Partida Rol por web

Ficha:

Fue: 26 (2 subidas+6 cinto de fuerza) [+8]
Des: 20 (2 subidas)[+5]
Con: 18 [+4]
Int: 14 [+2]
Sab: 8 [-1]
Car: 8 [-1]

Raza: Humano
Alineamiento: Legal Bueno
Deidad: Obad-Hai

Salvaciones:
Sal. Fortaleza: +19 = +7 [base] +4 [Constitución] + 7 [vestiduras de resistencia] + 1 fortaleza de batalla
Sal. Reflejos: +24 = +12 [base] +5 [Destreza] + 7 [vestiduras de resistencia]
Sal. Voluntad: +16 = +8 [base] –1 [Sabiduría] + 7 [vestiduras de resistencia]

Iniciativa: 5 destreza + 1 fortaleza de batalla + 2 reacción mejorada = +8
Ataque base / presa: +15 / +20
Movimiento: 45ft, trepar 20ft, volar 60ft (buena)
PG (): 8 + 5d8 + 10d10 + 64
PX:

CA: 10 + 5 camisote de mallas de mithril + 5 Des + 3 derviche + 5 anillo = 28 / toque 23 / desprevenido: esquiva asombrosa
+4 contra AdOs (esquiva)
+1 contra el que le declares esquiva (esquiva)
+1 si mueves 10-15ft (esquiva)
+3 si mueves 20+ft (esquiva)
+X+4 con pericia X (esquiva)

Ataques:
Cimitarra +25 (1d6+9) de base
Modificaciones:
Moviendo 10-15ft: +0 (+2d6 al daño; no aplica a elementales, légamos o plantas)
Moviendo 20+ft: +0 (+4d6 al daño; no aplica a elementales, légamos o plantas)
No muertos: +4 al daño
Constructos: +2 al daño
Con lucha con dos armas: -2 a dar y añades dos ataques de mano mala (a -2/-7)
Pericia -2 o más: -2 o más (+1d6 a daño)

Dotes: rastrear, esquiva, movilidad, cazador sutil [GrCo] (se apilan los niveles de batidor y explorador), soltura con arma (cimitarras), combate con dos armas, combate con dos armas mejorado, defensa mortífera [GrCo](usando al menos pericia -2, +1d6 al daño con armas ligeras), ataque elástico, hostigar mejorado (si mueves al menos 20ft, +2d6 al daño de hostigar y +2 la CA).

Habilidades (rangos, T=transclaseos, b=batidor, e=explorador, d=derviche):
Avistar: +8(9b)
Buscar: +11(9b)
Esconderse: +14(9b)
Escuchar: (9b)
Interpretar (danza): +18(3Te+16d)
Inutilizar mecanismo: +11(9b)
Moverse en silencio: +14(9b)
Nadar: +17(9d)
Piruetas: +24(3b+16d):
Saltar: +27(19d)
Supervivencia: +7(6e+3b)
Trepar: +17(9b)

Lenguajes: Comun, enano, elfo, mediano (1b).

Habilidades especiales:
- Enemigo predilecto: no muerto +4/constructo +2
- Estilo de lucha de explorador: dos armas
- Empatía salvaje: +1
- Batidor de mazmorras [alternativa de clase del MdJII]: movimiento trepar.
- Movimiento rápido de derviche: +15ft
- Hostigar: +2d6/+1CA con 10-15ft, +4d6/+3CA con 20+ft
- Pasar sin dejar huella
- Encontrar trampas
- Esquiva asombrosa
- Maestria del movimiento: siempre puede tomarse 10 al saltar, bailar o hacer piruetas
- Bono de CA de derviche: +3 (se aplica siempre, salvo inmovilizado)
- Filos cortantes: la cimitarra es siempre un arma ligera
- Parada mejorada: luchando con pericia, +4 a CA
- Danza de derviche, 5/día (9 asaltos):
· +5 a dar y a daño con armas cortantes
· Puede hacer un ataque por cada 5ft movidos, hasta su máximo de ataques en asalto completo
· Tras cada 5ft, no puede volver al cuadrado que acaba de abandonar (pero tras otros 5ft sí).
· No puede hacer actividades que requieran concentración o estarse quieto (buscar, sigilo, conjuros...)
· Sí que puede hacer piruetas
· Solo puede hacerse una danza de derviche por encuentro
· Gana los beneficios de hendedura (no tiene que mover 5ft antes de hacer el ataque de hendedura)
· No queda fatigado tras la danza (por nivel alto de derviche)
- Los mil cortes, 1/día:
· Durante un asalto, el derviche dobla el número de ataques que puede hacer
· No hace falta que esté en una danza de derviche
· Si es parte de una danza de derviche, gana gran hendedura dicho asalto y puede hacer dos ataques por cada 5ft movidos.
· No se apila con “acelerar”.

