Partida Rol por web

Finalmente decidís partir en busca de Fara con algunas incógnitas aún sin resolver. Comenzáis por seguir su rastro desde la última vez que la visteis con vida cerca de la posada, en principio este resulta bastante claro puesto que es bastante reciente, al menos al principio.

A toda la zona de bosque que rodea el castillo, y que comienza aproximadamente a 5 millas del pueblo, lo llaman: “El bosque de espino” no sin razón. Lo que antaño fueron fuertes robles y encinas orgullosas, hoy conforman una retorcida maraña vegetal. Antes de adentraros en el bosque, recorréis durante al menos de 30 minutos un tramo de campo abierto tras unos rastros perfectamente claros.

Antiguas granjas yacen abandonadas, cubiertas de una hiedra viva y parda que devora lo que en el pasado fue elaborado con manos, trabajo duro e ilusiones. Campos de cultivo, algunos aún mantenidos con esfuerzo, denotan una continua degradación a medida que os dirigís hacia el castillo. Muchas granjas en estado ruinoso fueron abandonadas tiempo atrás al ser poco favorecidas por el beneplácito del poder de la reina. Otras prosperaron, pero una decadencia creciente ronda en el aire a medida que la proximidad con el bosque aumenta.

Al cabo de un rato de marcha, el bosque se abre ante vosotros aparentemente impenetrable, a pesar de la iluminación clara del día, una nube de brumas cubre el bosque de espino, con un manto húmedo que hace brillar las cortezas de los árboles de forma inquietante. Entrar en el bosque no es fácil pues la densa maraña conforma un muro denso que obstaculiza el movimiento. Sin embargo no tardáis en encontrar antiguos caminos estrechos que ocasionalmente permiten adentraros en la espesura.

Entre los nudosos tallos y las envejecidas cortezas, hojas y ramas crecen adornadas de afiladas y agudos espinos que han brotado de forma antinatural. Una presencia habita entre el ramaje antiguo y malévolo. La cubierta vegetal apenas permite divisar el cielo y el ambiente se torna sombrío y amenazador. Os va a resultar difícil avanzar y mucho menos encontrar rastros del paso de la niña y sus guardianas.

El bosque, aquel maldito bosque. Había entrado y salido de él muchas veces en busca de respuestas. Sin embargo, aquello se había tornado una misión imposible para mí, o al menos estando solo. Ahora venía en compañía, y eso quizás me diera una oportunidad. La venganza estaba al alcance de mi mano, y pensaba cobrármela con creces. Aun así, aquello no sería fácil. El avance estaba siendo lento y dificultoso debido a las zarzas y la bruma. Además, el rastro había desaparecido casi por completo, lo que facilitaría que nos perdiéramos.

-A veces es posible ver el castillo entre la bruma, aunque generalmente suele volver a desaparecer en cuestión de segundos. Este bosque es como veis, denso y lleno de zarzas enormes, debemos avanzar con precaución. Además, entre las zarzas podéis encontrar culebras, tened cuidado.

Miré a mi alrededor, el rastro había desaparecido. Lo lógico sería seguir avanzando en la misma dirección, pero cabía la posibilidad de que nos acabáramos perdiendo en aquel laberinto que formaba el bosque.

-Ella siempre quiere enterarse de lo que ocurre en la zona. Ya estaréis familiarizados con los cuervos, pero también puede usar murciélagos, por ejemplo, para espiar. Se posan en todas partes, y después regresan al castillo para informarla. No termino de entender por qué está tan interesada en lo que ocurre, pues la mayoría de veces sólo se les ve observando cosas sin mucha importancia real: una mujer que ha maldecido al marido, un niño que ha mentido a su madre, un padre que le pega a su hija... Por algún motivo, le gusta enterarse de cosas así.

Me paré y miré a mi alrededor, intentando encontrar de nuevo el rastro, el castillo, o cualquier indicio que nos ayudara a orientarnos en qué dirección seguir.

- Los rastros son claros se adentran en el bosque, comentó Thelarion que seguía el rastro mientras acompañaba al grupo. - Vaya estas granjas abandonadas no indican nada bueno, si la gente abandona este lugar es por algo siniestro... 

Una vez que Thelarion encuentra uno de los pocos caminos que se adentran en el bosque... - Este lugar parece maldito hay pocos caminos para adentrarse en él, es un lugar impenetrable, no creo que la chica se metiera sola en el bosque, seguro que fue llevada. Seguía argumentando al grupo mientras se metía entre el camino lleno de brezos y espinos. 

