Partida Rol por web

El viaje de la Éxodus

Capítulo 1: el despertar

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02/09/2020, 12:50
Director

Elisabet despertó en la enfermería de la Éxodus, pero algo estaba mal. La sala había visto días mejores. Un tímido enfermero acudió a socorrerla con los dolorosos síntomas de la descriogenización. No le reconoció. Algo estaba muy mal. Había sido la Reclutadora, la directora del SSP (Servicio de Selección de Personal) de la Éxodus, se suponía que debería reconocer a todos a bordo, especialmente si se tenía en cuenta su memoria eidética. Se suponía que cuando le despertaran la colonización de Edén debería haber comenzado, pero a través de la ventana de la destartalada enfermería podía apreciar claramente las estrellas. ¿Qué podía haber pasado para que le hubieran despertado antes de tiempo?

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02/09/2020, 12:51
Elisabet Hansen

Abrió los ojos perezosamente, mucho después de que su cerebro hubiera empezado a recobrar conexiones e impulsos, y hubiera acabado por indicar a su consciencia que podía despertar. Sintió una mezcla de alivio y dolor, algo que no era nuevo, así era revivir tras la criogenia, sensaciones confusas y amalgamadas.

Lo que sí era nuevo era esa alarma que despertó junto a su conciencia, con ella. Una alarma interna, mental, un aviso de que no, no iba bien. No era lo esperado, en absoluto.

Miró a su alrededor, y se confirmó la sensación. ¿Dónde estaba Edén? Las estrellas que mostraba el panel a su derecha no eran una representación o una imagen holográfica, era simplemente lo que había detrás del espeso y trasparente material de la ventana. 

Vio al tipo que la estaba atendiendo, un desconocido. Imposible. Repasó en su memoria los datos de las fichas de reclutamiento, un repaso veloz pero exacto. No.

Se aclaró la garganta, lo que le produjo un dolor ardiente. Pero necesitaba saber.

-¿Quie... quién eres? ¿Qué demonios ha... pasado aquí...?

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02/09/2020, 12:51
Director

Erik, señora, Erik Jolstrom. Le estoy estabilizando. He conseguido descongelar todos sus órganos y le estoy aplicando micro-estimulación a los músculos. Sus niveles de radiación son mínimos, estupendos me atrevería a decir, y los nano-regeneradores funcionaron a las mil maravillas. Puede decirse que goza de un estado de salud envidiable ─dijo el joven mientras sonaba el “blip” intermitente de uno de los aparatos de monitorización de su estado.

Era un consuelo lo de su salud envidiable, porque le dolía todo que era un horror… Afortunadamente la capacidad de Elisabet para ignorar el dolor físico sí era envidiable. A otro le hubiera costado pensar con el intenso hormigueo de las manos y pies o la quemazón de las vías respiratorias, pero no a ella. Incluso, sentía el lento despertar de su empatía, podía comenzar a sentir la presencia mental del enfermero, una mente receptiva al dolor y con un interés genuino de ayudar.

Elisabet se concentró. Jolstrom, un apellido poco común. En el registro de tripulantes de la nave no figuraba ningún Erik Jolstrom, pero sí una pareja con ese apellido. La lógica dictaba que él debía ser su hijo. O un clon. O un adoptado. En cualquier caso era poco probable que se hubieran parado a medio viaje interestelar para hacerse con un enfermero nuevo.

─¡Señor Leonard, la señora Hansen ha despertado! ─exclamó el joven volviéndose hacia atrás.

Haciendo un esfuerzo la émpata pudo enfocar su visión hacia un hombre en la antecámara de la enfermería que se puso en pie y recortó rápidamente la distancia hasta ellos. Por un momento la mente de Elisabet se embotó. Aquel hombre apestaba a maldad.

─Doctora Hansen, cuánto gusto volver a verla despierta ─mintió dulcemente, en una exhibición de hipocresía harto desagradable para la émpata─ ¿Cómo se encuentra?

Leonard… Leonard Fourier, un alto administrativo italiano destinado a gestión de recursos humanos (los despiertos, claro). Nunca le cayó demasiado bien, pero había cambiado onerosamente. A peor, claramente a peor...

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03/09/2020, 17:07
Elisabet Hansen

¿Erik... Jolstrom?

Ni hablar, no estaba en SU lista. O sea, que... un momento. Podía, claro. Podía ser hijo de aquella pareja...

No podía pensar bien. Y la luz molestaba, el sabor en su boca molestaba, el hormigueo en las yemas de los dedos molestaba, ese acúfeno que sólo se presentaba en momentos complicados ahí estaba y molestaba. Levantó la cabeza, pero mil saetas atravesaron su cráneo. Se recostó de nuevo en la liviana camilla de su cápsula de criogenización para encontrarse que también molestaba.

Se incorporó. Con una lentitud espantosa, con un sobreesfuerzo titánico y una mirada autoritaria al enfermero que lo dejó claro. Iba a sentarse. Si tenía que enfrentarse a la burocracia con patas tenía que hacerlo con un poco de dignidad...

Leonard Fourier.

¿Qué era eso que le envolvía? Aún estaba recuperando paso a paso sus conexiones neuronales, y con ellas su consciencia, y en alguna parte, según qué místicos, su alma, y con todo ello sus cualidades. Era una émpata, absolutamente, y se preparó para absorber las sucesivas oleadas de percepciones que irían presentándose. Pero, la primera...

¿Emanaba de Leonard? Sí, sin duda. Maldad. Oscura, corrosiva. Sintió que se mareaba. Inspiró profundamente, aunque no consiguió despejar la sensación. 

