Partida Rol por web

[ELdG] Sunny Tear Sanitarium

Epílogo: Leiath

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18/12/2018, 21:38
Vecna

El grupo de niños se acercó a la cabaña con cautelo.

-¿Esa es la casa de la Loca de los Gatos?-dijo uno de los niños-Parece una cabaña normal.

-Chsssst... No hagas ruido.

-¿A que no te atreves a llamar a la puerta? Coooo, cocococococó...

-Aquí o vamos todos o no va nadie. ¡Venga!

Los rumores de una bruja solterona que vivía en las afueras, rodeada de gatos, había ganado protagonismo en el folclore local. Según algunas leyendas, se le había partido el corazón cuando su enamorado eunuco la había rechazado con sangre fría. Despechada, la Loca de los Gatos se había recluído en una vieja cabaña, que otrora fue hospicio de Hala. La prima de una amiga de un hermano mío fue una vez a por un filtro de amor de la Loca de los Gatos, y dijo que existía de verdad. Los niños se plantaron delante de la puerta, y uno de ellos reunió valor de llamar con los nudillos.

La puerta se abrió con un rechinar. El interior de la cabaña estaba oscuro como la boca del lobo. La Loca de los Gatos emergió de la oscuridad, con cara de que no le había dado la luz del sol en mucho tiempo. Los niños pegaron un grito y echaron a correr, todos menos uno... Todos menos una pequeña niñita de pelo rubio.

La niña se deshizo de su disfraz, creció, cambió. La cara aniñada se volvió más familiar. Detestablemente familiar. Era Vecky, siempre Vecky. La malvada, alegre y exasperante maga, avatar de la Diosa de los Secretos.

¡Leiath, cariño! Muac, muac-juntó mejilla a izquierda y derecha, simulando besar a Leiath-. No te veía desde... Uf, desde los Inevitables. ¡Cómo pasa el tiempo! ¿Te importa si paso y enciendo algunas luces?

Vecky empujó a Leiath y entró bruscamente hasta el interior del hospicio. Chasqueó los dedos, y unas luces danzantes fluctuaron en el aire, mostrando a un montón de gatos que encresparon su lomo y bufaron ante la presencia maligna de Vecna. Vecky trató de avanzar por la sala, pero de pronto una fuerza invisible se lo impidió. La maga miró hacia abajo, y en la madera brilló el círculo mágico que Leiath había dibujado en el suelo como protección.

¿En serio, querida?

Vecky no hizo ningún intento de salir. En lugar de ello, señaló un taburete que se desplazó por el suelo haciendo un molesto chirrido hasta entrar dentro del círculo místico. Se arregló el vestido antes de sentarse, y empezó a hablar. Vecky siempre hablaba, hasta límites insoportables.

Antes de que preguntes: Jadewo está bien. He venido por otros temas. Verás... Últimamente tengo más tiempo libre. Tengo un lugarteniente llamado Kas que se encarga de los pormenores de la administración de mis dominios. Ahora hago yoga. También leo más. El otro día leí el Libro de las Obras Elevadas, y hubo un pasaje que relacioné con Cuentos de las Eras.

Cuentos de las Eras era un manuscrito sagrado de Hala que narraba la creación del mundo: nueve dioses que abandonaron a los seres humanos a su suerte, pero una de ellos (Hala) volvió para cuidar de ellos. Cogió veintiseis pupilos, trece hombres y trece mujeres, y compartió con ellos sus enseñanzas.

"En el plano de Celestia hay siete montes sagrados. En el principio de los tiempos, siete mártires ascendieron al plano de Celestia, y cada uno de ellos reinó sobre uno de los montes"-citó-. Y bum, me explotó la cabeza. Tengo la teoría de que los siete mártires son parte de los veintiseis pupilos de Hala, los más buenos y dadivosos. De los siete mártires, seis fueron sustituidos con el paso de los eones, pero uno de ellos es el original. Se llama Zafquiel, y podría ser la celebridad que te permitiría saber más de Hala. ¿No te gustaría conocerle? ¡Vayamos juntas a Celestia! Tú y yo, como las más mejores amigas que somos-propuso.

