Partida Rol por web

El viaje del Uthero

Mil naves arden (Escena III)

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13/11/2016, 20:03
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Unos disparos de cañón, pero no eran suyos. El bloqueo del estrecho se rompió de repente, y la proa del buque insignia de la Mantícora apareció en la bahía de la que había sido su isla. Sus buques habían acudido al rescate, y disparaban sus pequeños cañones sobre el enemigo, a tocapenoles. Habían abierto el camino.

-¡Directos sobre ese buque! -señaló al que pretendía abordar al Uthero- ¡Descargad todos los cañones!

La artillería de proa habló nuevamente, y el buque enemigo, alcanzado en la línea de flotación, escoró e hizo aguas, hundiéndose. Sus marineros se afanaron primero en tratar de tapar la brecha, pero luego, cuando el buque ya se hundía sin remedio, se lanzaron al mar para salvar sus vidas.

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13/11/2016, 20:08
Larazys Flaerin

El capitán palmeó el hombro de Valença. No cabía duda de que le habían salvado la vida. Ahora le competía a él sacarles de aquel embrollo. Su trampa podía convertirse en una ratonera, si no salían de la bahía.

-¡Gente, a dar la vela! Timonel, rumbo a mar abierto. Señor Nestos, que hablen las piezas de cubierta al pasar, por ambas bandas. Despidámonos con estilo.

El contramaestre sonrió y se tocó el ala de un imaginario sombrero, que era el saludo naval acostumbrado. Señaló con el hacha a un grupo de marineros ociosos, que vitoreaban la destrucción del buque enemigo, y les puso a trabajar. Ben dejó la ballesta y subió como un mono a las jarcias, ayudando a largar el velamen. A pesar de los heridos y las bajas, la tripulación se comportó admirablemente: sus vidas estaban en juego.

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13/11/2016, 20:14
Lu Wu Wei

El enemigo se escapaba. Los cañones levantaban una bruma, fruto de la combustión de la pólvora, que hacía díficil ver en la distancia. A ello se sumaba el fuego de las naves en el puerto, que levantaba unas grandes columnas de humo. Los gritos de sus marineros y soldados, moribundos o desesperados, hubiera helado la sangre de cualquier otro.

Disipó el humo con una fuerte ráfaga de viento, que atravesó toda la bahía. Pero la misma ráfaga les sirvió a ellos para poner viento a popa y ganar mar abierto con gran rapidez. A través del catalejo, pudo ver ahora con claridad. Uno de sus generales se acercó a él.

-Señor, se ha dado señal al resto de la flota. Les daremos caza, no le quepa duda.

Él sonrió, despacio. A pesar de las pérdidas, su ejército todavía era gigantesco. Habría una última batalla, y ésta vez no le cogerían por sorpresa.

-Que embarquen los hombres al otro lado de la isla. Quiero cien naves persiguiendo a esos piratas extranjeros.

¿Hacia donde se dirigirían ahora? Tenían pocos lugares donde escapar de su ira. O eso es lo que él creía. Tocaba, de momento, lamerse las heridas y el orgullo, apagar aquel fuego devastador y abandonar las islas de la Mantícora. El trabajo allí había terminado.

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13/11/2016, 20:20
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Estaban poniendo distancia entre ellos y la bahía. Tras dos horas de navegación hacia mar abierto, la capitana pirata abordó el Uthero para una reunión en la que se evaluaba el éxito obtenido, así como cual iba a ser su siguiente paso. Estaban deshaciéndose de los cadáveres del enemigo, aunque algunas partes de sus armaduras así como sus armas serían guardados. El maestre insistía asimismo en que guardaran un cuerpo, por que pensaba conservar el esqueleto. En Poniente no creían que existieran hombres capaces de volar con alas de pájaro.

-Les hemos pillado con la guardia baja, ¿Eh? -dijo con una sonrisa socarrona.

Cogió una nalga de Dan con la mano y le dió un beso bastante lascivo.

-Lástima que no haya mucho tiempo para celebraciones. Contamos tres cientos buques en la rada, tendrán el doble todavía. La flota de Leng, la flota pirata... muchos barcos. Pero hemos eliminado a un tercio, y es toda una proeza, si señor.

Sonrió, contenta como una niña.