Con la ayuda de Erik acabó sentándose, y mirando a Fourier directamente con sus ojos azul acero que conservaban aún el frío con el que su cuerpo había aguantado el viaje. Estaba embotada, cierto, pero no tanto como para dejarse engañar.

-Señor... Fourier. Ya puede ver, estoy... despierta. Pero, muy intrigada, no se lo negaré. No estamos en Edén, ¿cierto? ¿qué ha sucedido? ¿Dónde y cuándo estamos, y ya puestos, cómo y por qué?

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07/09/2020, 10:56
Director

─Esperaba esas preguntas, no se preocupe ─cómo no, el burócrata tenía un discurso preparado Estamos en la Éxodus, no en Edén, en efecto. Hubo un accidente en ingeniería. No le abrumaré con los detalles, pero hubo una gran fuga de radiación y muchos tripulantes murieron inmediatamente o en los siguientes días a causa del envenenamiento radioactivo. Nunca se alcanzó la aceleración máxima, así que vamos a la deriva con años de retraso. Ha dormido 25 años, hace 11 años que deberíamos haber llegado. Ahora escuche atentamente mis palabras: su despertar ha sido un accidente, una boca más que alimentar es lo último que necesitamos, especialmente si es de alguien tan problemático como usted, pero no disponemos de la capacidad de devolverle al sueño criogénico debido a graves desperfectos en la nave. Nos veremos obligados a asignarle una ocupación, pero todavía no se ha decidido qué hacer con usted, así que yo de usted me comportaría ─advirtió él Ahora descanse y recupérese. Cuando nos informen que está en condiciones para reincorporarse al servicio activo vendrá alguien a escoltarle al puente para una entrevista ─sentenció finalmente.

Sin más que decir, el alto administrativo simplemente se fue, sin despedirse formalmente. Sus modales no habían mejorado con el tiempo y no habían sido muy buenos que dijéramos desde el principio.

Algunas cosas quedaban claras: Administración le estaba considerando una molestia, alguien a quien colocar para que no molestara. No le esperaban despierto y ahora no sabían qué hacer con él. Y si no hacía algo al respecto, le relegarían a donde no pudiera hacer nada. Aquello era algo que no podía dejar que sucediera.

La cuestión ahora era decidir qué hacer. ¿Tal vez buscar algún aliado? ¿Alguien en Ingeniería que le pudiera dar información sobre el accidente? ¿Un “topo” en Administración? ¿Algún viejo amigo a quien recurrir?

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12/09/2020, 20:13
Elisabet Hansen

Se quedó aparentemente impertérrita, no podía permitirse otra cosa. No podía mostrar sorpresa, ni miedo, ni siquiera enfado o rabia. Todos esos sentimientos la debilitarían a los ojos del que, de un modo sutil pero cierto, era su enemigo. Ahora habían cambiado mucho las cosas, demasiado. Era vulnerable, mucho, y se la consideraba una molestia. Y "ellos" mandaban. La Administración. ¡Como odiaba a todos esos burócratas chupones!

Esperó a que Fourier se fuera, con sus aires de superioridad. Se limitó a digerir sus palabras prepotentes, a intentar mantener la calma, y pensar. Datos, tenía datos, y necesitaba muchos más. Debía llegar a saber qué había ocurrido allí, no lo aparente, lo real. Debía buscarse aliados, o encontrar a los que ya tenía. Para empezar...

...se giró hacia el joven enfermero.

-Erik. Menudas circunstancias para conocernos. Lo siento, soy buena gente en serio. A pesar de lo que nuestro común "jefe" ha parecido querer decir. ¡Soy una carga! Vaya. ¿Tienes idea de por qué me han despertado? ¿Ha sido un fallo del sistema, o personal? Y ya puestos, ¿qué hizo que estemos aquí, y no en Edén? Lo que ha dicho Leonard no ha sido demasiado. Y poco explicito. 

Puso toda la carne en el asador. Activó su capacidad empática hasta sus límites más altos, concentrándose en el chico. Era también buena gente, eso ya lo había notado antes, ahora debía averiguar qué sabía. Y ver con qué recursos podía contar.

-Por cierto, ¿has nacido aquí? ¿Tus padres son los Jolstrom que embarcaron ya como pareja? Les recuerdo muy bien, si es que son ellos. Yo les di el visto bueno durante el reclutamiento.

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14/09/2020, 13:03
Director

─Bueno, no sabemos por qué se ha despertado, señora. La IA lleva muchos años haciendo cosas raras. Desde el accidente. Algunos dicen que no pudo superar la muerte de tanta gente, por los módulos empáticos de su personalidad artificial. Demasiado lista... y humana para su propio bien ─divagó Erik.

»Edén es para mi como un cuento de hadas. O el paraiso de los creyentes, señora. Nunca lo he visto y la verdad es que no tengo nada claro que lo llegue a ver. Desde el accidente vamos a la deriva, sin aceleración ni forma de conseguirla. Nací en esta nave, este es mi mundo. Incluso si algún día llegáramos no sé si me acostumbraría a tanto espacio. Mi madre me contaba muchas cosas de Vieja Tierra, como los cielos o el mar, pero yo nunca he experimentado eso, aunque me gustaba escucharla... ─el chico estaba siendo muy sincero y lo que decía tenía un claro tono melancólico, tono que no tardó en quedar explicado.

