Partida Rol por web

En aguas inciertas

1. HOMBRE AL AGUA - A bordo del Rapaz

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29/10/2021, 20:52
Andrei Demidov.

Andrei entrecerró un poco los ojos, con evidente suspicacia, pero... acabó por suspirar y asentir a la Matatigres. Primero era la capitana, y segundo tanto Émil como Dafne eran recién llegados en aquella nave, y ya Hendrika había expresado su intención de arrojarlos de regreso al mar, así que suponía que tenían suficientes motivos para apoyar a Suzanne en caso de que se diera lo que estaba temiendo.

— No sé si has escuchado que Renacuajo anda acusando a Jan el Bello de querer armar un motín en tu contra —realmente no lo sabía, pues era la primera vez que él lo escuchaba, y tenía la impresión de que aquello había empezado luego de que Jan se expresara de aquella forma durante el día anterior—, pero... estoy casi seguro de que quien está planeando amotinarse es Hendrika —hizo una pausa, dejando que la información calara en Suzanne—. Piénsalo, Renacuajo votó por Hendrika luego de lo de Ludo, y hace unos momentos la he visto dándole una bolsa a un tal Walter, que también votó por ella. Hay movimientos muy raros en la nave, y quizás traten de utilizar la fiesta como un buen momento, cuando la mayoría estén borrachos o algo por el estilo —tragó en seco.

Cuando terminó de hablar le lanzó una mirada de disculpa a Annalise. Sabía que quizás había hablado de más, o tal vez se había metido en algo en algo que no debía, pero aquello, si terminaba siendo cierto, podía suceder en cualquier momento, y los que más tenían algo que perder eran ellos.

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30/10/2021, 09:18
Hans Grüber

Hans estaba más que acostumbrado a despertar desconfianza en el respetable. Su madre siempre le decía:

—¡Es tan superlativa tu napia, tan absolutamente córvida y morrocotuda, que lamento decirte, hijo mío, que pareces predestinado al crimen y al latrocinio!

¡Qué razón tenía la vieja! Con todo, Hans compensaba su perfil, digamos, siniestro y sospechoso con un encanto de tipo docente verdaderamente proverbial, como se demostraba en la celeridad con la que había construido un vínculo de cierta confianza con la capitana.

Aquel muchachote, Andrei, le parecía un tipo despierto, algo que Hans siempre valoraba en una persona; pero también demasiado honesto. La honestidad, a menudo, cuesta la vida. Quizás, pensó, le ha llegado el momento de tomar partido y, más que ser un jugador conservador, apostaba por devolver el trato a la capitana Matatigres. Y es que había algo de cierto en el hecho de que la capitana, a pesar de ser una mujer ruda como le exigía su posición, también era hasta un extremo insólito piadosa y poseedora de un remarcable y carismático tesón, como bien había podido comprobar Hans.

El doctor escuchó con atención las palabras de Andrei, sumido en un silencio de tipo reflexivo. Incluso, metafísico.

Al cabo, se levantó y alzó un dedo, como reclamando silencio. Abrió la puerta del camarote y miró a un lado y al otro para cerciorarse de que nadie acampaba el oído por los alrededores.

—¿Os ha seguido alguien hasta aquí, joven? —preguntó en voz baja a Andrei, llevando el juego mental a un nuevo nivel. Aquel jovenzuelo parecía saber aguantar el tipo en una pelea, algo útil, sin duda; pero no tenía la pinta de ser uno de los que las saben eludir con discreción. (1)

Acto seguido Hans cerró la puerta y se dirigió a la capitana.

—¿Tienen vuestros hombres algo en contra de vos, capitana? —inquirió en voz baja.

Notas de juego

(1) Echo una ojeada al pasillo. Por lo que pueda pasar... Si no hay un alma, vuelvo a mi asiento y prosigo la conversación ;-D

¡Qué interesante todo! O_O

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01/11/2021, 13:08
Director

Abres la puerta del camarote y del otro lado no hay nadie escuchando. Ves, como siempre, a un puñado de piratas en la cubierta, haciendo las tareas del día a día: timoneando, limpiando, pescando. Ninguno de ellos está atento a lo que sucede en el camarote.