- Voy a ir marcando los árboles con mi espada dibujaré una equis para saber que por aquí ya hemos pasado, dijo Thelarion después de escuchar a Guiraud. - Aquel ser que residía en el castillo si tenía mascotas para vigilar la aldea ya estaría enterado de la presencia del grupo, así que sería muy fácil fracasar en aquella misión.

Tara estaba familiarizada con el bosque, aunque no con aquél bosque, las zarzas arañaban su piel, las retiraba con la espada, y después de la comunicación de Guiraud de que había culebras lo hacía con más cuidado, aún recordaba a aquellas criaturas rodeando a todos, haciendo caer a todos sus compañeros menos a ella, no era algo que pudiera olvidar fácilmente, tampoco era una experiencia que quisiera recordar.

Se puso en primera línea, era cazadora, había seguido infinidad de veces el rastro de una presa, esta vez no era diferente, aunque era a una niña a la que buscaban no a un animal

-No hemos visto animales por la zona, tampoco en el bosque, cuidado donde pisáis, tened los ojos abiertos a cualquier rama partida, cualquier pisada, un trozo de tela que se pueda haber enganchado en la zarza, estamos muy adentrados, si encontramos algo seguramente será de Fara y nos llevará en el camino correcto

Diciendo esto Tara comienza a inspeccionar el suelo, las zarzas y cualquier cosa a su alrededor que le diese una pista

- Bueno, creo que este es el mejor momento para consultar con nuestra pequeña amiga, dice Kaelyn mientras echa mano de la bolsa donde tiene guardada a la culebrilla.

Indica a sus compañeros que necesita una pausa, se agacha en un lugar cómodo y se dispone a lanzar el conjuro.

- Durará pocos minutos, así que si alguien tiene alguna ocurrencia ingeniosa que preguntarle, que me lo diga cuanto antes.

Tras unos breves gestos y palabras, la druida saca al animal de la bolsa, al que sujeta con cuidado pero con firmeza, y empieza a hablar de manera suave. Por experiencia sabe que los animales suelen ser muy simples en su comunicación, así que intenta usar frases cortas y sencillas.

- No tengas miedo, nadie te va a hacer daño. Necesitamos ayuda. Ayúdanos y serás libre para volver al bosque.

- Estamos buscando humanos que se pierden en el bosque. Se pierden o los cazan. Humanos de dos piernas, como ellos o yo. Humanos hembras, jóvenes. Entran en el bosque y no sabemos donde van, o qué les pasa. ¿Sabes tú donde van? Sabemos que hay un gran poder en el bosque. ¿Van con el poder? ¿El poder les da caza? ¿Sabes dónde está el poder?

Mientras espera las respuestas del animal, que claramente está un poco confuso con la situación, mira hacia sus compañeros por si ellos tienen preguntas que formular.

El silencio y la niebla que pueblan el espinoso bosque os abruma. Mostrando cierta inteligencia Thelarion busca una manera de no perderse y decide marcar con su arma cada árbol a su paso para tener así un rastro y saber cuando el grupo ya ha pasado por el mismo sitio. 

Por otra parte la exploradora pone en marcha sus habilidades de rastreo y comienza a examinar exhaustivamente el lugar donde se perdió el rastro de la muchacha para obtener pistas que le digan la dirección adecuada.

Después Kaelyn decide hurgar en sus pertenencias hasta que muestra al grupo una de las culebras que atacaron la noche anterior la posada de Corby, esta se mueve insistente tratando de escapar pero la druida pronuncia unas palabras acompañadas de suaves gestos que detienen el movimiento del animal. A partir de este momento la alimaña os observa ladeando su cabeza de un lugar a otro.

El monje sorprendido se aparta de la alimaña mientras observa a Kaelyn.

- No tengas miedo, nadie te va a hacer daño. Necesitamos ayuda. Ayúdanos y serás libre para volver al bosque.

La culebra parece entender lo que la druida dice como si de pronto conociera vuestro idioma.

Contestando sus palabras que sólo la Druida parece entender, la culebra de colores vivos se comunica.

- ¿¿¡¡ Daño ??!! no daño.... ¿¿Ayuda??  yo bosque...

- Estamos buscando humanos que se pierden en el bosque. Se pierden o los cazan. Humanos de dos piernas, como ellos o yo. Humanos hembras, jóvenes. Entran en el bosque y no sabemos donde van, o qué les pasa. ¿Sabes tú donde van? Sabemos que hay un gran poder en el bosque. ¿Van con el poder? ¿El poder les da caza? ¿Sabes dónde está el poder?

