Partida Rol por web

Por fin las lagartijas habían caído. Había costado lo suyo. En adelante deberían tomarlas más en serio.

Era el único ileso de la lucha. Los demás presentaban algunas heridas, y sobretodo Eras que se desangraba en el suelo. Rob colgó su escudo a la espalda y su hacha al cinto, arrodillándose al lado del caído.

No soy muy buen sanador, pero al menos taponemos la herida. - Hizo algunas tiras con la propia túnica de Eras y las uso como improvisadas vendas. Tapono la herida lo mejor que supo. Esperaba que fuese suficiente.

Ahora había que esperar. Tenía tiempo de pensar en el siguiente movimiento. Entrar heridos a la cueva sería un suicidio.

Veo como Rob tapona la herida de Eras y aparentemente corta la hemorragia.

- Buen trabajo Rob. Si no te importa voy a ver que tienen de valor estas sabandijas, alomejor tienen algo útil. Tras ello alomejor deberiamos esconder un poco los cuerpos en el bosque y hacer como que aqui no ha pasado nada, por si acaso. Eldrith ayudame un poco si eso.

Tras decir mis intenciones me pongo manos a la obra y chequeo los cuerpos inertes en busca de cualquier cosa de valor. Tras echaminar los cuerpos me dispongo a moverlos detras de algun matorral cercano y tirar un poco de tierra y hierbas encima de la sangre, para ocultar el rastro de la batalla, y de mientras esperamos para ver si Eras se recupera un poco.

Vale, vamos a ello. Aunque el fisico no es lo mio, estos bichos no pesan mucho.

Pese a lo que dijo le costo trabajo arrastrarlos. Como habia dicho sus delgados brazos no tenian mucha fuerza.

Rob había conseguido taponar las heridas de Eras y evitar así que se desangrase vivo. Pero desde allí hasta el castillo había bastante tiempo y trasladar su cuerpo haría que probablemente las heridas se volvieran a abrir y finalmente terminase muriendo. La curación debía ser hecha allí o si no vuestro aliado no lo contaría.

Mientras, Eldrith y Milus se dedicaron a rebuscar entre los cadáveres de los caídos, solo encontraron algunas jabalinas, lanzas y armaduras de cuero pequeñas que resultaban sumamente inútiles para ellos. Por lo demás no había rastro de ningún objeto de valor.

Pues tendremos que decidir que hacemos, podemos esconder a Eras en un rincon y entrar, esperando encontrar algo de curacion magica, ir a buscar al otro grupo o dejarlo morir...

No tenian nada de curacion magica, y creia recordar que el otro grupo tampoco iba muy preparado en ese aspecto, habia sido mala suerte que el unico curador hubiera sido el primero en caer...

Habían tenido la mala suerte de que el sanador del grupo cayese inconsciente. Al menos ahora parecía estable, la sangre había dejado de brotar.

Quiero saber como estáis vosotros dos. ¿Podréis luchar con esas heridas? - preguntó a Eldrith y Milus. - No pienso meterme en la cueva sin un mínimo de garantías.

Podrían tener suerte y encontrar algo con lo que curar sus heridas y a Eras. O podrían caer en un emboscada y morir todos. Que era lo más probable.

Una herida superficial, puedo continuar, aunque seria mejor que te dediques tu al cuerpo a cuerpo.

Mientras esperaba la decision de Rob cargo su ballesta y mandó a su cristal a vigilar la entrada y ver si habia algo extraño.

- Yo ando un poco tocado, otro golpe mal dado y puedo terminar como el bueno de Eras. De todas formas tampoco creo que sea una opción quedarse aquí parados. Si eso puedo ir a la retaguardia y ayudaros con las cerraduras y trampas mas que con el combate, al cual me puedo dedicar mas a distancia. En cuanto a Eras lo mejor será esconderlo en las cercanias y dejarlo que descanse, despues se puede improvisar una camilla y ya lo transportaremos, aunque dejarlo solo...

Mientras hablo rescato mi ballesta y la cargo. Tras ello, pienso un poco y se me ocurre otra idea.

