Partida Rol por web

- Han de aceptarla señores. Insiste cortes mente: - Además, no van a poder alojarse en los salones de la academia, porque vienen muchos invitados, la seguridad será mucha, y por su fuera poco... va a durar unos días y precisan de un techo para cobijarse. Las manos tienen heridas curadas de haber combatido, y a pesar de su edad y ropas de campesino, tiene una complexión de alguien que ha sido corpulento, musculoso y ágil.

Masanori se incorporó de la reverencia.
-¿Seguro que no es molestia? No creo que los grulla den mal alojamiento a los miembros del torneo. Aunque de seguro que no tienen un te como el suyo.- argumentó Masanori una segunda vez, le había hasta brindado una excusa para desistir, ahora dependía de él insistir o no.

La ceremonia realizada por el anciano había sido impecable, en los pocos años que tenía nunca había visto algo igual, su delicadeza en los movimientos y al mismo tiempo la simplicidad de la misma, dando tiempo a disfrutar de cada movimiento, de cada matiz, era simplemente maravilloso.

Cuando el sonido de la tapa del baúl sonó, no pudo mas que inclinarse dando las gracias.

- Arigatô gozaimasu, la solemnidad de su ceremonia ha reconfortado mi alma como el mejor de los descansos.

Cuando les ofreció un lugar donde quedarse no pude si no pensar en mi sensei, aún no lo había visto desde que partió del ryokan y por si no fuese suficiente por la ciudad pululaba Minoru, el cual también participaría en el campeonato. Aunque fue el que se llama Masanori el que comenzó con el juego de los regalos, no pude mas que esperar a ver como terminaba.

Lo cierto es que no tenía intención tampoco de hospedarse en la academia, encontrarse rodeado de Grulla, solo le traerían a la cabeza malos recuerdos. Por eso tenía intención de encontrar una posada para pasar los pocos días que duraba el campeonato.

Asintió ante el comentario:

- ¿Seguro que no es molestia?

- No, no lo es. Un gesto amable con la cabeza y una sonrisa acompañó a sus palabras. - Estaré fuera estos días, que dura el torneo y mi mascota tendrá compañía, así que siempre pueden echarle de comer y mirar si tiene agua.

Pero ante el comentario:

- Aunque de seguro que no tienen un te como el suyo

Casi se sonroja. El gesto que hizo fue de agradecimiento. Notabais orgullo en su ser y firmeza en su presencia.

Al igual que ante este.

- Arigatô gozaimasu, la solemnidad de su ceremonia ha reconfortado mi alma como el mejor de los descansos.

En ambos casos realizó los gestos de agradecimiento de manera inequívocamente individualizada. Estaba claro que el respeto era un hito especialmente importante para este hombre.

Masanori se quedó meditativo un instante.
-Es muy amable, me honra su invitación y me sentiré honrado de ser su huesped, seguro que los kakita se sienten también aliviados al verse liberados de alguien a quien cobijar si van a estar tan desbordados.- Dijo humildemente con una reverencia.

En aquel interesante momento diferentes clanes comparten un mismo lugar en una mesa parece ridiculo y poco significativo pero con el campeonato tan cerca de iniciar quizas es un momento emblematico. Sotaru-sensei no ha dicho nada se ha notado divagane u npoco ausente de si mismo, probablemente nostalgico pero sin demostralo con evidencia.

El sensei del clan Fenix no comenta palabra alguna a su compañero si embargo con brazos cruzados y paso firme se acerca al campesino humilde al cual si dirigue unas pocas palabras -será un honor que nos reciba en su hogar, no hay premura más que conseguir un buen abrigo y el ser agradecido por su humilde gesto; estoy más que seguro que podremos reponer fuerzas bajo su cuidado-

Su mirada recorre a los presentes observando a cada uno de los rostros presentes en este pequeño pero interesante grupo de guerreros, de los cuales se destila posiblemente, lo mejor de todo el reino.

Minoru-san probablemente en su posición prepotente y orgullosa no habia cruzado la mirada con Sotaru-Sensei, pero ante la participación obvia del sensei todo se percantan de una escena donde la mirada de ambos se cruzan y el ambiente se tensa por unos instantes; lo cual fue tan notorio como ver el hielo quebrarse, como par de rayos golpear la tierra, o como si el viento huracanado rasgara la niebla densa en ese mismo instante. quien sabe porque ambos han quedado expectados pero algo ha reconocido el Sensei en aquel guerrero Leon, y el Guerrero Leon frunce el ceño pero ninguno dice palabra alguna.