-Ahora nos querrán dar caza. Pero he tenido una pequeña idea. Una de esas locas, que se os gustan tanto. Tengo un cofre lleno de banderas de la flota de la nueva Mantícora. Banderas aliadas del rey amarillo. Y ahora sabemos que la inmensa mayoría de sus fuerzas no está en Jinqui, ni su flota. Quizá... podamos complacer al consejero Sidao, e infiltrarnos en la ciudad. Abrirles las puertas desde dentro. Podemos llegar allí primero. ¿Que me decís?

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14/11/2016, 18:55
Connor

Connor vio cómo la mujer terminaba de matar al general con una certera flecha y agradeció que tuviera la puntería que parecía tener. Era realmente admirable.

El combate continuaba, pero parecía que algo se había liberado. El haberse sacado de encima a los hombres alados hacía que pudieran respirar mejor, aunque el humo de las serpientes de fuego hicieran lo suyo para evitar que el aire entrara limpio a sus pulmones y que sus ojos quedaran enrojecidos.

Y al ver que la pirata llegaba a su rescate liberando el bloqueo, el ponienti sonrió. Justo a tiempo. El resto fue pan comido para estos ya veteranos marineros y combatientes.

Ni bien había terminado el combate, Connor fue en busca de la sacerdotisa. Quería saber que estaba bien, después de todo, la victoria bien había dependido de ella... y se preocupaba especialmente por su bienestar.

Una vez comenzaron a navegar hacia el mar abierto, Connor fue de los primeros en arremangarse y ayudar con los heridos. Los había y a montones, pero no era nada que no pudieran sobreponerse. Mientras pensaba en lo vivido, no podía creer lo que habían enfrentado. Eran hombres con alas de ave... pero con armaduras y espadas, arcos y flechas. Una fuerza así podía liquidar a un buen destacamento de cualquier reino de Poniente. Si no era por la fuerza, al menos por la sorpresa.

Una vez estuvieron reunidos en el Uthero para rever las opciones que tenían, la Mantícora soltó esa idea, que era loca, pero no mucho más de lo que venía siendo este viaje. Realmente no era un mal plan. Su enemigo no lo esperaría, y honrarían la palabra dada. Además, así recuperarían un aliado.

-Concuerdo con Katsumi- dijo el hombretón -Creo que sería un buen plan ya que no esperaría que fuéramos directo a su capital... mientras que podríamos honrar la palabra dada al Consejero Sidao, recuperando así un aliado que nos podría servir de una forma u otra-

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14/11/2016, 20:31
Liv

Liv se enteró de lo que acontecía, estaba más cansada que la última vez porque aquello le había supuesto mayor esfuerzo pero se sentía satisfecha porque lo habían conseguido, lo que hicieran después de eso era algo que aún debían pensar. Cuando Connor vino a verla le dio un cierto gusto, lo cierto era que desde que tenía uso de razón, su único consuelo había sido R'hllor y nadie se había preocupado por ella así que de alguna manera se vio sorprendida pero también agradecida.

-Estaré bien, sólo tengo que descansar un poco...

Eso le había respondido al hombre y en realidad su cansancio era más mental que físico por lo cual cuando hubo que dar una opinión pudo hacerlo declarándose a favor de aquel plan que le resultaba arriesgado pero ella confiaba en que todo iba a salir mas que bien.

-Sugiero que algunos de nosotros vayamos con ella y la tripulación, gente de confianza y no tengo nada contra vos, Mantícora pero no podemos arriesgarnos a una traición.

Bueno, al menos ese era el pensar de ella y confiaba más bien en pocos de ellos, el capitán, Connor y tal vez en Valença aunque fuera una bragueta caliente a su entender.

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14/11/2016, 22:59
Valença

El espadachín se quedó mirando a Helyx con una sonrisa traviesa bailándole en la boca.

Esta mujer es puro fuego... La madre que la parió. No sólo está tremenda y tiene sentido del humor. También sabe luchar. Vaya si sabe luchar. Menudo tándem haríamos esta cincuentona y yo...

Iba a decirle algo pero el capitán le palmeó el hombro y en cubierta empezaron las órdenes y el revuelo de su alrededor.

Iban dejando atrás la bahía en llamas, con barcos consumiéndose por el fuego de R'hllor y centenares de esos monos amarillos flotando en el agua. Muertos, vivos, agonizantes... Un montón de imbéciles muertos por la ambición de otros.

Menudo negocio... Mal negocio.

