Partida Rol por web

Si Flame fuese Flame y no fuese el Inspector Gadchet había tomado la decisión de marcharse de allí trepando por alguna de las paredes y escapar del sanitarium y dejando atrás a Sunny y a cualquiera que quisiese quedarse allí. Había vivido muchas cosas, muchas que verdaderamente le habrían ayudado a perder la cabeza, cosas que si hubiera visto el doctor Rhener habría terminado loco de verdad. 

Pero Flame ya no era Flame, y efectivamente era una verdadera paciente de Sunny Tear Sanitarium. Tenía ciertos problemas mentales que le impedían ser quien era de verdad. Una formidable guerrera capaz de escupir ácido por su boca, trepar por las paredes y enfrentarse a una horda de hombres avestruz sin perder la cabeza. Ahora era el Inspector Gadchet, un hombre con deseos de investigación y con ganas de averiguar qué era eso de la magia, qué era ese lugar y averiguar qué era todo lo que estaba pasando allí. Y no solo eso, su sobrina Sofía le había dicho que su padre, es decir su cuñado, se encontraba en una de las torres del hospital. Así que no podía dejarle atrás y ya que Leiath estaba dispuesta a ir ayudarle, él también haría lo mismo. ¡Acabarían con aquel que tuviese apresado a su cuñado! Sofía pronto vería a su padre.

Leiath, tienes razón, tenemos que ir a mi cuñado, el padre de Sofía no debe seguir ahí encerrado. Dijo Gadchet a la bruja de Hala diciendo algunos nombres y palabras que solo tenían sentido en su alocada personalidad. Después se quedó sorprendido ante la amenaza de la mujer de ojos negros a la mujer que estaba junto al doctor.

La mayor prueba de que Alice estaba como un cencerro era que quería utilizar polvo de diamante para identificar objetos mágicos, cuando el componente material que se utiliza en esos casos es el polvo de perla. Ninguna de las joyas del tesoro de Rehner contaba con perlas en su decoración.

Por favor, parad-dijo, tratando de zafarse gentilmente del abrazo de Isabela-. No quiero conflictos. Eso también va por usted, señor enano: no trate de confrontarme a las investigaciones del Doctor Rehner. Las pocas cosas que he visto, a pesar de que la mayoría son innovaciones de Rehner, llevan vigentes en la psiquiatría al menos diez o veinte años. Son terapias que vienen en los libros de texto. Hay casos documentados de curación. ¡Es ciencia!

Pretendéis ir a la torre del patio, pero os tengo que hacer una pregunta... ¿Cómo vais a reconocer al padre de Sunny, si es que de verdad está allí? Sunny no lo conoce. Y puede que él no nos conozca a nosotros. Podría tener amnesia, o personalidades múltiples, o estar en estado de shock. Podríamos encontrarnos con varios pacientes en la torre que afirmen ser el padre de Sunny.

La única que tiene razón para ir a la torre es esta buena mujer-pasó un brazo por el hombro de Flame-, ¿Gadget era su nombre, señorita? Pues bien, Gadget sí sabe cómo es su cuñado. Ella puede reconocerle cuando lo vea. Puede que sea la más cuerda de los que os habéis refugiado en este desván.

El agradable e INTACTO rostro de la bruja cambió de un gesto compasivo a enfadado con gran rapidez al escuchar las amenazas de Bianca. Se le había pasado por la cabeza ayudarla con el poder de Hala, pero ahora estaba segura de que no sería una buena idea. Dar más fuerza a una persona que solo pensaba en mutilar al prójimo? Ni hablar, eso iba contra cualquier lógica.

De los labios de la joven solo salió una palabra: Pleasure.

No sabría si funcionaría pero valía la pena probarlo. Había que tener controlada a la lunática antes de que atacase a más gente. Mejor atarla.

Por otro lado Heinforth no se había dignado a responder a su pregunta sobre si conocía alguna otra forma de acceder a la torre. Parecía más preocupado por imponer sus creencias a lo demás que en averiguar qué estaba realmente ocurriendo en aquel sitio. Una lástima que alguien tan joven fuese tan obtuso, además no parecía querer colaborar. Se le pasó por la cabeza que quizás sería mejor dejarlo ahí, a cuidar de Bianca y de los otros locos, así el aquelarre podría llevarse a Sunny (quizás también al enano que, pese a lo enervante que era, le había caído en gracia) y concentrarse en el círculo de confianza.