El camino hacia Tsuma se extiende a lo largo del cauce, pero paralelo, una zanja, hace no solo de contención, sino de vertedero de excrementos, que además de poder servir posteriormente de abono para los campos que se extienden en esa misma orilla del río, también puede servir como refuerzo ante riadas, para procurar evitar desastres en las cosechas.

Por si fuera poco, el propio pueblo está rodeado de un foso, que no es más que un cortafuegos, pero que podría ser una ayuda en caso de la defensa. Más allá del mismo atibáis una visión de bienvenida. El templo de "Las Siete Fortunas" es un gran edificio blanco, cuadrado y de piedra. Sus pareces se inclinan hacia dentro levemente, y tendrán unos 5 metros de alto. Sobre estos muros, amontonados como las torres de una pequeña pagoda, hay dos tejados circulares de madera pintada de azul brillante. Cada uno con 8 aleros sobresale levemente de la cubierta inferior. Sobre la estructura hay una gran bola de cristal representando a Amateratsu, la Diosa del Sol. Un largo paseo de mármol blanco con siete arcos Torii lleva a las dos puertas gemelas con arcos enormes del templo, cada una de unos 10 metros de alto. Ante cada uno de los Torii veis ofrendas de los dioses.

De todas maneras, para ser una ciudad pequeña, es muy bulliciosa. No solo se ven los propios habitantes de estas. También hay muchos visitantes y turistas. Incluso gente que comercia y negocia. Además, se ven comitivas de daimios y otros nobles, que se encargan de recados. Son fácilmente reconocibles, porque para ser un asentamiento grulla, se pueden ver blasones, tabardos y escudos con otros muchos emblemas; y no solo casas mayores, sino otras muchas. Los maestros de algunos participantes están en esas comitivas, ya que tienen totalmente prohibido interactuar con sus pupilos, hablar con ellos y si osaran informar o aconsejar a sus alumnos, por la gran deshonra que eso causaría, serían tanto alumno como sensei obligados a cometer el ritual de obediencia y valor, para purgar su error.

En este lugar podéis ver varias tiendas, algunas especialmente exóticas, como una, con el "unicornio" como nombre y emblema, que parece vender exóticas y lejanas piezas. También una casa de té con su "escorpión" y muchos otro vendedores; no solo puestos o tiendas, sino ambulantes. 

La casa de Megumi está justo siguiendo las indicaciones. Para ser la casa de un campesino, es amplia, espaciosa, limpia y bien surtida. La habéis encontrado fácilmente y su pequeño jardín dispone de un puentecito de madera sobre una pequeña piscina artificial, rodeada de las piedras blancas que le dan un ambiente relajante y cómodo, lejos del mundanal ruido que tiene lugar más allá de sus muros. En la mitad del estanque hay una grulla con una mancha azul en el largo cuello, en forma de collar, que parece estar más jugando con los peces que intentando pescarlos. Ni se inmuta de vuestra presencia, y tampoco se ha dignado a miraros. La casa tiene 2 dormitorios, una habitación preparada para el tratamiento de la comida y comer, y una cuarta y última, con el suelo más bajo, y mobiliario cómodo para descansar. En esta última habitación hay dos pinturas. Ambas son escenas heroicas de combate. Una contra un ogro y otra, del mismo samurai, contra un gran ejército de bakemonos.

Llegar al destino alegró a su corazón, había llegado al lugar donde sería puesto a prueba, donde recibiría su apellido y donde demostraría que era adulto.
Pero la sensación de pánico seguía allí ¿Estaría a la altura?
La casa de Megumi era espectacular, la verdad es que vestía bien, tenía una buena casa, bien situada.... ¿Quien sería? Parecía un pez gordo ¿Gozaría del favor de alguien?

Ahora mismo tenía la mente dividida, por un lado no deseaba separarse de su sensei, ni siquiera se lo que estaría haciendo en aquellos momentos. Aceptar la invitación aunque fuese como agradecimiento, era demasiado. Pero por el otro, lo cierto es que se sentiría mas cómodo que compartir alojamientos con los Grulla. Por lo que al final respiro profundamente y siguió al resto de los que si habían aceptado, a su alojamiento mientras durase el campeonato.

No se exactamente lo que Minoru deseaba hacer, aunque no creo que su posición le permitiese aceptar la hospitalidad de un heimin. Pero lo que mas me sorprendió en esos momentos fue el cruce de miradas con el sensei Fénix. Que significaba aquello, acaso se conocían... bueno poco importaba pues tras eso Minoru espoleo a su caballo y continuo el solo hacía el interior de Tsuma. Por lo que parecía no iba  acompañarnos, ciertamente un alivio.

