Partida Rol por web

La noche no había sido apacible para nada. Sí, había conseguido pegar ojo, pero su sueño estuvo plagado de pesadillas horribles en las que veía a la muchacha desvanecerse entre la niebla o entre una enorme ola de serpientes. Y a medida que la noche avanzó, el rostro de la joven Fara fue siendo sustituido por otros rostros, más familiares para Erik Berglund. Se despertó sobresaltado, cubierto de sudor y con la respiración agitada. Había sido sólo un sueño. Llevó la mano hacia su rostro, para cubrir su ojo tuerto, mientras respiraba hondo. Un sueño...

Tras vestirse, el guerrero bajó a desayunar con los demás. El estómago lleno alejaría los pensamientos nefastos de su cabeza. Incluso casi desfrunció el ceño al ver a Thelarion con aquel delantal. Sin embargo, el comentario de Kaelyn le hizo darse cuenta de que, efectivamente, faltaba alguien.

 -¿Alguien ha visto a Argalad?

Maldita sea... Aquello le daba muy, muy mala espina. Lo último que había visto del guerrero elfo había sido antes de la contienda contra las serpientes. Si no había terminado como alimento para ofidios, estaría en las garras de la reina bruja. Como Fara y como el resto de muchachas del pueblo. Que igual estaba exagerando, fruto de la frustración y la mala noche de sueño, e igual Argalad estaba haciendo una ronda de exploración matutina. Sin embargo, el mal presentimiento que tenía no quería irse.

 -Si me preguntas a mí, Kaelyn, te diré que el plan es partir cuanto antes. Esa bruja tiene cuentas que rendir y gente que devolver.

Una vez el grupo estuviera dispuesto, lo primero que habría que hacer era prepararse para el viaje a través del bosque. ¿Quién sabe qué horrores esperarían entre aquellos árboles? No sin más era conocido como el Bosque de Espino y convendría recopilar la información suficiente para que pudieran afrontar a la bruja como se merecía.

- ¿Has dormido bien Erik? tienes cara de cansancio. Argalad no ha pasado por aquí en toda la mañana, mucho me temo que nuestro compañero ha desaparecido.

- Me alegro de que estés bien Kaelyn, ¿sigue viva nuestra compañera animal? tendremos que conservarla pues a buen seguro podría sernos de utilidad en un futuro. En cuanto a nuestros siguientes pasos deberíamos indagar, entre los habitantes del pueblo, más información que nos ayude a confrontar a la "Diosa" de este lugar, no me gustaría perecer contra una simple Bruja...

Después el orgulloso elfo se quitó el delantal dirigiéndose a Corby.

- Si desea que traigamos a su hija a salvo no sólo deberá darnos la mitad de las monedas de oro que faltan, sino también cooperar con lo que sepa además de lo que nos ha contado. ¿Cuáles son los negocios de Atwater? ¿Hay algo que debamos saber antes de ir preguntando por ahí? No creo que los nativos del lugar estén dispuestos a cooperar con nosotros viendo lo acontecido anoche...

Corby sorprendido os cuenta sobre la historia de Atwater y de como desde que el tiene memoria el pueblo ha sido protegido de invasiones de Orcos y Bárbaros que misteriosamente arrasaban las poblaciones colindantes sin detenerse aquí. Debido a esto Atwater ha podido prosperar siendo una pequeña población donde vivir tranquilos y en paz, salvando lo ocurrido cada 30 años por supuesto...

- No tenga dudas señor Thelarion de que recibirán sus monedas de oro, sólo traigan de vuelta a mi pequeña, es lo único que quiero en este mundo.

- Pocos han podido ni siquiera saber a donde se dirigen las jóvenes muchachas, yo estoy muy agradecido por la abundancia que me ha otorgado la diosa desde que nació Fara, rezo todos los días por ello, pero sabía que su generosidad tendría un alto precio algún día. En el pueblo nadie osa desafiar a ELLA.

- Cuando era niño escuchaba rumores sobre personas que marchaban al bosque tras sus hijas pero pocos eran los que regresaban. Mi fanfarronería me llevó adentrarme en el bosque con mis amigos, nos acobardamos y en mitad de la noche salimos corriendo hacia el pueblo temblando de miedo, no se que pasaba pero que me parta un rayo si no sentía peligro entre la espesura.