Notas de juego

Al ser narrativo, puedes tomarte las libertades que quieras. No te limites a responder y repreguntar, puedes rolear lo que te dicen los pnjotas, introducir pnjotas nueves, rolear el modo en el que viajáis a Celestia (o el modo en el que rechazas la oferta y le das la patada a Vecky), etc... etc...

Ya veré cómo continúo para retomar desde el punto en el que termine tu post.

De todas formas, los prerrequisitos de la clase de prestigio contemplativo incluye haber tenido contacto con Hala, con un servidor directo de Hala (podría ser Zafquiel), o un ser iluminado que encarne los más altos valores de la deidad (un guardinal, una criatura celestial de alineamiento NB con aspecto de animal: avoral o ángel pájaro, leonal o ángel león, cervidal o ángel ciervo, lupinal o ángel lobo, musteval o ángel comadreja, equinal o ángel caballo, ursinal o ángel oso...).

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20/12/2018, 07:37
Leiath, Bruja de Hala

Leiath se había marchado con un gran dolor en su corazón, en gran parte por culpa de Onfale, como bien expresaban las habladurías, pero en su mayoría por puro cansancio anímico. Y es que nunca conseguía salvar a todos los que se proponía. Muchos inocentes habían muerto porque ella no había tenido la fuerza suficiente para evitarlo. Había pasado por una prueba y la había fallado a su parecer.

Los primeros días en la cabaña fueron los más tristes ya que a la pérdida de su amado aquelarre se sumaba el pensamiento consciente de que todos aquellos que había conocido y querido en su pasado estaban muertos a causa del salto temporal que habían sufrido.

Día tras día la bruja iba adecentando el lugar y tomándose su tiempo para comunicarse con su diosa y con el tejido que rodeaba el universo. Eso le proporcionó la calma que andaba buscando y pronto se sintió más ligera. Puso en orden todos los abalorios de la diosa que habían ocupado el altar que su madre tenía para ella y lo volvió a sacralizar, haciendo de la cabaña un templo para Hala, un hospicio para quién acudiese a buscar ayuda. Aunque pocos lo hacían, ya que la bruja se había vuelto algo arisca y se escondía de los lugareños. En realidad tenía miedo de fallarlos de nuevo.

Una vez estuvo el altar a punto, con sus atrapa sueños, ristras de ajos, símbolos de las trece serpientes, animales disecados, cuadros de desconocidos y huevos de dragones (bueno, uno)... se acordó de algo que guardaba en su bolsa de viaje y que había olvidado por completo.

Sacó con delicadeza el cadáver del anciano aventurero que había prometido resucitar, pero se dió cuenta que en su estado iba a ser imposible y ella no contaba con el poder de hacer milagros. Así que determinó dejarle descansar en paz y no molestarle. Armó una noche una pira funeraria y rezó por su alma.

También sacó de su bolsa la bola mágica y pidió ver a cada miembro del aquelarre; Flame, Aire, Alice, Thimaz e incluso al ladino de Onfale. Quiso el destino que cuando miró parecían estar todos bastante bien así que la bruja les dejó en paz y siguió a lo suyo. Hasta aquel día en que apareció el Avatar de Vecna.

Se avergonzó de sentir cierta alegría al verla. No tenía que caerle bien pero lo hacía. Esa maldita deidad mentirosa y zalamera...

- Pero para qué quieres tú saber más de Hala? Y lo que es más, acaso te dejarían entrar en el plano de Celestia, a tí?

Estaba claro que Vecky quería manipular y usar a la bruja, quizás ella misma no pudiese entrar al plano y por eso se la estaba camelando. Pero venga, que solo busque a un santo para aumentar su sabiduría? Ja! Por supuesto que había algo detrás, pero la pregunta era; accedería Leiath a ayudarla por el simple hecho de la posibilidad de encontrarse con un ser en contacto directo con Hala?

