Partida Rol por web

Nikeras encuentra un rastro inquietante. Hay tres tipos de huellas que entran en la torre (pero no salen): dos pares de botas con suelas distintas y unas huellas de una criatura bípeda de algún tipo... Esa criatura cagó en uno de los laterales del exterior del edificio. Por el color, forma, olor y... puaj, textura... la criatura bípeda que anda descalza es un gnoll.

Ya dentro, el rastro se hace difícil de seguir. No tanto por la piedra del suelo, que está llena de polvo, sino por la oscuridad de los rincones alejados de la puerta.

No hay signos de que nadie halla arrancado las puertas de cuajo, pues no se ven las huellas alargadas que dejarían unos pies resbalando e intentando ganar agarre. Ese destrozo se produjo muchas semanas... o quizás años... atrás, dando tiempo a que el polvo se acumulase.

Las escaleras de caracol están plagadas de marcas sobre la suciedad. No se muestran los pies que pisaron y se levantaron limpiamente, pero sí los que se arrastraron una pulgada al caminar antes de dar el siguiente paso. Lamentablemente, los dos humanoides con botas gastan el mismo número de calzado, y sin tierra sobre la que se hundan no dejan buen dibujo. Tanto hacia arriba y hacia abajo hay signos de que el gnoll y al menos uno de los otros dos humanoides han pasado, y han sido recorridas varias veces en ambos sentidos.

 El barbudo montaraz se acomoda la mochila mientras llama la atención de los presentes con un gesto.

 - Precaución.- Dice con su tono de voz grave, en algo poco más alto que un susurro.

 - En esta construcción ha vivido alguien hace poco... o sigue viviendo. He visto rastros de un par de hombres entrar... a juzgar por la anchura de la huella. Pero no salir. También hay rastros de alguien más.- Mirándolos a todos añade.- Un gnoll, o alguien con pies parecidos.

 - Sugiero extremar las precauciones, que nadie se aleje del grupo, Lov que se quede en medio del grupo como Onfale, Alice y Leiath. Todos atentos.

-¡Joder!- Es la réplica de Onfale a las palabras de Nikeras. El mago no se reprimía demasiado delante de la niña. Su voz, otras veces melosa y calmada, suena quebrada por el miedo.- ¿Y qué hacemos aquí parados? Sigamos a la intemperie, hasta ahora nos arreglamos bien así...mientras no nos pille la niebla...

Se acercó a Alice y Leiath, con la ballesta cargada a la espalda y la daga pendiendo del cinturón, temeroso y espectante. ¿Sería un gnoll el que había matado a aquellos desdichados cuyos cráneos se apilaban unos encima de otros privándoles del adecuado funeral? Para el perfumista, el único rito funerario adecuado era la cremación. El fuego volatilizaba la carne, la sangre y el alma, convirtiéndolos en parte de la Esencia Universal que se elevaba gracias al calor de las llamas, fluyendo libre y diluyéndose infinita. Los espírutos a los que pertenecían esos cráneos no debían haberse podido elevar en el aire, quedando amarrados a sus huesos o permaneciendo por los alrededores.

...deben estar entre las piedras de las torres, adherido a sus humedades...

¿Se habría hecho el gnoll con la torre como guarida?

Parece que no era un pueblo lo que había detectado el cuervo, sino una enorme y siniestra torre aparentemente abandonada. Antes de que Nikeras nos alertase de los moradores ya había sacado la daga en previsión de alguna posible amenaza.

Al entrar en la construcción la vista de las calaveras apiladas atrapa mi atención y lleva mi mente al ataque de aquellos seres sobre mi clan. Estos huesos apilados no son tan peligrosos como aquellos otros pero la forma en que están colocados me hace pensar en algún tipo de ritual o ceremonia macabra que no me tranquilizan precisamente.

Adelantándome un poco al grupo me asomo por la escalera que baja al sótano para ver si hay movimiento en los niveles inferiores de la construcción.

Alice iba a agradecer al cuervo su descubrimiento cuando vio los restos humanos. Menudo descubrimiento un poco mas y nos lleva a un cementerio. En el momento en que iba a decir algo el guardabosques puso en alerta al grupo, rápidamente se coloco en su posición.

El enano entró en la torre como si la conociera de toda la vida. Se alejó del grupo un instante para aliviarse la vejiga contra uno de los muros y luego regresó sonriendo.

-No hay nada mejor que una buena meada.

Victor andaba explicando no sé qué historia sobre la torre y su función, pero al viejo le traía sin cuidado el pasado del edificio y no escuchó sus palabras.

-Por fin vamos a poder descansar con un techo sobre la cabeza; ¡y encima de piedra! ¡Ja, ja, ja!

Tras reír atronadoramente, el aviso de Nikeras lo volvió a silenciar de manera repentina. Aquel humano había demostrado saber lo que se hacía y el enano había comenzado a tenerle respeto. Si el montaraz decía que allí adentro había más gente, la cadena armada debía mantenerse caliente.

