Partida Rol por web

En aguas inciertas

1. HOMBRE AL AGUA - A bordo del Rapaz

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03/10/2021, 22:57
Andrei Demidov.

— Bueno, diría yo que pocas cosas parecen no molestar al buen Wilbur —respondió con cierta gracia, y haciendo una pequeña mueca—, pero creo que, en este caso, seguro entenderá lo que queremos evitar.

Finalmente se levantaron de los asientos, y empezaron a caminar hacia salida, Andrei el primero. Sin embargo, tras tomar el pomo de la puerta con su mano derecha, Annalise se acercó hasta él y depositó un tierno beso en su mejilla. Tanto por la cercanía que había entre los rostros de ambos, como por la clara tez del isleño (si bien se había "bronceado" un poco desde embarcarse), la chica pudo notar como un pronunciado sonrojo ascendió por el cuello del espadachín, llegando hasta sus mejillas, y manteniéndose ahí unos cuantos segundos. Mientras tanto, en sus ojos la mujer sólo pudo encontrar afecto.

Fue cuando la alquimista se apartó un poco que el rubio pudo entonces bajar la mirada, abochornado, pero en el buen sentido de la palabra, y sin poder ocultar una sonrisa. Finalmente giró el pomo de la puerta y la abrió, haciendo un ademán caballeroso para que la chica pasara primero.

— Siempre, Anna —respondió él, cariñoso, tras aclararse la garganta. Acto seguido, salió de la cocina junto con la chica, en busca del anciano.

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04/10/2021, 17:38
Wanda Weiß

La muchacha, una vez se hallaban de nuevo en cubierta, lanzó su trozo de pan infectado hacia la otra punta del navío. Se le había cerrado el apetito de golpe en cuanto cayeron restos de esa sopa asquerosa mezclados con la saliva de aquel pirata horrendo. Poco le había faltado a Wanda para metérselo en la boca a la fuerza a ver si se atragantaba y dejaba de esparcir su aroma mortífero por toda la embarcación.

—No cabe duda, querido Tito —dijo con cierto retintín mientras le miraba a los ojos al dirigirse este a ella. No olvidaba el pisotón que le había propinado a traición y sin venir a cuento. Aún estaba barajando cual debía ser su contraataque contra el narigón de su mentor—. Aquí se está cociendo algo y nosotros estamos cerca del horno para ver lo que ocurre. Mientras seamos cuidadosos y no nos inmiscuyamos demasiado en el asunto del posible motín... Y permanezcamos cerca del bando ganador... —añadió, pues era lo bastante prudente e inteligente como para no acercarse a los que tenían todas las papeletas de perder. Había que ser avispado en la vida si uno quería sobrevivir en alta mar, máxime cuando se trataba con piratas, quienes eran conocidos precisamente por sus escasos modales y falta de principios.

Analizó al anciano de la barba con disimulo cuando Hans le señaló con la punta de la barbilla. Empezaba a ver por dónde iban los tiros.

Me suena su acento al de algún noble de Waidbruck —manifestó, en un tono de voz suave y delicado como la brisa marina—. Tiene aspecto de pertenecer a la nobleza o de haberlo sido en el pasado. Está claro que no pinta nada en este lugar, al igual que los otros dos —comentó, en mención a Annalise y Andrei—. Creo que ganarnos su confianza puede ser beneficioso para lo que esté por llegar... 

Trazada la que sería su hoja de ruta en las horas venideras, ambos se separaron para iniciar sus respectivas pesquisas abordando a los diferentes tripulantes con los que podrían interactuar de una manera concisa. Quién le iba a decir a Wanda, al iniciar su viaje, que acabaría formando tándem con un tipo tan insidioso como aquel. Qué vueltas tan azarosas preparaba el destino.

—Hola, señor Wilburg. ¿Cómo se encuentra? —interpeló para romper el hielo, a la vez que apoyaba los codos sobre la baranda más cercana, observando con ojos soñadores el océano—. Dígame... ¿Está habituado a viajar en barco o ha pasado su vida más bien en tierra encargándose de otros asuntos importantes? —preguntó de pasada, en un intento por comenzar a extraer algo de información que le sirviera de cara al futuro. 

