Partida Rol por web

El general tigre observó con admiración la lanza de su homólogo, la cual tenía gran fama, de cuando él era soldado y Tsun oficial de Cao Cao.

-Podeis contar con todos los hombres y mujeres del pueblo. Lamentablemente, ni la caballería ni la infantería de Liu Bei podrán actuar, protegerán al monarca con gran dolor. Yo he pedido un escuadrón de soldados, me quedaré a luchar contigo.

Dijo Zilong. Mirando al frente.

-Cao Cao cuenta con 3.000 soldados...han tomado GuenYi y las gentes de Lu Bu se han unido a Liu Bei a cambio de protección. ¡No podemos perder aqui, Tsun Lee Wo, sería intolerable! y perderíamos el favor de Lu Bu y la confianza del pueblo en él.

El entusiasta Zilong agarró de la camisa a Tsun y acercó su cara a él, con devoción, hablándole bajito, de forma personal.

-Hermano Tsun, míralos, aqui la esperanza es la vida, tenemos que darles un sueño y esperanzas en un futuro de unidad justicia y libertad. ¡No podemos perder!

Suhei, el extranjero, encuentra su gran oportunidad. Un grupo de cuatro hombres carga una maleta que pesa bastante. La sigue, sin embargo, él choca con una hermosa muchacha que porta un laud entre sus delgados brazos.

-Hum.....comprendo.Nunca igualaremos la cantidad del ejercito de Cao Cao, pero si luchamos con valor y coraje usando una buena estrategia, tendremos alguna posibilidad.Se que en esta guerra se juega más que una simple victoria y tu también lo sabes muy bien- le dice escuchando como le susurraba una palabras en privado.

-Zilong, sabemos que sin estas personas nunca tendríamos la menos posibilidad de derrotar a Cao Cao, y ello lo saben.Por ello, lucharán con valor y junto con ellos ira la libertad que impartirá justicia.Nada más hacer frente a tal ejercito, se les debe dar un gran respesto y sobre todo morirán orgullosos porque moriran por su patria, por sus familias y por su libertad..- le recita un pequeño discuros a su nuevo compañero Zilong.

-Cuento contigo Zilong.Se que eres un gran guerrero y harás muestra de ello en campo de batalla.Que sepan que la cabeza de un lobo aún puede morder aunque no este pegada al cuerpo.Habrán eliminado a grandes rivales, un cuerpo solido, pero si se descuidan, la cabeza les puede eliminar en sus últimos esfuerzos por sobrevivir.Quedemos en una casa y trazaremos el plan y la estrategia con más tranquilidad- le dice a Zilong.

-Chiao puedes descansar, porque dentro de poco tendrás que utilizar hasta la última gota de energía de tu cuerpo para luchar...- Chiao asiente algo nervioso mientras traga saliva.Tras esto se marcha de nuevo a su casa.

-Vayamos pues.Si no os importa os seguiré al lugar que digais.Cuando terminemos, reuniremos a todo pesona del pueblo que esté capacitado para luchar y explicarle la estrategia- termine de explicarle al general. 

Zilong asintió.

-Grandes palabras para un gran guerrero. Tu ejercito será la cabeza del lobo. Llama a la gente del pueblo, diles lo que pasará y luego ven conmigo, hermano, hacia el templo del fenix para hablar de la estratégia.

El hombre le da un golpe en la espalda a Tsun, amistoso, y luego se va, cogiendo al corcel por las riendas.

Afortunadamente, elsol aún se alzaba sobre el horizonte cuando Sûhei llegó al pueblo. Intrigado observó desde la distancia como una gigantesca columna de gente, todos con aspecto cansado y desaliñado, atravesaba la muralla de madera que defendía el emplazamiento. Aquella era una oportunidad de oro. Oculto entre la multitud, podría entrar sin ningún problema y sin necesidad de explicaciones o encuentros desafortunados.