La respuesta era sí. La joven se había estado pasando los días meditando, rezando a su diosa para que la acercara más a ella y quizás esa era su respuesta.

No esperó a que respondiera pues tampoco se creería del todo lo que le contase.

- Bien, déjame que me prepare para el viaje y dime cuál es el plan.

Notas de juego

Lo del avatar, correcto lo que dices. Digamos que en el tiempo que lleva sola ha cambiado el look, pero creo que no quedaría bien si se cambiase en el pasado (además, me gustaría que fuera una sorpresa para los compis).

Quizás podemos poner bruja Leiath o algo así, no sé cómo se hacen esas cosas, ya te lo dejo a ti.

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01/01/2019, 17:17
Vecna

Estás hablando con la diosa, perdón, con uno de los aspectos de la diosa de los secretos. Mi curiosidad no tiene límites, yo lo quiero saber todo de todos. Yo podría viajar sola, no sería la primera criatura de alineamiento "no politicamente correcto" que viaja a Celestia. Hay un magucho malvado que se instaló allí para redimirse, y sus amigos van a visitarle sin ningún problema, ¿por qué no habrían de dejarme entrar a mí?

Vecna se puso en pie y salió del círculo, demostrando que desde el principio no tenía ningún impedimento para salir. Seguramente las patas del taburete que se arrastró por el suelo borraron la tiza del círculo, y al interrumpir su continuidad también acabó con su influjo.

Necesitamos llevarnos esa mesa de ahí. Apareceremos en el Mar de Plata, y una mesa de madera grande flotará con nosotras dos encima. El primero de los montes que visitaremos será Lunia. Allí atajaremos por el Palacio de Bahamut hasta el monte de Solania. A partir de ahí, bueno... ya veremos. Lo divertido de los viajes como mochilero es improvisar. Lleva ropa de verano, y calzado cómodo.

Vecky abrió un portal en el interior del hospicio, y empujó la mesa para que cruzara el umbral. Cuando Leiath estuvo lista, cruzaron juntas aterrizando sobre la mesa, a modo de balsa, en un océano azul. A lo lejos se veía una isla enorme con forma de colina.

¿Puedes invocar una... vaca marina celestial, o algo? Será más cómodo que remar.

Leiath conjuró unas marsopas celestiales. Ataron las cuerdas a las patas de la mesa, y los animales nadaron arrastrándolas hasta la linea de costa. A la izquierda de la playa, Leiath vió un puerto con seres de luz (lamparcontes como el que invocó Alice en el Sanitarium) y ángeles (arcontes con alas blancas emplumadas). A la derecha, un palacio de jade flotaba sobre un tornado.

A no ser que quieras hacer algo de turismo en el pueblo, el Palacio de Bahamut es ese que flota en el aire. ¿Vamos?

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02/01/2019, 15:46
Leiath, Bruja de Hala

Desde el mismo instante que Vecky le propuso viajar al plano del la Ley y la Bondad, el corazón de la bruja se había acelerado de forma considerable. Era una viaje que había esperado hacer a su muerte y poder hacerlo en vida era una oportunidad única. Pero, podría con ello? No había que olvidarse que era una mujer joven sin apenas experiencia y que el vínculo que tenía con su diosa era, ante todo, 'mejorable'.

Mientras preparaba su petate mágico intentó hacer acopio en su mente de lo que sabía sobre el Monte Celestia y sus habitantes. Desgraciadamente era muy limitado, su aprendizaje al lado de su difunta madre se había basado más en la sanación que en el saber de planos. Lo único que tenía claro era que los seres malvados no eran bienvenidos, por mucho que le intentaran convencer de lo contrario (se esforzaba en no creerse todo lo que aquel avatar embaucador contase), en todo caso para redimirse, pero poco más. Y es que, el propósito de Vecna podría ser otro aparte del de acumular saber. Pero no la preocupaba en exceso,  ya que confiaba en que los Siete Cielos mismos se ocupasen del tema si su acompañante sacase algún malvado truco de la manga. En eso consistía la fe entre otras cosas, en creer en lo imposible.