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06/10/2021, 04:04
Renacuajo

Hans se acerca a Renacuajo y le ofrece la sopa. El tufo de Renacuajo se funde con el del caldo de foca, creando así una terrible sinfonía aromática que el mundo, hasta este momento, desconocía. Las narinas de Hans se baten a duelo con esa pestilencia, pero es una batalla perdida desde el vamos. El aroma golpea, aturde y desguaza su sentido del olfato.

—¡Claro que quiero la sopa! —se la arrebata de las manos y la sorbe extasiado con sonoros slurps—. Correcto, slurp, Renacua, slurp, Rena, slurp, Renacuajo es mi nombre. Si me sigues trayendo manjares como este, cirujano, te aseguro que, slurp, encontrarás en mí un buen amigo, de los que vale la pena tener cerca. Aquí todos quieren algo. Suzanne quiere aprender a leer, Jan el Bello quiere jamelgas, Hendrika quiere sangre. Yo, cirujano, soy más sencillo. Las letras me aburren, las jamelgas huyen de mí, y la sangre no me excita. Con la barriga llena y un lecho donde dormir me conformo, slurp.

Notas de juego

(sigue...)

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06/10/2021, 04:40
Jan el Feo

El pirata antipelirrojos está fregando el piso, con la mirada clavada en la nuca de Wanda y el ceño fruncido.

—Putos pelirrojos... putos pelirrojos... putos pelirrojos... —anda murmurando, hasta que Hans lo increpa y le provoca un sobresalto—. Aj, joder. ¿Quién...? Ah, eres tú... Soy Jan. Jan el Bello dice que yo soy Jan el Feo, pero yo creo que el Feo es él y el Bello soy yo.

A este Jan le falta el 80% de sus dientes y su cráneo tiene forma de calamar, por lo que es seguro decir que los motes son los correctos. Este Jan no es el Bello ni por asomo.

—Dijiste que ella era tu sobrina, ¿verdad? Habéis engañado a Suzanne, pero no a mí, no a mí. La sangre pelirroja también corre por tus venas, lo huelo. Sé lo que tramáis, conozco a vuestra calaña. Os vigilo, malditos pelirrojos, os vigilo.

Notas de juego

(sigue...)

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06/10/2021, 13:28
Wilbur von Panter

Wanda charla con Wilbur.

—Oh, claro que he viajado en barco. Pero en barcos de verdad, niña, mejores que este, poderosos galeones y galeras, ¡y con mejor compañía! Una vez, incluso, compartí travesía con el viejo Emperador Sergei, el padre de la actual Emperatriz Katya. Ah, gente extraña, los Antonov, de otras costumbres. Y cuando estaba en tierra tenía todo tipo de obligaciones. Podré parecerte un viejo decrépito, pero antes... antes... Oh, los años son crueles.

Ríe con cansancio y sacude la mano, intentado apartar los recuerdos, aunque sus ojos siguen en el pasado, rememorando viejos tiempos.

—Todo eso fue hace mucho. ¿Qué hay de ti, niña? ¿Qué harás cuando lleguemos a tierra firme?

Notas de juego

Disculpad la demora! Estos días ando enredado con unos trámites burocráticos que me matan la paciencia. Para colmo, estaba actualizando ayer a la madrugada hora server cuando me pilló el mantenimiento de la web y perdí los posteos. Ahora sí: todo vuelve a la normalidad!

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06/10/2021, 14:20
Hans Grüber

Hans lamentó no conservar ni un mísero frasquito de colonia de lo más agresiva para luchar contra aquella hedionda entidad que poseía el cuerpo de Renacuajo y amenazaba con inhabilitar sus fosas nasales para siempre.

Entiendo... —dijo el astuto ladrón mientras escuchaba con suma atención al pirata. —Y decidme, señor Renacuajo... —Hans no perdía las formas. Ya no solo por respeto a su mascarada -era un respetable doctor especialista en privar de la cohesión al cuerpo humano en su conjunto, oiga-, sino porque algo de sofisticación debe sobrevivir al lado oscuro de la Ley. —¿Por qué la capitana anhela aprender a leer? ¿Jan el Bello tiene alguna, ahem, jamelga oficial? ¿Por qué Hendrika desea sangre? ¿Una venganza personal insatisfecha?