»Mi padre murió poco después del accidente, no le conocí. Mi madre murió hace dos años. Qué ironía, ¿verdad? una radióloga fallecida por envenenamiento radioactivo. Todos me dicen que eran buena gente. Estudié medicina por ellos. Yo... si, si me disculpa... ─confesó el chico, afectado, secándose una lágrima y apartándose del émpata.

Los Jostrom, en efecto. Dos grandes investigadores, él biólogo genético y ella médica radióloga.

Aunque había conseguido algunas respuestas, más y más preguntas acudían a sustituirlas:

─¿Cómo era que Erik seguía depresivo dos años después de la muerte de su madre? ¿Acaso había muerto también el psicólogo de la nave?
─¿Por qué Arvid Jolstrom murió poco después del accidente cuando era biólogo y debería haber estado en un entorno seguro tras haberse salvado del accidente en sí?
─En cambio, la radióloga había muerto hacía poco, sólo dos años. Un envenenamiento radioactivo podía prolongarse tanto tiempo?
─¿Qué le había pasado a la IA? ¿Por qué le había despertado? ¿Era un error o había algo más detrás?

Necesitaba respuestas y de aquel muchacho, el doctor de la Éxodus, no iba a conseguir mucho más de momento.

Notas de juego

Siéntete libre de introducir los elementos que precises. Elisabet conoce a todos los de la nave, puedes inventarte cualquier tipo de relación y persona/profesión/cargo que pueda resultar mínimamente coherente en la Éxodus. Haz avanzar la narración sin complejos, yo te sigo ;-)

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15/09/2020, 10:03
Elisabet Hansen

Notas de juego

Vale. Pero antes, un par de cosas que necesito que me aclares:

Fourier ¿tiene la edad que ella recuerda, o ha envejecido? Es decir, ¿puede más o menos saber cuándo fue despertado?

Y necesitaría un poco de guía en cuanto a los departamentos que Eli sabe que había en la nave: Ingeniería, Medcina, Psicología, Recursos Humanos... de esos ya hemos hablado. ¿Qué más? Soy torpona en esas cosas, dame un poco de carnaza. ;)

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16/09/2020, 10:56
Director

Notas de juego

Fourier ¿tiene la edad que ella recuerda, o ha envejecido? Es decir, ¿puede más o menos saber cuándo fue despertado?

Fourier ha pasado de ser un adulto (unos 30) a aparentar una cincuentena o más. De todas maneras piensa que la época es finales del siglo XXI, así que el envejecimiento es relativo. En términos actuales sería como pasar de veinteñero a treintañero o quizás cuarentón bien llevado.

SALAS DE LA NAVE

-Sala de mando

-Sala de entrenamiento/gimnasio

-Almacén (gestionado por robots). Hiper-compresor (para gases)

-Laboratorios de mecatrónica (robots)

-Sala de motores/Ingeniería

-Hidroponía (de luz artificial)

-Fábrica de producción de medios (industria pesada).

-Habitaciones (con atmósfera).

-Sensores.

-Recicladores (de aire, agua, líquidos, detritos).

-Baños (automatizados, parte del sistema de reciclaje)

-Sala de recreo

-Ingeniería genética + archivos genéticos

-Almacén de sondas exploradoras (las que al llegar a Edén tienen que cartografiarlo y analizarlo ; empaquetados y comprimidos)

-Sala de I+D multidisciplinar

-Gabinete psicológico

-Enfermería (donde has estado)

-Administración (Recursos Humanos)

Con la posibilidad de incluir alguna sala más que se me haya olvidado.

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22/09/2020, 12:58
Elisabet Hansen

-Lo siento, muchacho, siento si te he traído recuerdos que quieres olvidar.

Su parte empática también tenía su lado malo, sentía el sufrimiento ajeno con demasiada viveza, sobre todo cuando alguien era simple, sincero, y buena persona. Y ese era el caso de Erik.

-Pero debes perdonarme, porque necesito situarme, y por eso no puedo dejar de hacer preguntas. ¿Qué sabes del "accidente"? ¿Se sabe qué lo ocasionó? ¿Dañó cápsulas, ya que dices que la IA pudo trastornarse por tantas muertes? ¿O te refieres a otro tipo de muertes? Quizá lo mejor es que me describas lo que sepas, lo que recuerdes... como si estuvieras tomando un té con una amiga a la que hace muchos años que no has visto. Plantéatelo así, por favor.

Señaló la zona de sofás en la enfermería, una zona donde los sanitarios podían relajarse, y realmente tomar algo. Llamar sofás a las dos butacas era una exageración, pero eran mejor que la camilla de la cápsula, o estar de pie.

Se tambaleó ligeramente cuando puso los pies en el suelo, pero se rehízo. Se arropó con la sábana que Erik le había echado encima, y agarrada de su brazo, se acercó a la butaca, y se sentó.

-Uff, mucho mejor, ¿no te parece? Así se puede charlar, distendidamente. No como si se tratara de un interrogatorio.

Aunque eso habría querido hacer, exactamente eso. Un interrogatorio en toda regla, un listado de preguntas sucesivas y encadenadas. Pero Erik era una persona frágil, no hacía falta ser un psicólogo para verlo. Y ella lo era. Esa era una baza, una importante si podía elegir el trabajo que haría en la nave. Como psicóloga podía hablar con quien quisiera, y de lo que quisiera. Podía preguntar sin cortapisas, y por tanto, investigar. Y, estaba segura, lo que había por investigar era mucho, complicado, y evasivo.