Notas de juego

(sigue...)

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01/11/2021, 13:11
Capitana Suzanne Matatigres

Suzanne escucha atentamente a Andrei. Su rostro se vuelve más agrio a medida que el espadachín avanza en su exposición.

—No soy estúpida, sé que Jan está descontento por el desvío momentáneo del barco, pero nunca lo creería capaz de amotinarse. Hendrika es más calculadora, y no siempre es fácil tratar con ella, pero... ¿sería capaz de rebelarse? Es una acusación fuerte, Andrei.

>>Cuando elegimos a un segundo de a bordo Renacuajo votó por ella, Walter también, y es que casi la mitad de la tripulación votó por ella. ¿Tengo que pensar que todos están complotados?

El doctor Émil, tras cerciorarse de que no hay nadie del otro lado de la puerta del camarote, le pregunta a Suzanne si sus hombres tienen algo contra ella.

—No. Hendrika quería ser segunda de a bordo pero la tripulación eligió a Jan el Bello por mayoría, y aquello no le gustó. Como tampoco le gustó que os rescate a ti y a tu sobrina. ¿Eso es motivo de rebelión? El anterior capitán tenía una forma muy sencilla de tratar con los rebeldes: se los ata a la boca de un cañón y se dispara, já. Y, joder, tenía buen resultado, porque yo estuve quince años a su lado y apenas si hubo un puñado de motines.

>>Tengo dos opciones a seguir. Suspendo la fiesta que iba a hacerse esta noche, ordeno detener a Hendrika y a todos los que votaron por ella como segunda de a bordo y organizamos un juicio. Espero que tengas más pruebas en contra de Hendrika que el haberla visto entregarle una bolsa a Walter, Andrei. Eso no es evidencia de un motín.

>>Pero si hago todo eso caldearía los ánimos a más no poder, y estamos en una situación delicada. La otra opción es no actuar de manera apresurada y ordenar a mi gente de mayor confianza que esté atenta. A la más mínima señal de motín... sables, pólvora y fuego. La pregunta es quién es mi gente de mayor confianza en este momento...

La capitana tamborilea los dedos en la mesa y mira a la nada, meditabunda.

Notas de juego

Momento clave: ¿algún consejo, sugerencia o advertencia para la capitana?

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01/11/2021, 14:19
Annalise

Ante las palabras de Andrei, bajó la mirada y escuchó con detenimiento todo. Estaba claro que se había arriesgado a ello, pero Anna sintió que debía mostrarse imparcial porque nunca se sabe que pasaría al colocarse en un lado de todo este enredo dentro del barco. Por esa razón es que decidió ayudar a su amigo y brindar un consejo, que si bien no la compromete, si la mantendría en alerta a la Capitana de lo que sea que fueran a hacer. 

—Mi Capitana, el humilde consejo que le puedo ofrecer es que todo siga como hasta ahora y enviar a gente de confianza para tenerlos vigilados. De esta forma si todo esta posible rebelión es lo que va a suceder, usted podrá anticiparse a ello y ajusticiar como se debe.

Quizás era un compromiso mayor, pero dentro de aquel lugar solo en dos personas confiaba y una de ellas estaba a su lado. Así que era una opción viable y quizás ayudar a Suzanne en un futuro sea bueno para ellos pero no de cara a Hans, ya que había planes en común. Además de que ya de por sí se vivía en una tensión constante dentro de la embarcación, no le molestaría descubrir la que estaban montando todos esos a espalda de la Capitana. 

Tranquilamente con Andrei podrían vigilar a esa gente, de una forma no oficial. 

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02/11/2021, 01:09
Wanda Weiß

Wanda caminó detrás de Amputapatas, ojeando lo que la rodeaba, hasta que entraron en aquella habitación en un estado deplorable. "Enfermería". Sí, ya. Ocultando su mueca de disconformidad, se acercó hasta el hombre convaleciente con cierta cautela, observándolo de manera breve por si reconocía algún síntoma presente en su rostro. No entendía demasiado de fiebres y venenos, pero tal vez presentara a simple vista algo que enlazara con un supuesto envenenamiento o intoxicación. Después de los últimos acontecimientos, la idea de que se estuviera tramando un motín para derrocar a la actual capitana no parecía nada descabellada.