De todas la preguntas, conocía la respuesta oficial a la segunda, pero quería indagar sobre la posibilidad de que abordo existiese alguna mujer despechada. 

Eran más peligrosas que una santa bárbara en llamas.

—Muy agradables sus compañeros... ¿Cómo se llamaban? Ah, sí... Andrei y Annalise... Muy jóvenes piratas, supongo. Apenas tienen caries. —Una forma como cualquier otra de sonsacar alguna información sobre aquellos dos jovenzuelos al charlatán de Renacuajo, erigido ahora en el confidente principal de Hans en el Rapaz.

* * * * *

Hans no pudo evitar poner los ojos en blanco escuchando hablar a Jan el Feo. Un Jan que en su docta opinión debiera llamarse Jan El Memo.

—Oh, cuán perspicaz sois, buen señor. Jan el Sagaz debiera ser vuestro apodo, fuera de toda duda. En efecto, mi sobrina y yo compartimos por así decirlo un vínculo sanguíneo, que no sangriento. —Tiempo al tiempo. —Pero decidme, ¿vuestro odio hacia los pelirrojos procede de alguna causa racional e, incluso, confesable? Para vuestra tranquilidad, mi sobrina no es técnicamente pelirroja. Diríase que tiene la melena de un color castaño claro. Cuando se le moja su cabellera se oscurece, de ahí el suave matiz rojizo que os acongoja. Además...

Hans miró a izquierda y derecha, cerciorándose de que solo Renacuajo escucharía el relato que proseguiría a esta incómoda y dramática pausa que merecía una separación textual en forma de punto y aparte.

—Supongo que sabéis la leyenda que circula sobre aquellos que tienen el cabello del color del oro, ¿no? —deslizó como si de una oscura confidencia se tratase. Hans abrió los ojos en una expresión tan inquietante que sus ojos parecieron adoptar un cariz ofidio, sus iris afilándose hasta parecer agujas de coser.

¡Qué suspense más insoportable, diablos!

Notas de juego

Voy a dejar la conversación abierta con Jan The Real Beauty porque promete, la verdad... XDDDDDDDDD

Voy a intentar una jugada delirante ^^

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07/10/2021, 20:44
Wanda Weiß

La muchacha contemplaba con un aire taciturno, envuelta en su embozo, el inmenso océano que se extendía a lo ancho y largo de la embarcación. De fondo, le llegaban las palabras de Wilbur, quien, cómo no, rememoraba con una punzada de nostalgia los tiempos en los que las canas y las arrugas no pintaban su rostro igual que un lienzo desgastado. Era la típica imagen de señor mayor recordando a la juventud que las épocas pasadas fueron mejores; solo le faltaba tener un vasito de algún alcohol añejo en la mano para que el retrato quedase completo. Jijiji —la joven terminó sonriendo ampliamente por su propia ocurrencia aunque borró pronto cualquier rastro de ella.

Increíble... —musitó por lo bajo, antes de dedicarle una mirada de interés al anciano—. Qué vida más interesante la suya. Debe haber vivido un montón de aventuras y conocido a mucha gente importante en todos sus años como... —¿Caballero? No estaba segura de cual era su cargo o profesión exacta, así que omitió el título—. Ejem, ¿y qué hay de su protegida? —Viró la conversación de repente hacia otros derroteros—. ¿Ella también tiene algo que ver con la nobleza como usted? —Lo preguntó en un tono confidente y cercano, para que se sintiera cómodo y no tuviera que proclamar nada a los cuatro vientos y a oídos de los fisgones que se encontraban en cubierta ("Sí, Herr Grüber, usted también entra dentro de este grupo")—. Por su aspecto ha de ser muy interesante. Quizá más tarde pueda conocerla mejor —dijo con una suave e inocente sonrisa—. Se me hace extraño ver a chicas tan jóvenes en alta mar, la verdad. Somos un bien escaso por estos lares, ¿no cree? 

Wanda se dio unos golpecitos tímidos en el pómulo, pensativa ante la cuestión que le planteó Wilbur. Ojalá poder contarle la verdad, pero esta se la guardaría para ella.