-Por cierto, ¿quién manda ahora? ¿Cómo está estructurada la autoridad en la Exodus? Parece que Leonard es importante, por como me ha hablado. Mucho más de lo que lo era antes del accidente. ¿Por qué? Verás, tú no puedes saberlo, porque aún no habías nacido. Pero cuando partimos de la Tierra, de Europa... -¡Hacía tan poco de eso para ella! La sensación dolía muchísimo...- el Capitán de la nave, el hombre que llevaba el timón literalmente, el que tomaba las decisiones para bien o para mal, era James McBree, un escocés brillante y fuerte, un hombre de mente ágil. -Y de muy buen ver, por cierto, se sonrió en su fuero interno. El pelirrojo treintañero era una torre que se cuidaba, el muy travieso, y su relación con él había sido muy... próxima.- Con el accidente, lo debieron despertar a él en primer lugar. ¿Sigue al frente...?

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27/09/2020, 00:15
Director

─No, no importa, señora ─concedió el joven.

Incitado sutilmente por la émpata, el muchacho se desplazó hacia uno de los sofás sin apenas darse ni cuenta. La actitud y voz tranquilizadora de Hansen había bajado las defensas mentales del joven médico tal y como pretendía la "interrogadora".

»El accidente, bueno, yo todavía no había nacido, sólo sé lo que me han contado: algo pasó en ingeniería, en el motor, y todo se inundó de radiación. No sobrevivió nadie de ingeniería que estuviera en su turno de trabajo y los registros de la computadora se corrompieron. Todos los sistemas cayeron a la vez. Los supervivientes tuvieron que "parchear" los sistemas vitales a contra reloj y luego tratar de recuperarlos de forma segura durante semanas o incluso meses. No todo se pudo reparar, ni siquiera después de reutilizar componentes de la nave para otros usos. Cuando la IA pudo volver a activarse ya no era la misma. Ahora maneja las cosas, es cierto, pero dicen que su módulo empático es errático, no funciona con la misma delicadeza que antaño. Creo que lo peor, lo que más ha marcado a la tripulación, es el envenenamiento radioactivo. Los que no murieron al instante o en los primeros minutos, se habían visto expuestos a cantidades abrumadoramente altas de radiación y las muertes por esa causa fueron la norma durante semanas e incluso meses. Se desarrollaron sistemas nuevos de eliminar la radiación, al fin y al cabo disponemos de buenos cerebros biológicos por aquí, pero fue demasiado tarde para muchos. El cáncer es una enfermedad muy común en la nave, señora Hansen, pero por suerte ya es algo más crónico que mortal. ─explicó Erik.

»La mayoría de los durmientes, los pasajeros criogenizados, sobrevivieron. Hubo algunas explosiones por sobretensión y cosas así, pero estaban diseñadas para aguantar y así lo hicieron.

»Ulric Reykjavik es el capitán desde que tengo uso de razón, señora, ¿lo conoce?

Por supuesto que Hansen lo conocía. No lo hubiera elegido ni muerto, pero por desgracia no pudo hacer nada para oponerse, era de la parte militar, la impuesta por Europa. Apenas si se había tolerado su admisión en el programa gracias a la recomendación presidencial. Psicológicamente era un tipo arrogante, fiel hasta la náusea a la cúpula militar y con muy pocos escrúpulos. Había conocido pocas veces a un humano tan inhumano.

─Dicen que fue un héroe durante el accidente, lideró la reconstrucción y ha estado en el cargo desde entonces. Es un tanto estricto, marcial dicen algunos, pero mantiene la nave en funcionamiento. Le debemos mucho. Es el capitán de la Éxodus y el líder Min. Emmm, adMINistrativo, quiero decir. Son los que controlan la nave. Luego estamos los Fics, los ScientiFICS, los que hacemos los trabajos de verdad, ya me entiende... Yo... imagino que el capitán anterior murió, no me suena su nombre. Lo siento ─añadió apesadumbrado el joven.

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28/09/2020, 11:28
Elisabet Hansen

Escuchó atentamente, anotando sin esfuerzo todos los datos en su memoria para ir procesando la información, entrecruzándola, y obtenerla de nuevo cuando fuera necesario.

-Comprendo. 

Oh, sí, comprendía, desde luego que lo hacía. Habían ganado la partida aquellos a los que odiaba con todas sus fuerzas. Aquellos a los que había intentado combatir primero, y alejarse después, los administrativos duros, los manipuladores. Los, como ella en su fuero interno los llamaba despectivamente, "poderosos". 

La habían ganado, o quizá lo habían conseguido ellos, quizá el accidente no era sólo eso, quizá era un sabotaje. Podía ser, ¿por qué no? Nada les detenía, los objetivos de esa gente estaban por encima de cualquier otra cosa, en la Tierra las Corporaciones no habían dudado ante nada para hacerse con el poder, hasta límites crueles, inhumanos. NO tenían escrúpulos, ¿por qué no iban a utilizar la Exodus para sus propios fines, a costa de vidas, de recursos, a costa de lo que fuera? 

O puede que ella estuviera paranoica. Pero no dejaba de ser una maldita casualidad que en la nave los dos primeros cargos de los que tenía conocimiento eran, precisamente, Fourier y Reykjavik. Mal asunto, casual o no.

-Así que Mins, y Fics. Y dime, ¿se llevan bien esas dos facciones? Entiendo que los Mins están al mando, y que los Fics, aunque en sus campos sean autónomos, o eso imagino, cumplen los objetivos que los Mins les trazan. ¿Es así? Oh, y otra cosa. ¿Hay alguna "facción" más? ¿Qué pasa con los Psicólogos, los Relaciones Públicas, los encargados del Entretenimiento y Ocio, el personal de Mantenimiento...? ¿Todos están bajo la... supervisión... de los Mins? ¿O quizá haya algún sector independiente en el organigrama de la nave?

