Partida Rol por web

El segundo asaltante golpeó a Sally en la nuca usando el mango de su enorme machete como arma contundente. La joven emitió un leve quejido y calló al suelo, con los ojos en blanco. El golpe le hizo una pequeña herida en la cabeza, que dejaba salir algo de sangre.

El salvaje se estaba inclinando sobre el cuerpo de su víctima cuando el disparo de Minek le impactó de lleno en el hombro izquierdo. Pese la intensidad del impacto el hombre no cayó al suelo, lo que dejaba ver su tremenda fuerza física, pero si trastabilló un par de pasos hacia atrás y se llevó la mano opuesta a la herida, aullando de dolor.

- ¡Zorra! - rugió entonces mirando a Minek. Sus ojos, inyectados en sangre, rebosaban furia y odio a partes iguales. Durante un instante permaneció inmóvil frente a ella, resoplando, y la mujer pudo fijarse mas detenidamente en su aspecto.

Una horrible cicatriz cruzaba su cara diagonalmente, llevaba ganchos (realmente no se podían llamar pendientes) y algún otro objeto metálico perforando su piel, e iba vestido con ropas de aspecto tosco y remendado, manchadas de sangre y barro. Su pelo, que algún día había sido rubio, se descolgaba en una melena revuelta y asquerosa, llena de Dios sabe qué. Portaba un gran machete en su mano izquierda que no había dejado caer pese al disparo, con una tosca empuñadura de madera.

Dio un par de pasos hacia Minek sin mostrar signos físicos aparentes de que la herida le doliese (pese a que la sangre le escurría por el brazo), sonrió enseñando una dentadura amarilla y descolocada y con voz desagradable y burlona dijo:

- Creo que esa escopeta ya ha disparado sus dos cartuchos...

Minek observaba la sangrante y fea herida del reaver, probablemente más alterada que él a pesar que debería estar retorciéndose de dolor... pero sólo había que ver su "decoración" facial para darse cuenta que los mitos acerca de su concepción del dolor eran reales, sólos e detendrían si morían.

Escuchó con espanto cómo el maldito degenerado tenía toda la razón del mundo, así que optó por sujetar la escopeta con ambas manos a modo de garrote improvisado, empezando a retroceder con lentitud y cierta torpeza.
Razonar sería totalmente inútil, así que sencillamente quería alejarlo de Sally y Michael sutilmente hasta que se encontraran a un par de metros y pudiera empezar a correr nuevamente, soltando la escopeta que de poco le serviría y alejándolo de esa zona.

Probablemente si Michael recuperaba el arma, o tal vez Sally dentro de un rato, ellos tuvieran alguna oportunidad.

El salvaje dio un par de pasos mas hacia Minek, cada vez mas seguro de si mismo. Jugueteaba con el machete y sonreía cada vez mas, con gesto sádico. En ese momento se oyó un golpe seco y un leve quejido ahogado, y la atención de Minek volvió por un instante hacia Michael. El pobre hombre parecía haber perdido la pelea, y yacía en el suelo con una herida bastante fea en el brazo izquierdo. Su oponente se puso en pie, mirando hacia los otros y dijo:

- ¡Ni te molestes! Cojamos a la otra zorra y larguemonos de aquí cuanto antes!

El otro se giró levemente, pero sin dejar de mirar a Minek y contestó:

- Cogela tu... Esta perra me ha herido en el hombro y duele como si me lo hubieran arrancado...

El bárbaro que había atacado a Michael se acercó entonces a Sally y se agachó para recogerla del suelo...

Naidaba se vio sorprendido por la rapidez del Reaver e intentó reaccionar lo más rápido posible.

La carga del salvaje sorprendió a Nadaiba, que cayo al suelo derribado por su oponente. Intentó forcejear con él pero parecía muy fuerte y la cosa se ponía fea. Notó su desagradable aliento en su cara y pudo ver su expresión con claridad. Tenía los ojos inyectados en sangre y el rostro lleno de cicatrices, pero aún así no parecía ni tan temible ni tan salvaje como Nadaiba hubiera imaginado.

Pese a todo, el bárbaro peleaba bastante mejor que él, y en un momento del forcejeo consiguió alzar la mano en la que portaba su enorme machete y descargar un golpe con todas sus fuerzas. Sorprendentemente no golpeó al indio con el filo (lo que casi con toda seguridad lo hubiese herido mortalmente) si no con la tosca empuñadura de madera de su arma.

Nadaiba recibió el golpe directamente en la cabeza, y empezó a marearse por el golpe.

A pesar de haber sido atacado tan duramente, Naidaba intentó mantenerse en sí mismo en todo momento, aunque la visión se le empezaba a nublar y los sentidos le fallaban por momentos.