—¿Qué haré? Esa es una buena pregunta... —"Tan buena, que no pienso contestarla"—. En cuanto lleguemos a tierra, echaré una mano a mi tío con algunos asuntos médicos que requieran nuestra atención y bueno... tengo los míos propios pendientes que resolver —Y se calló de golpe, tapándose la boca con disimulo, porque no tenía intención de revelar nada sobre su pasado real delante de ese hombre. Si precisamente lo que buscaba era saber más de su motivo para acabar viajando en ese barco a su avanzada edad. 

"Wanda, eres tonta. A veces se te puede ir la lengua y no te das ni cuenta" —La chica entrecerró los ojos y luego miró por encima del hombro la animada conversación que mantenía su falso tío con alguno de los piratas. A saber qué estaría tramando el muy... 

Astuto. Sí, el muy astuto.

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08/10/2021, 14:17
Renacuajo

Renacuajo se encoge de hombros. Un trozo de aleta de foca cuelga de sus dientes.

—Suzanne es ambiciosa. Nuestro capitán anterior, Ludo, estaba obsesionado con conseguir ese libro. Suzanne cree que es porque contiene las indicaciones de la ubicación de algún tesoro. Si me preguntas a mí, cirujano, yo te digo que las letras no sirven de nada.

>>Jan el Bello tiene a Eva. Podrías llamarla su jamelga oficial, pero la verdad es que a Jan le importa un diablo si Eva anda con otro. Así es Eva, una zorra, y a Jan no le importa, claro, porque él es otra zorra. O zorro. No sé como se dice en esos casos, mrebek-mrebek-mrebek. Ahora mismo la zorra de Eva tiene los ojos puestos en Andrei... y en mí nunca se ha fijado. Se tapa la nariz cuando se cruza conmigo. Malditas mujeres, quién las entiende.

>>Hendrika siempre quiere sangre. Es, era, sobrina de Ludo van Haas, y el capitán Ludo era hombre sanguinario si los hubo. 

Hans se da cuenta de que Renacuajo ignora a propósito su pregunta sobre una posible venganza de Hendrika. La deja pasar, como si no la hubiera escuchado.

—Andrei y Annalise no son piratas. Ese viejo que los acompaña —señala a Wilbur— tampoco. Los conocimos hace un mes, o un mes y medio, en las costas de Faverstram. Estaban a punto de ser tomados como prisioneros por el Risueño Reynald, ese bandido de Herenhout. Parece que los quería vender como esclavos. Nosotros les libramos y nos llevamos todo lo que tenía Reynald: un cofre lleno de plata, dulce, dulce plata, mrebek-mrebek.

Notas de juego

(sigue...)

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08/10/2021, 14:39
Jan el Feo

A Jan el Feo le cuelga la mandíbula cuando Hans explica que no por ser su tío tiene que compartir sus genes. Más sorprendido queda cuando Hans le revela que Wanda, en realidad, no es pelirroja sino castaña clara. Jan se frota los ojos.

—Es cierto... ¡es cierto! ¡No es pelirroja! Perdonadme, buen hombre, a veces mis ojos se confunden. Eso es porque en algún lugar del mundo hay un pelirrojo echando maleficios sobre mi vista.

Hans le pregunta por su razón para odiar a la gente así. Jan el Feo entorna los ojos. Su voz es un susurro.

—Están en todos lados. Creedme. Lo manejan todo desde las sombras. He oído las historias. Todos los reyes del continente son sus títeres. Excepto en el Imperio Antoniano, ahí gobiernan directamente, porque los Antonov son pelirrojos. Todos los años los pelirrojos se reúnen en el Gran Cónclave Rojizo, en la Montaña Carmesí, al norte de Waidbruck, y sacrifican tres cabras, veintitrés vírgenes castañas y once vírgenes rubias. Por cada ritual completado con éxito nace un pelirrojo. Cuidaos de ellos, doctor.

Un temblor recorre el cuerpo de Jan el Feo.

—¿Q-qué es lo que se cuenta sobre los rubios?

- Tiradas (1)

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08/10/2021, 14:51
Wilbur von Panter

—He conocido mucha gente importante, niña, sí. Reyes, emperadores, señores y señoras... Sí, era caballero. Castellano, mejor dicho. Yo estaba a cargo del castillo de... Oh, no, perdona, se supone que no debo hablar de eso.