Antes de marchar, tenía la intención de recoger el tesoro y usar parte de ese polvo de diamante en Flame.

- He preparado un único hechizo de invisibilidad.- Contestó a Leiath sin dar ya más importancia al doctorucho.- Espero que sea suficiente.- Rememoró junto a los demás las características principales del Zelekhut. No creía que pudiera ver lo invisible, pero aún así deberían ser sigilosos. La idea de ir a buscar al padre de Sunny empezaba a presentársele como  no tan mala. Si Aire decía la verdad, y no era una locura introducida por el propio Rehner en su cabeza, podía tener sentido.- Sólo espero que la pala sea más de lo que parece.- Dijo ante el comentario de Alice.

Onfale había percibido que la tal Isabella era una mujer peligrosa casi al instante de tenerla en frente, a pesar de que había estado cubierta con la máscara y una insulsa túnica. La había olido. Para alguien como él, no sólo perfumista de profesión, sino usuario de la Divina Esencia, la primera impresión olfativa quedaba impresa en su memoria como una imagen lo hacía en la retina de los demás. Cada vez que dirigía su vista hacia la ya desenmascarada Bianca le venía ese tufillo rancio del orín que había empapado sus ropas el día en que tuvieron el placer de conocerse.

No cabe duda de que es inestable...- Pensó el mago, pero no intervino en el cruce de amenazas entre unas y otras. Se contuvo mucho, eso sí, cuando  Isabella hablaba de que el tesoro lo había encontrado ella. Todavía debía estar afectada porlas torturas que había recibido. Ni había participado en la lucha y ellos habían descubierto el tesoro antes de que ella apareciese pro la escalera que subía al desván. Estaba acostumbrado a ello. Sin embargo, cuando Leiath pronunció la palabra con la que Rehner había dormido a la mujer se puso en guardia.

Aire no dejaba de vigilar a la loca de turno, aunque le hubiese gustado seguir hablando con Sunny. Las palabras que había dicho se las había introducido el doctor en la cabeza, pero estaba casi segura que había soñado con su padre. Y no iba a ser Flame la que reconociera al mago.

No se preocupe, seguro que somos capaces de reconocerlo dijo Aire, restando importancia a las palabras del doctor. Que se fijara en Flame era bueno, les dejaría a los demás hacer lo que quisieran.

El mejor momento fue cuando Leiath intentó dormir a Bianca. Su rostro se giró en redondo para ver a la loca, por si surtía efecto. No le importaría verle caer e, incluso, dejarla allí, dormida, para que no molestase a nadie. Seguro que los ratones hacían buena cuenta de ella.

¡Claro! Afirmó contento tras las palabras del simpático y amable doctor. ¿Cómo no iba a conocer a mi cuñado? Lo que no entiendo es por qué Sofía no le conoce. El inspector se zafó institivamente del brazo del rubio como queriendo evitar el contacto con él de forma inconsciente. Después se agachó ante la niña rubia y le dijo, Sofía, cariño, ¿no recuerdas a papá? Le dijo preguntando a Sunny. Ya sabes, así de alto, con una máscara de esas que parece de los anonimus y con una túnica bastante fea. ¿Sabes quién te digo? Le preguntó describiendo a cualquiera de los pacientes.

Luego se giró hacia los demás, especialmente hacia Aire que parecía apoyarle en esa misión. No creo que sea muy dificil encontrarle una vez hayamos logrado atravesar el patio y alcanzado la torre. Dijo mostrando una amplia y blanca sonrisa, de esas que rara vez mostraba la verdadera Flame.

Si la mandona avariciosa es difícil de soportar, lo de su amiga de nariz aplastada y ojos rasgados ya juega en otra liga. No puedo tomarme en serio sus baladronadas y amenazas porque está claro que carecen de fundamento alguno, de modo que hago lo que más conviene: callar e ignorarla.

Me parece encantador que Cara de Ángel trate de apaciguar a la exaltada, aunque no termino de entender qué es lo que añade a continuación sobre encontrar al padre de la muñequita. ¿Para qué demonios querría yo propiciar semejante encuentro familiar?