La danza de derviche ideal (9 asaltos):
- CA: 10 + 5 camisote de mallas de mithril + 5 Des + 3 derviche + 2 pericia + 4 parada mejorada + 3 hostigar + 5 anillo = 37 / toque 33 [41/37 contra AdOs y +1 contra el que declares esquiva]
- Ataque: +26/+26/+21/+21/+16 (6d6+12, 18-20/x2)

Objetos mágicos:

- Vestiduras de resistencia +7 (49.000)
- Camisote de mallas de mithril +1, de fuego del alma (+4) (26100 mo): custodia contra la muerte constante.
- Alas de vuelo (54000 mo)
- 2 cimitarras +1, fantasmales (+1) (8315 mo x 2 = 16650 mo)
- Cinto de fuerza de gigante +6 (36000 mo)
- Botas de invierno (2500 mo)
- Anillo de protección +5 (50000 mo)
- Collar de Adaptación (9000 mo)
- Cristal de Adaptación Acuatica (3000 mo)
- 1450 mo sin gastar (pociones, equipo normal…).

- Fondo común: 12300

Historia de Cedric:

La oscuridad era casi impenetrable, los troncos de los árboles parecían columnas soportando estoicamente el manto de nubes que poblaba el cielo oscuro.
Cualquier otro día la vista podría haberse maravillado con la cantidad de constelaciones que iluminan la noche...pero esa noche no, esa noche el cielo descargaba agua como si estuviera llorando por los hechos que acontecían abajo.

El fragor de la lluvia sobre el suelo casi ocultaba cualquier otro sonido que pudiese producirse...casi, pues entre el estruendo reinante podía escucharse el sonido característico de la huída, de la persecución, del ansia de sangre.
Entre las sombras, como si se apartaran para dejarle paso, apareció una forma indefinida a los ojos de un humano, pero para la vista de un elfo el misterio se habría desentrañado en un instante, una mujer, y parecía que llevaba algo en brazos, sí, lo llevaba, y por la forma de intentar protegerlo incluso mientras corría no dejaba lugar a dudas de lo que era: un bebé.

La cara de la mujer podría haberse considerado verdaderamente bella en otras circunstancias, pero en estos momentos sólo reflejaba pánico y agotamiento.
Lanzaba continuas miradas hacia atrás, intentando vislumbrar aquello que la perseguía.
En un acto de locura, o tal vez de franca desesperación, se apartó a un lado y se agachó un momento entre unos helechos. Cuando volvió a erguirse ya no llevaba ningún bulto entre sus brazos, y así, un poco más libre en sus movimientos comenzó a correr de nuevo.

Cuando había avanzado unos metros, en persecución suya, aparecieron dos orcos, con sus ojos inyectados en sangre y con una expresión de auténtico sadismo al ver tan cerca a su presa.
La persecución había terminado. Entre el agotamiento que hacía presa en el cuerpo de la joven y una fatídica mirada hacia atrás, la raíz que sobresalía ante ella del suelo iba a dar al traste con su sueño de huída y sobre todo de alejar a aquellos monstruos de su hijo Cedric.
Rodó por el suelo fracturándose en la caída su brazo derecho y sus esperanzas.
Los orcos se abalanzaron sobre ella, aunque de lo que allí aconteció no contaré nada. Baste saber que cuando terminaron de divertirse, en un acto que ellos suponían de extrema maldad, aunque ella lo recibió como una bendición, uno de ellos dejó caer el filo de su espada sobre el cuello de su víctima.
El último pensamiento de Ariel, que así se llamaba la joven, fue para su hijo, y su último rezo para que no lo encontraran.