Se muestra incómodo cuando Wanda le pregunta si Annalise tiene algo que ver con la nobleza. Carraspea. Mira a otro lado.

—Oh, eh, ajem, no, no, claro que no. Annalise es una joven muy perspicaz e interesante, como tú, seguro seréis buenas amigas. Hay poca gente educada aquí. Y desde luego que no hay muchas mujeres en altamar, es cierto. Por eso, cuidaos de los criminales que hay en este barco.

>>Así que tienes asuntos pendientes que resolver. ¿Puedo preguntar cuáles son, niña?

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08/10/2021, 15:03
Renacuajo

Al subir a la cubierta superior ven al doctor Émil hablando con Renacuajo y con Jan el Feo (un pirata al que le dicen así para distinguirlo de Jan el Bello). Esto es lo que alcanzan a escuchar de la conversación con Renacuajo:

—...ahora mismo la zorra de Eva tiene los ojos puestos en Andrei... y en mí nunca se ha fijado. Se tapa la nariz cuando se cruza conmigo. Malditas mujeres, quién las entiende...

>>...Andrei y Annalise no son piratas. Ese viejo que los acompaña tampoco. Los conocimos hace un mes, o un mes y medio, en las costas de Faverstram. Estaban a punto de ser tomados como prisioneros por el Risueño Reynald, ese bandido de Herenhout. Parece que los quería vender como esclavos. Nosotros les libramos y nos llevamos todo lo que tenía Reynald: un cofre lleno de plata, dulce, dulce plata, mrebek-mrebek...

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(sigue...)

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08/10/2021, 15:06
Jan el Feo

Y esto de la conversación con Jan el Feo.

—...Perdonadme, buen hombre, a veces mis ojos se confunden. Eso es porque en algún lugar del mundo hay un pelirrojo echando maleficios sobre mi vista...

>>...Están en todos lados. Creedme. Lo manejan todo desde las sombras. He oído las historias. Todos los reyes del continente son sus títeres...

Lo demás lo dice en susurros incomprensibles que no alcanzan a oír. Ustedes casi no hablaron con Jan el Feo durante el viaje. Es un pirata medio descerebrado que odia a los pelirrojos.

Notas de juego

(sigue...)

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08/10/2021, 15:08
Wilbur von Panter

También está Wilbur hablando con Dafne.

—...Oh, eh, ajem, no, no, claro que no. Annalise es una joven muy perspicaz e interesante, como tú, seguro seréis buenas amigas. Hay poca gente educada aquí. Y desde luego que no hay muchas mujeres en altamar, es cierto. Por eso, cuidaos de los criminales que hay en este barco.

>>Así que tienes asuntos pendientes que resolver. ¿Puedo preguntar cuáles son, niña?

Notas de juego

(sigue...)

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08/10/2021, 15:09
Director

En ese momento Andrei y Annalise suben a la cubierta superior. Ven allí al doctor Émil hablando con Renacuajo, con Jan el Feo (un pirata al que le dicen así para distinguirlo de Jan el Bello), y a Dafne la pelirroja hablando con Wilbur. Apenas si han alcanzado a escuchar unos breves retazos de conversación.

Notas de juego

Grupo reunido de vuelta. Podéis resolver las conversaciones que quedan o que os falta tener. Cuando estéis listos, si os parece bien, podemos pasar al día siguiente.

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10/10/2021, 20:14
Andrei Demidov.

Al subir a cubierta y escuchar los retazos de las conversaciones, Andrei miró a Annalise con cierta preocupación. También era cierto que aquello se lo podría haber dicho cualquiera de los piratas, pero la idea era mantener una fachada que, ahora, ya no existía. El rubio dejó salir un pequeño suspiro luego de escuchar la voz de Wilbur, negó lentamente para Anna y siguió caminando.

Notas de juego

1/2.

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10/10/2021, 20:15
Andrei Demidov.

El rubio subió a la cubierta superior con un gesto ligeramente dubitativo, mirando principalmente a Renacuajo y al buen Wilbur. Acabó por orbitar cerca del anciano, pero pendiente también de lo que hablaba el pirata con el recién llegado. Se mantuvo en silencio mientras las conversaciones seguían su curso, sin agregar demasiado.

