Partida Rol por web

     Las siguientes horas se suceden las órdenes y la actividad, parece muy lejana la sensación de tranquilidad festiva, la pesadez de la bebida o las sonrisas disimuladas de unos y otros. Los Ancianos del Salón ponen en marcha a las patrullas que parten en las cuatro direcciones para buscar cualquier tipo de rastro de los trasgos, avanzan por los caminos conocidos y por las rutas secretas para asegurar que cuando han huido lo han hecho de verdad. Salen hombres y mujeres con grandes perros y ropajes pardos para desaparecer rápidamente de la vista. El cuerpo del Troll es empujado y quemado aprovechando que el viento aleja su hedor del Salón junto a unas pocas armas caidas por los trasgos en su huida.

     El trabajo de Yedra llena de asombro a muchos habitantes y más aún al enano de barba blanca que no puede evitar emocionarse cuando ve volver de entre los muertos a su compañero cuando ya estaba convencido que estaban protegiendo un cadáver. Dama Yedra tiene usted ganada una deuda de por vida conmigo y con mi clan, allá donde vaya podrá decir bien alto y claro que Gloin hijo de Gróin le debe algo más que la vida y tendrá las puertas abiertas de la Montaña Solitaria para usted y todos sus descendientes mientras nosotros vivamos en su interior.

Balin es quien yace entre vendas y pieles, Balin es quien me hizo empezar este viaje y Balin, hijo de Fundin, deberá pagar con oro, con mucho oro, el mal rato que me ha hecho pasar.

Ignoro qué saberes ocultan vuestras manos pero bendeciré los años venideros los conocimientos que nosotros nunca tuvimos y se han guardado en el Salón de la Montaña

Rommen y Edrast hombres de Bardo y nuestros guardianes y ellos son Garra y Lobo de Nieve, de las tierras de Beorn y nuestros salvadores cuando éramos acosados por los trasgos allá al inicio del camino. Estábamos refugiados en las viejas ruinas de Caras Gondalluin y por allí salieron como ratas esos inmundos seres que rodearon a Balin y le hicieron caer y empezaron a golpearle con armas y piedras y todo lo que había por allí. Como pudimos nos abrimos paso y creyéndole muerto nos invadió la ira y muchos enemigos cayeron ante nosotros, rompí mi arma y aparecieron ellos, los hombres de Beorn que nos hicieron pasillo y recogieron a Balin. Las horas de acoso y huida han quedado grabadas en mi memoria y en mi cuerpo, pero todo ello lo doy por bueno cuando he visto abrir los ojos a este enano testarudo que algún día no tendrá la suerte de tener una manos bendecidas cerca.

Rommen y Edrast asienten mientras que Gloin cuenta lo sucedido en las antiguas ruinas a no muchas millas del Salón de la Montaña. Siguen recibiendo atenciones porque sus piernas apenas les pueden sostener aunque por suerte las heridas no revestían peligro.

Por su parte los beórnidas han entablado una animada conversación con los Ancianos, traen noticias del Salón del Bosque y del mismo Beorn y su misión era llegar hasta aquí, aunque no esperaban traer invitados con ellos pero están satisfechos de lo sucedido. Muchos trasgos cayeron en la vieja ciudad abandonada y ellos han salido bien parados en comparacion de lo sucedido con Balin.

------------------------------------------------------------------------

------------------------------------------------------------------------

     Por la noche se celebra una reunión en el Salón principal a la que acuden los recién llegados, los Ancianos y los miembros más destacados del Salón de la Montaña. Tras un tiempo y cuando las antorchas comienzan a apagarse sois llamados para acudir a esa reunión.

Ingolt vio desde al almenara como quemaban el cuerpo de la bestia, su olor le invadió sus fosas nasales entre un olor de carne agria y chamuscada. Mas tarde hablaría con Yedra por si podían haber podido conseguir algo de aquel enorme cuerpo bestial como grasa u otros objetos que se podían utilizar para ingredientes alquímicos. 