No queriendo perder más tiempo por si Vecky se lo pensaba y se iba sin ella, le hizo caso y se posicionó junto a la maga en su adorada mesa de pino con la que se había criado y recordaría siempre (había pertenecido a su abuela). Y por fin el viaje comenzó.

El paisaje era de una belleza deslumbrante. A sus pies, un inmenso mar del color de la plata oscurecida les rodeaba, sobre sus cabezas un cielo despejado, plagado de estrellas alumbraba la costa y hacía refulgir una ciudadela que parecía labrada en puro mármol blanco. Era como el dibujo de un pequeño, simple y bello. Lleno de inocencia.

Leiath toco el agua sin miedo alguno y la probó. Era dulce y seguramente sagrada. Estuvo tentada de salpicar con ella a Vecky para ver como reaccionaba pero luego pensó que si había podido traspasar sus defensas contra el mal con esa facilidad, un poco de agua bendita tampoco le haría nada. Y a saber si se enfadaba si la mojaba.

Cuando llamó a la pareja de marsopas, la bruja pudo ver como el agua estaba plagado de vida acuática. El clima era agradable, como el de una noche de verano. Sin duda se encontraban en el primer paraíso de Celestia; Lunia.

El puerto en el que habían atracado era el de la Ciudad de las Estrellas, aunque la bruja lo desconocía.

La seguidora de Hala se tomó su tiempo en agradecer a las marsopas su inestimable ayuda y a observar todo cuanto le rodeaba, terminando por el palacio que mencionaba Vecky. Un atajo para encontrar a Zafkiel, no sonaba mal. Seguramente la poderosa maga contaba con el hechizo de volar y podría arrastrar a Leiath hasta aquel lugar con sus botas de levitación activas.

- Bien, hagamos como dices, vayamos directas al palacio.

Tan absorta estaba con la contemplación del maravilloso edificio flotante que le pilló desprevenida la aparición repentina de un hermoso ser alado.

'Seais bienvenidos, visitantes del exterior. Mi nombre es Avariel y me encargaré de llevaros hasta Barakiel, el señor de Lunia. Tendréis el honor de hablar con él personalmente.'

Ya está, lo que se temía; se habían percatado de la presencia de Vecna y no les habría gustado nada. Iban a tener que charlar con el señor del primer semiplano de Celestia. Eso podría terminar muy bien (quizás les pudiese poner en contacto con el mismísimo Zafkiel, o señalar al menos dónde encontrarlo), o podían ser expulsadas a patadas 'sagradas' del paraíso.

Leiath no tuvo tiempo ni de devolver el saludo, el heraldo alado les teletransportó al instante.

Notas de juego

me apunto +10 en saber de planos en mi ficha de jugadora! (me estas haciendo trabajar duro)

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10/01/2019, 10:49
Director

Gracias, Avariel. Vuelve a tu puesto.

Estaban en una sala de mármol blanco, sin puertas ni ventanas, pero todos los ángeles que allí había emitían su propia luz que evitaba que se quedasen en oscuridad. El portador de la espada estaba sentado en un trono de cristal. Avariel voló hasta uno de los palcos de plata a diez pies de altura, junto con otros arcontes que apuntaban a Vecky y a Leiath con sus arcos. El líder de la espada continuó hablando.

Mi nombre es Baraquiel, Protector de Lunia.
Nuestros adivinos predijeron la llegada de uno de los
aspectos de Vecna. Lo que no supieron ver es que
vendría acompañada. ¿Quién es quién? Solo puedo
confiar en mi buen juicio... Y es obvio que Vecna
eres... ¡TÚ!

El dedo acusador de Baraquiel señaló a Leiath. Vecky suspiró aliviada.