- Quizá lo mejor sea que uno se quede a cuidar de Eras mientras que los otros dos se vayan en busca del otro grupo para ayudarles a ellos.

Rob anduvo pensativo un rato, rascándose la incipiente barba. A Hextor no le gustaría tener bajas entre sus filas. Habían venido aquí a rescatar unos supuestos arqueros para ponerlos al servicio del señor y en cambio, casi habían perdido a un integrante del grupo.

Está bien. Milus te quedaras con Eras, está demasiado malherido y necesita cuidados. Buscaremos un buen lugar resguardado y os quedareis allí.

Eldrith y yo volveremos sobre nuestros pasos en busca del primer grupo y nos uniremos a ellos. Cuando terminemos con el asunto que nos ha traído aquí, volveremos a por vosotros.

Dicho esto ayudo a trasladar a Eras hasta un lugar seguro, bajo un árbol, detrás de unos matorrales. Después de asegurarse de que no había ningún peligro cerca, se despidió de Milus y se encamino hacia la primera entrada junto a Elridth.

Bien...

Mientras Rob y Milus movian a Eras el cristal mascota vuelve y se mete en la tunica de Eldrith.

Listo, vamos.

- Que tengais suerte y pensar en volver a venir a buscarnos. - Tras ello me escondo en un punto desde donde pueda observar a Eras, pero a parte de el para evitar que si me ven a mi lo vean a él y viceversa.

Entonces, con la ballesta cargada y algo aburrido me dispongo a observar y escuchar todo lo que pasa alrededor para poder advertir a cualquier enemigo.

Ayudáis a Milus a esconder el cuerpo de Eras y a organizar un lugar para que ambos puedan esperar y reposar, cuando está todo dispuesto os marcháis los dos a la otra entrada. Esta vez no os cuesta ningún trabajo encontrarla, parece que vuestros compañeros tuvieron algo más de suerte, pues en el suelo yacen el cadáver de ocho criaturas similares a las que os atacaron a vosotros.

Parece que han liberado la entrada de aquella cueva por lo que decidís adentraros por donde suponéis que han hecho vuestros compañeros. 

La primera cueva estaba iluminada por la luz del exterior, más adelante un camino continuaba hacia el interior de la cueva, parcialmente iluminado por antorchas en las paredes, las paredes de aquel pasillo estaban hechas de mejor manofactura que la primera cueva.

Cuando llegaron a la otra entrada, parecía que el otro grupo se las había manejado bastante mejor. Ellos habían tenido bastante mala suerte al enfrentarse a los kobold, o tal vez no había sido mala suerte, si no que los guerreros que él mismo eligió no formaban un grupo equilibrado. Debería dar más tarde explicaciones a Hextor. Aquello hizo que se pusiese de mal humor.

Entraron a la cueva y observaron un pasillo iluminado por antorchas, pero ni rastro del primer grupo, ni tampoco de lucha.

Sigamos, no hay otro camino. - dijo encaminándose por la galería.

Si, no deberian estar muy lejos... aunque hablaba con Rob ni siquiera lo miraba, estaba demasiado absorto mirando los resultados de la batalla. Mientras caminaba noto una punzada en el costado, lo que le recordo que pese a sus poderes, seguia siendo humano.

Cuando llegáis al final del pasillo llegais a una sala en cuyo centro hay una mesa con cuatro sillas.

Esa sala tiene signos de agitación, sin duda los kóbolds contra los que se habían enfrentado vuestros compañeros parecían estar montando guardia allí. Esa sala tenía dos salidas, podíais continuar hacia el frente o bien tomar el camino de la izquierda.

Más problemas, había dos posibles caminos. ¿Por donde se habría ido el grupo?

Ayúdame a buscar alguna huella por las salidas. Si logramos encontrar alguna más grandes que las de los kobolts, sabremos por donde han ido los nuestros.

Ni corto ni perezoso empezó a buscar pisadas en cada una de los posibles caminos. No veía ninguna, de repente parecía que se había quedado ciego.