Recorrimos el camino que nos separaba desde donde nos encontrábamos hasta el hogar de Megumi. Disfrute mucho del recorrido pudiendo observar la magnitud de lo que se había embarcado, hasta ese momento había tenido la sensación de que el campeonato Topacio era una competición importante tal y como le habían señalado en la academia, pero ver de primera mano la expectativa que suscitaba hacía que un pequeño escalofrío le recorriese la espalda. Todos los clanes se daban cita en la ciudad, a parte de muchos otros mon que no lograba identificar. El nivel de aquel torneo iba mucho mas allá de lo que se podría haber imaginado y el era uno de los seleccionados para participar en el mismo... esperaba encontrarse a la altura.

Llegaron al lugar donde Megumi les había indicado, pero antes de observar la casa en la que se hospedarían, lo que le llamo la atención fue el templo de Amaterasu. Se encamino al interior de la casa y no pudo mas que notar el esplendor de la misma. Superaba incluso a su propio hogar, quien sería aquel Megumi... de lo que estaba seguro era que no era un heimin normal, quien sería su señor.

Megumi los guia por su casa hasta la habitacion que parece de descanso, en el instante que el hombre desliza el panel de papel de la habitación haciendo quizas adrede un ruido clave, en ese momento se escuchan los pasos apresurados redoblarse en el piso de madera, indicandoles que varias personas parecen ir al encuentro de todos ustedes.

La primera en aparecer es un chico joven de apenas unos 15 o 17 años que viste un kimono de entrenamiento y que se para a un costado de la puerta con la cabeza abajo en señal de reverencia ante Megumi; Este le saluda quizas en un tono de juego pero con fuerza -kuminae-san! firme!...- la seriedad en Megumi se nota pero la cara del joven se nota la felicidad

-señor!- responde sonriente el joven Kuminae

Megumi le rodea como quien examina a un soldado -muy bien... bueno basta, basta ya jejeje... saluda hijo saluda a las visitas, han venido guerreros de otros clanes a quedarse en casa... salude!...- ya mas jocoso y amigable con el joven motivando al mismo a presentar respetos a los guerreros presentes. 

Si llegar a decir ni tan solo una palabra, aparece como por arte de magia una pequeña niña de unos 8 o 6 años de edad la cual lleva en sus manos una muñeca de trapo de lo que parece una Geisha, curiosa esta observando las ropas de los guerreros pero es reprendida por Megumi con su voz -Kashini-kun! deje a los guerreros...- sonriente el hombre se escucsa de ustedes por la inoportuna aptitud de la infante y de inmediato corre a tomarla en brazos mientras se disculpa -gomenasai señore, Kashini-kun es una niña muy curiosa, pero pasen pasen, no se queden allí...- invitandoles a entrar al salon

Al ingresar todos y ponerse comodos[*] se abre otro panel de papel dando a la entrada a una señora que viste muy bien, se le ve en la cara a Megumi que no esperaba la presencia de ella y de inmediato la aborda -Ashira-san...amada esposa-

La mujer observa a todos los presentes sin hacer hincapié en ninguno saluda con respeto a Megumi, en ella se nota una aptitud muy elegante, se para erguida y su mirada es pesada, en su aptitud hay algo que a ninguno de ustedes le parece comodo o le es extraño. –Megumi-San has traido vistas y por lo que parece son guerreros de diversos clanes del reino… supongo que se quedarán, así que mejor voy hacer los preparativos…- aquella mujer reverencia a los presentes y antes que se cierre el panel detrás de ella, aparece una joven de la cual apenas logran ver el celaje de su aparición tomando por sorpresa a Megumi por la espalda.

-Padre has vuelto!- expresa la chica solo cuando ya ha llegado hasta él tomándole en un abrazo. Ella tiene cabellos negros oscuros piel clara y una singular belleza, esta vestida con ropas de entrenamiento muy semejantes al joven, el cual sigue de pie en la entrada apoyado un poco en el marco de la puerta por donde todos han pasado; Megumi repara en ella y le dice –Salude hija que tenemos visitas!... – ella hace una reverencia marcial a todos los presentes y dice –Saludos guerreros, me llamo Himina del Familia Kakita, espero que disfruten su estadía en la casa del...- de inmediato Megumi le interrumpe