Con paso calmado, sin llamar la atención, el chico se ajustó la capucha y la capa de viaje para ocultar su cuerpo en la mayor medida de lo posible. Poco a poco sus pasos se desviaron hacia la columna de recién llegados, hasta que su camino fue el mismo que el de los demás viajeros. Finalmente la multitud lo rodeó por entero, por lo que simplemente debía limitarse a seguir la corriente. Era curioso, toda aquella gente parecía venir de muy lejos, familias enteras con bastante mercancía, tal vez más de la necesaria para un viaje. También había visto que frente a toda esa gente aún entraban algunos hombres uniformados con la armadura de batalla. Lo más probable fuera que aquella gente marchase como refugiados, amparados por el ejército, tras alguna invasión en su tierra natal. Pobres desgraciados...

A pocos pasos por delante de él, separado por una pareja de ancianos y su desvencijado carromato, cuatro hombres transportaban una especie de arcón de aspecto bastante pesado. Aquello le llamó la atención, podría tratarse de algún valioso objeto originario del supuesto pueblo atacado... Tal debiera echarle un vistazo más tarde, antes de infiltrarse en el templo del Fénix.

Una vez hubo atravesado la entrada y ya acercándose al centro del pueblo, lo mejor sería separarse discretamente de la muchedumbre y perderse entre los callejones. Con la misma discreción que empleó para unirse a la fila, el muchacho fue separándose hasta que, pasando junto a un pequeño desvío, abandonó finalmente al grupo de gente y se perdió por los caminos secundarios. Si el ejército estaba allí podría verse en problemas, más aún si el enemigo los seguía de cerca (aunque un disturbio sería una oportunidad ideal para poder llevarse cuanto quisiese).
Absorto en sus planes de futuro, el muchacho no vio a la joven del laúd, tropezándo con ella y casi cayéndose al suelo.

-¡Oh, discúlpeme, señorita!-se apresuró a decir alzándo las manos por si la muchacha hacía ademán de caerse.

-Está bien, os veré en el templo- le dice despidíendose del general.Tras esto se sube a una pequeña colina que había en el pueblo para recitarles un pequeño discurso.

-¡Pueblo de Tsu Yu acudid a mi llamada!- dice gritando para llamarles la atención-.Os debo contar el futuro que le depara a este pueblo.Debo avisaros de que el ejercio de Cao Cao se dirige a este pueblo, ¡pero no os preocupeis!, no os preocupeis porque no es el número de soldados lo que cuenta en una batalla, sino las ganas que le pones al combatir.Os puedo decir que la esperanza existe, y siempre existirá meintras que un rebelde siga en pie.Ellos no tiene nada, y cuando digo nada es nada.Solo son esclavos de Cao Cao que han sido simetidos y el miedo a morir puede con sus almas.Pero aquí no existe el miedo, ¡¡aquí existe el valor, la fuerza, la justicia, la libertad!!-dice intentado subirles la moral.

-No necesitamos a más gente ni más armas,¿porque? os preguntareis algunos, ¡porque la justicia en nuestra arma, el coraje es nuestro escudo y la libertad nuestra victoria!- mira de un lado a otro a toda la gente,para que sepan que sus palabras son serias y hasta son capaces de hacerles ganar.

-Los Dioses nos han elejido para eliminar la escalvitud, y por eso no vamos a fallarles, vamos a cumplir nuestro objetivo sin miedo, con lanza en mano y grito de guerra.QUE SEPAN QUE NO NOS VAMOS A RETIRAR, LUCHAREMOS HASTA LA MUERTE, LUCHAREMOS POR NUESTRAS VIDAS, POR NUESTRAS FAMILIAS POR NUESTRA LIBERTAD, POR NUESTRA PATRIA,LUCHAREMOS HASTA EL FINAL...¡GUERRA,GUERRA,GUERRA,GUERRA!- grita alzando su lanza al compás.

Caminaba por la calle cuando de repente alguien se chocó contra ella, cargaba con el laud, el bolso de viaje y su bastón. Cayó encima del hombre, cayendosele el bastón.

- Lo.. lo siento..

El hombre puede ver que la chica no le mira a los ojos, se separa y se agacha a tantear donde se encuentra su bastón.

Mira hacia el hombre que ha comenzado a hablar desde una pequeña colina que hay en el centro del pueblo. Incluso parece que se cree todo lo que dice, pero ella sabe que muchas de esas cosas son mentira... y el claro ejemplo es el feudo de su padre que se vio reducido a cenizas por el menor de los ejércitos de Cao Cao... incluso cuando tuvieron "el valor, la fuerza, la justicia y la libertad" para luchar...