La escama de la frente de Flame brilló con un fuerte e intenso color carmín y este brillo se esparció por todo su cuerpo. La mujer miró con rabia al enano pero no dijo nada. Apenas los conocía, pero no habían pasado ni unos minutos cuando dos de ese grupo ya le caían mal. Y todos los que habían conocido a Flame preferían caerle bien que caerle mal, pues despertar este sentimiento en un pequeño gnomo por el que no tenía mucha devoción casi le cuesta la vida.

Flame alzó la mirada para observar toda la torre que estaba frente a ella, no podía creerse que aquel enano se hubiese aliviado contra aquel edificio. Sus restos de orín ahora formaban pequeños riachuelos que manaban hacia ellos y hacia la pila de calaveras de aquellos que antes estuvieron allí.

Semejante acto pagano hizo que se erizaran los escasos vellos de la muchacha, y es que ella no era para nada religiosa, pero sí creía que los demás tenían derecho a serlo y pensar en que ahora habían meado cerca de sus cabezas le estremecia por completo.

 Mientras el grupo encajaba sus noticias...

 El montaraz miró al enano, quien posiblemente había alertado de la presencia del grupo a los residentes de la pequeña fortificación. Pero ya no podían hacer nada para evitarlo, con resignación Nikeras ajustó las correas al antebrazo de su zurda y aferró mejor el asta de la lanza, cuando escuchó las observaciones de Onfale. 

 - Antes de largarnos, deberíamos intentar dar con los hombres... tal vez estén muertos, pero tal vez sigan vivos. A mí me gustaría que alguien me ayudara en semejante situación. Por otro lado, si damos con uno de ellos tal vez nos pueda contar cosas de la zona.

 Mirando a todos añadió.

- ¿Tenéis algunas antorchas u otra fuente de luz? Antes de adentrarnos al interior deberíamos hacernos con algunas sino.

Fosco escucha atento a las palabras de Alice aunque incrédulo. Seguro que el loro había hablado de casualidad en el momento que Alice se metía con él, eso daba igual, su marcha continuaba y el mediano no podía perder el tiempo. Aunque al cuervo le tuviese tirria su dueña parecía ser muy agradable. Al avanzar lo vio... una torre de piedra. Sería verdad lo que decía el pajarraco?? El cuervo había demostrado ser más útil que Fosco, quien sólo pudo mirar al suelo. No pudo dar mucho pasos más sin que Nikeras diese el aviso...
Uhmm señores... ¿porque entrar ahí? ¿Estamos seguros que es lo que queremos? Yo no tengo ningún miedo, pero esta la dulce Lov, quien creo merece un sitio más seguro. El sitio era horripilante con cabezas apiladas y encima algún ser llamado Gnol en su interior. La cosa no pintaba muy al gusto del mediano quien prefería pasar de largo. Aunque esa no iba a ser la intención de muchos miembros del grupo.
No le gustaba el asunto y sabía que acabarían dentro... así que se metió en el centro del grupo.

Ante las palabras de montaraz la maga alzo las manos envolviendo la punta de su baston, una rama nudosa de roble, soplo y pronuncio unas palabras en un idioma arcano, la punta del bastón empezó a emitir una cálida luz que parpadeaba con matices rojos y verdes.

No me gusta dividir el grupo, pero esto con Nikeras, deberíamos entrar y averiguar que hay ahí. Creo que lo mejor sería que entráramos todos. Puede que dentro de la torre encuentre oro o pergaminos mágicos, la idea de un descubrimiento iluminaba los ojos de la maga y la impulsaba a seguir adelante a pesar de los restos humanos de la entrada. Vega Fosco, seguro que también tiene curiosidad por ver que hay dentro, o vas a ser meno valiente que Hollín.

Lord Watcher duda. La bruja hablando de espíritus, el perfumista soltando tacos, el enano escatológico... Si pudiese elegir, se quedaría fuera protegiendo los oídos de su hija de todos estos impúdicos y degenerados. Pero fuera, con las criaturas de las Brumas rondando, se está demasiado expuesto. Por el bien de Lovina, debe llevarla por el interior de la torre.

¿Qué haremos con el caballo de Lady Alice? Fuera pueden devorarlo las bestias y aquí dentro puede ser visto mientras exploramos la torre.

Trompicón quedaría indefenso tanto si se dejaba fuera como si se quedaba en el lado derecho del primer piso, a expensas de que el gnoll viniese a matarlo o huyese sobre su lomo. Después de todo, las escaleras llevaban a dos sitios distintos. Mientras los aventureros exploraban hacia arriba, el gnoll podría aparecer desde abajo. Y viceversa.

Onfale se esforzaba por comprneder el razonamiento de Nikeras pero, por mucho que lo hacía, no lograba entenderlo. Debía ser las diferencias culturales que los separaban como un abismo. ¿Qué le importaban al perfumista la vida de unas personas que ni siquiera había visto? Podían hasta no existir, ser sólo conjeturas de un montaraz bienintencionado.

Algunos querían entrar, otros no, entre los que se encontraba Onfale. La idea de pasar la noche a cobijo en la torre le ponía de los nervios y si a eso le sumamos que podía haber alguien hostil en su interior...no, era demasiado. Contenstando a Lord Watcher y Alice, Onfale expuso su opinión.