- Tan sólo hay una persona en todo el pueblo que se ha atrevido a marchar en el bosque, nuestro vecino Guiraud lleva el almacén de provisiones desde hace años y todo el mundo sabe que le gusta aventurarse de vez en cuando cazando ciervos o en busca de setas.

En tono más bajo mira a su alrededor y susurra.

- No os pido que arriesguéis vuestras vidas enfrentandoos a una diosa como ELLA, pero si que tratéis de rescatar a mi pequeña...

Después os hace un esbozo de atwater explicando donde queda el Almacén de Guiraud.

Argalad no ha pasado por aquí en toda la mañana, mucho me temo que nuestro compañero ha desaparecido.

-¿Creéis que ha sido cosa de la diosa esa? -pregunto al resto de mis compañeros, aunque en verdad sé que saben tan poco como yo-. No creo que fuese tan estúpido como para ir a por esa diosa él solo.

Escucho las palabras de Corby con atención, una vez termina me dirijo a mis compañeros:

 -Quizás deberíamos separarnos para recabar información antes de ir al bosque, unos pueden ir a preguntar a los padres de la última niña desaparecida, por si vieron algo o a esa persona que esperaba a Fara; y otros deberían ir a hablar con Guiraud, al ser alguien que ha ido al bosque en más de una ocasión quizás pueda indicarnos por donde ir o si debemos saber algo de estos bosques

Kaelyn se ha dedicado a desayunar con bastante apetito. Aunque atenta a la conversación, no ha participado en ella. Una vez dada buena cuenta de la comida coge un trozo de carne especialmente crudo que había apartado con anterioridad y lo echa en su bolsa con disimulo.

- El bosque no es peligroso de por sí. -comenta al fin- Si lo fuese yo no habría podido pasar la noche a la intemperie tan tranquila. Viendo las caras que tenéis, parece que mucho más tranquila que vosotros, dice con aire de preocupación al mirar las caras de alguno de sus compañeros. Tampoco puede dejar de pensar dónde está Argalad, pero sin saber qué ha pasado (ella ni siquiera ha estado en el pueblo durante la noche) poco puede hacer.

- ¿Igual es porque soy druida? ¿Porque fui sola? ¿Porque a la "Diosa" le da igual quién pase por el bosque mientras no meta las narices en sus asuntos? Se encoge de hombros. En cualquier caso sí que hay maneras de encontrar paso seguro por allí, otra cosa es que nosotros lo logremos.

- Sea como sea, si podemos averiguar algo más, mejor. Creo que ya lo dije anoche, y mantengo mi opinión: cuanto menos a ciegas vayamos, mejor. Si ese tal Guiraud entra en el bosque sin problemas, creo que no es mala idea ir a hablar con él.

El guerrero contempló el mapa que había bocetado Corby y se frotó el mentón mientras meditaba las palabras de sus compañeras. Separarse normalmente no era una buena idea, pero teniendo en cuenta que estaban en un pueblo y que, como mucho, se dividirían sólo en dos grupos, quizás pudieran arriesgarse para terminar aquella labor de investigación cuanto antes.

 -Muy bien, si nadie se opone, nos dividiremos en grupos para ir a investigar tanto el almacén de Guiraud como a la familia de la última muchacha desaparecida. Teniendo en cuenta que Argalad no está, creo que lo mejor sería dividirnos en tres grupos, dos de dos y uno de uno.- Se quedó pensativo un momento, repasando mentalmente lo que acababa de decir por si se había equivocado al echar cuentas. tras asegurarse de que lo calculado estaba bien, asintió y prosiguió -El miembro que va por libre debería quedarse aquí, tanto para vigilar a Corby y su mujer, por lo que pudiera pasar, como para esperar a Argalad si decidiera regresar. En cuanto a los demás, una pareja irá a hablar con Guiraud y la otra con la familia de la otra chica. ¿Voluntarios o sugerencias de cómo dividirnos?

Asintiendo a las palabras del guerrero, Thelarion dedicó una mirada al posadero y su mujer echando una mano al hombro de Corby.

- Yo me quedaré aquí con ambos, no sabemos que podría estar tramando la bruja para con la única familia que se opone a su voluntad.