Vio a Connor ocuparse de los heridos, y de preocuparse por la sacerdotisa.

Míralo... Con esa cara de cabrón estreñido, pero es un cacho de pan. Liv es otra cosa... Siempre me mira raro... No le gustó nada que quisiera saber de los misterios de su religión... Si no fuera siempre con un palo metido por el culo... Aunque, joder. Con ella podríamos crear un reino donde nos saliera de los huevos. Con ella y el corazón... ¿Qué buscará ella de este viaje? Es la que más me intriga...

Y Helyx... Mi Helyx... Menuda hembra...

Se acercó hasta ella y le guiñó un ojo.

Te debo una. Ese cabrón está bien donde lo has dejado... Menuda pareja haríamos tú y yo. Ríete tú de Mantícoras y otras quimeras.

Y es entonces cuando la citada habla, y suelta su plan de locos. De osados. De imbéciles suicidas.

Me gusta. Vamos a demostrarle a ambos bandos lo grandes que tenemos las pelotas. Salga bien o mal, no creo que nadie se olvide de nosotros por estas tierras en varias generaciones. 

Comenta, incluyéndose en la misión, tras la apreciación de Liv. Esa pirata no tenía apoyos y si volvía con su gente lo más seguro era que la tiraran a los perros, pero no era menos cierto que era imprevisible, y era mejor tenerla atada en corto.

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18/11/2016, 02:03
Director

El viaje a Jinqui se hizo a toda vela, pues no había tiempo que perder. Uno de los barcos pirata, el más pequeño y veloz, fue enviado a Yin para dar aviso al consejero sobre el plan trazado. No iban a tener una respuesta segura en los próximos días, pero la sugerencia era apremiante: presentarse con su ejército en las puertas de la ciudad, para que ellos las abrieran desde dentro y les dejaran pasar.

Habían mil cosas que podían salir mal. Los enemigos podían estar sobre aviso, fruto de algún cuervo o la magia. Pero como no los tenían a sus espaldas, todavía había una oportunidad: no sabían a donde se dirigían. Posiblemente, no pensaran en que se iban a presentar en su nueva fortaleza, después de que cientos de naves se hubieran mandado en su busca.

El golpe de mano era astuto, pero podía terminar con su estancia en aquellas aguas. Además, nadie les aseguraba que incluso si cumplían con su parte del trato no fueran a ser traicionados por el ejército de Sidao y pasados a cuchillo por incendiar su flota hacía unos meses.

La vida es imperfecta, y ellos tuvieron que hacer de tripas corazón en aquel asunto. A pesar de que la velocidad de la maniobra, que fue llevada a cabo en tan solo dos días, hizo que no pudieran reflexionar demasiado, por la noche la mente volaba. Aquella guerra, aquel enemigo, era algo demasiado grande, y ellos eran muy pocos. El conflicto podía llevárselos por delante con suma facilidad.

Por eso, la noche antes de llegar Jinqui, Helyx entró silenciosamente en el coy donde dormía Valença, para hacerle cosas bastante menos silenciosas. Si iban a morir, y era posible que eso fuera así, convenía poner las cartas sobre la mesa.

Era muy temprano por la mañana cuando sus naves entraron en el puerto de Jinqui, que tenía una rada amplia. Las aguas estaban calmas, y el silencio reinaba. Los astilleros militares, a excepción de dos pequeñas naves a remo, estaban vacíos, y el único tráfico era mercante. Tenían sus banderas en el mástil, y se acercaron sin oposición, rumbo a los embarcaderos. Las grandes fortificaciones de la ladera eran imponentes, y podían ser un hueso duro de roer para los atacantes. Aún con pocas tropas, defender la montaña era sumamente fácil, y quizá por eso el rey amarillo se había marchado con todo su ejército a la conquista de otros territorios.

Y sin embargo, a través del catalejo se podía ver con claridad: había gente trabajando en las reparaciones del castillo. Tenía sentido, por que la noticia de la caída de Jinqui había sido casi coetánea a su llegada a Yin, hacía dos meses y medio. Si la ciudad había caído, sus defensas habrían terminado maltrechas. Y eso les daba algo más que una oportunidad.

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18/11/2016, 02:31
Larazys Flaerin

Cerró el catalejo, por que cada vez era menos necesario. No había señales de alarma entre sus enemigos, y eso les daba una oportunidad. Un solitario cuervo que volaba bajo se posó en uno de los obenques, y Ben se afanó por capturarlo sin que echara a volar de nuevo. Llevaba un mensaje en la pata, que se aprestaron a leer.

