Partida Rol por web

- Bien, pues no nos demoremos mas. Pero antes de irme a buscar al resto de la tripulacion, que Dios sabe lo que andarán haciendo, tencia que comentaros algo mas. Un pueblerino llamado Michael O´Hara o algo asi, uno de los que estaban en la sala durante la negociacion, me ha comentado que quiere venir con nosotros. - Mira fijamente a Minek - Por lo que me ha comentado, es un hacha leyendo e interpretando las pantallas de la nave, trabajó durante mucho tiempo en ello. Dice que es capaz de seguir el rastro de esa nave hasta el fin del mundo, y se le veia con ganas.

En fin, antes de darle una contestacion, queria hablarlo con vosotros, y sobretodo contigo Minek, ya que sois los mas entendidos en la materia. No me ha pedido nada a cambio, solo nos quiere acompañar para que pillemos a esos bastardos... Que opinais??

-Humm...- Reflexiona Wyatt. -Una boca más que alimentar... Y pagar...- Dice con tranquilidad.
-No necesitamos pueblerinos. Nos iría bién un soldado...-

-Sería conveniente llamar a los demas, capitán. Y partir cuanto antes.- Dice ahora acercándose al oido de Dirk. -Ahryssa esta en la nave en su palacio particular, pero los demás andan fuera...- Ahora Wyatt se enciende de nuevo un cigarrillo. -Iré a revisar la pequeña Skyufer.-
Tras lo dicho, se encamina hacia las lanzaderas.

Aryssa estaba sola en su lanzadera, sumida en sus pensamientos. Trataba de despejar sus ideas pero las paredes de la nave eran precisamente el mejor aislante al ruido, así que el fino oído de la acompañante le permitió oír a lo lejos la conversación entre Van Ulrich, Minek y Wyatt. Ciertamente era difícil encontrar un momento de paz en aquella nave...

Al poco escuchó los pasos de Wyatt acercándose por la pasarela hacia la entrada de la lanzadera. La mujer había cerrado la puerta por dentro, así que el hombre tuvo que llamar.

-Creo que será mejor que no venga... apuesto a que se trata de Mike, el marido de mi amiga. Sin duda pondría todo su empeño y sus ganas para encontrarla y atacar a esos tipos, pero probablemente sus sentimientos subjetivos intervengan demasiado en sus acciones... No, mejor no- entornó los ojos y se hizo a un lado para dejar pasar al cascarrabias de Wyatt, quedándose a solas con el capitán y sintiéndose algo incómoda y fuera de lugar en ese preciso instante. La verdad es que nunca habían intimado demasiado.

-Será mejor que hagas lo que acaba de proponer Wyatt, tú eres el que manda, ¿no? El motor ya está preparado para cuando estemos todos listos así que...- se encogió de hombros y comprobó que su propio comunicador personal estuviera atado a su cinturón, aunque en realidad dentro de la nave no era tan necesario, después se dio la vuelta y se dirigió a su habitación para asearse un poco.

Wyatt se lo piensa dos veces antes de llamar a la puerta.
-Princesa...- Carraspea el veterano. -¿Estas ahi?-

Ensimismada en sus pensamientos, Arhyssa se había quedado dormida sobre el escritorio donde se había sentado...

Los golpes de la puerta la despiertan, sobresaltándola, pero se repone en seguida...

Se mira un momento al espejo y al comprobar que está bien, se dirige hacia la puerta, abriéndola lentamente...

-No hace falta que me llames así...-Señala, suspirando...-¿Quieres pasar...? ¿O te da miedo?-Sonríe de lado, seductora. Tras algunos segundos de "precaución", Arhyssa pregunta:-¿Sucede algo...?-Mientras le invita a entrar...

Wyatt contrajo su expresión al dibujar una sonrisa. Apesar de los frecuentes roces con aquella mujer, algunas veces vanales, otras no tanto..., en el fondo Kinney apreciaba su clase e inteligéncia.
El pistolero avanzó con tranquilidad aceptando, de esta forma, la invitación de Arhyssa.
-Es curioso...- Empieza Kinney observando a su alrededor. -...creía que conocía todos los rincones de esta chatarra, pero nunca me pensé encontrar alguno tan engalanado y bonito...-
Entonces mira a la mujer y suspira levemente de forma reflexiva.
-Me preocupa esta misión, Arhyssa...- Dice el hombre con una intención de tranquilidad que se quedó en el camino. -...Algo pinta mal... y no sé que és.-
Desde fuera pudiera parecer que el hombre buscaba alivio al explicar sus preocupaciones. Algo que, por otro lado, no había hecho antes con ningún miembro de la tripulación.

Arhyssa acentúa su media sonrisa... La estancia era de un espacio mediano, decorada con tonos negros y rojizos... Se notaba sumamente confortable, ideal para su estatus y todo lo relacionado con ello...