— ¿Ya Jan el Bello terminó de hablar con Suzanne? —preguntó, en algún hueco que tuviera alguna de las pláticas. Normalmente se limitaba a llamarlo "Jan" a secas, porque su sobrenombre le parecía ridículo, pero con Jan el Feo cerca... bueno, había que hacer la distinción.

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2/2.

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10/10/2021, 20:28
Annalise

Las conversaciones que escuchó Annalise la preocuparon lo suficiente como para que se note en su rostro aquello, aún así intercambió miradas con Andrei mientras se encogió de hombros a sabiendas de que esto no podía terminar bien. 

Así que sin más, siguió caminando con la intención de reunirse con el resto y encontrarse al fin con Wilbur. 

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10/10/2021, 20:30
Annalise

Una vez apareció junto a su amigo, buscó con la mirada a Wilbur así podía acercarse para ver si podía pillar al viejo y hablar a solas un poco. No obstante ya todos allí, tampoco podía hacer demasiado y encontró en las preguntas de Andrei bastante acierto, ya que de alguna manera era lo mismo que ella hubiera preguntado. 

—Wilbur. ¿Todo bien?—preguntó mirando al hombre. 

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11/10/2021, 10:59
Hans Grüber

Hans tuvo claras dos cosas conversando con Renacuajo y Jan el Feo.

La primera era que Renacuajo era un tipo pragmático y su lealtad, por ende, negociable. En unos retazos dejó la impresión a Hans de que estaba orgulloso de su analfabetismo, de que recelaba de las mujeres por el desprecio que le mostraban y de que entre Suzanne y Jan el Bello no tenía una predilección real a la hora de definir su afiliación. Detestaba a Jan el Bello, parecía desear en secreto a la tal Eva y encontraba en Suzanne solo un mal menor. Todo ello dibujaba a aquel pirata como un candidato a socio de Hans Grüber, y sin embargo aún estaba por dirimir la cuestión central: ¿En qué podía resultar útil aquel hombrecillo hediondo a Hans? No parecía un gran guerrero, aunque a juzgar por sus tragaderas quizás sí fuese un buen truhan, incluso un eficaz asesino. De momento, sí parecía un buen informante y, desde luego, prometedor aliado era este individuo dentro de la transitoriedad de la alianza en sí, claro. Hans jamás podría incluir en su banda criminal a tan infecto devorador de focas, era más que evidente. Pero la necesidad hace extraños compañeros de... Ahem... Hamaca.

En segundo lugar estaba la cuestión de Jan el Feo. Este tipo era un supersticioso de mucho cuidado. Y todo supersticioso es, en esencia, un ignorante peligrosísimo para sí mismo. Como Hans solía decir a sus subordinados en sinceros alardes de generosidad cultural:

Caballeros, no olviden esto: si creen que la educación es cara, pruébenlo con la ignorancia.

Supo rápidamente cómo plantar la semilla de la fricción.

Hans' Finest.

* * * * *

—Llámeme doctor, amigo. —dijo con cortesía a Renacuajo. —Soy más doctor que cirujano. —Y era cierto. El Doctor del Crimen, El Barón del Latrocinio, Esa pérfida nariz superlativa, le apodaban entre otras cosas. —Un cirujano abre y cierra. Extirpa y sutura. Un doctor también prescribe y receta. Diagnostica y consuela. Llámeme doctor. Tiene mi confianza. —aseveró permitiéndose una taimada sonrisa.

Detectando un sutil punto débil, Hans aplicó presión en la llaga.

—Las mujeres son enigmáticas por naturaleza, señor Renacuajo. Son un misterio vivo que ningún hombre alcanza a desentrañar jamás en vida. Ahí reside su innegable encanto. Si deseáis que os preste ayuda para mejorar vuestras posibilidades con alguna dama, no temáis en preguntar al doctor... Hmmm-hm-hm... —Hans se cuidó de remarcar las palabras adecuadas para despertar el interés de Renacuajo. Acto seguido se inclinó sobre el oloroso pirata y conteniendo la respiración añadió en su oído. —Pero haced excepción con mi sobrina, pues ella está ya prometida. Y Fenre sabe que mancillar a una dama es pecado mortaaal...