Todavía estoy tratando de hallar una respuesta convincente para esa pregunta cuando escucho una palabra que trae a mi memoria recuerdos ingratos. Recuerdos de Rehner usando su magia para someterme cuando estuve a punto de matarle y liberarnos a todos. Cuando no eran más que un puñado de pacientes ociosos y asustados, yo traté de salvarles de nuestro torturador; ¿y ahora esta hija de la gran puta me lo agradece tratando de usar en mi contra lo que aprendió entonces de su amo?

Me doy la vuelta para encararla con el ceño fruncido y tamborileando sobre mi sien con el dedo índice. En mis ojos, una muda pregunta que hasta el más obtuso sabría interpretar con facilidad: ¿eres imbécil?

No necesito más tiempo para ver cómo se las gastan por aquí la tirana traicionera y su amiga de las orejas grandes. ¡Qué decisión tan estúpida la de convertirme de aliada en enemiga! Está claro que los idiotas abundan. No tendría problemas en liberar al mundo de semejante tara, pero no sé cuántos de los presentes se consideran miembros del autoproclamado aquelarre de Los Viajeros de las Brumas, ni tengo intención de quedarme a descubrirlo.

Le lanzo un beso a Cara de Ángel y salto por el agujero que conduce al nivel inferior. Sé que allí me esperan los no-muertos pero no serán más ruines que la beata tirana, ni menos hospitalarios tampoco.

Tú también usas las palabras para manipular a las personas, como el abuelo...-dijo Sunny a Leiath, al oírla pronunciando una palabra en mordentiano.

La frase no sonaba acusatoria, más allá de lo que le doliese a Leiath que la comparasen con alguien tan deleznable. La propia Sunny había hecho algo igual de reprobable, controlando mentalmente al pederasta que la asaltó, convirtiéndolo en su guardián (pederasta que seguía enmascarado y maniatado en otra habitación). La frase iba más en el sentido de contrastar una evidencia: que Sunny era distinta a ellos dos, y que ella usaba sus poderes sin necesidad de "palabras mágicas".

También respondió a Gadget:

Me llamo Sunny, no Sofía. Nunca conocí a mi padre.

En cuanto a Isabela, saltó al agujero de la planta baja, cogiendo de improviso a Aire, que solo se había puesto en guardia esperando un ataque, pero no una huída.

Bueno, como cabía de esperar, aquella palabra 'mágica' en boca de la bruja no hizo efecto alguno sobre la asesina psicópata. Sin embargo la situación se resolvió satisfactoriamente por sí sola.

Leiath observó con indiferencia como Bianca se escabullía por el agujero. Bien, bien, que se fuera lejos.

Tuvo tiempo entonces de emplear la magia de Hala para recomponer otro trozo roto de Flame y de darle vueltas a ese plan de marcha a la búsqueda del padre de la pequeña.

Recordar la información que les había dado Onfale sobre su enemigo, no le hizo ni pizca de gracia. Era demasiado poderoso y enfrentarse a él sería harto difícil. Había que buscar otra forma de llegar a la torre.

Doctor Heinforth- probó Leaith de nuevo con el diálogo-, ya sé que usted lleva poco tiempo en este sanatorio, pero quizás conozca a alguien que pueda tener la información que buscamos, o quizás un archivo donde se encuentren los planos del edificio a los que consultar. Mi instinto me dice que debe haber tuberías, o pasillos de mantenimiento que den a la torre. Ir por el patio sería demasiado arriesgado, creo yo.

Sunny, pequeña, tú no conocerás un camino secreto a donde está tu papá?-. Los niños encuentran muchas cosas gracias a su curiosidad innata.

También podrían probar eso de la pala y la ducha antes de ponerse en camino, pero en realidad no se había enterado muy bien de todo aquel galimatías.

El enano se sentía un poco marginado con toda aquella gente más alta que él, hablando entre ellos, diciendo palabras mágicas, escapando por huecos del suelo. En definitiva, ellos se lo estaban pasando bien, mientras él, a unos cuantos palmos del suelo apenas podía integrarse en aquel variopinto grupo de lunáticos. El único consuelo que tenía era que aquella jovencita no era más alta que él. Pese a todo, se volvió a dirigir hacia el doctor.