- Mientras seguiré observando el comportamiento de estos cuervos, quizá mediante su estudio consigamos alguna pista sobre donde podrían haber llevado a Fara los siervos de la bruja.

-Esperaba que Argalad estuviera con Kaelyn, espero que no haya hecho una tontería -en la mente de Tara no dejaba de pensar que quizás la niebla le afectase de sobremanera, intentó desechar esa idea al ver que los demás estaban bien, pero en el fondo seguía pensándolo-. Yo iré a hablar con la otra familia, puedo ir sola, lo importante es sacarle la máxima información a Guiraud que es quien puede instruirnos por el bosque. Los padres de la otra joven no creo que sepan nada, pero quiero ver si reconocen el tejido que encontré. Cuando terminemos nos podemos reunir aquí todos para ponernos al día

Finalmente después de desayunar y coger vuestras pertenencias ponéis camino al Almacén de provisiones de Guiraud, este se encuentra a unos escasos 120 pies de la posada, en el pueblo parece que nada ha ocurrido la noche anterior los habitantes que os encontráis a vuestro paso os miran recelosos pero saludan con normalidad a los viajeros puesto que están acostumbrados a ellos. La tormenta de la noche anterior ha dejado paso a un día soleado, como bien dice el dicho después de la tormenta viene la calma...

Seguís viendo pequeños grajos que sobrevuelan el pueblo, posan en arboles y espantapájaros de los cultivos, unos llenos de calabazas, abundantes mazorcas y tomates y otros con no tanta suerte...

Justo antes de llegar al sitio que os indicó el posadero, a la derecha en el camino (3), una casa llama vuestra atención, especialmente envejecida parece pertenecer a una familia muy humilde, nada en comparación con la posada de Corby, sus plantas y cultivos llenos de enfermedades e insectos apenas serían capaces de albergar una calabaza del tamaño de otras cosechas.

En el porche un niño juega con un pequeño caballo de madera y parece estar hablando con "Alguien" que no está allí, de pelo pajizo y trigueño, mirada perdida y aspecto poco favorecido exhibe un ojo gris y otro negro con estrabismo.

Continuáis hasta el almacén que está a pocos metros, la puerta principal está entreabierta y pasáis sin más dilación. La estancia poco tiene que ver con la posada que habéis dejado atrás, en comparación con esta el almacén cuenta con las provisiones de alimentación justas para abastecer al pueblo como raciones de carne seca o pescado salado.

En las estanterías pocas provisiones quedan y un fino polvo cubre las decoraciones de las paredes, las conservas y demás útiles a la venta, parece que el dueño no se ha molestado en mantener adecuadamente su negocio durante años. El suelo de madera crepita a vuestro paso hacia el mostrador principal pero en este no se divisa a nadie...parecéis estar solos en el lugar. De pronto el suelo cede ante el peso del "gran" guerrero Erik y una de sus piernas queda atrapada en la madera.

Detrás del mostrador una puerta al jardín trasero aletea con el aire abriéndose lentamente.

Finalmente después de desayunar y coger tus pertenencias pones camino hacia el hogar de los últimos padres que perdieron a su hija junto a la familia de Corby, Gerard y Mirabel regentan la única herrería del pueblo y puede que ellos sepan algo más o puedan ayudaros en vuestra misión. Para ello das un pequeño paseo por la calle principal ojeando a los lugareños, en el pueblo parece que nada ha ocurrido la noche anterior los habitantes que te encuentras a tu paso te miran recelosos pero saludan con normalidad a un viajero puesto que están acostumbrados a ellos.

Sigues viendo pequeños grajos que sobrevuelan el pueblo, posan en arboles y espantapájaros de los cultivos, unos llenos de calabazas, abundantes mazorcas y tomates y otros con no tanta suerte...

Justo antes de llegar al sitio que te indicó el posadero, a la derecha en el camino (3), una casa llama tu atención, especialmente envejecida parece pertenecer a una familia muy humilde, nada en comparación con la posada de Corby, sus plantas y cultivos llenos de enfermedades e insectos apenas serían capaces de albergar una calabaza del tamaño de otras cosechas. En el porche un niño juega con un pequeño caballo de madera y habla con "alguien" que no parece estar allí.