- Yo ya he dicho lo que pienso respecto a la torre. - Había un deje de fastidio en su voz, como el de una niña caprichosa que no había conseguido lo que quería.- Si aún así pretendéis entrar, no creo que sea factible hacerlo todos juntos, si es que, como dice Nikeras, puede que haya peligro en su interior.-No dudaba en ningún momento d elo dicho por el habilidoso explorador.  El perfumista se llevó la mano, de dedos largos y delicados, a la barbilla, como sopesando las posibilidades con su mente calculadora.- Si el caballo y la niña son un problema- Sí, había euqiparado a la dulce Lov con un jamelgo, diferencias culturales de nuevo.- Comprobemos primero  que la torre es segura con un grupo más reducido y manejable...Todos nosotros metidos en la torre con  una niña pequeña y más animales que en el bosque entero me parece demasiado llamativo. Algunos podemos quedarnos aquí, escondidos y vigilando que no entre ni salga nadie...ah si... y cuidando de Lov y del caballo. Cuando acabéis podemos entrar los que estemos fuera, si os empeñáis.

La maga se acercó al caballo y le doy varias palmadas en el lomo, casi me olvido de ti mi querido amigo.

Como siempre tiene razón, Sir. Al igual que usted, perfumista. Contesta Alice, que cegada por su ansias de aventura se había olvidado por completo de su caballo. Entonces no nos queda más remedio que dividirnos, Lov también podría quedarse fuera, así la protegeríamos de los horrores que podría ver dentro. Esta última frase la dijo de tal forma que Lov no la oyera.

Suspiro profundamente. Quiero proteger a Trompicón, pero me muero de ganas de entrar y averiguar que hay dentro de la torre. La decisión era sumamente difícil la posibilidad de grandes descubrimientos o cuidar de un fiel amigo.

 Nikeras asintió ante la observación de Onfale.

 - Me parece una buena observación, además el grupo que se adentre estará más libre en sus decisiones y acciones al no tener que estar pendiente de defender a alguien.- Mirando a los presentes, finalmente añade.- Yo me ofrezco para ir a dar un vistazo, junto con Zicko ¿Alguien más se presenta voluntario para adentrarse en la torre?

Dividirse, eso no la parecía buena idea pero nunca había sido buena lider ni tenía ninguna gana de serlo, asi que se ajustaría a lo que decidiese la mayoría.

Su instinto aclamaba alejarse de esa torre lo máximo posible, pero su curiosidad... Ella quería entrar. ¡Quizás hasta podrían limpiar el torre de monstruos y dejarla habitable!

Creo que podría ser más útil explorando la torre, aunque si se decide asi , puedo quedarme fuera - dijo mirando al  suelo con poca gana.

- Yo prefiero quedarme fuera. Puedo hacerme cargo de Trompicón si quieres Alice. - Con la maga quería llevarse bien, pues era la única que había conocido desde que su maestro  muriera. Cuando quería, Onfale podía ser encantador, aunque no quería muy a menudo.

La valentía de las mujeres dejaba al perfumista en evidencia, lo cual le molestaba un poco. Como se sentía algo incómodo disimuló rebuscando entre sus cosas.

- Yo tenía algo por aquí, mi buen Nikeras...déjame un segundo...- De su petate el perfumista sacó una lampara corriente.- Lo malo es que no me queda aceite, la gasté toda.

Fosco salió de en medio del grupo, su fallido intento de esconderse ahí no dio sus frutos y Alice le llamaba a explorar la torre. Lo cual le desagradaba, pero la idea de que Hollín entrase y él no, no era fácilmente soportable. Fosco salió y miró con el rostro enfurruñado a Alice ¿Hollín va a entrar? Yo sólo proponía quedarme junto a esta bonita niña...Mira si somos de la misma altura... y quien sabe que de cosas tendremos en común... ponía excusas baratas, sabía que dentro de la torre estaba el peligro y el a menudo evitaba esa clase de peligros. Además Fosco nunca había presentado batalla, la vez mas cercana a una pelea sólo lanzó un cuchillo a una criatura horrenda que escupía fuego antes de salir huyendo al bosque. Dentro le esperarían más horrores y quien sabe si el mediano daría la talla ante las circunstancias.
Desde luego más de uno de ese grupo se había ganado el respeto y la admiración de Fosco. En especial Nikeras... sin él, ahora mismo Fosco estaría muerto de inanición. El mediano miró atento la decisión de Nikeras, su intención era bajar. Alice le rogaba ayuda y el mediano lo único que hacía era poner una excusa tras otra.
Esperó unos segundos...parecía que nadie iba a bajar con Zicko y con Nikeras. Yo. dijo con voz seca y rota. Cerró los ojos y confirmó su decisión Yo bajaré contigo. Nunca se perdonaría si algo le pasase a ese buen hombre. No te preocupes Alice... Estaré ahí dentro para socorrerte una vez más... dijo con una sonrisa y un guiño.
Lo siguiente que haría sería acercase a Onfale Comerciante...¿te importa cuidar del bueno de Rufus? No quiero que baje ahí dentro... es un buen perro está amaestrado obedece bien las órdenes aunque no obedezca mis órdenes...