"Estaremos ante la ciudad a mediodía. General Xi". Sus aliados yitianos se habían dado prisa, sin duda. Posiblemente, hubieran mandado en avanzada una fuerza rápida de caballería, y la infantería seguiría detrás para asegurar la ciudad.

-Bien, disimulemos mientras tanto, pero metámonos hasta la cocina. Señor Valença, acompañe con unos hombres a la Mantícora cuando baje a tierra. Señor Connor, prepare a los marineros para bajar a tierra, que estén armados y listos. Hay que situarse cerca de una de las puertas de la ciudad, y tomarla a mediodía.

Suspiró.

-Que el Dios Ahogado nos proteja a todos. A la menor señal de peligro, dad la alarma y volved a los buques. Las serpientes de fuego les mantendrán entretenidos.

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18/11/2016, 20:00
Connor

Esos dos días Connor se los pasó conversando con Liv, siempre que ella aceptaba, sobre el Dios del Fuego y la Sombra. Quería aprender más de aquel Dios que parecía estar, no sólo muy presente, sino también muy interesado en la vida de los mortales como él y los demás. Si había una conversión, él podía ser uno seguramente.

Más allá de eso, el ponienti recordó su infancia, su familia ya olvidada, su tiempo en la Guardia, los pocos días en Braavos, y los últimos paisajes y experiencias vividas. Era un buen balance después de todo, aunque aún le pesaba no poder honrar el juramento que había hecho. Aún era algo que le traía culpa. No demasiada, pero algo había. Valoraba a los hombres que defendían su palabra, y él no lo había hecho.

 

Ya el día de desembarco, Connor estaba armado con las nuevas armas y armaduras, preparado para lo que fuera a aparecer más adelante. Llevaba una serpiente de fuego de mano en el cinto, nunca se sabía cuando el arco fuera más inútil que esas nuevas armas. De todas formas, aún prefería su fiel y duro arco de tejo compuesto.

-De acuerdo, ¿entonces los guío hasta la puerta sur?- preguntó para que no hubiese dudas al respecto -¿Dejamos que pasen las tropas de Yi Ti, o los esperamos a ustedes?-

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18/11/2016, 20:37
Valença

El espadachín tenía sentimientos encontrados. por una parte estaba eufórico por su relación con Helyx (fuera lo que fuera aquella relación), pero por otra parte ahora tenía una preocupación. Ella. Él, que siempre se había mostrado arrojado y suicida, ahora, justo ahora, tenía que encontrar un gusto por la vida. Pura ironía.

Veía a Connor cuchicheando con Liv. Pobre idiota. Debería de haber visitado a la Eterna cuando pudo. Se acercó a él cuando tuvo una oportunidad.

Eh! Pssst... Connor... No te dejes llevar por la retórica de la sacerdotisa. El poder de su Dios es muy real. Todos lo hemos visto... Pero piensa que sin nosotros ese dios no es nada. Necesita de un mortal para ser alguien... No lo olvides, Connor. Que ese dios de fuego no te haga ponerte de rodillas. Eres tan dios como él.

Le comentó, en susurros, no fuera que le oyera la sacerdotisa y decidiera convertirlo en cerilla. Esas palabras eran lo que él creía después de haber hablado largo y tendido con la Eterna. Quizás estaba equivocado. Con la Eterna uno nunca podía estar seguro de nada.

LLegó la hora de la verdad. Iban a entrar en el puerto, con la treta de las banderas enemigas, y el capitán le dio órdenes a Valença. Debían acompañar a la Mantícora. Sabía lo buena que era y eso le daba cierta tranquilidad... O no, si decidía joderles y quedar como una heroína al capturar a los cabrones que le habían quemado media flota al Brujo Amarillo. Era un posibilidad muy real.

Sí, capitán. Helyx, Dan. Conmigo.

Valença no se podía separar de Helyx, y era una combatiente muy capaz. Dan también manejaba bien la espada, y su... aprecio por la Mantícora podía ser útil.

Joder, esto parece una expedición de tortolitos.

A ver... Y también vendrá Ochodedos, el Cariñoso y el Mudo... Y también...