Estaban esos asquerosos orcos tan a sus anchas y jactándose del sufrimiento y muerte de mi madre (sí, lo habéis adivinado, yo era aquel bebé escondido en la maleza), comentando entretenidos sus hazañas mientras el cadáver de su víctima estaba tendido a sus pies, que no vieron la muerte abalanzarse sobre ellos. La primera flecha atravesó el ojo derecho del orco más robusto, ni supo lo que le había matado ni le dio tiempo a sentir ni tan siquiera curiosidad por lo ocurrido.
Su compañero no pudo hacer otra cosa que abrir la boca en señal de perplejidad, y justo ahí fue donde se abrió camino la segunda flecha. Nunca más volvería a salir una ronca carcajada de aquella maldita boca.

Las dos sombras se acercaron sin siquiera hacer un ruido a la escena de la masacre, prácticamente parecía que hasta las gotas de lluvia les esquivaban, tan ágil y delicado era su caminar.

- Lástima que hayamos llegado tarde - su timbre de voz sacó a la luz que se trataba de una mujer.
- Sí, es cierto - la voz, aún siendo melodiosa al igual que la de su compañera, dejó traslucir que el que hablaba era un varón.

En ese momento, como si quisiera darse a conocer, el bebé comenzó a llorar, llamando la atención de los recién llegados.
Se acercaron hacia el lugar de donde procedían los llantos y allí lo encontraron, totalmente empapado pero en apariencia sin ningún daño que no pudiera remediarse con ropa seca y leche caliente.

- Es un niño, Deramar - apuntó la mujer - Esa joven debió intentar esconderlo justo antes de que la atraparan.
- No es asunto nuestro Athiel - dijo el elfo negando con la cabeza mientras agarraba a Athiel por debajo del codo - Es un niño humano, y no nos incumbe a nosotros lo que le ocurra.
- No voy a dejarle aquí - respondió sacudiéndose la mano del elfo - Tú dí lo que quieras, pero no dejaré que muera aquí, sólo y cerca del cadáver de su madre.
- Piensa en lo que opinarán los ancianos. No puedes hablar en serio.
- Claro que hablo en serio - una mirada furiosa cruzó por sus ojos, como si de una nube se tratase - Yo cuidaré de él.

Y sin darle tiempo a Deramar a replicar nada más se agachó y recogió tiernamente al bebé entre sus brazos, y cuando lo hizo descubrió un precioso colgante en forma de estrella alrededor del cuello del niño. Era una pieza magistral de artesanía, toda de plata y con un nombre grabado en la parte posterior: Mesnal Anthorek

Poco después, tras haberse encargado del cadáver de la mujer a petición de Athiel llegaron al poblado elfo.
Por supuesto hubo quejas y discusiones con respecto a la forma de proceder de Athiel, pero todo el mundo sabe que cualquier mujer, sea elfa, humana o enana, si se propone algo es muy difícil hacerla cambiar de opinión. Así pues, el bebé, al que se le dio el nombre de lodred, quedó a cargo de Athiel pese a las protestas que se elevaron de muchas voces esa noche.

Quince años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, o por lo menos eso ocurrió a los ojos de los elfos, porque para lodred esos años lo habían llevado a convertirse casi en un hombre. Su cuerpo se había formado musculoso y su altura no tenía nada que envidiar a la de cualquier humano de mayor edad.
Sus movimientos, sin asemejarse siquiera a los de sus compañeros de juego, serían observados con admiración por cualquiera que no fuese un elfo, ya que su madre Athiel le intentó enseñar todo lo que pudo en tan corto espacio de tiempo.
Le enseñó a entender a la naturaleza y aprender a fundirse con ella, a disparar con el arco, pues aunque su vista no se podía comparar con ninguna de las criaturas de orejas puntiagudas, su puntería sí podía hacerlo.

