Partida Rol por web

A la mañana siguiente la actitud de los pueblerinos ha cambiado, la amenaza ha sido detenida y toda la gente del pueblo se muestra alegre. Cada poco os paran en la calle para daros las gracias por vuestra ayuda y muchos de los comerciantes os hacen precios especiales. Deruno el enano del almacén general os regala varios de sus productos especiales, dice que son un regalo del pueblo por la ayuda a salir de la crisis, y Katia la camarera lanza alguna que otra mirada sugerente a Etalium.

Los aldeanos están ansiosos por celebrar la hazaña de los héroes del pantano; y os invitaran a pasar una noche más en la posada. Si tratáis de declinar la oferta os contestaran “Que el tiempo no es bueno para viajar”, la verdad la tormenta se sigue formando en el horizonte, y un descanso os permitirá estar frescos por la mañana. Si seguís insistiendo a muchos de ellos le parecerá mal que no aceptéis su hospitalidad. Lo que a fin de cuentas os obliga a quedaros una noche mas.

Los truenos retumban de vez en cuando, siguiendo el destello de los relámpagos, este día es tan oscuro y deprimente como los que lo han precedido, pero todavía la lluvia no llega.

EL mediano seguia dando vueltas al papel encontrado en la casa no estaba seguro de que quería decir y el más listo del grupo había sido asesinado por poderes oscuros. No se creía que todo hubiera terminado, pero parecía que era así. Enterraron el cuerpo del mago mientras recogían sus pertenencias que ya no le servirían en el futuro. Sin duda aquel golpe había sido duro para el grupo y el ambiente de felicidad no les sentaba bien. El mediano intentaba evitar la multitud y estaba más silencioso de lo normal. El mago les había salvado demasiadas veces y ahora le echarían de menos.

Teniendo que aceptar la invitación esperaba que al ser el pequeño pudiera escaquearse a mitad de la noche para estar tranquilo.

 Etaliun vivió como un sueño el resto del día. Como el sacerdote y el alguacil tomaron el asunto y como llevamos el cuerpo del compañero al templo. 

 Estuvieron hablando acerca de qué hacer con sus pertenencias, Etaliun, fatigado, comentó de guardarlo por si daban con algún familiar o allegado de su fallecido amigo... por si algún día llegaban a la tierra que les viera partir antes de llegar a las angustiosas nieblas.

 El resto del día lo pasó tumbado en la cama durmiendo, tras un relajante baño caliente, afeitarse y ponerse ropa limpia. Al anochecer, al ir a cenar algo se encontró con las miradas de la hermosa Katia, cosa que hizo que sin lugar a dudas no tuviera ganas de marcharse aún del pueblo.

 Pasando el rato charlando con la camarera para terminar coqueteando con ella, sugiriéndole ir a pasar el resto de la noche en un lugar... más recogido.

Bjorn visiblemente afectado por todo lo que está ocurriendo en estas extrañas tierras a la muerte de su compañero dice:

- Todos acabaremos igual...no hay salida posible, vísteis lo qu ehabía ocurrido allí, y ahora aquí...no creo que estemos mejor que lo que está ahora Sestar, descansando al fin....descansar...descansar...- sigue llevando el cuerpo lleno de arañazos sin sanar dese el encuentro en la primera mansión Tarascon, pero no se queja de ello.

- ¿Descansar? Será si podemos...creo que sólo la bebida podrá ayudarme con eso...

Bjorn sin limpiarse lo más mínimo pide una tras otra cervezas y otros licores que haya en la posada, se tira gran parte por encima pero no parece importarle, cualquier persona que se acerca a hablar con él que no le lleve una copa es despedida por una feroz mirada, una mirada perdida y largos ratos de ausencia o de gruñidos y miradas con el ceño del enano fruncido. En ningún caso sonríe, una sombra pesa sobre él.