 Tras terminar su discurso moralizador, se dirige al templo, lugar donde había quedado con el general Zilong.Una vez allí lo espera en el lugar acordado.

-Espero que mis palabras hayan aumentado las esperanzas de este pueblo.Debemos luchar hasta al final y si lo conseguimos, será una victoria importante que hará que las situaciones cambian radicalmente.....- dice firme y decidido sujetando su lanza con una de sus manos,

Los aldeanos se juntaron poco a poco alrededor de la colina donde se encontraba Tsun, al principio, algo indecisos, hasta que alguien del publico alzó su espada.

-¡Si! ¡Seremos libres!

De pronto, se produjo una imagen insolita, granjeros de pueblo, todos al unísono, gritando por la libertad de su pueblo.

Los pueblerinos golpearon el hombro de Tsun al pasar a su lado.

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La mujer del bebé miró de nuevo a la mujer, al ver que no le contestó, se inclinó y reculó sus pasos, saliendo hacia el pueblo, acompañada de la otra mujer.

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Tsun llegó a la posada. En el piso de arriba, en la sala del te, Zilong degustaba una tacista de este, rodeado de algunos de sus soldados. Cabe destacar, que allí no estaban el resto de generales tigre. Solo ese hombre valiente.

-Estupendo discurso, hermano.

Zilong señaló un punto en el mapa, hacia el sur de donde estaban, entre dos pequeñas montañas.

-Aqui tiene su campamento Cao Cao. Nos tienen asediados. Pronto enviará a su caballería a arrasar el pueblo.

Sujetándola por los hombros, la ayudó a estabilizarse y se agachó a recoger el basón de la muchacha. Esta no parecía querer mirarlo fijamente y buscaba la vara de viaje tanteándo el terreno. Aquél detalle no se le escapó. Aquella actitud solo podía significar una cosa... y eso lo tranquilizó bastante. No tendría que preocuparse por ser reconocido publicamente.

-Culpa mía-se disculpó amable mientras le entreaba el bastón a la mujer.
Esta llevaba consigo una bolsa de viaje y un instrumento, un laúd. Al parecer se trataba de una viajera como él.

-Debería fijarme por donde voy, ¿Se encuentra bien?

Se incorpora ayudada por el chico y se inclina para darle las gracias por entregarle su bastón.

- Gracias.. no, no se preocupe, tambien iba despistada.

Se coloca bien todas sus pertenencias y mira de frente.

- Sabe que es lo que está ocurriendo?? Hay mucho revuelo por aquí..

Finalmente se encuentra con el general Zilong.Sube las escaleras y le saluda.Tras esto se disponen a elaborar la estrategia o plan.Le informa de la posición del ejercito de Cao Cao.

-¿Sabeis más o menos la cantidad de soldados que tenemos?, tres mil son muchos soldados, habría que elaborar una buena estrategia si queremos ganar.Pero si poseemos más soldados nos podríamos apoyar más en estos.Pondremos a algunos hombres sobre la muralla con arcos y ballestas.Estos son los que darán el primer ataque desde lejos para que provoquen las primeras bajas.Tenemos que impeir ante todo que lleguen una minoría al pueblo..Una vez distraidos atacaran con sus ballestas, lanzas o lo que tengan hasta que aguanten.Primero intentaremos reforzar la entrada principal.Los hombre de mayor robustez que empujen y bloqueen la puerta con mas maderos o lo que puedan.Pondremos en primera fila, un equipo de ballestas, preparado para el primer ataque.Cuando ataquen lanzaremos a la infantería a la defensa de los ballesteros, que se retirarán más atrás, escondiéndose en puntos clave donde tengan a los soldados de Cao Cao a tiro.Antes de que entre parte del ejercito, tendremos a dos grupos de hombres escondidos en ambos lados de la puerta,atacaran cuando estén distraidos con el primer grupo de infantería que estaba frente al ejercito.Así obligaremos a que se desagrupen y quizas al verse rodeado se retiren.Si nos sobran soldados, los mantedremos de guarnición a parte.Si vemos que la cosa se pone fea, les sacaremos para reforzar la agrupación.Sobre todo deben mantener sus filas.Es muy importante resistir, es la base para que así se produzca el siguiente paso y así continuamente.No deben haber fallos, ya que si dejan alguna abertura entre las barreras, estaremos perdidos.Si tienes alguna idea, digamela, la estudiaré y llegaremos finalmente a una conclusión- le explica al general mientras también movía algunas fichas que habían sobre el mapa, como facilitándole la visión de las cosas.