Cuando bajó de la muralla a causa de la expectación que había despertado Yedra al curar al enano moribundo, de arrebatarle desde las mismas manos de la muerte. Yedra sí que había demostrado ser una auténtica heroína. Saludo a los hombres que habían transportado el cuerpo del enano. Y cuando supo quién era se llenó de asombro y de sumo respeto. Al encontrar dos hombres de bardo que habían transportado al moribundo, los saludó y se presentó como soldado del ejército de Bardo, invitándoles a unas jarras y contándole como había terminado en aquel característico grupo, y en aquel lugar.

Con la herida prácticamente curada gracias a las hábiles manos de la mujer del bosque, Therusia giró la cabeza hacia el enano de pelo cano, que se había acercado a hablar con Yedra y así agradecerle su increíble labor. Por un momento pensó que algún golpe en la cabeza o que la pérdida de sangre le había hecho entender mal. No podía creerlo ¡Dos de los héroes de Erebor allí mismo! Ni más ni menos que Gloin y Balin.

Pacientemente, esperó a que Gloin estuviese un momento a solas, o al menos que no hubiese tanto gentío, para presentarse. Respetuosamente, la enana se acercó.

—Therusia, hija de Öffi, hijo de Ödi, de las Colinas de Hierro a vuestro servicio.— la enana se llevó la mano al corazón e inclinó levemente la cabeza a modo de saludo— Me alegra comprobar que la fortaleza de nuestra raza, unida a las hábiles manos del Salón de la Montaña hayan conseguido mantenerles en este mundo. Desconozco vuestra misión y no indagaré en ella, pero si así lo deseáis, siempre estaré dispuesta para ayudar a nuestros hermanos de La Montaña Solitaria.

Pasas un rato agradable charlando con Rommen y Edrast, se muestran muy interesados en saber cómo llegaste hasta aquí, en tu relación con Therusia y el resto del grupo que consiguió evitar el ataque sorpresa al Salón. Cuando son ellos los que van a hablar comienzan a contarte los problemas que hay en Valle ahora mismo y lo difícil que están poniendo las cosas en las lindes del Bosque pero se miran entre ellos y te dicen que prefieren dejar esa información para la reunión que habrá después. Después habláis sobre cosas de la ciudad y te dan información de conocidos que tenéis en común. 

Antes de despediros Edrast se acerca a ti y te confiesa que los problemas son más graves de lo que parece.

.

   Ante las palabras del enano, me sonrojo un poco. Por lo que sé, los enanos raramente agradecen algo de forma tan abierta ¡y mucho menos se ponen al servicio de nadie de buenas a primeras! Mis saberes no son los suficientemente amplios para comprender la complejidad de la cultura de los naugrim, pero entiendo que se me estaba haciendo un raro e inusual honor.

   - Yedra de Muérdago, del Salón de la Montaña, al servicio de usted y de los hijos de usted. -

   Inclino la cabeza en un saludo, mientras contesto recordando la fórmula de cortesía que suelen usar en estos casos en los antiguos versos del saber que nos enseñó Radagast a los que practicamos estas artes, con el recuerdo contenido en esos versos, continúo con el protocolo de cortesía.

   - Me honra con la gracia que me concede, pero el mérito es de Radagast el Pardo, que nos instruye en el arte de la curación, Radagast que el Salón del Bosque de Rhosgobel se acerca a tomar una jarra de cerveza de vez en cuando como uno más y el que mantiene eterna vigilancia sobre el Nigromante de Dol Guldur, la Colina de la Hechicería.

   Es de Radagast, de sus conocimientos de hierbas y de los antiguos cantos casi olvidados que nos enseña de los cuales sólo una ínfima parte he podido atender, por la que he podido ayudar en algo, el mérito es suyo, no mío. -

   Inclino una vez más respetuosamente la cabeza, antes de despedirme por ahora.