Bet necesitaba un puesto de trabajo, eso se lo había dejado claro Leonard, pero lo que ella quería era poder moverse con libertad, por eso su primer pensamiento había sido solicitar una plaza en Psicología. Pero tras la afirmación tan... clara, de Erik, acerca de los Mins y los Fics... era posible que pudiera averiguar mucho más si podía "meterse" en la facción de los "poderosos", los Mins. Con mucha mano izquierda y mucha mentira disfrazada, no le cabía duda. 

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29/09/2020, 13:42
Director

─¿Llevarse bien?, yo no diría eso, señora Hansen. Los Mins controlan los trabajos, los horarios y los recursos asignados a cada tarea, así como los recursos destinados a cada tripulante. Bueno, no está demasiado bien que lo diga, pero si alguien no demuestra la apropiada fidelidad está... solo ─susurró tras unos titubeos─. Ellos dicen que debe mantenerse el orden en la nave o ésta caerá en el caos y el desperdicio de los valiosos recursos que nos quedan, lo que nos llevará irremediablemente a la muerte. Mi madre decía que eso son "paparruchas", que lo único verdaderamente importante en esta nave son las vidas que transporta. Pero, claro, ella hizo de médico muchos años...

Alguien que se dedica a la medicina, tradicionalmente, hacía el juramento hipocrático, con lo que cada vida era, en efecto, preciosa. La gente que se dedicaba a ese campo solía ser gente empática y entregada a sus pacientes, esforzándose por el bienestar de otras personas.

─Hay algunas personas que no parecen encajar demasiado bien en la facción Fic o Min, pero no creo que se les pueda considerar una facción a parte.

Erik se tomó unos momento para pensar y el momento se alargó tanto como para casi parecer que no diría nada más y dejaría algunas preguntas de Elisabet en el tintero.

─El psicólogo hace tiempo que no está bien, señora. Intenté visitarlo hace un par de semanas, pero se niega a que le vea. Consulté con Administración para que me dieran permiso para que abrieran su puerta y me lo denegaron, no sé por qué razón. Es la IA la que dispensa medicinas de uso psicológico y psiquiátrico. Creo que están haciendo mucho daño permitiendo una situación así. Ojalá usted pudiera ocupar el puesto ─añadió finalmente en una muestra de sinceridad y buenas intenciones propias de alguien de su edad.

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30/09/2020, 12:37
Elisabet Hansen

-Ah ham. -Murmuró pensativa en una respuesta semi evasiva. Así que el psicólogo estaba encerrado. Muy... revelador, para un psicólogo. Y la IA, recetando. Perfecto, lo que faltaba. Lo demás se ajustaba a lo que ya estaba suponiendo, era sólo una constatación. - ¿Por qué querías ver al psicólogo, Erik? Quizá puedo ayudarte. Bueno, llevo, ehm, "desconectada" de la dinámica de esta nave demasiado tiempo, lo admito, pero conozco a las personas, y sus problemas, no puede haber cambiado tanto la humanidad en los años que me he pasado durmiendo, o eso creo...

Se rió, para quitar un poco de tensión entre ambos. El ambiente, pese a los intentos, seguía siendo tenso. Era más que posible, pensó, que los Mins les vigilaran, les escucharan. Quizá la clave para empezar a moverse con un mínimo de soltura fuera, precisamente, la IA. Los Mins estaban descartados, como siempre, bajo el nombre que llevaran, tanto daba. Eran los "poderosos", y el abuso de ese poder seguía siendo una tónica, por lo que veía. Los Fics tampoco ayudarían, estaban asustados o cooperaban, eran los oprimidos. 

Se pasó las manos por la cabeza, odiaba pensar en términos políticos, lo odiaba. Opresores y oprimidos, autoridad, represalias... y, sin embargo, empezaba a ver que eso era precisamente el entorno en el que acababa de despertar. 

Esperó a que su compañero le respondiera, pero mientras, empezó a hacer planes. ¿Llevaba aún el implante retinal? El wrist debía estar con sus cosas, porque sólo llevaba puesto el mono de celulosa unicelular de la criogenización, y encima la sábana que se había echado para no tener frío. Necesitaba preguntarle a la IA, así que se concentró, e hizo los movimientos oculares de puesta en marcha, rápidos e imperceptibles...

-¿Puedo comer algo, tomar algo caliente?

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05/10/2020, 12:33
Director

─Bueno, señora Hansen, no era para mi ─negó el chico, su lenguaje corporal claramente una negativa a ser psicoanalizado─, era por un amigo de mi madre, lo conozco desde que nací. Lo está pasando mal y visitó al psicólogo, pero estoy seguro que le atendió la IA y ahora está como ausente. Seguro que le ha recetado una dosis más alta de lo necesario. Si hubiera una atención humana, alguien que le tratara además de darle drogas, seguro que no estaría como está. Por eso. Y bueno, Schmiede no quiso hablar conmigo.

Erik parecía un buen chico y un buen profesional, preocupado por sus pacientes y por sus amigos, una gran virtud para una persona dedicada a restablecer la salud de otros, aunque le faltara hacer "callo" para convertirse en un doctor capaz de superar una crisis importante.

