel. En cuanto se puso en pié, tambaleó peligrosamente a punto de volver a caer al piso nuevamente, sin embargo logró controlar su equilibrio, posiblemente afectado por el alcohol en sangre, y comenzar a caminar en dirección a la pareja de magos.

Cualquiera que estuviera viendo aquella escena creería sin dudas que no se trata mas que de otro vagabundo borracho yendo a buscar a una pareja joven para pedir algo de dinero o comida, sin embargo los entrenados ojos de Dishi y Omega sabían que no se trataba de un borracho normal. La mirada del hombre parecía perdida, sin embargo los había estado escudriñando con bastante certeza, sus brazos y piernas tambalearon al levantarse de piso, sin embargo ellos pudieron notar que cada movimiento fue medido y fingido. Sus pasos parecían torpes, pero las piernas y los brazos eran fuertes.

No podían discernir su naturaleza pero podían asegurar que no era una persona común y corriente. Lo que ambos pudieron notar en los movimientos del hombre fueron sus intenciones principales. No buscaba atacarlos, al menos, no en principio. Muy por el contrario, parecía estar mas predispuesto a defenderse que a causar problemas.

Acercándose a paso tambaleante, con ropa sucia y mayormente rota, el hombre anciano que parecía haber pasado los 60 hacía ya bastante, se acercó a la pareja poco después de que ambos hubieran terminado de disfrutar su aperitivo. El aspecto desarreglado y el olor a alcohol seco y viejo hacía que las personas se alejaran de él sin siquiera mirarlo demasiado, mas que nada por miedo a que se acercara a pedir algo.

Se acercó mucho, mucho mas de lo que Dishi u Omega hubiesen imaginado que podría acercarse un hombre que tenía una actitud defensiva. Se acercó hasta estar lo suficientemente cerca a la pareja como para poder tocarlos con las manos sin tener que hacer esfuerzo. El olor que emanaba era realmente fuerte y desagradable. Cuando por fin se detuvo, torció el rostro para mirarlos bien a ambos y ofreció de la botella de vidrio que llevaba en la mano derecha. Como estaba cubierta por una bolsa de papel madera, no podía verse el contenido, sin embargo no olía demasiado distinto a él. Al tiempo que estiraba la mano, comenzó a hablar con la voz quebrada de aquellas personas que viven en la calle, víctimas del frio y la lluvia noche tras noche.

¿Que hacen personas como ustedes en este lugar? Hicieron bien en mantenerse siempre en el camino pero, ¿Porque siguen aquí?

Giró el rostro pasando de Dishi a Omega. Cuando sus ojos repararon en ella, frunció el ceño y torció el gesto. Alejándose un paso de ella, como si algo de ella no solo le causara rechazo, sino también asco.

El sujeto los estaba mirando hacía ya un buen rato, en un primer momento no daba con el prototipo de un tecnócrata, tampoco con el de un vampiro así que, más por descarte que por otra cosa, Dishi se inclinaba por un cambiaforma.

-Esperamos a una amiga- respondió

No sólo los movimientos del hombre delataban que representaba un papel, también lo hacía su disfraz.  Quizás en Estados Unidos, donde los negocios y mercados ofrecían bolsas de papel para guardar las compras, hubiese pasado por un mendigo borracho más, pero aquí, en Argentina no eran comunes y mucho menos por aquella zona por lo que se notaba a las claras que el tipo llevaba un disfraz.

-No te lo tomes a mal, es sólo una sugerencia, pero la próxima vez que investigues un personaje deberías buscar en la cultura local.  Acá los negocios no suelen dar ese tipo de bolsas-

Tomó la botella que le ofreció el hombre y miró su contenido intentando dilucidar su contenido.

–¿Y tu? ¿Qué haces disfrazado así tirado en la calle?-

El desgarbado hombre volvió a girar su rostro para mirar a Dishi, ya no reflejaba el asco que le causaba la presencia de Omega, sino que ahora su mirada era de desagrado hacia las palabras del artista marcial. Levantó el brazo y señaló un carrito de los muchos que había al rededor de la Reserva y la Costanera. Este no poseía parrilla, sino que por el contrario vendía bebidas, algodones de azúcar, manzanas acarameladas y pochoclo. Las bolsas en las que se entregaba el pochoclo eran de papel madera, muy parecidas a la que estaba utilizando el hombre.

Bajo el brazo y camino a paso disgustado hasta un cesto de basura, metió la mano y comenzó a escarbar, hasta que por fin sacó otra bolsa de papel madera muy parecida a la propia, solo que esta tenía el logotipo de Mc Donalds. Eran las bolsas que entregan con los pedidos para llevar. Lanzó la bolsa de papel otra vez al tacho de basura y se acercó otra vez a la pareja. Arrebató la botella de las manos de Dishi, quien en ese tiempo ya había podido verificar el contenido alcohólico de la botella. Escupió con desagrado al piso y lanzó una mirada poco amigable a ambos.

Lárguense de acá si no quieren tener problemas, este no es su territorio. Si se quedan, después no digan que no les advirtieron.

Les dio la espalda no sin antes volver a mirar con rechazo a Omega y comenzó a caminar hacia el lugar donde se encontraba antes de levantarse para interactuar con ellos.

Dejó que le quitara la botella de las manos sin oponerse.

-¿Por qué habríamos de tener problemas?  No estamos haciendo nada malo.  Sólo estamos aquí, sentados, disfrutando de la tarde y esperando a una amiga.  Así que no, no creo que nos vayamos a retirar.  Igualmente agradezco tu advertencia.-

Disculpeme anciano -añado a las palabras de Dishi con todo el respeto del mundo.

Hay muchas cosas que desconozco del mundo. He vivido mucho tiempo siendo protegida, quizás un tiempo por alguien como usted. No podría compartir su tiempo y su sabiduría con nosotros. ¿Qué es lo que le desagrada tanto de mi? levanto el brazo para olerme la axila -¿es mi olor acaso?

Le sonrío como la jovencita inocente que soy. Intentando dejar muy dentro de mi las vivencias más escabrosas.

No es mala nuestra intención.

El Anciano se detuvo a mitad de camino cuando escuchó las palabras de la mujer, luego de haber ignorado por completo al hombre. No giró su cuerpo, solo giró parte del rostro para poder ver de reojo a la joven.

Estoy intentando protegerle, señorita... trae consigo el olor de la muerte y ese olor no es bienvenido en estas tierras. Si es mas inteligente que su compañero, se marchara de aquí antes de que anochezca. Deberían esperar a su amiga en otro lugar...

Continuó su camino alejándose de ellos hasta llegar al rincón en el que reposaba pidiendo monedas, no estaba lejos de Dishi y Omega, pero si querían continuar la charla debían acercarse a él.