   - En verdad que donde vaya, podré decir alto y claro que puedo dar fe de la gran generosidad y el valor de Gloin hijo de Gróin y de los enanos de la Montaña Solitaria. -

   Tras el protocolo, me retiro a terminar de ayudar con los heridos, pero veo que realmente no es necesaria mi ayuda para nada, que se apañan muy bien los curanderos del Salón de la Montaña. Me retiro discretamente para no entorpecerles en su trabajo, más ahora que no corre peligro la vida de nadie.

   Algo más tarde me encontré con Ingolt, al cual escuché sorprendida su pregunta que me hizo acerca del troll. Tras asegurarme de que nadie cerca le había escuchado, le contesté hablando en voz baja y queda.

   - Sé que preguntas de buena fe, Ingolt, pero tal pregunta podría ofender a algún otro del asentamiento. Nuestro arte se basa reconocer, recolectar y cómo usar las plantas, bayas y otros vegetales, muy rara vez algo de origen animal. También en antiguos cantos y palabras casi olvidadas, pues en los nombres reside poder, y cantado de la forma correcta se puede pedir a la naturaleza y al cuerpo acelerar la curación.

   Pero nadie, recuérdalo, usaría la putrefacta ponzoña y partes de criaturas de El Enemigo para curar, o para nada en realidad. Si alguien creyera que se le sugiere que los Hombres del Bosque usan partes de cuerpos de trolls u otras oscuras criaturas, de seguro se sentiría ofendido por la insinuación del uso de tal nigromancia. - 

   Seguí charlando un rato más con Ingolt, antes de retirarme a por esa jarra de licor.

.

Pasas un rato agradable charlando con Rommen y Edrast, se muestran muy interesados en saber cómo llegaste hasta aquí, en tu relación con Therusia y el resto del grupo que consiguió evitar el ataque sorpresa al Salón. Cuando son ellos los que van a hablar comienzan a contarte los problemas que hay en Valle ahora mismo y lo difícil que están poniendo las cosas en las lindes del Bosque pero se miran entre ellos y te dicen que prefieren dejar esa información para la reunión que habrá después. Después habláis sobre cosas de la ciudad y te dan información de conocidos que tenéis en común. 

Antes de despediros Edrast se acerca a ti y te confiesa que los problemas son más graves de lo que parece.

- Ah sí, comentó el bardo mientras le secundaba a hacer la conversación más íntima, y llevarlo cerca, pero con confidencia para que pudiera contarle lo que parecía un secreto a voces. - Podemos aquí hablar antes de la reunión compañero, así podré saber de los problemas que os conciernen y dentro de mis capacidades aconsejaros y ayudaros. Lo comentó con un rostro amigable y con voz sincera y en susurro. 

- Comprendo amiga, he sabido de cazadores que utilizan la grasa animal para ingredientes alquímicos, no sé de qué tipo, a veces son pociones que pueden restablecer la salud, y otras no sé con qué fin. Estos monstruos al fin y al cabo no sé si son como animales cuyo cuerpo pueden ser un instrumento para crear otras materias primas, es cuando se utilizan por ejemplo los colmillos de un mamut, o la trompa para... bueno no sé quizás puede que tenga razón y callarme estas cosas.

     Estáis reunidos en vuestro salón comentando lo sucedido y cómo parecía que los habitantes de este poblado están demasiado acostumbrados a esperar tras las murallas cuando se abren las puertas y dos hombres armados, guardias de los Ancianos, os indican que han solicitado vuestra presencia en el Salón Principal. Su gesto es serio, más aún de lo habitual en ellos y ya os indica que sea lo que sea no van a  ser buenas noticias.

     Tras recoger algo de abrigo llegáis al Salón donde otros dos guardias os abren las puertas y os recibe una bocanada de aire cálido. Dentro la amplia sala está iluminada por dos grandes chimeneas a los lados y en el centro y a lo largo de todo el espacio una mesa de piedra llena el espacio. Sentados a esa mesa veis a los Ancianos e intercalados, como muestra de amistad y respeto, los recién llegados menos Balin que sigue recuperándose de sus heridas.