Y así fue nombrando hasta una docena de hombres. Los suficientes para poder reducir a una pequeña guardia, pero no tantos como para llamar la atención en exceso. Siempre se podían dividir en dos grupos de seis, en caso de ser necesario.

Miró a la Mantícora, a Helyx y a los demás... Había oído a Connor y suponía que sería su apoyo. Valença siempre creía que los demás estaban para apoyarle.

Bien... Deberemos acercarnos a las puertas, buscar una casa cercana, o almacén... Alguna mierda de estructura cerrada que nos permita esperar a la hora acordad cerca de la puerta, sin llamar la atención, paseando por las calles como un puñado de idiotas. Entramos en la casa, reducimos sus ocupantes y esperamos. Desde allí podremos ver con tranquilidad cuanta gente hay en la puerta y como están distribuidos... una vez allí ya veremos ocmo actuamos. Ha de ser algo silencioso y rápido. Sin supervivientes. Nos va la vida en ello. Se trata de un asunto de degollar, cuchillo en los riñones y mano en la boca... Cosas así. 

Iba hablando delante de los hombres, caminando arriba y abajo, mirándolos a todos a la cara.

Joder, Helyx... Espero que todo salga bien. Ha de salir bien. Puto capitán. Y puta Mantícora. Fui a ver tierras de salvajes y robar oro de ignorantes, no a meterme en guerras con reinos peores que los de poniente.

 

 

 

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18/11/2016, 22:14
Liv

Los momentos que Liv pasaba con Connor eran bien acogidos por la sacerdotisa porque él no le tenía miedo como otros y porque si bien se mostraba interesado no lo hacía de manera hipócrita. De todas maneras, Liv tenía cuidado de no cansarlo con demasiada información. Siempre que hablaban, ella terminaba diciéndole: "Pero también hay cosas que escapan a mi entendimiento, así que aún hay mucho por descubrir." Si él quería convertirse, no sería presionado, tenía que ser por decisión propia y convencimiento.

Cuando todo estuvo listo para la nueva misión, ella pensó en quedarse a bordo porque nadie le había pedido ir en su grupo pero lo cierto era que no podía. Los miraba a todos desde cubierta hacer planes y al mismo tiempo su Dios le daba órdenes que ella no iba a desobedecer. Se preparó, no necesitaba una armadura, tampoco un arma, ella misma lo era y si algo había aprendido con ellos era a ser sigilosa cuando era necesario. Se hizo de un arma, le gustaban esas cosas nuevas y extrañas que escupian fuego -por algo sería-, la escondió bajo su falda a la altura del muslo derecho y cuando todos estuvieron listos, incluso Valença y al parecer su novia o lo que fuera ella se acercó a ellos. Mientras lo hacía y se ponía la caperuza de su capa, pensaba que esa relación de lo que fuera de Valença podía significar problemas pero no dijo nada, no era de su incumbencia.

-Iré con vos, Connor.

Evidentemente no era una oferta, sólo estaba avisándole. Lo suyo no era el combate cuerpo a cuerpo pero igual podía ayudar, siempre lo había hecho. Echó una mirada hacia atrás a ver al capitán a ver si estaba de acuerdo, aunque no importaba mucho si no.

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19/11/2016, 11:08
Valença

El espadachín parpadeó, confuso, ante el anuncio de la sacerdotisa. No la había tenido en cuenta pues había dado por supuesto que ella se quedaba a bordo.

Disculpad... Pero me pensaba que vos os quedabais a bordo, junto al corazón... Si la cosa se pone complicada nos iría bien una de vuestras lluvias de fuego... Pero, por supuesto, no voy a ser yo quien le diga a una servidora de R'hllor lo que ha de hacer o dejar de hacer con el corazón.

Acabó por decir, como disculpándose. Le tenía respeto a aquella mujer... Y sus pensamientos sobre el corazón le turbaron. No creía que fuera un buen uso para aquella reliquia eso de las cortinas de fuego. Servía para cumplir deseos, y desear muerte y destrucción todo el tiempo no decía mucho de sus nuevos custodios.

Desde que lo descubrieron, en la mente de Valença siempre estaba presente, el modo de como hacerse de con él y largarse. Con ese corazón en su poder podían hacerse su reino perfecto. Un apartado rinconcito de mundo donde todo fuera bien.¿Podían? Usaba el plural, y en ese plural estaba incluida, de forma misteriosa, Helyx.