Vecna es la diosa de los subterfugios, jamás tomaría el
aspecto de un llamativo pelo rubio. Por descarte, la
verdadera Vecna es la chica del pelo apagado y tristón.
Prepararemos el juicio de inmediato. Haced llamar a los
demás profetas.

 ¡Amado Baraquiel! Mi nombre es Claire. Pido humildemente ser la abogada defensora de la acusada. ¡Demostraré su inocencia ante el tribunal!

Baraquiel asintió.

Serás transportada con la acusada a su celda
para poder preparar la defensa.

Antes de poder dar réplica, Leiath y Vecky reaparecieron en una celda a oscuras, sin ángeles que la iluminasen. Vecky conjuró una luz. Era una celda bastante cómoda, más parecida al dormitorio de un palacete. Había una gran cama con cojines, una mesa repleta de frutas exóticas, el caño de una fuente que soltaba agua fresca y una mesa con cómodas sillas. Lo único que podía consolar a Leiath, es que conocería en breve a Zafiquiel, adepto de Hala, que presidiría el tribunal que la iba a juzgar.

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15/01/2019, 18:53
Leiath, Bruja de Hala

Leiath no culpaba a Vecky. La culpa sin duda era de la propia bruja por caer en la trampa que le había preparado  el avatar del dios de los secretos. Pero es que no podría haber sido de otro modo, dada la naturaleza de la joven. Era buena e inocente, y creía en la redención. No había dado acaso otra oportunidad a Flame cuando ésta asesinó a sangre fría al hermano malvado de Fosco? Además, Vecky nunca se había portado realmente mal con el aquelarre, no a simple vista. Por el contrario había parecido ayudarles en numerosas ocasiones. A los ojos de Leiath, la parlanchina maga parecía tener buen corazón. Y además, quién era esa Vecna, al fin y al cabo? Solo sabía, por palabras de la propia Vecky que era una una diosa de los secretos cuyo poder parecía dividido en varios aspectos. Desconocía su verdadera naturaleza.

La lógica le llevaba a pensar que Vecna quería saber el secreto que guardaba Zafquiel para adquirir poder. Pero lo que no la gustaba era el hecho de que quizás usara ese poder sobre un ser de luz; no significaba nada bueno.

- Vecky, no sé qué piensan que quieres hacer, pero parece que no están nada contentos contigo. Quizás deberías irte y yo intentaré averiguar lo de Zafquiel por mi cuenta, creo que sería lo mejor. No puedes acaso abrir un portal y marcharte sin más? Yo me quedaré y afrontaré el juicio.

Aquí no puedo, deben tener bloqueado el transporte, te acuerdas que estamos en una prisión, no?- dijo con aquella sonrisita sarcástica que la caracterizaba.

Leiath comprobó la puerta; por supuesto estaba cerrada. Vecky levantó las cejas como diciendo 'ves?'.

Se dejó caer en una de las cómodas sillas con un suspiro. Tendrían que aguardar a ver lo que les deparaba el destino.

-Bueno, ya que estaremos un rato aquí las dos, por qué no nos conocemos mejor? Qué haces con los secretos que obtienes de la gente? Escribes un libro? Haces un estudio? No lo emplearas para hacer el mal, no?...

No había tenido oportunidad para siquiera probar alguno de los manjares que se presentaban encima de la mesa cuando alguien conocido asomó por la puerta.

Pssst silencio - Avariel se puso un dedo sobre los labios reforzando sus palabras-, os voy a sacar de aquí- dijo en un susurro-. Seguidme y no hagáis ruido. Os lo explicaré más tarde.

Vecky y Leiath cruzaron miradas. La bruja preguntaba y la maga rubia le respondió agarrándola del brazo y tirando de ella. En el fondo ninguna de ellas tenía ningún reparo en romper las normas establecidas.