Por alguna razón los intentos de acceso de la émpata a la interfaz de comunicación con la IA a través de su implante retinal fueron en vano. O bien éste le había sido retirado, o al menos no funcionaba. La verdad es que Elisabet no había prestado mucha atención al procedimiento médico al que le tenían que someter para su viaje, sino que había repasado que al llegar le reanimarían y se le aseguraba la reincorporación a la misión en plenas facultades físicas y mentales. ¿Podría haberse desconectado por el accidente? ¿O tal vez lo desactivaban para la criogenización como medida de seguridad?

Su viejo wrist (la otra forma cómoda de acceso a la IA) así como el resto de sus pertenencias debían estar guardadas en su "taquilla", el cubo de un decímetro cúbico asignado a cada miembro de la misión criogenizado. No, no era demasiado espacio para toda una vida, pero en una nave no abunda el espacio disponible y se suponía que iniciaría una nueva vida en el lugar al que debían llegar.

Mientras tanto, Jolstrom no tardó apenas en dejarse conquistar por la empatía y proximidad de Elisabet, mostrándose cada vez más receptivo y abierto a opinar sobre la situación de la nave y sus tripulantes mientras la émpata empezaba a cuestionarse si sus recién despertados intestinos podrían hacerse cargo de la sopa reconstituyente que el joven doctor-enfermero le había preparado.

Así, cuchara en mano, le sorprendió Josephus Németh, su viejo amigo ingeniero. Siempre había sido un hombre de constitución fuerte, pero diferentes medicamentos le habían transformado en una suerte de muñeco hiper-hinchado. Llevaba barba, pero ésta apenas podía hacer nada para ocultar la enorme papada bajo ella. Sólo el esfuerzo de levantar su enorme mole le había hecho ponerse a sudar a mares. Resoplaba sin aliento y se sostenía con una mano en el marco de la puerta de enfermería. Permanecía allí agarrado más por su fuerza de voluntad que por verdaderas capacidades.

─¿Sabías que estaba mucho más tranquilo antes de que volvieras, verdad? –preguntó el hombre monstruoso.

A pesar de todos los tratamientos estéticos que había en la nave y de la facilidad de los mismos con las técnicas existentes, aún en la maltrecha enfermería, el orondo intruso presentaba un aspecto lamentable: unos nódulos de pinta desagradable en la frente, barbilla y ceja izquierda; una mancha verde-grisácea le crecía por la calva, llegándole a tapar parcialmente la oreja derecha, que además parecía algo moribundo, posiblemente necrando; otra mancha similar le invadía el brazo izquierdo hasta el codo, al menos, si es que no era mucho más bajo la ropa de hospital que llevaba.

─¿Todavía no ha venido el capullo de Fourier a visitarte o me he perdido el espectáculo?

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06/10/2020, 18:02
Elisabet Hansen

Bueno, tendría que preguntar sobre el implante, y recuperar sus cosas, claro. Por pocas que fueran. De algún modo esta gente debía comunicarse con la IA, no era lógico que tuvieran que ir de consola en consola de transmisión de datos. No quiso seguir acosando a Erik con la cuestión del psicólogo, ya tendría tiempo de averiguar más sobre eso.

Así que se centró en su estómago, y la sopa.

Por eso, cuando Josephus hizo su aparición, lo cierto es que estaba distraída. Y allí se quedó, cuchara suspendida a centímetros de su boca abierta, mitad por la sopa, mitad por la sorpresa.

El hombre se dirigía a ella, no había duda de que era él. La voz, incluso el aspecto... solo que estaba... bueno, no había calificativo piadoso para describirle.

-¡Jos! ¿En serio eres tú? ¡Qué grata sorpresa! No es que no me hayan recibido bien, Erik es encantador, no. Pero ver una cara amiga, aunque te esté echando pullas, jajaja!! ¡Por mis narices! ¿Es que sacaste entrada de platea para la explosión, compañero? Te debió costar una fortuna...

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20/10/2020, 20:50
Director

─¡Joder, Eli, por ti no pasan los años! ─comentó jocoso el voluminoso ingeniero─, nadie se mete conmigo como tú durante el primer minuto después de 2 décadas.

Josephus sonrió, encantado de volver a ver a la doctora Hansen, un sentimiento tal vez enturbiado por la culpa y la ansiedad. Algo no encajaba en aquel reencuentro.

─No sabes cuánto te he echado de menos. Contigo a mi lado las cosas hubieran ido de otra manera, pero sin ti y con el capullo de Reykjavik todo ha ido de mal en peor...  En fin, ya sabes cómo soy, si no puedo tener las mejores entradas, ¿para qué ir? ─bromeó aunque su expresión se fue oscureciendo durante los siguientes segundos─ Mira, Eli, esto se fue al carajo y no sé cómo hemos sobrevivido hasta ahora. Supongo que no nos quedaba otra. Yo no estaba en Ingeniería cuando sucedió, así que me libré por los pelos. Cada día me echo la culpa por no haber estado allí, tal vez habría podido detener el accidente. Pero tuve que ir a arreglar el desastre, a apagar el motor. Ni todos los trajes de protección de la nave me habrían salvado del envenenamiento radioactivo. Pero había que hacerlo y como les salvé el culo, tuvieron que esforzarse en mantenerme con vida. No creo que esperaran que resistiera tanto. Fui el conejillo de indias para el "mejunje".

El ingeniero sonrió al ver la expresión de incomprensión de la émpata, pero pasó a explicarse antes de resultar descortés.

─El mejunje es un compuesto artificial que se sacaron de la manga los biólogos y botánicos tras el accidente. Es una especie de pasta semi-viva que se come la radiación. Con un poco al día te mantienes bajo los niveles críticos de radiación. A mi me lo dan a cucharadas. Y así estoy, sanísimo.