Todos tienen el gesto serio, Gloin el ceño fruncido y los hombres de bardo están ligeramente apartados de la mesa con los brazos cruzados. Parece que llegáis en mal momento.

      El Anciano habla con su voz profunda y lenta para daros la bienvenida, sois parte del Salón pero también sois extranjeros y lo que se está discutiendo esta noche os atañe directamente en una u otra manera. Dedica unos minutos a agradecer a Ingolt y Therusia su labor antes de la llegada del invierno cuando evitaron el ataque de los trasgos y orcos, después habla de la importancia de Yedra y sus conocimientos y el vínculo que Amaltea ha proporcionado con los hermanos del Salón del Bosque. Todos notáis que si se empieza halagando es porque lo siguiente no será lo más amable del mundo.

Os pide que os acerquéis a la mesa y veis desplegado un mapa no muy detallado pero si funcional de las tierras que rodean el Salón de la Montaña y con indicaciones de la ubicación del resto de poblaciones de los Hombres del Bosque. Todos los presentes se acercan también aunque respetando vuestro espacio. Veis junto al Salón de las montañas una tosca figura que representa a un enano, en la Carroca, junto al territorio de Beorn una talla de un Troll. Al otro lado del mismo territorio beórnida, en lo que serían las lindes del Bosque Negro una araña  y varias más que han sido colocadas desde ese punto hasta llegar cerca de Rosghobel. Fuera del mapa, en una señal que indica la dirección de Valle, varias rocas señalan algo desconocido.

     El Anciano va señalando las figuras mientras os dice que os hará un breve resumen de lo hablado esta noche: Gloin y Balin han llegado desde Erebor a buscar ayuda para saber qué ha pasado con un clan de las montañas del que no han recibido noticias. Esto ha sido muy duro para ellos porque es un clan enano del que poca gente fuera de ellos sabe de su existencia, han vivido apartados durante siglos tan sólo saliendo cuando era necesario conseguir material que la montaña no podría ofrecer. Confío en que estos datos no sean de dominio público ya que así nos lo han pedido.

A través de una entrada de la que hablan las leyendas y que los propios enanos de Erebor han olvidado se accede a un antiguo complejo de minas, túneles y construcciones. Hace ya demasiado tiempo que los cuervos no vuelan entre ellos y la montaña solitaria. Además, veis como Gloin se revuelve incómodo en su asiento, ya han perdido a varios enviados, Gloin se revuelve un poco más, y necesitan que alguien de nuestro clan les acompañe pero... no quiere dejar a Balin solo.

     Se hace un silencio un poco más tenso, el Anciano carraspea y continúa hablando. De la gente de Beorn nos llegan terribles noticias, desde hace unas semanas las arañas se han multiplicado en las lindes del Bosque, la gente del Rey Elfo se ha refugiado tras sus muros y ha abandonado el camino que lleva a sus tierras y los hombres apenas pueden contener el peligro que se está extendiendo de norte a sur. Han saltado el viejo camino y empiezan a acosar a nuestros hermanos de los Salones del Bosque y por ahora sólo Rosghobel permanece a salvo pero no sabemos durante cuánto tiempo. Nos piden ayudan pero no para acabar con las arañas si no para investigar la presencia, una vez más, de Trolls en la Carroca. Han atacado varias granjas cercanas y parece que no se trata de un pequeño grupo aislado. Por ahora no parecen avanzar más allá de unas pocas horas de viaje desde la Carroca pero...  son Trolls y un peligro importante si no se les contiene. Los hombres de Beorn no pueden dividirse y nos han pedido que vayamos a vigilar la zona, no quieren que nos arriesguemos a un enfrentamiento directo, pero si que les ayudemos cuando ellos están defendiendo las lindes del Bosque.