—Hola, Mauritz. Soy Dafne, aprendiz de enfermera y vengo a echarte un vistazo. ¿Cómo te encuentras hoy? —le preguntó, modulando un tono de voz angelical mientras le inspeccionaba y le tocaba la frente para comprobar si tenía mucha fiebre—. ¿Puedes contarme cuándo empezaste a encontrarte mal y qué hiciste dicho día? 

A su espalda, Amputapatas continuaba con ese toque fanfarrón en sus palabras y le lanzaba una pregunta bastante esperable. La chica continuó con sus labores médicas antes de responderle.

—Oh, me gustan los tatuajes... Me gustaría hacerme alguno en el futuro... —dijo, a modo de respuesta—. Entre usted y yo, no me veo toda la vida viajando de ciudad en ciudad acompañando a mi tío en sus quehaceres. Preferiría acabar mis días en un barco, compartiendo vivencias con un grupo de personas afines a mí... —En un principio, esa contestación le pareció lo suficientemente honesta y clara, aunque prefirió continuar—. Y bueno, le preguntaba también porque hace unos años conocí a un hombre, creo que se llamaba Roth, que también lucía un tatuaje similar. Pero él me dijo que se dedicaba al comercio, no sabía que ese tatuaje tenía que ver con barcos piratas... —concluyó, emitiendo un imperceptible suspiro entre dientes, sin volverse para mirar al hombre a la cara.

- Tiradas (2)
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02/11/2021, 20:30
Andrei Demidov.

— Hendrika es la sobrina de Ludo, quizás piensa que debería ser ella quien capitanee el barco y desentrañe los misterios del libro —razonó él—. Como has dicho, es más calculadora, tal vez ha estado esperando una oportunidad —se llevó una mano al mentón, pensativo—. Ahora que lo considero, ¿quiénes han estado al timón además de ti? No dudo de tus capacidades, ni de las de muchos a bordo, pero si alguien ha modificado el rumbo de alguna manera… —se quedó en silencio.

La Matatigres siguió hablando.

— No todos, no, pero… vamos, los más cercanos. Una cosa es pensar que una persona es mejor que otra para un cargo y otra rebelarte abiertamente, pero su círculo interno seguramente la seguiría sin dudarlo, así como yo asumo que tú también tienes a tu gente de confianza —razonó él—. El método de Ludo suena efectivo, pero en última instancia te vas quedando sin gente… y particularmente prefiero el respeto al miedo, quizás por eso no soy pirata —esbozó una sonrisa melancólica.

El espadachín volvió a quedarse en silencio, la verdad es que no tenía más pruebas que lo que había visto y su instinto, pero… en su cabeza tenía sentido. Intercambió una mirada con Anna mientras ella hablaba, asintiendo a sus palabras.

— Como dice Anna, lo mejor es que la fiesta siga, de hecho que el grog corra un poco más de la cuenta, pues sabemos que la borrachera siempre afloja lenguas, y que tu gente de mayor confianza esté atenta —se encogió de hombros—. Yo no bebo mucho, así que… no me costaría demasiado.

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03/11/2021, 08:30
Hans Grüber

Tamborileaban los robustos y largos dedos de Hans sobre la mesa mientras Annalise y Andrei hablaban con Suzanne exponiendo sus inquietudes y sus sugerencias. Resultaba una charla muy interesante y didáctica. Aquel barco parecía ser un nido de intrigas viperinas a punto de entrar en ebullición, un clima en el que el buen doctor se defendía a las mil maravillas por la naturaleza de su oficio. Y entre aquel férvido barco pirata parecía alzarse la figura traicionera de Hendrika van Haas, esa mala pécora a la que Hans estaba remotamente lejos de olvidar. Por lo cual la pregunta que se sucedía a continuación para Hans Grüber era de todo punto elemental:

¿Intrigar, o no intrigar? 

Esa es la cuestión.

Carraspeó con afilada delicadeza, como lo haría un profesor de ortografía que observa a su alumno acentuar una palabra llana acabada en N.