- Humanos?? vosotros humanos?? no humanos aquí, poder?¿ humanos de 4 piernas poderosos aquí. Lugar en Bosque poderoso, yo bosque....

- Acaba de decir que hay un lugar poderoso en el bosque. Traduce la druida. - No tengo idea de a qué se refiere. Puede que sea lo que buscamos. También ha hablado de humanos de 4 patas... eso sí me desconcierta porque seguro que puede distinguir entre un humano y otro animal como un ciervo. Puede que sean más cambiaformas, o algo que todavía no hemos visto.

Habla de nuevo a la serpiente. Palabras aún más simples, se obliga a recordar.

- Lugar poderoso en bosque. ¿Tú sabes ir?

Tara escucha los siseos de la serpiente, después Kaelyn comienza a traducir, aún le cuesta asimilar ese tipo de cosas. Lo primero en lo que piensa Tara cuando comenta lo de los humanos de cuatro patas es en los centauros

-¿Podrían ser centauros? ¿Hay en estos lugares? Aunque tiene más sentido que sean cambiaformas, ya nos hemos topado con uno, puede que haya más

Nada más entrar en aquel bosque, los hombros del guerrero se tensaron. Incluso alguien tan poco puesto en el misticismo como él podía sentir el aura ominosa de aquel lugar. No era un sitio para que humanos corrientes anduvieran por él, eso seguro.

Apenas habían avanzado cuando Kaelyn sacó a la pequeña serpiente de su zurrón para pedirle ayuda para moverse por allí. O eso se imaginó el guerrero basándose en la respuesta de la druida. Humanos de cuatro patas... Ciertamente podía referirse tanto a cambiaformas como a centauros. Cualquiera de las teorías tenía sentido.

 -Si tenemos en cuenta el licántropo que nos hemos encontrado antes, la teoría de los cambiaformas tiene efectivamente más sentido. De todas maneras, no se puede descartar nada. Una Reina que se preocupa por cada detalle de la vida de la gente, bien podría ser lo bastante caprichosa como para tener cambiaformas, centauros o a saber qué más en su bosque.

Y por descontado que el guerrero contaba con tener espías siguiéndoles a cada momento por el bosque. Lo que significaba que tenían que usar un buen método para no perderse en el bosque. Seguramente, aunque cortaran ramas para despejar el camino, la "Reina" las volvería a hacer crecer con su magia y si dejaban guijarros o cualquier otro objeto para marcar su camino, seguramente sus espías se encargaran de borrar el rastro. No, la mejor solución era dejar marcas en los árboles, lo bastante pequeñas como para que la reina no las viera y lo bastante evidentes como para que pudieran verlas ellos. Tal vez cortes o marcas... Ah, si hubiera traído algún trozo de tiza. En fin, habría que improvisar.

El guerrero se puso a mirar, buscando piedrecillas que pudieran servir para marcar los árboles. Las piedras blancas dejaban marcas cuando se las frotaba contra algo duro. A falta de pan... Claro que algún trozo de madera quemada también serviría a su propósito. Todo era cuestión de examinar el suelo cuidadosamente a ver qué encontraba.

La sierpe continúa siseando, tras escuchar las palabras de Kaelyn repta rápidamente en dirección noroeste desde donde os encontráis. El ingenio de Kaelyn resulta útil al grupo que trata de seguir el rastro del pequeño animal avanzando a través de la espesura. Continuáis caminando haciendo diversas marcas a los árboles para no perderos en el camino.

Cómo guía Guiraud no se queda quieto y trata de ganar perpectiva desde la copa de los árboles, con un salto ágil lo veis subirse rápidamente al árbol más cercano, la agilidad adquirida a lo largo de los años le permite no tener ningún problema a la hora de escalar por las ramas hasta lo más alto. Desde esa altura puede divisar un claro cercano, parece que otea divisando algo.

Con astucia os internáis en el interior del bosque, tratáis de recuperar el rastro de Fara pero os resulta casi imposible, sus pequeñas pisadas combinadas con la reciente lluvia en la noche que precede ayudan a este fin, dicen que el ingenio es algo que se agudiza en situaciones extremas y vuestro grupo intenta adaptarse a las duras condiciones del bosque.