Siguieron al arcángel por un espectacular pasillo de mármol iluminado mágicamente; la luz parecía emanar de la misma piedra hasta que se metieron por una de las numerosas puertas que surgían a ambos lados. La habitación era minúscula, más bien parecía un bolsillo dimensional que un cuarto propiamente dicho. La luz que había conjurado Vecky y la que irradiaba Avariel, fueron más que suficientes para verse las caras. Por lo demás, el pequeño habitáculo, estaba vacío.

Escuchadme, no tenemos mucho tiempo- el ser celestial seguía hablando entre susurros y parecía muy nervioso, o nerviosa... En realidad era muy difícil distinguir el sexo, si lo tenían, de aquellas criaturas divinas.- Baraquiel ha estado hablando con el resto de la Hebdomad y no pinta nada bien.

'Hebdomad', eso es el concilio de arcángeles que manda por aquí- quiso aclarar la parlanchina maga a la inculta de su acompañante.

Pssst!- increpó molesta por la interrupción la alada figura-. Os quieren ajusticiar a las dos. Una por ser una encarnación del mal y la otra por ayudarle. Y podéis pensar: 'y por qué una seguidora de la justicia como Avariel va a querer contradecir la resolución del sus señores para salvar a tan horrendas criaturas?'. Pues bien, hasta yo me lo pregunto, pero debo, sobre todo guiarme por mi propio juicio. Creo en la redención, y si bien cualquier aspecto de Vecna debería ser erradicado del multiuniverso, no así aquel inocente que ha sido injustamente engañado por él.

Era Vecna en verdad tan malvada? Leiath seguía teniendo sus dudas, no había sino ayudado al aquelarre siempre que lo habían necesitado. Había sido amable y simpática. Incluso había podido introducirse en su lugar sagrado sin problemas. Todo debía ser un error (se anotó mentalmente consultar con Hala al respecto si salían de aquella). No creía que ni Vecky ni ella mereciesen un trato tan duro.

Una de vosotras se merece otra oportunidad- prosiguió-. Y como no sé quién de las dos es, he decidido sacaros a las dos. No tenéis que decirme nada, tan solo aquella de la que hablo, tiene que tener esto que le digo en cuenta y cuando vuelva a su mundo alejarse del mal y redimirse, sino, juro por lo más sagrado, que la buscaré y acabaré el trabajo yo misma. Queda claro?- Las dos presas asintieron.- Ahora, saldremos de aquí y os llevaré al portal que conduce a las Tierras Exteriores. No podré acompañaros, pero seguro que desde ahí podréis seguir sin problemas. Espero que entendáis que tenemos que ir con la máxima discreción posible. Vuestra magia está bloqueada pero yo crearé una ilusión para no levantar sospechas. Pareceremos unos ángeles normales tanto a la vista como a la detección mágica.

Y así consiguieron salir del palacio donde las tenían cautivas y callejear por la Ciudad de las Estrellas. La enormes avenidas estaban repletas de transeúntes, la mayoría niños y perros que jugaban o charlaban alegremente. Sí, los perros hablaban. Por miedo a ser descubiertas, ninguna abrió la boca, aunque en los ojos de Leiath se podía ver con claridad el amor e ilusión con la que observaba todo lo que le rodeaba sin necesidad de decirlo. No creía que hubiese otro sitio mejor dónde aterrizar cuando Hala decidiese darle por fin descanso. Claro que, después de todas las meteduras de pata que había hecho en vida ( y las que le quedaban por hacer), seguramente se tuviera que subir unos cuantos montes más hasta encontrar el descanso final.

Dejaron atrás la ciudad y se adentraron por unos hermosos jardines. Grandes setos recortados hacían que pareciese un laberinto. De vez en cuando se abrían en una plazoleta con la estatua de algún que otro dios que Leiath desconocía, una fuente o unos simples bancos.

Bueno, ya puedo hablar?- Vecky no podía contenerse más- Cuánto queda? Queda mucho? Me duelen los pies.

Ves?- se dijo Leiath sintiendo una gran compasión por su compañera de penurias. Cómo un ser tan tierno podía ser malvado? Sin duda era un error de juicio.