Esto podría haberse considerado una niñez idílica, pero la verdad es que lodred se sentía desplazado de los demás. Notaba la dureza e incluso desprecio con el que le trataban sobre todo los elfos de mayor edad, y no entendía el por qué de estas reacciones.

Una tarde de verano, después de un episodio algo más desagradable que de costumbre, Athiel tomó la decisión de contarle a lodred la verdad sobre su origen, pese al daño que pudiera hacerle o el que pudiese hacerse a sí misma, pues temía que al conocer la verdad sus caminos se separasen.

Lo encontró a la orilla de un lago cercano, lanzando piedras y observando como rebotaban en la superficie del agua. Durante un momento le observó desde el borde de los árboles, sus anchas espaldas, su pelo normalmente despeinado, su porte tan diferente del de los elfos y sobre todo esa marca distintiva que portaba en la parte alta de su omóplato derecho, una marca de nacimiento en forma de estrella.
Tomó aire en sus pulmones en una inspiración profunda y comenzó a caminar hacia él.

- lodred - dijo casi en un murmullo - creo que ha llegado la hora de que hablemos.
- Madre - se volvió con un sobresalto, ya que no la había oído llegar - no me asustes de ese modo.
- Tenemos que hablar hijo. Es importante. Ven, vamos a sentarnos a la sombra de aquel gran roble.

Y hacia allí se dirigieron, uno al lado del otro, y apoyando ambos la espalda en el tronco de tan magnífico espécimen arbóreo, Athiel comenzó a contar la historia de lo acaecido hacía quince años, de la muerte de su verdadera madre, de cómo lo encontraron y el por qué le trataban de esa manera muchos de sus congéneres.
lodred escuchó boquiabierto las palabras que suavemente le dedicaba Athiel, sin poderse creer lo que llegaba a sus oídos, pero sabía que lo que le relataba no era mentira, no podía ser mentira, ya que nunca antes había faltado a la verdad.

Al terminar de relatarle todo lo sucedido aquella aciaga noche, Athiel se llevó la mano a un bolsillo y extrajo el colgante que se encontraba alrededor del cuello de lodred cuando fue encontrado y se lo tendió, instándole a mirar la inscripción del reverso.

Con mano dubitativa, el chico recogió el objeto que estaba ante él y observó atentamente la inscripción grabada en la parte posterior de aquella joya.

- ¿Sabes lo que significa? - preguntó lodred
- Pues debo decirte que hace meses, la última vez que fuimos a Aguas Profundas a comerciar, escuché ese nombre y - Athiel bajó la mirada - la verdad es que temí preguntar, ya que algo en mi interior me indicó que aceleraría este momento y con ello provocaría tu marcha.
- ¿Cómo? - la voz del niño comenzaba a mostrar claros signos de ira - Me dices que tenías información que puede aclarar quién soy de verdad y la ocultaste?
- En realidad? Tú eres lodred y siempre lo serás - también se denotaba enfado en su voz - Eso no cambiará nunca, ¿me oyes?

Al escuchar aquello, el joven guardó silencio total mirando fijamente el lago, pero era muy difícil estar enfadado mucho tiempo con Athiel, y al poco rato ocurrió lo que ella más temía.

- Tengo que ir a Aguas Profundas a buscar al dueños de este nombre - dijo lodred saliendo de su mutismo.
- Lo sé - respondió Athiel con aire resignado - lo he sabido siempre. Este momento tenía que llegar.
- Me marcharé mañana mismo, pero  miró a su madreâ con ojos afectivos - te prometo que volveré.

Y continuaron hablando, haciendo planes del camino que debía seguir para llegar a su destino, de las vituallas que debería llevar consigo, de las armas que debería portar. Lo único que no hicieron fue despedirse, ya que ninguno pensó que existiera la posibilidad de no volver a verse.