-He escuchado rumores, uno de los enmascarados una vez dijo que él era el Doctor Renher, esto fue secundado por otros presos que decían ser médicos cuyos nombres no me acuerdo, enfermeras, guardias... incluso uno dijo que era un conserje. La historia continuaba que en una terapia, un grupo de presos se salió de control, y los encerró en las celdas, suplantando su identidad y dirigiendo el Sanitarium desde entonces.

-Quizás solo sea una locura colectiva de un grupo de locos, pero si usted dice que el Doctor Renher es él, y que todo lo que hace entra dentro de lo normal en cuanto a las prácticas médicas. Entonces me fiaré de su palabra.

Isabela saltó y, aunque pilló de sorpresa a Aire, se alegró de ello. Aunque rápidamente intentó entrar en la mente de aquella mujer retorcida, y el acto no le pareció de lo mejor que les podía pasar allí.

Intentó cruzar una mirada con Onfale, sabiendo que, en parte, podría adivinar sus pensamientos sobre la loca de turno. Sus ojos oscuros intentaron, al menos, transmitir esa información. Era un enemigo, quizá no poderoso, pero sí inestable y peligroso, pues seguramente les atacaría cuando menos se lo esperasen y de la manera más agresiva posible. Quizá debían haber acabado con ella antes de que escapara, o haberla dejado incapacitada o algo por el estilo. Ahora ya no sólo estaba el viejo loco y sus guardias, o esos seres que eran máquinas de matar. Había una nueva enemiga que, seguramente, era la más peligrosa por su falta de cordura.

Dirigió su mirada a Leiath. ¿Les habría permitido terminar con la vida de su mujer?

No creo que esa mujer tenga la fuerza suficiente para evitar caer dormida. Así que o el poder de Renher sobre nosotros ha disminuido, o está usando poderes que desconocemos, sea magia o sea algún otro truco mental dijo, pensando en la capacidad de Sunny. Al no estar Isabela, se permitió volver a hablar a la niña

Sunny, cuando te dijo que no se podían soñar con cosas que no se han visto... ¿es por que en tus sueños has visto cosas? ¿Qué cosas has visto?

El perfumista miró con desgana a la mujer escurriéndose por el agujero. Desde luego no compartía con las mujeres su obsesión con el drama. Se quedó un rato pensando en las palabras de Aire. No dejaba de tener algo de razón. La vez que la mujer había escuchado "pleasure" en boca del Doctor Rehner había caído cual fardo y ahora ni se había inmutado.

La pobre ha pagado los platos que rompió Fosco.- Y es que el Aquelarre no quería volver a convivir con un miembro problemático. No podía culparles, pero a ella tampoco. Símplemente estaba loca, aunque lo poco que había dejado entrever de su personalidad desde luego parecía peligrosa.

- Hay que organizarse.- Mientras Leiath, el enano y Aire se mantenían ocupados, el mago pidió la bolsa de contención a Leiath para ir retirando el tesoro.Mientras hacía esto, intervino  para aclarar algunas cosas a Heinfronth-. Sunny seguro que puede.- Ahora el problema era saber si podían fiarse de ella.- Tú puedes escuchar la mente de las personas, ¿verdad, niña?- Lo que le faltaba al aquelarre, una niña.

¡Espera, completa desconocida! ¡Voy contigo!-una de las locas se tiró también al agujero, persiguiendo a Isabela.

Yo no sé nada de caminos secretos...

En mis sueños he besado en la boca a una mujer... he estado dentro de una caja... he estado en una habitación con dos sillas... Todo es confuso y extraño. Los sueños son así.

Lo que no es así es lo de leer mentes. Es muy duro. Los adultos están llenos de recuerdos dolorosos, imágenes sucias y crueles. Nunca me volveré a meter en la cabeza de nadie. Nunca más. Lo hice una vez, para ver lo que pensaban los enmascarados, y no me gustó lo que vi.

¿Os escucháis al hablar? Caminos secretos... Pacientes que suplantan a sus doctores... Es todo esquizofrenia paranoica. No puedo ayudaros a encontrar pasillos o túneles secretos, ni sabría por dónde empezar a encontrar los planos que buscáis.