Descanso, cama, buena compañía, tranquilidad. Algunos sabios dicen que después de la tormenta siempre viene la calma, pero Fronchens es de los que piensa que después de la calma, siempre viene tormenta. Después de estos días en el pueblo, de haberse enfrentado a horrores, tanto vivos como muertos, Fronchens no puede si no sorprenderse ante los habitantes de este aparente pueblecito. Son un ejemplo a seguir para muchos grandes señores y nobles de mas alta alcurnia: valentía, fuerza de voluntad y aplomo son algunas de sus virtudes. Fronchens decidió aprender esos valores en vez de venirse abajo. Cree que la estancia en el pueblo ha sido para bien y sale de él reforzado, y le gusta.

No puede evitar ver el caso contrario en Bjorn, el enano y en Tyfan, el mediano. No sabe si la muerte de Sestar, los muertos vivientes o todo junto lo que les han afectado, pero no parecen los mismos.

Sestar...esto no quedará así, lo juro

Al recordar el nombre del mago, no puede sino recordar los momentos vividos juntos, las charlas alrededor del fuego y los peligros en las minas, en el pantano...otro compañero cayó, pero su vida fue noble. No hay mejor recompensa que saber que estará en un lugar justo. 

Fronchens disfrutó de la merecida fiesta, pero la muerte de Sestar era aun muy reciente como pra celebrarlo al 100%. No pudo contener una risita cuando vio a Katia coquetear con Etaliun. Un "Se lo merece" apareció en su mente.

Y esperó a que el grupo decidiera el próximo movimiento.

Con la llegada de la noche, un trueno sacude la villa. Comienza como un bajo estrépito en la distancia y va creciendo hasta convertirse en una explosión que sacude las cabañas y tira los objetos de las estanterías. Un relámpago danza salvajemente a través del cielo, lanzando sombras en su  destello. Entonces empieza a llover, cae lluvia sucia en grandes cantidades. Las calles rápidamente se tornan en barrizales; pequeños arroyos se forman en grietas y depresiones. La visión se oscurece por la interminable cortina de agua negra, y la lluvia cae con tanta fuerza que lastima a aquellos que se aventuran en su furia. De un lado a otro, los truenos continúan retumbando sobre la villa, y los relámpagos se intensifican. La tormenta ha llegado.

Aunque en el exterior se desata un infierno en el interior de la posada el ambiente es de fiesta, a nadie parece impórtale que la lluvia destroce las cosechas, un gran mal ha sido erradicado y todo el mundo quiere participar en la fiesta.

Luc permanece en la gran sala comunal de la posada, todos los campesinos están alegres y entonan canciones. El joven pálido comienza a recitar los versos de nuevo, pero esta vez los dice con una cadencia y entonación perfectas. Los versos coinciden con los del pergamino encontrado en la casa de los Tarascon.

En la casa de Daegon el gran brujo nació, de la vida, la no vida, de los no vivos se burló;

El niño sin vida de la inflexible madre habla, Presagia un tiempo, una noche en que el mal se desata;

El hijo de los soles ha de alzarse siete veces, para hacer que el humilde por toda la eternidad solloce;

La luz del sol brillara sobre los muertos, Rezumara y caerá volviendo rojos los restos;

Inajira sus fortunas invertirá y a todo lo que vive, horriblemente maldecirá;

Los sin cuerpo viajaran al tiempo de antaño, donde felicidad y odio crean leyendas de año en año.

Brucias también se encuentra en la sala comunal de la posada, y se acecha a vuestra mesa antes de que Luc termine de recitar los versos comienza a hablar. Tengo una historia que contarles, comienza el sacerdote.  Pienso que lo peor no ha pasado, Marais d'Tarascon aun va a sufrir algo más.

El sacerdote se excusa en no haber confiado antes en vosotros, ahora sé que sois de fiar, os puedo contar toda la verdad. Empieza describir una terrible noche tormentosa de hace más de un mes, en la que Jean trajo a Marcel a su casa. Marcel estaba muy herido, y ya había fallecido, pero decidí tomar un pergamino de mi pequeña colección e intente devolver la vida al pobre Marcel. Pero algo salió mal. Marcel no resucito, y Jean se marcho llorando sumido en la angustia. El hizo desaparecer el cuerpo de su hermano. Esta fue la última vez que vi a Marcel, y la última vez que vi a Jean con vida.