A la mañana siguiente, nada más despuntar el alba, lodred se puso en camino, con unas cuantas raciones de comida para el camino. En su espalda portaba un arco de gran calidad y un carcaj de flechas de resistente madera. En su cintura una bella espada regalo de Athiel, y unas cuantas dagas sujetas al cinto de buen cuero, mismo cuero del que estaban hechas sus dos botas de media caña, en las cuales guardaba también sendas dagas.

Aguas Profundas no estaba lejos, sólo a un par de días de camino y la determinación que inundaba el corazón del chico le dio energías para recorrer la distancia a buen ritmo, sin ningún tipo de desfallecimiento.
A primeras horas de la mañana del segundo día por fin pudo observar la ciudad, bañada en ese momento con una cálida luz matinal. Se observaba un trasiego importante de gente entrando y saliendo por las puertas de la urbe.

Con gran emoción por ser la primera vez que se veía entre humanos y que iba a visitar una ciudad se dirigió a la entrada. Iba sonriendo y dispuesto a disfrutar del momento. Saborear cada sensación, olor o visión que le estuviera reservada. Tan distraído iba mirándolo todo, absorbiéndolo todo, que no se fijó en los dos guardias que le cerraban el paso hasta que los tuvo justo delante.

- ¿Qué te trae a Aguas Profundas, chico? - preguntó de forma bastante desagradable el que estaba más cerca.
- Pues yo... - respondió dubitativo más por la sorpresa de que le hablaran que por sentirse realmente intimidado - venía a buscar a una persona.
- Ya - respondió el otro guardia y dirigiéndose a su compañero - Otro vago más que quiere hacerse rico a costa de sacar de los bolsillos las pertenencias de otros. - y volviéndose hacia el muchacho - Es mejor que te vayas por donde has venido. Aquí no hay nada para ti.
- Es cierto lo que digo, señor - el hecho de que le llamaran mentiroso le había ofendido, y se le notaba en la voz - Vengo a buscar a Mesnal Anthorek.
- A Mesnal? - dirigió una mirada al otro guardia - Él no habla con ladronzuelos, así que ya te estás marchando.

Viendo que sería imposible convencerlos de que le dejasen pasar, lodred decidió utilizar otra manera de acceder a la ciudad.
Con un rápido movimiento hizo un amago hacia la derecha y lanzándose hacia delante consiguió pasar entre los dos guardias antes de que pudieran reaccionar. Su velocidad era bastante superior a la de los guardias, ya que no tenía que lidiar con una pesada armadura, mas, cuando estaba a punto de pasar por debajo del arco de la muralla, lanzó una última mirada hacia atrás para comprobar la distancia que le separaba de ellos, y en el momento de volver la vista al frente chocó con lo que le pareció un muro.
El golpe fue tremendo y cayó con fuerza hacia atrás, quedando sentado sobre sus posaderas y con las piernas abiertas.
En la caída, el colgante entregado por Athiel y que ahora llevaba al cuello, había surgido de entre sus ropas y ahora se exhibía a vista de todo el que mirase.

lodred agitó la cabeza de un lado a otro para despejarse y observó contra qué había chocado, resultando que no era un qué, sino un quién.
Frente a él se alzaba un hombre alto y de constitución muy fuerte. Vestía armadura similar a la de los guardias que habían intentado retenerle, pero añadía a su vestimenta una capa negra que partía desde sus hombros y le llegaba casi hasta los tobillos.
El hombre tenía la mirada fija en él, no, en él no. No estaba mirando su cara, sino que sus ojos estaban fijos algo más abajo, a la altura del pecho.
Se podía ver perfectamente cómo se tensaban los músculos de su mandíbula y cómo se endurecía su mirada.
Como un rayo se abalanzó hacia delante, y cogiendo al chico por la pechera de su camisa, prácticamente le levantó del suelo.