Comida mutante que se alimentaba de radiación, eso sí que era nuevo. Y, si como era bastante probable, no tuvieron tiempo de hacer más que las pruebas más básicas, su aplicación a la desesperada bien podría haber causado efectos adversos. Josephus era una prueba viviente. Elisabet haría bien de mantenerse alejada de ese "mejunje".

─Entonces, ¿cómo te sientes? ¿ya tienes el culo descongelado? ¿dónde quieres ir? Tengo una autosilla que va de maravilla. Te puedes sentar sobre mis rodillas...

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21/10/2020, 11:01
Elisabet Hansen

Le escuchó sin perder la sonrisa socarrona, aunque en su interior las emociones iban y venían, y algunas estallaban como cohetes enfurecidos. ¡Era todo tan extraño, injusto y extraño!

-Bien, bien. Veo que tampoco has cambiado en eso, Jos. En tus rodillas, ¿eh? Menudo sátiro estás hecho. Pero caminaré a tu lado, y si te portas bien, incluso te voy a dar un abrazo...

Y lo hizo. Mientras hablaba. Tal como lo dijo, superando la repulsión instintiva de ver a su amigo sumido en aquel desastre físico, le abrazó. La cabeza, y poco más, porque era lo que daba de sí su oronda presencia ahora sentada en la autosilla, que había llegado silenciosamente, levitando con alguna propulsión de tipo magnético. Quizá. Ella no sabía ni un ápice de Ingeniería. Tampoco eso era cierto del todo, pero sí lo era para sí misma.

-Me siento mucho mejor, reconozco que descongelar mi precioso culo ha sido un palo, pero la sopa de Erick ha obrado el milagro, y quizá algún que otro pinchazo de cosas raras que me ha metido en el cuerpo.

Se rió con un buen humor esta vez genuino, recuperado.

-Pues... empecemos la visita guiada. Si te soy sincera, y aunque pueda parecer una barbaridad, me gustaría que me llevaras a todos los rincones de la nave. Todos. La recuerdo perfectamente, no creas que sea porque ande perdida... o sí. Es porque ando perdida en la Éxodus ahora. Quiero ver y procesar los cambios, la evolución y la involución. Quiero ver los daños y sus reparaciones, las zonas clausuradas. Vamos, lo que se dice todo.

También deseaba hablar con la gente, verlos actuar in situ, interactuar, trabajar. Y saber cómo vivían, cómo sentían. Y, claro, dónde estaba el fallo, el verdadero, la razón por la que había acabado todo de aquel modo funesto. Si es que había acabado, si es que no podía aún darse marcha atrás, hasta cierto punto.

-Me interesa especialmente saber del área de psicología y atención humana, también me interesa la IA, creo que he de hablar mucho a partir de este momento... Leonard me da a elegir mi trabajo, eso ya es un puntazo. Por que por cómo estoy viendo que están las cosas... bueno, hubiera sido hasta lógico que ni me hubiera preguntado. Ya que lo ha hecho, y me da la prerrogativa, posiblemente vuelva a mi antigua tarea como psicóloga. Pero dime tú que piensas al respecto mientras nos encaminamos a proa. Luego iremos hacia atrás, peinando cada centímetro, si te parece bien...

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30/10/2020, 20:58
Director

─No has perdido tu toque, Eli. Vas a poner todo patas arriba, ¿verdad? Si alguien te ha descongelado, tenía muy mala idea. Si pudiera le daría unas palmaditas en la espalda, jajaja ─rió el orondo y decrépito ingeniero de corazón.

Y sin embargo sonaba mal, como una válvula mal ajustada, con escapes, anticuada y maltrecha. Como si fuera para reforzar este pensamiento, Josephus echó mano a una mascarilla instalada en un costado de su autosilla y dio una bocanada, lo que le produjo una ligera tos, pero que le devolvió el color (si es que se pudiera decir que tenía) a la cara.

─Vamos ─sentenció el ingeniero, dirigiéndose con su ayuda mecánica hacia la puerta sin dudar.

─Estooo, no pueden irse... ─afirmó el joven Erik interponiéndose ante la pareja sin mucho convencimiento.

─Mira, chaval, yo debería estar muerto y esta señorita debería ser un cubito. Dadas las circunstancias gozamos de una salud envidiable, así que, chaval, no te pongas en nuestro camino o te aplastaré... y no queremos tener un accidente, ¿verdad? ─inquirió el veterano ingeniero en un tono que rozaba la amenaza barriobajera.

El chico no pudo sino apartarse y sumirse en la vergüenza, su rostro encarnándose por momentos. Josephus le dio unas suaves bofetadas en la cara al chico, que retrocedió otro paso, asustadizo.

Josephus encabezó la marcha con decisión a través del desolado pasillo. Decir que la nave no estaba bien mantenida era excesivamente positivo. Sin llegar a caerse a pedazos, estaba destartalada, desarreglada y sucia. Una imagen que distaba mucho de cómo la recordaba la émpata.

─Hay gente que se hace desactivar las papilas gustativas para poder comer el mejunje ─continuó el ingeniero como si nadie les hubiera interrumpido la conversación─ sin tener arcadas. Me parece una exageración, la verdad, sobre todo si se especia un poco. Claro que las especias están prohibidas, así que se consiguen de contrabando. Un negocio lucrativo para espíritus libres con visión de negocios...