     Sin espacio para preguntas el Anciano señala el final del mapa. Valle, la Ciudad del Lago, el territorio de Bardo del Aquero. Están sufriendo una estraña enfermedad en los pueblos limítrofes, hablan de vapores nocivos donde antes había pozos claros y criaturas que parecen humanas pero no lo son robando niños en la noche. Una aldea ha perdido a todos sus habitantes, había cuerpos corrompidos por la enfermedad y un buhonero, que descubrió la catástrofe, asegura que faltaban cuerpos, que ahí vivía más gente.

Desde el Salón de la Montaña podemos enviar curanderos a Valle, exploradores a la Carroca y un grupo para intentar encontrar al clan desaparecido de los enanos... pero no podemos hacer las tres cosas a la vez y llevamos varias horas intentando encontrar una solución. Gloin ha pedido que vengáis vosotros, sois partes de nuestro Salón pero no podemos pediros que hagáis más de lo que ya habéis hecho. También habéis demostrado capacidades más allá de lo común, resistencia e inteligencia para afrontar los retos que os habéis encontrado en vuestro camino. Ahora os pedimos ayuda. Representais a parte de los pueblos que tienen necesidades y donde vayáis vosotros libraréis de esa responsabilidad al resto de representantes de nuestro pueblo que podrán centrarse en las otras tareas. No podemos ignorar la petición de ayuda y no podemos llegar a todo por desgracia.

Os mira con cara de preocupación. Quedamos en vuestras manos.

Al oír que no querían dejar a Balin en manos de humanos, Therusia no movió un párpado, pero imaginó por donde iba a ir la conversación: pidiéndola que custodiase a Balin y se mantuviese fuera de peligro y lo llevase a casa. Y aunque, sin duda, era un gran honor custodiar al gran Balin, no estaba en sus planes quedarse más tiempo del necesario en el Salon. Sin embargo, sus pensamientos no podían ser más errados. Tres opciones les planteaban, y Therusia tenía muy claro a cual quería dirigirse, algo que quedó bastante claro.

—Los tres asuntos son graves, sin duda— empezó la enana mirando el mapa mientras se acariciaba la barba— Pero los hombres de Beorn y los elfos del bosque forman en si mismo un ejercito capaz, con miembros más que capaces de iniciar una misión por su cuenta. No nos necesitan. Y si además, mandan exploradores, la situación la controlaréis en poco tiempo.

»La plaga puede ser solo eso. Una plaga. Ni sería la primera ni sería la última. Cierto que hay rumores, pero si se habla de vapores nocivos quizás no sea más que visiones provocados por ello. En otras circunstancias iría a ayudar, pero ¿y si finalmente no es más que una enfermedad sin relación con la sombra? ¿Dejaría de lado los otros problemas por un rumor? Tenéis grandes curanderos que pueden ayudar en esa plaga mejor que yo. Mis manos solo saben curar las gemas que necesitan tallaje y la piedra en los edificios. ¿De que serviría mandarnos allí?¿De qué sirven las armas contra la enfermedad? 

Therusia inclinó la cabeza ante Gloin antes de volverse al anciano. Ahora que estaba junto a otros de su raza, Therusia no parecía tan corpulenta y fuerte como antes, ya que Gloin la superaba con mucho en musculatura y anchura.

—Mi lugar está con mis compañeros enanos y, creo, es lo que más conviene a nivel de recursos. Si hay alguna pista de cualquiera de los míos, es más fácil que pase desapercibida ante vuestros ojos, pues nosotros podemos leer en la tierra y las rocas nuestro propio paso. Un grupo que mandéis por muy competente que sea, es poco probable que entienda nuestra lengua, con lo cual pueden pasar por alto nuestras runas. Por no hablar de que no sabemos lo que les ha pasado. En esas circunstancias será más fácil ayudarlos si un miembro de su raza está en el equipo de búsqueda.