Si alguien hubiese mirado a los ojos de la mujer se habría dado cuenta de que el brillo que poseían no era el habitual en él. Además, la escama de su frente había estado totalmente apagada y su brillo no cubría a cada uno de los presentes. Pero gracias a la intervención de Hala y de la bruja de Hala que obraba sus milagros sintió como volvía a ser la misma de antes. El brillo de su frente se tornó plateado y su resplandor se extendió ante todo los presentes.

Flame se llevó una mano a la espalda para desenfundar a uno de sus trillizos. Sintió como volvía a ser la misma de antes, y todos los que la estuvieron viendo pudieron también comprobarlo.

Gracias a Hala y gracias a ti, Leiath. Dijo fundiéndose en un fuerte abrazo. La guerrera parecía ser la misma de antes, salvo por ese abrazo tan inesperado que le había propinado a la bruja. Flame estaba tan emocionada por su recuperación que no le importó mostrarse vulnerable.

Después se separó y se colocó en pie, con Ayash en su mano y el brillo de su frente se sentía más fuerte y poderosa que nunca. Por fin volvía a ser la de antes y no tendría que volver a aguantar sus múltiples personalidades, al menos no de momento. Flame tenía el control y no dejaría que se fuera de allí.

Escuchó todos los planes de sus compañeros, pero ahora solo podía pensar que ella había visto en su momento una salida por el tejado, y ahora que era capaz de trepar como si se tratase de una araña podría investigar y ver qué se veía desde fuera para terminar de hacerse de una idea de aquel lugar y de todo lo que le rodeaba. 

Esperad un momento. Dijo Flame pidiendo unos minutos para ir al tejado a investigar*

- Mi niña...- A pesar de utilizar el posesivo la voz de Onfale sonaba fría y distante. Los niños le daban bastante repelús. Para qué ocultarlo si posiblemente la niña ya lo hubiera visto en su mente?-...tendrás que hacer un último esfuerzo, al menos, si es que quieres encontrar a tu padre.- Sunny no quería leer la mente de los adultos , pero bien se había hecho con la del asqueroso pederasta y lo había intentado todos ellos.- Tu abuelo es un hombre muy malo, cuanto antes abras los ojos mejor. Te dejó abandonada a tu suerte. Y eso es precisamente lo que has tenido, mucha suerte de encontrarte con un grupo como nosotros.- Ignoraba cuanto podía al bello doctor, pero llegó un momento en que no pudo contenerse.- ¿Si todo son paranoias nuestras, ¿por qué no sale al patio y nos lo demuestra usted mismo? Vaya a la torre y le observaremos desde aquí.- El perfumista había estado ignorando deliberadamente a Leiath pues la notaba ciertamente rara con tanto beso. Cuando volvió a prestarle atención vio que había logrado que Flame volviera. ¿Para qué querían ahora al doctor novato? De escudo humano, como mucho, o de cobaya.

- Me alegro de verte de vuelta.- Sonrió con sicceridad a la mujerona y la dejó hacer.  Habían visto que podían llegar a la azotea, pero nadie mejor que Flame para volver a echar un vistazo.- Creo que podría ser bueno echar un vistazo a las duchas del piso de abajo. Según Larmika era el paso dos de la fuga. Podemos probar antes de intentar una aproximación a la torre. Según su inscripción había que ducharse con agua caliente.- ¿Pero, ¿no había hecho eso ya Isabella?

Tras las palabras de Sunny, Aire suspiró. No tenía forma de saber si la niña estaba mintiendo. ¿Leiath tendría esa capacidad? Aunque dudaba mucho que la bruja de Hala quisiera aplicar esos conocimientos sobre Sunny.

Mientras Onfale intervenía en la conversación, seguramente provocando el temor de la niña, Flame volvió a la realidad, y esperaba que fuera por mucho tiempo

Me alegro de verte dijo la hechicera. Aunque de lo que de verdad se alegraba era de no tener que volver a ponerse en primera fila de combate, donde le habían dado por todos lados en ese lugar. Seguiría en su línea, atacando con su magia y dejando que Flame se cargara a todos los enemigos con sus espadones.

Bueno, pues habrá que ir a por la ducha, aunque a lo mejor es peligroso bajar. Doctor, ¿hay alguien más ahí abajo?