La reflexión al respecto no era muy complicada para alguien de la inteligencia y capacidades empáticas de Elisabet.

─Iremos primero a la sala de reuniones, tienes que hablar con alguien. Y luego a la sala de recreo. Y antes pasaremos por las habitaciones, que nos pillan de camino.

¿Con quién querría Josephus que hablara? Y, todavía más importante: ¿Por qué? Por lo que le conocía, Josephus rara vez daba puntada sin hilo.

─Psicóloga. Ajá. Bueno, cualquier cambio será para mejor, eso seguro. Aunque si te ponen allí o es que tienen problemas de verdad con Iurgen o porque te quieren apartar y controlar o amargar la existencia. No sé, me hace dudar esa decisión suya. O tal vez quieran reconciliarse contigo, pero me extrañaría, el puto Reykjavik no creo que haya reconocido un error en su vida, mucho menos ahora.

Josephus condujo a la émpata por los pasillos todo lo rápido que su autosilla le permitía. Su enorme corpachón y su fatiga crónica no hacía mucha mella en el ingenio mecánico, que rodaba sin apenas hacer ruido. Llegaron hasta una de las áreas dormitorio, causando cierto revuelo. Elisabet, al abrir la exclusa, pudo contemplar un pasillo que parecía sacado de una película de temática hippie vigesimónica mezclada con otra post-apocalíptica: suelos pintados con dibujos infantiles de colores vivos, aunque desgastados, enfrentados a un techo lleno de mecanismos no estándar (a juzgar por los zumbidos y el aspecto general, probablemente una compleja asociación de reguladores térmico-atmosféricos sólo cubiertos con una red de cable rígido). En la profusión de puertas dispuestas a ambos lados de los tres pisos superpuestos de pasillos se habían dibujado, marcado, pintado o incluso grabado símbolos, animales o figuras geométricas con diversos colores. Los códigos alfanuméricos originales habían sido desechados por completo.

Un técnico de rasgos asiáticos conversaba con un científico de rasgos norafricanos. Algún otro iba o venía de su habitación y se intercambiaban saludos. Vecinos, como en cualquier otro lugar donde varias familias humanas convivieran. Y como cualquier comunidad no acostumbrada a los extraños, cesó en su actividad y examinó a los recién llegados cuando se percató de su presencia.

Josephus, ajeno a la cortina de silencio que se había levantado, se giró hacia ella al darse cuenta que titubeaba.

─¿Ya no aguantas un poco de presión? –comentó burlón.

Hansen notaba cómo sus mentes se le clavaban en el cerebro, agobiándola y confundiéndola. Además tras Josephus se deslizaba por el pasillo, flotando inerme en el aire, el cuerpo desnudo de un europeo cuarentón, arrugado y carente de vello. ¿Giovanni Rosso, el ingeniero de casco?

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05/11/2020, 10:39
Elisabet Hansen

Empezó a andar junto a la silla con la cara risueña por la actitud de Josephus con el joven Erik, pero pronto perdió la sonrisa, y apareció la preocupación. 

-¡Pero...! ¿Qué han hecho con la Éxodus...? Esta situación no se debe sólo al accidente... esto está completamente desatendido, abandonado. ¿Por qué? 

Era una pregunta retórica que dejó en el aire mientras miraba a un lado y a otro, y comprobaba con incredulidad el estado desastrado en que se encontraba todo, no sólo estropeado, también sucio. ¿Sucio? Nada justificaba eso. 

Escuchaba hablar a su compañero con el ceño fruncido. Ir a ver a alguien... bien. Si Jos confiaba en ése alguien, ella también. Al parecer él había encontrado un modo un tanto poco ortodoxo de mantenerse a flote, con las especies. Le sorprendía que tuviera que hacerlo, le sorprendía todo lo que estaba encontrando. A pesar del ceño fruncido, levantó una ceja con el comentario acerca de su idea de proponerse como psicóloga.

-¿Por qué crees que me lo han propuesto? No, ha sido idea mía, aunque aún no estoy convencida, de hecho no estoy convencida de nada. No, Leonard me ha "concedido magnánimamente" elegir mi puesto de trabajo, mi ocupación. Y no he decidido, sólo estoy buscando la manera de actuar sin ser manipulada, buscar un lugar en el que pueda primero informarme, entender, y después trabajar para revertir esta situación penosa. No, no es penosa, joder, es crítica. 

Siguieron adelante confirmando las peores sospechas, hasta que sus prevenciones culminaron con el panorama que encontró al abrir la exclusa de la zona de dormitorios. Se detuvo, yerta. Casi aterrada.

-¿Un poco... de presión...?

Repitió sin dar crédito a sus ojos. Aquella visión era dantesca, irreal. Parpadeó varias veces mientras intentaba canalizar las sensaciones que asaltaban sus sentidos, y los sentimientos que calaban su mente, anegándola de una marea imparable que a punto estuvo de ahogarla.

Y como colofón, el cuerpo de ¿Giovanni Rosso? ¿flotando desnudo? 

-Jos, vas a tener que contarme mucho más de lo que me esperaba de buenas a primeras. No estoy entendiendo nada, y odio no entender nada. Un accidente, puedo comprenderlo, asimilarlo. Subsiguientes problemas por la radiación, bajas, personal que no está preparado para reaccionar, demoras e inexperiencia, puedo comprenderlo. Pero... ¿qué ha pasado aquí? Esto -señaló con un gesto amplio y ambiguo que abarcaba los 360 grados a su alrededor- esto no puedo procesarlo si no tengo más datos. No puedo...