Avariel, que iba en cabeza se giró molesta hacia Vecky: - Ya estamos, solo tenemos que girar en la siguiente plaza a la derecha y podréis ver el portal mágico. Es uno granate, no tiene pérdida. Voy a adelantarme y distraeré a los guardias. Solo contáis con unos minutos así que no os demoréis. Esperad en la plaza y contad hasta cien, luego tomáis el camino de la derecha de la estatua y os metéis por el portal todo lo rápido que podáis. En el caso en que no haya podido distraer a los guardias y los veáis a ambos lados de las piedras, solo saludad y dad media vuelta, que ya pensaré en otra cosa. 

Avariel se marchó y las dejó ahí tiradas, llenas de dudas y nervios. Ahora podrían echar a correr y buscarse la forma de escapar por otros medios. Pero cómo hacerlo con su magia bloqueada y con, seguramente, todo Celestia buscándolas. No, debían dar una oportunidad al arcángel trompetero.

Entraron en el claro que presidía una estatua del dios Tyr. Vecky empezó la cuenta: 'uno, dos...'

En un banco, a los pies del dios habían un niño. Eso no era extraño, lo irregular era que estaba llorando. Ahí nadie estaba triste, sino todo lo contrario.

Vecky agarró con fuerza el brazo de la bruja de Hala, sabiendo lo que vendría a continuación:- Ni se te ocurra... tres, cuatro...

- Déjame que vaya a ver si está bien, tenemos unos minutos...

Leiath se zafó de la garra de Vecky y se acerco al pequeño: -Qué te ocurre por qué estas tan triste?

El niño levantó el rostro y se limpió el conjunto de mocos y lágrimas que le caían como ríos con la manga de la camisa. Por su aspecto sucio y ropas raídas, el muchacho no parecía pertenecer a aquel lugar.

Me he perdido- logró articular entre hipos.

La bondadosa curandera se puso de cuclillas y sujetó las manos de la criatura entre las suyas. Seguramente acababa de entrar por el portal por el que ellas debían salir. Sería un alma nueva en el cielo. Al llevarse Avariel a los guardias, el niño había pasado sin más  y se encontraría desorientado. Pobrecillo, ya suficiente había tenido que soportar al morir a tan temprana edad.

- No te preocupes, estás en un lugar seguro. Aquí encontrarás muchos amigos y serás feliz.

El niño retomó el llanto y la bruja le abrazó para consolarlo.

CincuENta, cincuenta y uno...- recordó Vecky.

Si bien debían marcharse en breve, era incapaz de dejar ahí al pequeño sin más, seguro que le daba tiempo a llevarlo a la  plaza anterior donde había visto un par de perros labradores que después de haberse olido el culo en forma de saludo, se habían puesto a charlar tranquilamente.

Vecky, no me esperes - el mayor peligro al fin y al cabo era para la maga, Leiath no tenía miedo de soportar la justicia divina- voy un momento a llevar a nuestro valiente jovencito a sus nuevos vecinos y vuelvo corriendo. Seguro que me da tiempo. Nos vemos al otro lado del portal.

SetENta y tres - recibió como respuesta de la maga que parecía querer desollar viva a la bruja.

Sin querer pensárselo más, cogió al niño en brazos y salió corriendo por donde había venido. Esa fue la última vez que vio a Vecky, a Vecky como tal, a su Vecky. Aunque el destino le proporcionase un nuevo encuentro, sin duda ya no la vería más como aquel día.

En la plazoleta dónde habían estado la pareja de labradores se encontraba Avariel.

Pero?- balbuceó confundida la joven sacerdotisa.

Cuando quiso darse cuenta, el niño que mantenía en su regazo fue cambiando de forma. De un salto, Leiath se apartó; había caído en una trampa!