- Ese colgante - dijo escupiendo las palabras - ¿de dónde lo has sacado? ¿Dónde lo has encontrado?
- E...era de mi madre - contestó lodred con un hilo de voz.
- Mentira canalla, contesta verazmente o lo harás mediante el látigo.
- Señor, es cierto lo que digo. Pertenecía a mi madre, lo dejó junto a mí el día que....el día que murió.
- Murió? - el hombre empezó a dudar.
No podía ser cierto lo que decía el chico, no después de tanto tiempo, pero..y sí decía la verdad?
Con un gesto brusco, giró al muchacho hasta ponerlo de espadas a él, y con un movimiento súbito agarró la camisa y tiró de ella desgarrándola y mostrando la marca de nacimiento que portaba casi en su hombro.
Se quedó helado, prácticamente había dejado hasta de respirar, ni un solo músculo se movía en su rostro, salvo el labio inferior que había comenzado débilmente a temblar.
Volvió a girar al chico, para poder mirarle bien la cara e intentar descubrir rasgos de su esposa tanto tiempo atrás desaparecida.
Sí, allí estaban, esos ojos verdes eran los suyos, no cabía duda. Sobretodo después de haber contemplado la marca de nacimiento heredada de su madre. Podía ser él, no, tenía que ser él.
Alargando la mano despacio sujetó entre sus dedos el colgante y dándole la vuelta pudo contemplar su propio nombre grabado en él. Sus ojos buscaron los de su hijo y, sin poder reprimirlo más, lo abrazó fervientemente.
Ya no podía ni quería evitar que las lágrimas tanto tiempo reprimidas, se deslizaran libremente por sus mejillas, y sin dejar de llamar a su hijo por su verdadero nombre, Cedric, se agarró a él como si fuese lo único real que existiese en el mundo.

El muchacho no salía de su asombro y no estaba muy seguro de a lo que atenerse, así que se dejó abrazar, ya que también era una experiencia nueva para él que otro humano le rodease con sus brazos.
Los guardias no sabían que hacer, pero se mantuvieron al margen, ya que por todos era sabido que no había que hacer enfadar al capitán de la guardia, pues era temible con aquellos que incumplían esta norma no escrita. Por supuesto jamás abrieron la boca sobre el comportamiento de su capitán frente a la puerta aquél día.

Cuando fueron pasando los minutos y Mesnal pudo recobrar un poco la compostura, fue aflojando poco a poco su abrazo. Se irguió en toda su estatura y pasó su brazo sobre los hombros del muchacho, guiándole al interior de la ciudad, camino de su vivienda.
Mientras caminaban por las calles hablaron, y cuando llegaron a casa siguieron hablando, durante todo el día y parte de la noche, hasta que les venció el cansancio.
Mesnal le contó al chico cómo al poco de nacer él, su madre emprendió un viaje para ir a ver a los padres de ella y así presentarles a su nieto. Él se culpaba por no haberla acompañado, pero en aquél momento le parecieron más importantes sus obligaciones para con la ciudad y decidió quedarse.
Ariel, junto a su hijo recién nacido, entró a formar parte de una caravana de mercaderes que se dirigía hacia la ciudad donde vivían sus padres, a unos cinco días de camino hacia el norte.
Cuando habían pasado cuatro días de su marcha, llegó a Aguas Profundas el único superviviente de la caravana, que explicó como habían sido atacados por un grupo de orcos emboscados.
Rápidamente se montó un equipo de búsqueda, al frente del cual se puso Mesnal, pero cuando llegaron hasta lo que quedaba de la caravana, sólo encontraron muerte y destrucción. El cadáver de Ariel y su hijo nunca fue encontrado y después de un tiempo perdió la esperanza de encontrarlos vivos.
A partir de ese momento se volvió amargado y huraño, pues no podía dejar de culparse por lo sucedido. Creía erróneamente, que si él hubiese estado allí, nada hubiese pasado.

Esto y muchas cosas más es lo que relató Mesnal a su hijo, y lodred, por su parte, le contó todo lo aquí relatado.