-Bien basta de presentaciones, por ahora todos estamos agotados y yo necesito refrescarme, señores esperen aca ya les acondicionaremos sitio para su descanso y estadia...- Megumi ahuyenta a todos sus familiares del salón quedando solo ustedes en el lugar; deja un enigma en el lugar…

El joven devolvió educadamente todas las reverencias, mientras la efusividad de los saludos envolvían al tal Megumi, un buke o un aspirante a samurai le llama señor y el resto parece ser su familia.
-Masanori, de la familia Ujina - se presentó, lo repitió al menos a dos de los presentes en aquel alocado festival de personas que pasaron en menos de dos minutos por delante, quizá ante quien fue una presentación más formal fue ante la hija de Megumi. La que se presentaba como Himina.
-Me siento honrado de ser bienvenido en una casa plena de felicidad, como es en la que me hallo, espero poder contribuir a que crezca antes de mi partida.-Dijo como parte final de la presentación.
Tras un instante más se quedan a solas y Megumi había dejado un enigma[1], en ausencia de más cortesías que intercambiar no pudo sino interesarse por el enigma.
-"¿A que estaban jugando con ellos?" - Se preguntó.

Las sorpresas se agolpaban una tras otra, eran tantas que se habían atascado en su afán por intentar prenetrar en mi mente todas a la vez. A pesar de ello mantuve la etiqueta y seguí los protocolos que dictan la buena educación y el aparente juego de ¿Kakita? Megumi. Una vez en la sala no me muevo mucho, permaneciendo cerca del resto de invitados. Al presentarse Masanori, me paresuro a presentarme yo:

-Yo soy Shiba Kazuo. Agradezco su invitación y espero que mi estancia aquí no sea ninguna molestia.

La recepción termino allí, aparentemente ninguno más de la familia fue a verles en el salón. Por el contrario, fueron todos atendidos por sirvientes de la casa, quienes no les hicieron esperar demasiado, cada sirviente viste ropas con el emblema del clan Grulla. Aquellos sirvientes son sumamente respetuosos y les invitan a ocupar habitaciones para su descanso por el viaje.

Pasada una hora quizas menos, cada uno es invitado a comer y nuevamente solo estan ustedes, ninguno de la familia se cruza siquiera o se les ve por alguna parte, ni Megumi no ha dado muestras de estar en el lugar; puede que resultará extraño, porque al preguntar por los integrantes de la familia, los sirvientes siempre responden lo mismo "han tenido que salir pero nos encomendaron atenderles..."

Es así que todos estan dentro del pueblo de Tsuma, en una casa que es obiamente del clan Grulla y las horas de la tarde estan proximas de acabar, porque Amateratsu empieza su arribo a las montañas del Oeste; Por su parte, Tsukuyomi acompañado de un cauteloso lucero nocturno, se asoma por el este.

Posiblemente en la noche en el pueblo este igual a como lo observaron al llegar; es muy probable que la llegada de guerreros para el campeonato, atraiga a muchos espectadores o otras personalidades, ademas de los representantes de los diferentes clanes y familias de todo el reino.

Miró al resto desconcertado cuando al fin quedaron solos.
-No he entendido nada... la familia Kakita... ¿Por que no se ha presentado entonces con su apellido?- dijo con la sensación de haberse metido en un lío mas grande que si mismo.
Los grandes y poderosos no hacían favores por que si y los que hacían se los cobraban demasiado caros, por no decir que este juego probablemente tendría la cara amable, la que estaban viendo y una cara desagradable.

-No alcanzo a imaginarlo, pero supongo que trataba de conocer nuestro carácter. Algún motivo tendrá. Imagino que nos enteraremos a su debido tiempo.

-Lo averiguaremos .... seguro que sí - Dijo Masanori meditativo. - Pero me gustaría estar preparado para ello.- Reconoció.

Por el momento recorrió la casa, hasta donde la educación le permitía, para conocer e inspeccionar la casa en busca de mas pistas de la verdadera identidad de su mas honorable que el propio masanori anfitrión

Apartado un poco de grupo y poco pensativo por todo el embrollo escucho las palabras de Masanori-san y Shiba-san, por lo que agrego -por lo pronto, creo pertinente lidiar con el asunto, de la manera mas cautelosa posible y en lo posible descubrir más de Megumi-sama...-

Sin tener la intención de decir mucho más dentro de la casa de nuestro anfitrión, me despido del resto de personas presentes y pregunto por mi dormitorio y por si puedo tomar un baño para quitarme el polvo del camino.

Una vez aseado, comienzo a preparar mis cosas de cara al próximo día.