Tras horas de caminar entre maleza Erik trata de recuperar el rastro perdido, años de convivencia en el ejército han hecho de sus habilidades de supervivencia algo envidiable, cuando inspecciona el suelo da con unas pisadas que pertenecen a un humanoide que por su profundidad determina que pesará sobre los 80 kg de peso. Al observarlas más de cerca Tara determina que estas parecen apresuradas como si huyeran de algo o alguien, de pronto la exploradora escucha un grito ahogado que proviene de la dirección en la que caminabais.

Alertados y de forma apresurada seguís la dirección gracias a las indicaciones de la alimaña, hayáis el claro que había divisado Guiraud desde las alturas, un cuerpo de una humana se haya en el centro ensangrentada. Cuando os acercáis para ver que ha sucedido unas dentelladas en su garganta os indican cuál ha sido la principal causa de su muerte, cerca una tienda de campaña y una hoguera con ascuas aún caliente os hace deducir que estaba descansando en el camino, un camino que no parece seguro....

Empieza a atardecer y el sol escondiéndose en el horizonte tornan el Cielo de un tono rojizo que atraviesa la espesa niebla que os rodea.

En cuanto escucho el grito saco ambas espadas corriendo hacia el sonido, al llegar no se ve ningún enemigo, pero sí se puede ver el cuerpo de una mujer ensangrentado con dentadas en su cuello, no hay nada que podamos hacer por ella, muere antes de que podamos alcanzarla

-Parece que la idea de los cambiaformas cada vez es más certera, estad atentos puede que siga por aquí

Tara se agacha para ver si hay huellas recientes que nos indiquen por donde se ha ido la criatura, después mira por entre las hojas de los árboles el cielo, el sol cada vez estaba más oculto

-Hay que ver que hacemos, nos queda poca luz, estar en este bosque de noche puede ser un gran peligro sin saber que más enemigos podemos encontrar, pero seguir a oscuras es peor idea. Aunque lo primordial sería aprovechar el rastro que haya dejado de cambiaforma antes de volver a perderlo, es la única ventaja que tenemos

La druida sacude la cabeza al ver la escena. Es un gesto que sus compañeros han visto muchas veces, cuando se encuentra ante algo que le parece antinatural o directamente un ataque al equilibrio normal de las cosas. Es su manera de decir, de un modo muy primario, "esto no está bien".

En un acto inconsciente coge su escudo de madera y lo ajusta bien a su antebrazo. Puede que no sea la mayor protección, pero siempre es mejor que nada. El día se acaba y parece que los peligros (y los misterios) de este bosque aumentan a cada paso.

Intenta rastrear las huellas que el atacante (sea lo que sea) haya podido dejar, pero resulta evidente que la escena la ha afectado en cierta manera. No es por la sangre o por la muerte, eso es algo cotidiano en el mundo salvaje, es una ley natural que debes aceptar, sino por el sinsentido. ¿por qué matar por matar? ¿qué amenaza suponía esta persona para que acabasen con su vida? Todo parece tener una intención oculta aquí, y eso es algo que la druida no aprecia en absoluto.

Mientras tratáis de dar con el atacante Guiraud inspecciona el cuerpo, sensaciones desagradables salen a la luz puesto que además de la causa de su muerte los atacantes han dejado su rostro irreconocible, el no logra identificar de quien se trata.

Sigues examinando sus pertenencias en busca de algo que permita identificar a la víctima cuando se percata de que en su antebrazo aún permanece un viejo brazalete que le resulta familiar, es de hierro forjado y en su interior están escritas las siguientes palabras:

"Mi martillo te recordará siempre, eres mi vida"

Además en sus bolsillos se encuentran varias monedas de oro y alguna seta recogida del bosque recientemente. Tratando de saber más acerca de sus heridas observas cuidadosamente que ha podido producir semejantes dentelladas, por la longitud y profundidad podrían ser perfectamente algún tipo de bestia como un cánido aunque no estás del todo seguro.

Tras pasar una hora tratando de seguir el rastro de aquello de las bestias ninguno consigue saber nada más, no ayuda la poca luz que queda en el cielo combinado con la espesura de la maleza del bosque. Tampoco parece que "aquello" siga por los alrededores puesto que los habéis examinado a conciencia.

Lleváis horas caminando por el bosque y el sol comienza en el atardecer a ocultarse por el horizonte.

Miré el cuerpo impasible. Estaba destrozado, con el rostro irreconocible y enormes dentelladas en el cuello. Sé que me tendría que haber impactado, me tendría que haber revuelto algo por dentro, pero en cambio no sentía nada, y lo que era peor, no me importaba. Cuestionándome hasta que punto había perdido mi humanidad durante mi aislamiento, salí de mi ensoñamiento para seguir examinando el cadáver.