A tu paso pareces captar su atención, de pelo pajizo y trigueño, mirada perdida y aspecto poco favorecido exhibe un ojo gris y otro negro. Cuando continúas este se acerca a tu paso torpemente. Notas como da pequeños tirones de tus vestimentas.

- ¿Quieres ser mi amiga?

La criatura parece algo desnutrida pero su mirada refleja algo extraño, ese ojo gris parece peculiar...

Tara camina en solitario hacia la herrería de la siguiente familia, al ver las aves le entran ganas de coger el arco y ponerse a dispararles, no le gusta la idea de que la Diosa los tenga vigilados. No puede evitar pararse al ver a aquel joven, mira su ojo gris es poco peculiar.

-Hola, chaval -no puedo evitar fijarme en lo grande que le está la rompa, está en los huesos. Su casa no parece mejor que el niño, ¿por qué la Diosa se había cebado de esta forma con esta familia? ¿Ese ojo sería cosa de ella?-. ¿Tienes hambre? -preguntó sacando una de las raciones de comida que tenía en la mochila-. ¿Tus padres están en casa?

El niño coge rápidamente la ración que sacas de tu bolsillo, apresuradamente la come como si no lo hubiera hecho en días...con la boca llena continúa hablando contigo.

- Me llamo Dan, ¿tu como te llamas?. Mi papa no está en casa, estoy jugando con Danko... mi papa me dijo que conoce las estrellas, entiende lo que digo y espanta a los pájaros negros. ¿Juegas conmigo?.

Pequeños trozos de comida salen disparados mientras el niño habla. Después se fija en tu espalda, se sorprende, parece que se ha fijado en algo.

- ¡¡¡Tienes un arcoooo!!! ¿¿Por favor puedo veeerlooo?? ¿¿¡Por faaaaa?!! Porfaaaa....

Tara se fijó en el ojo, no era normal, se lamentaba ahora de haberse separado del grupo, le hubiese venido bien la ayuda de algunos de los demás.

-Hola Dan, me llamo Tara -se descuelga de la espada el arco, sin flechas, y se lo da al pequeño para que lo observe-. ¿Quién es Danko? Dan... tu ojo... ¿desde cuándo lo tienes? -quizás la pregunta no era la más adecuada para un niño, pero quería saber las respuestas. ¿Su padre ahuyentaba a los pájaros negros? ¿Sabría quienes eran?- ¿Y sabes donde está cazando? ¿Está tu madre?

Necesitaba respuestas

El niño tira al suelo el pequeño caballo de madera y recoge el arco con gran emoción, tensa un poco la cuerda y lo suelta. Después se pone a dar saltos con el.

-¿¿Danko?? es mi caballo, el me protege del bosque y los pájaros negros. 

Mientras sigue jugando con el arco, apuntando a los cuervos en los árboles sigue escuchándote. De pronto se detiene mirándote mientras se toca su gris ojo.

- ¿¿Mi...ojo?? No sé, yo siempre he sido así...

Después parece que el niño te mira fijamente, en el no adviertes sombra de mentira o sospecha. No tardas en darte cuenta de que no te está mirando a ti sino a un árbol del lateral de su casa donde hay posado un par de grajos negros tan populares en el pueblo.

- Mi mama antes de irse al cielo me contó que esos pajaritos nos vigilan, pero señora Tara yo veo a los pájaros y después son pájaros en los huesos o las dos cosas a la vez, cambian todo el rato y me dan miedo, no quiero que se acerquen, me ponen nervioso...

Los ojos del pequeño se tornan húmedos y cristalinos, parece que está apunto de echarse a llorar y se te abraza.

- Abuela, quiero ir con mi abuela...

Tara abraza al pequeño, acariciándole el pelo.

-Tu madre tenía razón, esos pájaros son diferentes, nos vigilan -apartó un poco al pequeño para secarle las lágrimas-. ¿Dónde está tu abuela?

Mientras Tara iba por su cuenta a hablar con aquella familia, el resto del grupo había decidido ir al almacén de Guiraud. Mientras caminaban por el pueblo, el guerrero volvió a fijarse en las granjas de los alrededores. Ahora que ya conocían la verdad tras el aspecto tan dispar, era más fácil fijarse en las diferencias que había entre los "afortunados" elegidos por la bruja y los que no tenían esa suerte maldita. Y el almacén parecía ser de estos últimos.