Zilong escucha a su hermano, luego bebe de la tacita de té, relajado, deja luego la tacita sobre la mesa y mete las manos bajo las mangas de la tunica.

-Hermano, no contamos ni con 150 hombres. Pero me gusta tu estrategia. Aun así, me intriga la estrategia de Cao Cao. ¿Enviar solo 300 soldados pudiendo arrasar con sus 3000?.

Se quedó pensativo unos segundos, hasta que levantó la cabeza y sonrió.

-Pero somos la cabeza del lobo. Mordemos hasta cuando nos separan. Podría funcionar. Ve llama a los soldados, pronto enviarán a sus tropas.

Volvió la cabeza hacia artás para mirar por encima del hombro, en la dirección de la que provenía, antes de mirarla de nuevo y respoonderle.

-No estoy muy seguro, parece que llegan refugiados de algún enclave cercano-comentó inseguro-se ven muchos heridos y familias enteras con sus pertenencias como equipaje...

Miró a la muchacha de arriba a abajo. La verdad es que era hermosa y de aspecto delicado. No encajaba demasiado en el modelo de viajera, pero eso no era lo que decía su equipaje de mano.

-Y usted... no es de por aquí, ¿verdad?

Asiente a la petición de Zilong y sale de la taberna a llamar a los soldados para que se preparen.Vuelve a acudir a la misma colina de antes lo más rápido que puede.

-¡Habitantes del pueblo de Tsu Yu, preparaos, al fin llega la hora d ela verdad.Coged las armas y rezas por todos los Dioses.Pronto llegará una oleada de 300 hombre de Cao Cao a caballo.Podremos con ellos gracias a la gran estrategia que labré junto con el general Zilong!- les explica todos los puntos de la estrategia.

-¡Y ahora, hermanos, armaros de coraje y fuerza de voluntad, porque será lo único que os ayudará en el campo de batalla!Ganaremos este primer combate porque nuestra estrategia es infalible.Cumplamosla a la perfección por nosotros, ¡por el pueblo de TSU YU Y POR LA REBELIÓN!- grita infalmente.

Entra en la pequeña posada del pueblo, cerrando su parasol. Se acerca al que parece el dueño de esa posada.

-Disculpadme, busco una habitación en la que poder descansar. Tenéis alguna libre?

- No, no soy de aquí.. llevo un par de días en este pueblo y hoy será mi última noche aquí. Aunque según me habeis contado.. debería ir yendome ya, no es un lugar seguro.

Mira hacia el hombre y se queda un momento en silencio, como si estuviera escuchando algo, y es verdad.. escucha el ajetreo de la gente alejándose.

- Seguro que estais pensando como con mi problema, me atrevo a ir sola por el mundo - sonrie - Puedo defenderme bien.. - comienza a andar con su bastón por delante para no tropezar.

Torció el gesto algo sonrojado cuando ella advirtió su intriga por el estado de la joven.

-Lo cierto es que parecéis una joven valiente-dijo con una sonrisa-no da la impresión de que tengáis problemas...

Se afianzó fien la capucha sobre la cabeza y se encaminó hacia el templo, en la dirección opuesta a la de la muchacha, pero no dio ni tres pasos antes de girarse de nuevo hacia ella.

-De todas formas, si volviéramos a encontrarnos y necesitaseis mi ayuda, encantado os la ofrecería...-dijo amable-por cierto... mi nombre es Sûhei...

Finalmente se vuelve y se pierde en el callejón. Si se daba prisa podría salir de aquel lugar antes de que empezasen los problemas.

El posadero sale de la taberna, cubierto con una vieja armadura de cuero, un casco lleno de polvo y una lanza en la mano.

-¡No se venden habitaciones, vamos de guerra! pero si te puedo dejar esto...

El hombre le ofrece a Li Xia una espada, grisácea y antigua.

-El pueblo necesita a todos los valientes, ¿¿y quien dijo que una mujer no podía ser valiente??