El clérigo había sospechado desde un principio que alguna actividad relacionada con muertos vivientes ha estado realizándose en la villa. Hasta ahora, pensaba que Marcel cayó víctima de la misma tragedia de los otros aldeanos. Ahora se ha dado cuenta que el problema comenzó justo después de la muerte de Marcel, y no antes. Brucian no sabe que puede significar esto, pero está seguro que los sucesos están conectados.

La lluvia se podia escuchar incluso con la fiesta de la taberna, Tyfan estaba sentado con el resto bebiendo muy despacio. Luc volvió a recitar un extraño poema o lo que demonios fuera- Eh eso no es lo que estaba escrito en el pergamino de la casa? significará algo?- Brucias se encarga de que no hubiera tiempo para pensarlo pues comienza a contar su historia - Bien podía haberlo contado antes, nos habría ahorrado mucho trabajo. - Dice el mediano con cara de pocos amigos, aquel inutil había guardado información importante y encima ahora lo soltaba cuando ya no era importante pues sabían quienes estaban implicados. -Entonces a quien hemos matado de los dos? por que bien podía haber resucitado al Jean con magia negra.

 Estaliun estaba apoyado en la barra, cerca de la mesa en la que estaban sus compañero, pero parecía más atento de tontear y coquetear con Katia.

 Tras el estallido de la tormenta en el exterior, el guerrero da gustoso otro trago de la birra y da otro mordisco al trozo de tarta que tiene en la mano. Satisfecho de no estar bajo esa torrencial tormenta en algún sitio perdido en el exterior. Y con la promesa de una cálida noche en brazos de esa mujer que tan golosas miradas le revolvía.

 Pero entonces el escuálido Luc empezó a entonar aquellos salmos. No le gustaba. Para nada, el tono lúgubre de aquellas palabras, tras los últimos amargos días, solo servían para amargarle el gusto de la tarta al guerrero. Entonces se les acercó Brucias dando todos esos detalles, palabras que hizo que el guerrero dejara la barra para sentarse junto al resto.

 Al terminar le quedó una expresión fría en el rostro a Etaliun.

 - Maldita sea, con lo bien que prometía la noche.- Miró al resto.- Pero tampoco podemos hacer gran cosa ahora, ¿no? Terminemos de pasar la noche con alegría y hablemos mañana, con el abrazo del sol... o con la claridad del día, acerca de qué hacer.

Cuando entre jarra y jarra de cerveza y de algún otro licor de la zona escuchó las palabras de Brucias hizo caso omiso a ellas, sabía que el fin estaba cerca, y que esa tormenta sólo era el preludio de otra larga noche, pues el mal tan sólo se había replegado y seguro que volvería esta noche, y por eso Bjorn intentaría no dormir para mirar cara a cara a la muerte y sonreir cuando esta intentase llevárselo, pues sólo de esa manera podía uno enfrentarse a lo inevitable, la muerte. Tras escchar las palabras de sus compañeros contra Brucias tomó un largo trago y dijo:

- Dormid tranquilos, si podéis antes de lo que la tormenta anuncia según las palabras del chico loco, yo estaré atento por si algo intenta perturbar vuestro descanso. Pero no dejéis muy lejos las armas ni os quitéis demasiada ropa, pues no creo que vaya a ser una plácida noche. Los muertos se han alzado y no creo que una tormenta les haga retroceder, si ha de venir, vendrá esta noche, su líder para acabar lo que empezó y ese será el momento decisivo, la lucha final y más de uno de nosotros no volverá a ver el sol de nuevo y descansará junto a Sestar antes del amanecer.- dichas estas palabras, Bjorn mira atentamente hacia la puerta y las ventanas por si ve algo extraño, observa con detenimiento a los presentes a ver si alguno actúa de forma extraña, y sigue bebiendo hasta acabar con su jarra, pidiendo una más.

 Etaliun miró a su compañero que tan fúnebre mensaje les daba, posando su mano callosa mano sobre el hombro de Bjorn comentó.