"Espero que Minek y el matrimonio estén a salvo. Dada mi situación poco les voy a poder ayudar..."

Minek observó con horror el resultado de la pequeña trifulca de Michael, y con ella cualquier esperanza de conseguir un resultado positivo en la peliaguda situación.
Le sorprendió enormemente descubrir que los reaver se comunicaban con palabras en lugar de con sonidos y gruñidos. ¿Podría ser algún tipo de engaño? Era raro, sin duda, pero carecía del tiempo necesario para pensar debidamente en ello, así que cogió la escopeta con mayor firmeza y tragó saliva con cierta dificultad.

Sus posibilidades eran nulas, pero sabía que no podría seguir viviendo con el peso de dos muertes inocentes a sus espaldas cuando podía haber hecho algo al respecto, así que a pesar de lo temerario de su acción elevó el arma e intentó golpear a su enemigo con todas sus fuerzas para apartarlo y llegar hasta el inconsciente matrimonio...

Minek atacó como pudo al salvaje, pero éste esquivó el golpe fácilmente, riendo y avanzando con gesto amenazante hacia ella. Alzó el machete ligeramente, como preparad para asestar un golpe si la joven se acercaba.

- No juegues gatita - le dijo - No tenemos tiempo para tonterías...

Mientras tanto el otro bárbaro había recogido a Sally del suelo, se la había echado al hombro y se alejaba poco a poco, sin dejar de mirarles.

- ¡Vamos! - dijo a su compañero - Los demás deben estar esperándonos ya

Luego miró a Minek y agregó:

- Si nos sigue, mátala...

Y dicho esto se marchó en dirección a la plaza del pueblo, donde había aterrizado la nave.

Minek gruñió por lo bajo, sintiéndose terriblemente inútil e impotente, echando más de menos que nunca la protección de sus compañeros, para los que probablemente la presencia de un par de reavers no supondría demasiada dificultad y sin embargo para ella... se convertía en algo totalmente imposible.

Dejó que ambos empezaran a alejarse y después corrió hasta el lugar donde Michael había estado forcejeando, conservando la esperanza de que alguno de los cartuchos de la escopeta de sus bolsillos hubiera caído al suelo.
Removió la arena con las manos con cierta desesperación mientras su mirada se perdía de reojo en dirección a la plaza y unas lágrimas de culpabilidad y frustración empezaban a asomar en sus ojos.

El golpe en la cabeza de Nadaiba había sido demasiado contundente. Durante un instante trató de mantenerse consciente, pero todo le daba vueltas y el sonido se fue volviendo cada vez mas apagado y distante, hasta que la osucridad le envolvió y cayó inconsciente.

Un instante después (o al menos un instante desde su punto de vista) Nadaiba abrió los ojos sobre saltado. La tensión de la pelea aún contraía sus músculos, junto con el desasosiego provocado por la necesidad de ayudar a Minek y los demás, pero el escenario que contempló era totalmente distinto.

Parecía encontrarse en un bosque, muy lejos de la luna de Triumph y sus áridas montañas. Los árboles eran altos y frondosos, y sus copas ascendían casi hasta donde la vista de Nadaiba podía alcanzar. Por encima de ellos podía admirar la bóveda celeste, cargada de estrellas en una noche despejada. El suelo estaba lleno de maleza y hojas secas, y se percibía en el ambiente una leve niebla. Reinaba el silencio, solo interrumpido de cuando en cuando por el sonido de algún pájaro o algún otro pequeño animal. La luna iluminaba el bosque, colando sus rayos entre las ramas de los frondosos árboles.

Desconcertado por el paraje, Nadaiba permaneció inmóvil unos instantes, hasta que se dió cuenta que frente a él, a unos 5 metros, un lobo le observaba pacientemente.

Michael yacía en el suelo con una herida sangrante en el brazo, que no parecía mortal pero si bastante dolorosa. Estaba bastante aturdido, probablemente por los golpes que su atacante le había propinado en la cabeza, pero había perdido del todo el conocimiento.

Al acercarse Minek intentó incorporarse, pero al moverse soltó un grito de dolor y se llevó las manos al estómago. Luego la miró desde el suelo y dijo, jadeando:

- Sally... se llevan a Sally...

Minek estaba ya junto a Michael cuando la sorprendió el familiar ruido de un motor a reacción. Sus conocimientos de mecánica y sus años de trabajo a bordo del Cuervo le habían enseñado a reconocer a las naves con las que trabajaba, y el ruido que escuchaba era para ella inconfundible.

Alzó la vista y ante ella vio la lanzadera de Aryssa, que se encontraba muy cerca, avanzando directa hacia ellos. La pequeña nave hizo una rápida pero elegante maniobra y se posó en la calle, a escasos metros de donde estaban.