Tenéis extraordinarios exploradores y curanderos que pueden ayudar en los otros lugares, pero hay que buscar un enano, mandad a un enano.

Después de lo sucedido, el Consejo de Ancianos mandó patrullas por los alrededores para perseguir a los trasgos. Nosotros permanecimos en el poblado, haciendo otros quehaceres. Horas después hubo una reunión y fuimos llamados por el cabecilla del Salón de la Montaña. Nos pedía que ayudáramos en varios asuntos, dadas las capacidades que habíamos mostrado en la contienda. Miré a los allí presentes, pensativa. La primera en hablar fue Therusia, muy grandilocuentemente.

-"Opino igual que ella. Los otros territorios nos pillan muy lejos ahora mismo y la misión de estos enanos la tenemos aquí, muy cerca. Creo que nuestro deber es acometer esta misión y ver si está bien el clan enano de las Montañas Nubladas. Además, así podremos ver qué traman las huestes del Oscuro en esta zona. Ya habéis visto que no se acobardan en llegar hasta las puertas del poblado." Dije en alto.

Egoístamente, también quería ir en esta misión para ver si encontraba a mi amado Beran.

.

   Reunidos todos en el salón, busco un lugar discreto, observo y escucho. Radagast suele decir que es mejor estar, pero no estar, y usar la astucia para atender y entender la situación. A veces es más importante lo que no se dice, que lo que se dice. Así que observo el lenguaje corporal, las caras y expresiones de los que no están hablando cuando habla el anciano para ver sus reacciones. Alguien que sabe que no se está diciendo todo y es honorable, puede retorcerse nerviosamente en su sitio cuando cree que nadie le está mirando.

   Según se habla, repaso mentalmente todo lo que oído de asentamientos olvidados, antiguos secretos no tan secretos y de la cultura enana, de mi conocimiento del Bosque Negro y del Gran Río.

   El sendero élfico está encantado, estén o no estén elfos, las arañas no pueden ni entrar ni tejer telarañas en el debido a la magia élfica. Podrían algunas cruzarlo de un salto, pero al no poder cruzarlo a través directamente es una gran hazaña para ellas. Además de que el agua del río está encantada por el rey élfico y no pueden meterse en ella sin sufrir efectos adversos. También recuerdo que Beorn y algunos de sus beornidas pueden vagar en la forma espiritual de un gran oso, podrán contener por un tiempo la situación... mentalmente pienso en las opciones que tenemos y cuál sería la más adecuada.

   Therusia y Almatea, parece que quieren ir a las montañas. Había un asentamiento de los hombres en las montañas, que recibió ayuda de los enanos en su construcción, pero fue casi arrasado por los orcos y está abandonado, salvo algún inquilino ocasional, no creo que hablen de ese. ¿Cuál podría ser? Mentalmente repaso todo lo que he leído, escuchado en canciones antiguas y las noticias que ocasionalmente cuentan los exploradores de hallazgos curiosos para intentar reunir lo que pueda saber de este clan de los enanos en las montañas del que han hablado y al que le gusta tanto la privacidad.

.

El Clan de las Montañas Nubladas muchas veces se ha confundido con el el mayor asentamiento enano y aunque realmente podrían considerarse el mismo la realidad es que hace muchos siglos que siguieron caminos diferentes. Los enanos de Moria desaparecieron y el clan perdido quedó... perdido. No se sabe si son guardianes de antiguos secretos o simplemente son celosos de su vida, el caso es que apenas se conocen contactos con ellos y la mayoría de las ocasiones se hacen pasar por habitantes de otras regiones cuando necesitan salir a comerciar.

En las canciones y tradiciones que conoces se habla de una entrada a su reino oculta a los ojos humanos entre dos montañas pero la ubicación de la misma no está clara. Lo que si es seguro es que dicha entrada sólo está accesible llegando desde las orillas del Anduin