Era hora de comprobar si Renacuajo era creyente practicante o un ateo confeso.

* * * * *

—¿Q-qué es lo que se cuenta sobre los rubios?

Hans adoptó un gesto fúnebre.

Su rictus natural, nada de qué preocuparse.

Bueno, no quisiera inquietaros más allá de lo razonable, mi temeroso amigo, pero... Se rumorea que son impostores... Ladrones de cuerpos... Espíritus malignos que poseen el cuerpo de hombres y mujeres y disfrutan llevando a la ruina a todos los que tienen cerca... —musitó en tono siniestro a Jan el Feo, digno de un narrador de cuentos escabrosos. Una de sus especialidades.

Ahora tenía una idea condenadamente genial para hacer que Jan el Feo recelase más aún de su homónimo El Bello. O el Zorro. O la Zorra, según a quién se preguntase.

Iba a necesitar la ayuda de su sobrinísima Wanda y la colaboración involuntaria del cocinero, pero si salía bien, podría ser todo un giro dramático de los acontecimientos.

Haciéndose el intrigante, Hans quiso calibrar la popularidad de las creencias de Jan El Feo en el Rapaz.

—¿Hay mucha gente a bordo que comparta tu recelo por los pelirrojos, Jan? —inquirió con interés renovado.

Avistados Andrei y Annalise de nuevo en cubierta, Hans arqueó una ceja al tiempo que intercambiaba una elocuente y significativa mirada con Wanda que parecía decir...

«¡SÁCALES EL DUODENO POR LA GARGANTAAAA!»

No, no. No eran tan enfática.

«¡DISTRÁELES UN MOMENTO

Eso, sí. Eso era sin duda.

¡Qué ojos tan expresivos los de Hans Grüber, pardiez!

Notas de juego

La conversación es demasiado buena como para rematarla de un patadón xDDDDDD

Aguardo a tener un instante con Wanda y explico mi psicodélico plan digno de un Monkey Island ¡AAJJAAJAJAA!

Lo dejo en privado porque me interesa cuchichear un poco más con Renacuajo y Ugly Jan ;-D

Desde que veo que aparecen Annalise y Andrei procuro hablar muy bajo y hacer un gesto a Wanda para que les distraiga xDDDDDD

Maldita sea, qué bien me lo paso jugando personajes de este tipo.

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11/10/2021, 18:40
Wanda Weiß

"Este hombre debe contar con mil anécdotas e historias en su haber, aunque no sé si me apetecería escucharlas todas..." —reflexionó la chica mientras asentía constantemente para hacerle entender que prestaba atención a lo que comentaba, pese a que su mente estuviera a otras cosas, sobre todo después de atisbar un gesto nervioso en las maduras facciones del anciano al hablar sobre un tema en concreto.

Wanda hizo un aspaviento con la mano en respuesta a la última pregunta de Wilbur, con la que sí conectó de nuevo con la realidad.

—Oh, no es nada. Solo unos asuntillos familiares que requieren de mi presencia —dijo con una expresión tranquilizadora, que encajaba a las mil maravillas con su rostro de niña buena. 

En ese instante, se dio media vuelta para observar que los dos jóvenes volvían a cubierta y los saludó con un movimiento de cabeza. También comprobó que su tío continuaba dándole a la sin hueso con esos filibusteros nada fiables y que daban un poco de grima. Se quedó mirándolo un par de segundos antes de centrarse en Andrei y Annalise.

—Hola, estaba manteniendo una charla con el señor Wilbur. Es muy interesante todo lo que cuenta e  incluso conoció al padre de la actual Emperatriz Katya. ¿Lo podéis creer? Ya me hubiese gustado a mí tener el gusto de estar presente cuando aquello sucedió —comentó, con aparente admiración—. Ah, qué desconsiderada soy. Os doy las gracias de nuevo en mi nombre y en el de mi tío por vuestra amabilidad con nosotros. Es un placer tratar con gente que no tiene tantas malas pulgas —bajó el tono de voz—. Por desgracia en el anterior barco en el que viajábamos también se encontraban varios personajes que hacían que la travesía se hiciese eterna.