-Michael...- observó con pesar al hombre, tragando saliva con dificultad debido al nudo que apretaba su garganta, desviando la mirada de nuevo a la plaza por un momento mientras ayudaba a levantarse al buen hombre.
-No podemos hacer gran cosa más por ella a menos que intentes dispararles... Si estuviera alguno de mis compañeros sería distinto- una vez de pie observó con mayor detenimiento el brazo sangrante, dándose total cuenta de que le sería imposible usar la escopeta de ésa manera, aumentando por tanto la frustración y culpabilidad del momento.

-¡Arhyssa...!- exclamó de forma ahogada al distinguir el familiar sonido de la lanzadera, observando el pequeño vehículo con una sonrisa mientras arrastraba con ella a Michael y en la otra mano sujetaba una escopeta.
-Con ellos estarás a salvo, no te preocupes- le acompañó hasta las puertas de la nave y entonces metió la mano en uno de los bolsillos del hombre, cogiendo un puñado de cartuchos que guardó en su propia ropa esperando que alguno de los muchachos hubiera acompañado a su "delicada" compañera.

Nada más aterrizar, Arhyssa salta fuera de la nave, con el semblante lleno de preocupación...

Divisa a Minek, y se apresura en averiguar...

-¡Minek! ¿Qué ha pasado? ¿Estáis bien?-Mira a un lado y a otro, intentando adivinar lo que acaba de ocurrir...-He visto que os atacaban... Se han ido ya?

'El espíritu del bosque' - pensó Naidaba - 'Hacía ya mucho tiempo que no lo veía... desde aquella vez que...'

Naidaba se dió cuenta de lo que eso significaba. Debía estar seriamente herido o como poco inconsciente. Tenía que encontrar el camino de vuelta antes de que se hiciese de día y la luz del sol naciente acabase consumiéndolo.

- ¡Oh! ¡Gran espíritu de la naturaleza! Guíame en estos momentos duros para salir del bosque sagrado. Hay gente que me necesita, y solo mis oraciones no bastarán en esta hora de penumbra y decadencia.

Incorporándose de pequeño claro en que yacía se acercó lentamente hacia el lobo. Se arrodilló frente a él e inclinándose acercó su oreja a su hocico.

-¡No del todo!- respondió a Arhyssa con expresión aprensiva y preocupada -Michael está herido, aunque no de gravedad- explicó en referencia al hombre de aspecto bonachón que la acompañaba algo tambaleante.

-¡Pero se han llevado a Sally! Es su esposa y amiga mía, tenemos que ir a por ella antes de que se alejen demasiado...- acercó a Michael hasta los brazos de la acompañante para que ésta se encargara de guiarle, y descubrió horrorizada que nadie más salía de la pequeña lanzadera.

-¿No te ha acompañado Wyatt...?- preguntó algo desilusionada con el hecho, aunque evidentemente no podían dejar al Cuervo sin nadie en su interior, así que sus nudillos se volvieron blancos entorno al rifle que sujetaba y empezó a cargarlo con manos temblorosas.
-Si tardo demasiado márchate- dijo antes de darse la vuelta y empezar a correr a la plaza principal, donde había aterrizado minutos antes la temible nave reaver.

- Paciencia, Nadaiba - dijo el lobo, aunque su hocico no se movió. La voz sonaba grave y solemne en la mente del indio, pero no cabía duda que de alguna forma provenía del animal.

- Aquellos por los que te afliges no están en tan grave peligro... - continuó - Muchas veces aquello que observamos no revela lo que de verdad se esconde frente a nosotros...

el lobo se apartó entonces de Nadaiba, encaminándose hacia los árboles cercanos. Después de avanzar unos metros se detuvo y giró la cabeza, mirando de nuevo al indio. La luz de la luna iluminaba sus ojos y los hacía brillar.

- Debes ser paciente y reflexivo... Y recuerda que no solo el lobo se disfraza de cordero. Aveces la serpiente mas inofensiva adopta los colores de las mas mortífera para confundir y asustar a sus presas...

Y dicho esto el animal desapareció en la espesura.

Arhyssa recibe toda la información de manera precipitada, sin dejar de fruncir el ceño...

-No... Claro que no... De hecho estoy intentando contactar con él... Pero es casi impo...-Entonces ve lo que pretende hacer...-Minek...!-La sujeta de un brazo, mientras con el otro, aguanta, como puede a Michael...-Espera...! No puedes irte tú sola!!! O... Te acompaño, o... Le llevamos al Cuervo y volvemos...-la mira seria, y preocupada...-No pienso dejar que vayas sola...