-A veces hasta lo más conocido por nosotros, esconde los misterios más indescifrables que puedas imaginar...-Ríe levemente, a la par que le observa... Entonces su sonrisa se borra, al escuchar su preocupación...

Le invita a sentarse en el sillón rojo que se sitúa cercano a la puerta, mientras ella se encamina a un armario, del cual extrae una botella... Wyatt puede apreciar que en la misma se halla el preciado líquido que él tanto ama y ella tanto odia, por lo que resulta extraño que lo saque...

Arhyssa sirve entonces a Kinney, con expresión amable...

-Por hoy te lo perdono.. E incluso te incito a ello...-Señala, suave...-¿Qué es lo que ocurre exactamente, Wyatt?-Se sienta ella también...-¿Crees que, quizás, sea una trampa...?-Aguarda a que conteste, observándole con sus verdosos ojos, atentamente...

El veterano se sorprende al tomar el vaso de whisky de las manos de aquella belleza indómita.
-Menuda faena princesa...- Dice Wyatt con una sonrisa un tanto amarga. -...ahora ya se donde va a parar el whisky que me desaparece...- Bromea mientras se acomoda en el sillón. Tras lo cual se queda unos instantes observando el dorado licor de su vaso.
-¿Una trampa?- Pregunta casi para sí mismo antes de levantar la mirada y descubrir aquellos preciosos ojos que le miraban. -No cabe duda...- Dice con pasmosa tranquilidad, teniendo en cuenta el calibre de la pregunta. -La actitud de los que asaltaron el pueblo no fué el proceder habitual de los reavers... Hay algo extraño en todo esto.-
Wyatt pierde de nuevo los ojos a su alrededor. Aquel sitio estaba engalanado de manera sublime. Aquel sillón alargado que cubría parte de la pared era muy confortable y un embriagador perfume de jazmín inundaba el sitio contribuyendo al bienestar. A decir verdad hacía mucho que Kinney no se sentía tan bién.

Arhyssa se recuesta levemente en el sillón, cerrando un momento los ojos...

-Tienes razón...-Susurra-...Ésa no era forma de actuar de reavers... Parecía como si ya supieran lo que iba a pasar de antemano...-Vuelve a abrir los ojos, y le mira...-Cuando llegué al pueblo, en busca de Minek, vi cómo la nave atacante se marchaba... Vi cómo se llevaban a la mujer esa... La amiga de Minek... Pero... A nuestra mecánica no... Por suerte no la atraparon... Pero... Pudieron hacerlo... No entiendo qué tipo de selección es ésa...-Se pasa suavemente las manos por sus brazos desnudos...-Ya estaba todo planeado...-Repitió, casi sin darse cuenta...-Qué... ¿Cuál es el plan a seguir, ahora, Wyatt...?-Observa a su compañero... Y pese que muchas veces ha tenido ganas de tirarlo al espacio de una patada, (algo del todo incorrecto para una dama como ella), no puede menos que alegrarse al verlo un tanto relajado... Posiblemente hacía mucho que no descansaba correctamente... Ella poco sabía de su pasado, lo necesario, tal vez, pero estaba segura que había algo en él que le impedía dejar de beber, o relajarse... Por ello mismo, prefirió no hacer más preguntas de las necesarias... Ahora mismo podía no preocuparse... De aquí a un rato, lo más probable era que no...

-Ir tras ellos y rescatar aquellos que se llevaron.- Responde Wyatt. -Allí abajo hay familias rotas...- Se interrumpe de nuevo al darse cuenta de sus palabras. Siempre tuvo la certeza de que expresar los pensamientos no era adecuado y, no solo eso, sino que era peligroso...
Peligroso... Se repite en su fuero interno.
Entonces le vinieron los recuerdos de lo ocurrido anteriormente. El ataque a las minas, el asalto al pueblo...
Luego toma la mano de la mujer mientras se acerca levemente. Arhyssa podría notar los nudosos dedos que le sostenían con delicadeza la palma mientras el veterano empezaba a hablar de nuevo. -Fuiste muy valiente princesa...- Comenta con su voz rota.-No dejaré que os ocurra nada a ninguno...- Dice ahora con un tono mas serio que el usado anteriormente. Pero solemne, como aquel que recita un juramento.

Arhyssa observa a Wyatt en silencio... El hombre parece un tanto perdido en sus propias ideas...

"Familias... Rotas..."

Evita un suspiro y desvía entonces la mirada, pensativa... Estaba claro que tal suceso les había afectado a todos en mayor o menor medida... Quizás fuese por lo extraño del hecho en sí... O quizás porque afectaba más a uno de todos, y todos parecían dispuestos a ayudar... Era un misterio...
De repente, él toma su mano y su actitud cambia levemente...

Arhyssa le observa, ofreciéndole una sonrisa suave...