—Un confabulador que se precie de llevar a gala tal nombre no beberá una gota de grog la noche que decida apuñalaros por la espalda, capitana —Lo decía por experiencia, claro; pero también por pura lógica conspirativa. Sería una negligencia criminal intolerable—. Aunque por el momento sea un preocupante rumor carente de toda prueba sólida, hacéis bien en escuchar a este jovenzuelo abstemio —comenzó diciendo alabando la nobleza de Andrei—. Al parecer, capitana, tenéis dos bazas que, si sabéis jugar con astucia, os pueden asegurar la victoria en un hipotético motín a bordo. La primera, ya resaltada, es que los disidentes -en caso de haberlos- ignoran que sabéis de sus intenciones. El factor sorpresa suele ser determinante en todo conflicto. Sobre este particular, debo resaltar que encuentro extraño un motín a dos bandas. Lo habitual es que las alimañas se concentren para derrocar al líder actual y luego dirimir quién se queda con el mando. Claro que esto es lo habitual en el proletariado, pero no tiene por qué ser aplicable al gremio pirata... —dijo como si pensase en voz alta. Miró a Andrei—. Consideremos que las suposiciones de Andrei son ciertas. Si Hendrika... —Esa zorra malnacida—. Ahem, si Hendrika está detrás de esta conspiración y es tan retorcida y taimada como decís, debéis guardaros un as en la manga, capitana. Y eso nos lleva a vuestra segunda baza...

Hans dio tres toquecitos con su dedo índice sobre el preciado libro de Suzanne: La fuente de los eternos, edición firmada por el padre Bogdan.

Haced desaparecer el libro. Escondedlo lejos de vos. Si es el libro lo que quiere apelando a sus sentimientos de venganza por la muerte del tal Ludo, siempre tendréis control sobre ella si solo vos conocéis su ubicación. Y para tal menester, creo humildemente que os puedo ser de innegable ayuda —deslizó asintiendo lenta... muy lentamente, mas sin revelar su estrategia decisiva—. Por otra parte, hay otra cosa en la que puedo seros de suma utilidad. Lady Annalise y este mozalbete ya están integrados en la tripulación, no así mi sobrina Dafne y yo. Ellos son más indicados para la vigilancia de los sospechosos, no hay duda. Pero, con vuestro beneplácito, puedo asegurarme de que vuestros temores hacia los conspiradores que identifiquen Annalise y Andrei durante la celebración mengüen... drásticamente.

Desde luego, hacerse el interesante era una de las especialidades de Hans Grüber.

—Solo necesito un breve y discreto acceso a vuestra enfermería —sentenció con voz gutural y sombría.

Notas de juego

Pregunta off the record: Queda día y medio para la fiesta, ¿verdad?

Quiero decir, que tanto Andrei como Anna pueden vigilar a los sospechosos del motín con cierto margen de maniobra, ¿no?

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03/11/2021, 09:10
Hans Grüber

Notas de juego

Estoy siendo en extremo sibilino porque:

a) De un lado quiero que la capitana se dé cuenta de que Hans es un tipo al que merece la pena tener de tu parte, pero al mismo tiempo quiero lograr tener con ella una conversación a solas. A ver si hay suerte ahora que confía un poco en mi maléfico docteur.

b) Mi idea, te lo comento para tu planificación posterior, es proponerle a Suzanne interrogar a uno de los amotinados (si hay base, claro) en privado haciendo uso de la escopolamina, que no deja de ser un suero de la verdad, ¡JAAJAJAJAAJA! De ahí que haya hecho referencia a la enfermería ;-). ¿Te imaginas que al final es Renacuajo uno de los amotinados y acaba probando su propia medicina? xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Además tengo un avieso plan en marcha contra Jan el Bello que fijo que te hace reír a carcajadas ;-P

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04/11/2021, 01:46
Capitana Suzanne Matatigres

Annalise sugiere cautela y vigilar a los sospechosos. Andrei pregunta quién ha estado al timón, ya que tal vez alguien alteró el curso de la navegación.

—Yo trazo la ruta a seguir, y luego nos alternamos en el timón Eva, Aullador y yo misma. El desvío en el viaje vino a raíz de la tormenta en la que se perdieron Grigori y Bjorn —sacude la cabeza—. Torcer el rumbo de la embarcación adrede sería una estupidez suprema, incluso para un posible amotinado.