En los bolsillos no pude encontrar más que unas monedas y una seta silvestre, nada importante. Sin embargo, examinando su antebrazo pude notar un brazalete algo inusual.

-He encontrado algo. Es un brazalete de hierro forjado, por dentro pone "Mi martillo te recordará siempre, eres mi vida". La verdad es que me resulta familiar pero no sabría decir por qué. Las dentelladas del cuello bien parecen ser de un animal grande, como el huargo que hemos visto en el pueblo, pero no podría asegurarlo.

- Puede ser la hija del herrero, tiene toda la pinta, y el brazalete un regalo de su padre... si es así poco podemos hacer ya por la muchacha pero sí por su padre. Está anocheciendo, aquí hay una tienda de campaña y ascuas podemos aprovecharla para descansar somos seis pueden hacer guardia tres y descansar los otros tres y luego turnarnos en tiempo de cuatro horas. ¿Qué opináis? Creo que seguir dando vueltas como dice Tara es un peligro, y que cuanto más profundicemos por la noche más desorientado estaremos y cansados. Abogo por acampar aquí y que nuestros dioses nos protejan. 

Si alguno necesita más tiempo para recuperar sus conjuros que lo diga y que duerma las ocho horas... creo que somos lo suficientes entre guerreros y exploradores para alertar a los demás dado el caso.

Nada más encontrar aquella escena, Erik maldijo por lo bajo a su único ojo sano. No era la primera vez que veía algo así y por los dioses que tampoco sería la última, pero eso no significaba que le gustase. Con sólo echar un vistazo se veía que no habían sido bandidos, o al menos no bandidos humanos. Esas dentelladas evidenciaban que había sido una criatura salvaje, un lobo grande. ¿Tal vez un huargo como el que habían visto en el pueblo? ¿Sería esos los soldados de la Reina? ¿O sólo gente maldita que habían cometido el error de desafiar a la "diosa"?

Fuera como fuese, aquella niña no se merecía lo que le había pasado. Mientras Guiraud examinaba el cuerpo intentando identificar a la muchacha, Erik buscó en el interior de la tienda para coger una manta o similar. Cuando el monje terminó de examinar a la pobre muchacha, el guerrero cubrió el cuerpo con la manta. Sus padres no querrían que nadie la viera en ese estado.

 -Aquí no nos podemos quedar.- La idea de acampar era buena, pero allí no podían establecerse. -No es seguro. Ya habéis visto lo que le ha pasado a la niña. Este sitio es peligroso y más aún con un cuerpo reciente. Las alimañas vendrán atraídas por el olor de la sangre. Tenemos que aprovechar la luz que nos queda y buscar un lugar mejor.

En cuanto al cadáver... Enterrarla llevaría demasiado tiempo, tiempo que no tenían si querían organizar el campamento antes de que cayera la noche. Así que la única solución que se le ocurría al guerrero era meterla en la tienda.

 -Si alguien va a examinar esa tienda de campaña que lo haga ya. Pienso dejar a la niña dentro para protegerla de los animales.

Después ya se moverían para buscar un buen lugar en el que descansar. Y que los dioses de las bestias protegieran al huargo que había hecho aquello, porque si se cruzaba en el camino del guerrero, le iba a deshollar vivo.

La culebra se había alejado un poco. Kaelyn recuerda que poco tiempo debe quedar del conjuro amistad animal que lanzó ayer, sus efectos se acabarán en como mucho una o dos horas. Tampoco puede volver a hablar con la serpiente, y aunque lo hiciera no serviría de nada. De todos modos no lo necesita: han estado viajando constantemente en la misma dirección, con lo que sólo es necesario retomarla mañana en caso de que acampen esta noche.

Gracias por la ayuda, piensa mientras ve perderse al pequeño reptil. Ahora ya eres libre de nuevo.

- Estoy de acuerdo en que el sitio no es muy bueno. Dice apoyando las palabras de Erik. Si queremos pasar la noche en el bosque debemos darnos prisa y buscar un sitio fácil de defender, o al menos uno lo más seguro posible. Cuanto antes nos pongamos en marcha, mejor.

- De acuerdo, seguiremos pues, que dios se apiade de su alma, dijo para después buscar con su visión de elfo un camino para acampar sin distanciarse mucho del grupo, solo buscando por los alrededores un sendero o montículo que pudiera indicarle un lugar donde asentarse.