 

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21/11/2016, 14:47
Connor

Connor se sorprendió ante las palabras de Liv. Y había pensado lo mismo que Valenca con respecto a que se fuese a quedar a bordo. No tanto por el tema del corazón y el posible apoyo destructivo que podía realizar, sino más bien porque no la veía recorriendo la ciudad sin llamar la atención. No al menos con los ropajes rojos.

-Señora, personalmente no tengo problema en que me acompañe, es más, lo veo como algo para nada desdeñable. Pero si debemos pasar lo más desapercibidos posibles, puede que su... imagen sea demasiado llamativa para esta zona- dijo Connor con más respeto del que nunca había hablado -De todas formas, poco sé de estas tierras, y puedo estar equivocado, después de todo, aquí todos somos extranjeros-

No le preocupaba que estuviese allí, o que el Corazón corriera peligro, o vaya a saber qué otras complicaciones podían llegar a aparecer, después de todo, Liv había demostrado ser muy recursiva. En cambio, lo que le preocupaba, era hacer bien las cosas, e infiltrarse necesitaba de disimulo y discreción.

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22/11/2016, 18:04
Liv

Uno era un pedante soberbio y el otro era respetuoso pero no dejaban de alguna manera de pensar lo mismo. Ella asintió a ambos, levantó las manos y se retiró.

-Bien, si creen que estorbo esperaré aquí.

Miró a su alrededor, si ellos estaban contentos con eso, ella tenía otra cosa en mente. Le molestaba tener que quedarse pero no iba a entorpecer algo que aparentemente ambos tenían controlado.

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25/11/2016, 00:26
Connor

-Si cree que con la túnica no llamaría la atención, no tengo problema en que nos acompañe...- respondió Connor haciendo una leve inclinación de cabeza -Y si cree que R'hllor nos mantendrá lejos de todo mal gracias a su presencia, más aún creo que sería perfecto que viniera-

Ella era una bendición en sí misma, y ni hablar si llevaba el Corazón con ella.

Notas de juego

Recién me acuerdo que me hablaste, Valenca, perdón :(

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25/11/2016, 09:53
Valença

Se veía a Liv molesta y entre su tono y lo que luego comentó al espadachín se le encendió una luz. Algo obvio en lo que no había reparado.

De hecho, señorías, no sería mala cosa que viniera Liv con el corazón. Aún me acuerdo de como salimos de la capital imperial con el corazón, como seres invisibles. No se me ocurre mejor manera de pasar desapercibidos. No importará si llevamos túnicas rojas o un gato en la cabeza.

Notas de juego

Don't worry, las llamas del amor nublan tus sentidos  ;-D

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27/11/2016, 03:19
Liv

Liv miró a ambos hombres, ¿estaban jugando a algo? ¿A volverla loca o algo parecido? Negó con la cabeza, no le importaba mucho de Valenca* si era sincera consigo misma pero de Connor, bueno, era otra cosa porque tenían una cercanía que ella consideraba especial de algún modo. Su ceño estaba fruncido, su talante era el de alguien con muy mala leche pues no o sí pero no con ellos. Negó con la cabeza.

-Vayan, si me necesitan lo sabré y no dudaré en ir a buscarlos...

Si, a sacar las putas papas del fuego o eso pensaba ella, ahora no estaba tan de buen humor como antes, en el momento que creyó que podría ir con ellos y que no serían los tipicos hombrecitos que todo lo podían. Esperaba más de ellos, eso era verdad. Se acercó a Connor y le dijo algo al oído, luego se dirigió a ambos y se apartó de ellos.

-R'hllor irá con ustedes, con ambos.

Notas de juego

Pudránse, par de dos xD

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27/11/2016, 03:25
Liv

Sus palabras parecían un enigma pero no lo eran, sus labios rozaron la piel de aquel hombre al que le tenía una confianza que al otro no.

-Siempre que me necesites, sólo di mi nombre...

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27/11/2016, 20:51
Connor

-De acuerdo- dijo Connor apenas dubitativo ante la reacción de la sacerdotisa, dudas que fueron alejadas al instante luego de las palabras de ésta a su oído.

El ponienti miró a los ojos a Liv, y asintió con la cabeza. Se sentía más seguro de esa forma, ya que había aprendido a confiar en ella y en su poder, en su Dios. Nunca había sentido eso, ni en la Guardia.

Sin más demora, salió a preparar a sus hombres. Tenían una gesta por delante.