Andrei sugiere ser él uno de los que espíen a los posibles rebeldes.

—Acepto tus servicios, Andrei. Estate atento a Hendrika, a Renacuajo, a Walter y a todos los que forman parte del círculo íntimo de Hendrika. Como tengas razón y realmente estén planeando rebelarse... Entiendo que prefieras el respeto al miedo, pero en un barco como este, respeto y miedo van de la mano. Si las acusaciones son ciertas, los traidores serán pasados a degüello. Sin miramientos.

El doctor Émil señala que en la fiesta [1] los amotinados se mantendrán sobrios para actuar mejor. También propone esconder e libro y otra cosa para la cual requiere visitar la enfermería. Suzanne entrecierra los ojos. Instintivamente lleva una mano al libro.

—Esconder el libro... ¿y cómo podrías ser de ayuda en eso, Émil? No veo cómo el libro podría estar más seguro que en mi camarote, bajo llave.

Desde afuera, alguien golpea dos veces la puerta de la habitación. La capitana se pasa una mano por su cabellera rubia. Mientras se levanta, Suzanne sigue hablando con el doctor.

—Tienes mi permiso para visitar la enfermería. Habla con nuestro cirujano, Amputapatas. Él se encarga de ella. Pero, por Dios y todos los mares, ¿qué esperas encontrar de utilidad allí? ¿Alguna medicación salvadora que tenga por nombre una palabra esdrújula? Já.

Suzanne abre la puerta del camarote.

Notas de juego

[1] Para responder a tu pregunta, Dewey, la fiesta será esta misma noche. Dentro de unas 10 o 12 horas, digamos. Estamos a la mañana. Hay tiempo para la tarea de vigilancia, sí.

(sigue...)

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04/11/2021, 02:35
Jan el Feo

Del otro lado está Jan el Feo.

—¡MUERTE A LOS ARIOS! —grita, y hunde un puñal en el pecho de la capitana Suzanne Matatigres.

Notas de juego

Fin del capítulo HOMBRE AL AGUA

Sigue en el capítulo REBELDES CON CAUSA...

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04/11/2021, 02:54
Amputapatas

Tu fingida revisación médica engaña por completo a Amputapatas, que te mira con asombro, como si estuviera viendo, por fin, a una profesional de verdad hacer aquello que él solo hace por intuición. Para dejarse engañar por esto, este pirata debe saber sobre medicina incluso menos de lo que pensabas.

Cuando le mencionas ese nombre, Roth, Amputapatas abre mucho los ojos. Escupe al suelo en señal de desagrado.

—¡Roth! ¡Roth Weiß! ¡¿Ese Roth?! ¡Aquella rata traicionera! ¡Miserable! ¡Bastardo! ¡Fenre le maldiga, una y mil veces! ¿Que se dedicaba al comercio? ¿Eso te dijo? ¡Hideputa mentiroso! ¿Dónde lo viste, niña? ¿Dónde está Roth? Tengo una promesa que cumplir: he jurado destripar a ese hombre con mis propias manos apenas vuelva a verle.

Notas de juego

(sigue...)

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04/11/2021, 03:03
Director

Mauritz no responde a tus preguntas. Su fiebre es demasiado alta, su delirio demasiado absorbente. No logras, sin embargo, encontrar ningún indicio que te permita entender qué es lo que aqueja a este hombre.

—Taidores... taidores... considación... considación...

De pronto, de arriba, de la cubierta, te llega el ruido de muchos pasos apresurados. Tump, tump, tump, tump, tump. Y gritos. Gritos de mujer. Y de hombre. Y voces histéricas, cargadas de pánico. A través de la puerta de la enfermería ves a unos cuantos piratas correr de aquí para allá. No entiendes qué es lo que está pasando, hasta que uno se detiene en la puerta, mira a Amputapatas y le dice:

—¡Ven, rápido! ¡Es Suzanne! ¡Han matado a Suzanne! 

Notas de juego

Fin del capítulo HOMBRE AL AGUA

Sigue en el capítulo REBELDES SIN CAUSA...