El ser de luz que se presentó ante ella, aquel que un minuto antes había interpretado a un chiquillo perdido, le dejó sin habla. Era hermoso, espectacular, divino. El aura que irradiaba, sin llegar a dañar sus pupilas, le dejó cegada por un instante. Leiath cayó de rodillas ante la maravillosa aparición.

Cuando habló no movió sus labios, pues las palabras sonaban directamente en el corazón de la bruja.

'No temas, teníamos que actuar así, no nos ha sido fácil desentrañar el engaño del dios de los Secretos. Veo que aún tú tienes dudas, deja que te ilumine con algo de sabiduría, aunque veo que no andas mal de ella'- el ser parecía sonreír.

De repente un chorro de imágenes fueron lanzadas dentro de su mente. Cada una de ellas recibida como el impacto de un proyectil mágico, tal era la dureza de las imágenes. En ellas se mostraba a Vecna tal y como era. Desde que nació, pasando por el dolor de perder a su madre en la hoguera, cómo se transformó en el ser sediento de sangre que era ahora, en un poderoso hechicero en vida, en un más poderoso Lich a su muerte. La traición, la reaparición... La maldad que lo corroía por dentro y por fuera.

Leiath se echó a llorar, arrepentida de haber sido usada por un ser tan infecto. Se sentía sucia y dolida.

'Ay, qué vamos a hacer contigo?'- la voz casi divina volvió a llenar su corazón, calmando su pesar-. 'Sé lo que te ha traído ese engendro a hacer aquí y como entenderás no puedo darte todas las respuestas que buscas, pero no temas, con fe y fuerza de voluntad, lograrás todo lo que tu alma ansía'.

Y bien Avariel -dijo esta vez en voz alta-, qué castigo le ponemos a este pobre alma perdida?

 

Notas de juego

Ante todo, pedirte disculpas por la tardanza y el tocho-post.

He intentado reducirlo lo máximo posible y espero que no haya quedado muy mal.

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27/01/2019, 17:49
Director

La sola presencia del celestial que la consolaba irradiaba en Leiath la sabiduría y la calma de siglos de Historia. Mientras que la información sobre Vecna llegaba en imágines, la cosmogonía de Hala llegaba por ósmosis como sensaciones. Las lágrimas dejaron de brotar en Leiath. Había entrado en comunión con algo que estaba muy por encima de ella, y lo hizo justo a tiempo para escuchar la sentencia de Avariel.

 La verdad, me preocupa más que Vecna sea detenida a tiem...

¡...POOOOOOOM!

La explosión provenía del Palacio de Bahamut, que en la costa se empezaba a desmoronar sobre su propio torbellino de viento. Un inmenso dragón plateado abandonó el templo volando hacia otro de los montes de Celestia. ¡¿Cómo no lo vió venir?! Vecky nunca quiso llegar a Chronias, desde el principio propuso atajar por el Palacio de Bahamut porque ese era su verdadero objetivo. Había previsto que los adivinos de Celestia avisarían de su llegada, había previsto el juicio y la prueba que mediría la pureza de corazón de Leiath como la distracción perfecta. El portal era una jaula, y Vecky, en lugar de entrar en ella, había ido directa al Palacio de Bahamut a liarla parda.

¡Avariel! ¡Llévate a la chica! ¡Devuélvela a su mundo!
Los problemas diplomáticos con Bahamut me van a tener
demasiado ocupado como para tratar con menudencias.

Siguiendo las instrucciones de Zafquiel, Avariel creó un portal. Gentilmente, tomó a Leiath del brazo y la acompañó, como un paso de boda, hasta la cabaña del hospicio. Después de haber visto los espacios abiertos de otro plano, su casita se le hacía pequeña. Después de haber entrado en comunión con un ser superior, los latidos de su pecho no eran capaces de latir lo suficientemente fuerte. Avariel la besó con suavidad en la frente, a modo de despedida. Tardaría aún tiempo en volver a ver al celestial, pero la próxima vez Leiath tendría suficiente poder como para abrir portales; suficiente poder como para invocar a Avariel en cualquier parte.