El edificio era mucho más viejo y humilde que la posada de Corby, eso saltaba a la vista. Poca mercancía, polvo por todas partes... Desde luego la gente no acudía a hacer la compra demasiado por allí. Pero bueno, por algo Guiraud podía hacer tantas excursiones al bosque. Erik entró en el almacén y, nada más hacerlo, se arrepintió de inmediato. El desvencijado suelo cedió ante el peso combinado de su masa corporal, su armadura y sus armas, dejándole con una pierna hundida entre las maderas.

 -¡Mierda!

Atrapado por un suelo. Si el sargento de su destacamento le viera ahora... Pero lo peor fue escuchar el sonido de esa puerta abriéndose. Debía ser el dueño de la tienda. Maldita sea... ¡Al cuerno! Ya pagaría por el destrozo más tarde. Con un fuerte tirón, el guerrero sacó la pierna del agujero, destrozando las secas y viejas tablas y liberando su atrapada extremidad.

 -Está claro que Guiraud no tiene el favor de la "diosa" como Corby...

La puerta que dejaba escapar una leve brisa se abrió lentamente hasta que apareció un hombre, con un cuerpo alto y fornido, años de entrenamiento marcial le han hecho un hombre físicamente imponente.  

- Hacía tiempo que unos aventureros no se dejaban ver por mi almacén y más tiempo aún que no cedía el suelo de mi casa...

-.... (mira a Erik con sorpresa)...¿En qué puedo ayudaros? -dijo en un tono molesto horriblemente disimulado tras ver el nuevo "agujero" en el suelo de su tienda.

Con el pequeño visiblemente afectado marcháis tímidamente sobre la calle principal del pueblo con el objetivo de llegar hasta  su abuela, el niño sale a correr a escasos metros de ti jugando con su caballo, gira a la derecha y a pocos metros llegáis a una casa bastante desvencijada, el veteado de la madera te parece indicar que esta casa posee generaciones de vida y que no ha sido rehabilitada desde su construcción (Punto 8 del mapa del pueblo), en el porche hay 4 gatos de diferentes colores; 2 están durmiendo juntos, otro está rascando la madera de las escaleras y otro está sobre una mecedora.

El pequeño Dan sube al porche de la casa y golpea al gato de la mecedora con su juguete, este se sobresalta y escapa profiriendo un maullido de amenaza, el niño se sienta y con el caballo en su regazo se balancea fuertemente mirándote.

El viento agita las ramas del viejo cerezo del jardín de la casa y la puerta principal se abate y cierra con suavidad.

Tara caminó de la mano de Dan durante un tramo, después el joven se suelta para comenzar a jugar con su caballo hasta que llegan a una de las casas, por lo menos esta casa tiene mejor aspecto que donde encontró a Dan.

El niño parece muy animado y espanta a uno de los gatos para ocupar su asiento, miro a los gatos por un instante, por lo menos no son esos horribles pájaros negros piensa mientras golpea la puerta de entrada

Erik abrió el ojo sorprendido cuando aquel hombre entró en la tienda. Eso no era un dependiente que iba de paseo por el bosque. ¡Aquello era un guerrero con todas las de la ley! Porque ese físico no se conseguía cargando cajas, desde luego que no. Mínimo había recibido entrenamiento marcial durante su juventud, aunque sin verle luchar, el enorme guerrero no podía estar seguro de si había sido en el ejército o con otro tipo de disciplina. Lo que sí estaba claro era que ese no era un pueblerino cualquiera.

El guerrero se acercó para saludar a Guiraud, tendiéndole la mano para estrechársela.

 -Erik Berglund, viajero de paso por este pueblo. -señaló al resto del grupo- Hemos venido para hacerte un par de preguntas sobre el bosque. Tenemos entendido que sueles salir a recorrerlo de cuando en cuando y nos gustaría que nos contaras todo lo que puedas sobre ese lugar.

Miró de reojo el agujero que había hecho en el suelo y luego volvió a mirar a Guiraud.

 -Siento lo del suelo. No suelo ser consciente del peso que llevo encima con la armadura y las armas.