Desde entonces han pasado diez años. Diez años de felicidad, por haber recuperado a parte de mi familia. Diez años, en los cuales mi padre me ha dado su amor y sus conocimientos. Me ha enseñado las artes del combate, hasta un punto que he llegado a superarle, y con el entrenamiento también he ganado en fortaleza y destreza.
Soy feliz en Aguas Profundas, mas no creáis que falté a mi promesa. Cada cierto tiempo, cambio por unos días la vida en la ciudad por la vida en el bosque, y voy a visitar a Athiel, a la que también considero mi madre.
 

Ficha:

Fue: 26 (2 subidas+6 cinto de fuerza) [+8]
Des: 20 (2 subidas)[+5]
Con: 18 [+4]
Int: 14 [+2]
Sab: 8 [-1]
Car: 8 [-1]

Raza: Humano
Alineamiento: Legal Bueno
Deidad: Obad-Hai

Salvaciones:
Sal. Fortaleza: +17 = +7 [base] +4 [Constitución] + 5 [vestiduras de resistencia] + 1 fortaleza de batalla
Sal. Reflejos: +22 = +12 [base] +5 [Destreza] + 5 [vestiduras de resistencia]
Sal. Voluntad: +14 = +8 [base] –1 [Sabiduría] + 5 [vestiduras de resistencia]

Iniciativa: 5 destreza + 1 fortaleza de batalla + 2 reacción mejorada = +8
Ataque base / presa: +15 / +20
Movimiento: 45ft, trepar 20ft, volar 60ft (buena)
PG (): 8 + 5d8 + 10d10 + 64
PX:

CA: 10 + 5 camisote de mallas de mithril + 5 Des + 3 derviche + 5 anillo = 28 / toque 23 / desprevenido: esquiva asombrosa
+4 contra AdOs (esquiva)
+1 contra el que le declares esquiva (esquiva)
+1 si mueves 10-15ft (esquiva)
+3 si mueves 20+ft (esquiva)
+X+4 con pericia X (esquiva)

Ataques:
Cimitarra +25 (1d6+8) de base
Modificaciones:
Moviendo 10-15ft: +0 (+2d6 al daño; no aplica a elementales, légamos o plantas)
Moviendo 20+ft: +0 (+4d6 al daño; no aplica a elementales, légamos o plantas)
No muertos: +4 al daño
Constructos: +2 al daño
Con lucha con dos armas: -2 a dar y añades dos ataques de mano mala (a -2/-7)
Pericia -2 o más: -2 o más (+1d6 a daño)

Dotes: rastrear, esquiva, movilidad, cazador sutil [GrCo] (se apilan los niveles de batidor y explorador), soltura con arma (cimitarras), combate con dos armas, combate con dos armas mejorado, defensa mortífera [GrCo](usando al menos pericia -2, +1d6 al daño con armas ligeras), ataque elástico, hostigar mejorado (si mueves al menos 20ft, +2d6 al daño de hostigar y +2 la CA).

Habilidades (rangos, T=transclaseos, b=batidor, e=explorador, d=derviche):
Avistar: +8(9b)
Buscar: +11(9b)
Esconderse: +14(9b)
Escuchar: (9b)
Interpretar (danza): +18(3Te+16d)
Inutilizar mecanismo: +11(9b)
Moverse en silencio: +14(9b)
Nadar: +17(9d)
Piruetas: +24(3b+16d):
Saltar: +27(19d)
Supervivencia: +7(6e+3b)
Trepar: +17(9b)

Lenguajes: Comun, enano, elfo, mediano (1b).

