Partida Rol por web

Rob ni siquiera prestó atención a la puerta que aparecía en mitad del pasillo, siguió avanzando hacia el frente. Era evidente que aquella apestosa criatura no había entrado por esa puerta.

Stephon espero las respuestas de Rob y Salazar, el segundo respondió rápidamente, y el primero mantuvo silencio. “El que calla otorga…” pensó. Sabiendo que sus compañeros lo seguían respaldando siguió hacia delante con convicción, aunque no sin preocupación.

“Esperemos que lo que sea que haya dentro de esa puerta no sea problemático…”

Avanzáis por el laberítico corredor dejando la puerta atrás y continuáis recorriendo varios metros a través de él. No había rastros de trampas por ninguna parte por lo que el camino parecía lo suficientemente seguro.

Os movisteis hasta llegar a una encrucijada, el pasillo continuaba de frente, pero también se dividía en otras dos soluciones posibles, el camino de la derecha o el de la izquierda. Para avanzar habría que tomar una decisión entre aquellas tres posibles.

Y desgraciadamente ya no había rastro del kobold.

El kobold y tus compañeros se habían adentrado hacia el interior de la cueva, el pasillo era alargado y tenía varios recovecos, por eso te imposibilitaba el hecho de avistarlo, a cada esquina que girabas te dabas cuenta que ya la habían girado antes, por lo que hacía complicado localizarles.

Tras avanzar varios metros encuentras una puerta de madera oscura. El pasillo continuaba internándose en la cueva. Era muy posible que tus compañeros no se hubieran adentrado allí, pero tampoco lo tenías muy claro.

Finalmente Eldrith os deja atrás también, pues decide ir detrás de vuestros compañeros. Mientras tanto, vosotros estáis decidiendo qué es lo que podéis hacer.

La persecución contra el kobold habia terminado, ahora solo faltaba preguntarse: ¿con cuantos volverá?

- Que mala suerte tenemos, se nos ha escapado, deberiamos retroceder y juntarnos con nuestros compañeros. Seguir adelantes solos no creo que sea la mejor opción.

Bien busquemos algo de utilidad en los cuerpos, nunca se sabe. -Se quedó algo pensativo durante un segundo. -Lo cierto es que no me quedaría nada cómodo aquí quieto mientras aun me quede aliento, no sabemos donde estan Eras y Milus, y buscarlos por estas desconocidas cuevas puede ser aun más arriesgado, creo que lo que debemos hacer es seguir de cerca a nuestros compañeros, sin correr riesgos pero nunca se sabe cuando pueden necesitar nuestra ayuda. Korbis, ¿te quedan aun fuerzas para andar?

Mientras ustedes vigilan revisare los cuerpos-les digo mientras me lanzo hacia los cadaveres, buscando cualquier cosa de utilidad para la mision o monedas para ayudarnos a financiar nuestra guerra -por cierto- le digo a Korbis desde el suelo -sera mejor que te quedes lejos del combate, si quieres te doy mi ballesta.-

Una encrucijada, genial…

Tenian 3 caminos distintos, una probabilidad de 1/3.

-Tienes razón, sería bastante sensato que nos hiciéramos fuertes en la garita de guardia, pero antes creo que puedo hacer algo, es posible que pueda encontrar a los kobolds.- Stephon tomo aire y se concentro en uno de los pasillos, intentando proyectar mente por él.

Rob maldijo a los dioses cuando el camino desembocaba en tres posibles trayectos. Escuchó con atención pues no debía ser complicado escuchar a alguien corriendo por el interior de una galería. Regañó con la mirada a su compañero cuando habló y volvió a prestar atención.

Rapidamente miro si hay rastros de polvo en el suelo o la puerta y le doy una patada para ver si esta abierta. Si es muy solida sigo mi camino y agudizo el oido, algunos llevaban armadura metalica, seguro que algo de eco habria...

Pegas la patada a la puerta para comprobar que estaba cerrada. Después te paras a escuchar algo, tus compañeros no andaban muy lejos, podías apreciar que al fondo del pasillo estaban hablando. No debían andar muy lejos.

Os entretenéis comprobando si hay algo de valor en los cuerpos de los kóbolds caídos para daros cuenta de que no llevaban nada de valor a excepción de algunas monedas que estaban repartidas por encima de la mesa donde estaban jugando.

En total a penas sumaban la insignificante cantidad de 12 piezas de plata y 43 de cobre. Se conoce que mientras jugaban con aquellos huesos hacían apuestas entre ellos.

El resto de armas y armaduras que llevaban eran demasiado pequeñas para que os sirvieran para algo.

Sin perder un segundo sigo las voces, soy debil por mi cuenta y soy plenamente consciente de ello.

Niego con la cabeza ante su ofrecimiento, pues sujetar la antorcha ya era suficiente esfuerzo.

En cualquier caso, todo esto al final no servirá de nada y los hombres de Heironeus unicamente estarán esperando nuestra salida.

Me encuentro pensando pesimista mientras acompañaba a la pareja, dado que no podía hacer mucho más.

Stephon soltó el aire que retenía mientras se concentraba en un largo suspiro.

-Nada…- dijo escuetamente, claramente decepcionado. Miro a sus compañeros esperando alguna respuesta. Rob aun seguía con la oreja pendiente de escuchar algo, y Salazar los miraba. –Volvamos con el grupo, si nos seguimos dispersando acabaremos mal.- Quedo a la espera de que dirían sus compañeros. –A la vuelta podríamos mirar la puerta cerrada, quizás tengamos más suerte en ella.– dijo sonriendo amargamente.

Espero un momento a que Rob termine de escuchar para ver si detecta el kobold que se escapaba, intento concentrarme en los tres pasillos para ver si yo también era capaz de oir algo.