 - ¿Qué sería de un hijo de Moradin sino esperara lo peor en cualquier situación?- Mirando al resto.- Sea, pero si me tiene que encontrar la muerte, que sea con con el placer de los muslos de una bella mujer y mi lengua en su interior. Que mi sangre corra vigorosa por mis venas por el latir desbocado de mi corazón, en lo más encendido de la pasión... que tarde o temprano que se enfriará por el resto de la eternidad. 

 Enderezándose, atusándose el mostacho añada.

 - Mientras tanto, ¡que se mueran de envidia los dioses por nuestra mortalidad!

 Viendo el gesto torcido del cura y el severo siervo de Moradin, el guerrero apunta.

 - No lo digo para ofenderos, pero eso es lo que creo. Y ahora si me disculpáis...- Mirando a la joven que atiende las mesas con hambre voraz, apunta.- Espero que el crujir de las vigas os delate mi posición.

  Y con esta despedida el guerrero fue a por más aventuras.

El sacerdote mira con aire de reproche al guerrero del manto verde, su mentalidad cerrada de clérigo pare disponerlo más a la alerta que a la juerga, pero no dice nada. Etalium avanza hacia Katia que señala con un ligero movimiento de cabeza y una leve sonrisa las escaleras que dan acceso al piso superior.

El hombre que matasteis era Jean. Dice contestando a la pregunta del mediano. Brucias parece estar realmente preocupado, puede que por no haber confiado antes en vosotros o puede que como dice el enano lo peor aún este por llegar.

Los truenos restallan con más fuerza en el exterior de la posada, una jara choca contra el suelo en mil pedazos, el hombre que la sujetaba se ha asustado con el estallido. Luz se calla un momento, puede que asustado por el ruido y comienza a recitar otros versos, pero estos os suenan de haberlos odio antes en boca de otra persona. La muerte caminara con la tormenta que se aproxima, y vosotros debéis de encontrar la manera de ponerla a descansar. ¡De lo contrario, la lluvia se convertirá en sangre! Os ahogara a todos: a vosotros y a todo Marais d´Tarascon.

Cuidado con el loco, cuidado con su sangre

Cuidado con el loco, cuidado con su sangre

CUIDADO CON EL LOCO, CUIDADO CON SU SANGRE

La puerta de la posada se abre con un fuerte golpe. Un aldeano, empapado hasta los huesos a pesar de la capa que lleva, se apresura dentro del salón común. Es Pierot el guarda del cementerio está casi sin aliento y obviamente muy asustado. ¡Los muertos se aproximan a Marais d'Tarascon! intenta decir entre temblores y toses. ¡Un ejército de muertos vivientes! Pierot comienza a toser más y se desploma sobre una silla, lo único que puede hacer para responder a las preguntas que le puedan hacer es señalar hacia los campos del este.

En cuanto cae la jarra al suelo Bjorn se lleva la mano a la empuñadora de la maza mágica que lleva sujeta a su cintura, y cuando se abre la puerta el enano se levanta, se le va un poco la cabeza por la bebida y el ímpetu. Luego avanza hasta Pierot y cuando cae al suelo le toma el pulso y mira hacia donde señala a ver que es lo que ve. Las palabras de Luc, la sangre del loco, la sangre del loco, cuidado con la sangre del loco...no sabía que quería decir pero cada vez estaba más seguro que Luc tenía algo que ver en todo esto, no sabía si debía matarlo o si debía defenderlo...entró a Pierot a la posada:

- ¡Traed algo a este hombre para que recupere el aliento, algo fuerte! ¡Y prepárense para la prueba de sus vidas, ayuden a trancar las entradas y preparar botellas incendiarias o cosas similares, todo el que sepa blandir un arma y tenga una que se prepare, los que no que intenten no molestar y ayuden a los que montan las defensas del lugar. Prepárense, si no lo conseguimos, formaremos parte de ese ejército de muertos que viene a por nosotros, vendan cara su vida o salgan y dejen que ellos les devoren!