-¿Debo confesar que por unos instantes temí encontrar a Minek en no buen estado...? ¿Y que me puse nerviosa por no lograr contactar contigo?-Ríe suavemente, entre traviesa y seria...-Sé que lo harás, Wyatt...-Le mira a los ojos, con franqueza, a la par que con su mano libre roza levemente la de él.-Y ello me hace sentir tranquila... Aunque... Yo también daré lo mejor de mí... No dejaré que te ocurra nada malo a ti, ya que tú lo haces por nosotros...-Susurra, sincera. Realiza una leve pausa, y tras morderse apenas el labio inferior, añade, divertida:-Así que... Debo protegerle del whisky, Sr. Kinney... No más por hoy...-Sonríe de lado, casi sensual-¿Es un trato justo, no cree?-Y aunque lo dice en ese tono, y añade ese tema, sus intenciones no son falsas. Wyatt era un lobo solitario... Eso lo sabía... Así como sabía que estaba más unido a Minek que a cualquier otro... Pero... Eso no quería decir que hasta los lobos más solitarios y experimentados no necesitasen apoyo, muy de vez en cuando...

-No tienes que avergonzarte de sentir miedo!- Responde rápidamente. -La situación era complicada.- Ahora relaja de nuevo el tono y sonríe cómplice antes de proseguir.
-Yo también pasé miedo... Miedo de que alguien de vosotros fuese uno de los raptados por aquellos hijos de puta.- Relata Wyatt sin soltar aún la mano de Arhyssa. -Minek es como una hija para mí. Le devo la vida, ¿sabes?... No me perdonaría que le ocurriese algo mientras yo esté vivo.-
Entonces Kinney clavó la mirada en aquel verde capaz de hechizar al marinero más audaz. Y sintió cómo un impulso irrefrenable le recorría todo el cuerpo, pero que se obligó a canalizar.
-Mi viejo amigo Jack... Confieso que soy un tipo complicado.- Supira profundamente. -No gastes tu tiempo en un viejo borracho como yo, princesa.-
Tras decir esto se levanta del sillón soltando la mano de la mujer.
-Perdona si...- Se interrumpe de nuevo y esta vez no acaba la frase. Tras lo cual se encamina hacia la puerta de la estancia.

Tras la marcha de Wyatt se hace el silencio en la sala durante unos segundos, interrumpido por la dulce voz de Minek la cual saca a Dirk de su embobamiento.

- Ah si claro, el jefe tiene que hacer estas cosas... Muchas gracias por tu ayuda preciosa. Avisaré al resto de la tripulacion y partiremos lo antes posible.

Esta chica es parca en palabras, será asi con todo el mundo, o sere yo?... Piensa Dirk mientras observa como la esbelta figura de la mecanico desaparece por la puerta.

- Bueno Dirk, a ponerse a currar - Comenta en voz alta. - Veamos, que teniamos que hacer??? - Se pasa la mano por la barbilla - Ah si!

Saca el comunicador del bolsillo.

- Hoban, Quik, me copiais??? Aqui Ulrich.

El comunicador zumbó unos instantes en la mano de Van Ulrich. Justo cuando Minek, ya al fondo del pasillo, se disponía a entrar en su habitación, por el aparato se oyó la voz de Mike que decía:

- Aqui Quick. Te copio Ulrich, que pasa?

Escucha sus palabras sin interrumpir, mirándole tranquila...

"Así que Minek es como una hija para él... Es... comprensible..."

De repente, él se levanta, y se dirige hacia la puerta, sin previo aviso, por lo que ella reacciona rápido y se levanta también.

"¿Perdona si...?", Arhyssa no comprende por qué esas repentinas ganas de irse... ¿Habrá dicho algo malo? No... No lo creía... Tan sólo, él era así, y no era necesario forzarle a nada.
Con voz suave, pero decidida, señala, acercándose a él y mirándole con brillo vivo en sus ojos:

-Sr. Kinney... Gastaré mi tiempo en lo que crea conveniente...-Le ofrece una cálida sonrisa-...Y no olvide que el preciado elixir ámbar estará bajo mi supervisión durante algún tiempo...-añade, pícara.

Tras eso, le deja libre, observándole de pie en los límites de su "pequeño reino particular", del que salía tan sólo cuando era necesaria, que, posiblemente, no fueran demasiadas veces...

Wyatt cierra la puerta tras de sí sin mas respuesta a las palabras de la mujer que un leve suspiro y un suave movimiento de cabeza negativo. Una vez fuera, Arhyssa podría observar que el vaso de whisky que le habia servido seguía lleno.
De repente, de nuevo se encontró enmedio del amasijo de hierro que reconocía como su hogar habitual. Y en la lanzadera contigua, estaba su herramienta. El recuerdo de tiempos pasado; La Sky Surfer. La esvelta nave plegada recortaba contra las paredes modificadas a fín de poder acoplar el sitio necesario para realizar las maniobras de aterrizaje y despegue con relativa facilidad.
Entonces Wyatt empezó a repasar la pequeña nave y a repostar la munición que descargó en las minas. De esta manera tendría la mente ocupada.