Habilidades especiales:
- Enemigo predilecto: no muerto +4/constructo +2
- Estilo de lucha de explorador: dos armas
- Empatía salvaje: +1
- Batidor de mazmorras [alternativa de clase del MdJII]: movimiento trepar.
- Movimiento rápido de derviche: +15ft
- Hostigar: +2d6/+1CA con 10-15ft, +4d6/+3CA con 20+ft
- Pasar sin dejar huella
- Encontrar trampas
- Esquiva asombrosa
- Maestria del movimiento: siempre puede tomarse 10 al saltar, bailar o hacer piruetas
- Bono de CA de derviche: +3 (se aplica siempre, salvo inmovilizado)
- Filos cortantes: la cimitarra es siempre un arma ligera
- Parada mejorada: luchando con pericia, +4 a CA
- Danza de derviche, 5/día (9 asaltos):
· +5 a dar y a daño con armas cortantes
· Puede hacer un ataque por cada 5ft movidos, hasta su máximo de ataques en asalto completo
· Tras cada 5ft, no puede volver al cuadrado que acaba de abandonar (pero tras otros 5ft sí).
· No puede hacer actividades que requieran concentración o estarse quieto (buscar, sigilo, conjuros...)
· Sí que puede hacer piruetas
· Solo puede hacerse una danza de derviche por encuentro
· Gana los beneficios de hendedura (no tiene que mover 5ft antes de hacer el ataque de hendedura)
· No queda fatigado tras la danza (por nivel alto de derviche)
- Los mil cortes, 1/día:
· Durante un asalto, el derviche dobla el número de ataques que puede hacer
· No hace falta que esté en una danza de derviche
· Si es parte de una danza de derviche, gana gran hendedura dicho asalto y puede hacer dos ataques por cada 5ft movidos.
· No se apila con “acelerar”.

La danza de derviche ideal (9 asaltos):
- CA: 10 + 5 camisote de mallas de mithril + 5 Des + 3 derviche + 2 pericia + 4 parada mejorada + 3 hostigar + 5 anillo = 37 / toque 33 [41/37 contra AdOs y +1 contra el que declares esquiva]
- Ataque: +26/+26/+21/+21/+16 (6d6+12, 18-20/x2)

Objetos mágicos:

- Vestiduras de resistencia +5 (25.000)
- Camisote de mallas de mithril +1, de fuego del alma (+4) (26100 mo): custodia contra la muerte constante.
- Alas de vuelo (54000 mo)
- 2 cimitarras +1, fantasmales (+1) (8315 mo x 2 = 16650 mo)
- Cinto de fuerza de gigante +6 (36000 mo)
- Botas de invierno (2500 mo)
- Anillo de protección +5 (50000 mo)
- Anillo de libertad de movimiento (48000 mo)
- 1750 mo sin gastar (pociones, equipo normal…). 

Esta es la ficha que me ha hecho Etrius, pero aún tengo que pulir un poco el equipo que lleva.

De todos modos, quería hacerte unas cuantas preguntas que seguramente tú me puedes aclarar para poder manejar bien este personaje en lo que a combate se refiere, o si lo prefieres y no te importa, pondría la ficha en la otra escena, de forma pública, para que quien pudiera me respondiera.

De todos modos, estas son las preguntas:

- Aunque ahora llevo cimitarras, en vez de espadas largas, ¿podría mantener la particularidad de las armas antigüas con respecto al aura de energía? Me refiero a impregnar la hoja de una energía a elección y añadir 1d6 de daño por esa energía en particular.

- Voy a llevar dos cimitarras, pero aunque me he leído de arriba a abajo la ficha, no sé exáctamente cuantos ataques tengo (tanto con la mano buena como con la mala) ni qué bonificadores tendría tanto al ataque como al daño.

- En la danza del derviche, Etrius me ha puesto cinco ataque (porque supongo que lo ha puesto con una sola arma), pero con dos armas ¿cuantos tendría?
Tambien me ha puesto 6d6 + 12 al daño, pero ¿esto es con cada uno de los ataques? Además de que ese +12 no sé de donde sale, porque si contamos el +8 de fuerza y el +5 que me daría el nivel 10 derviche, debería ser +13 ¿no?

- Luego, en alguna parte de la ficha, menciona Pericia -2, que me daría bonificadores al daño, pero no sé qué es eso de Pericia -2.

- Hay dotes que no he encontrado, y por lo tanto no sé exáctamente qué son y como utilizarlas. Son las siguientes: Defensa mortífera, hostigar mejorado y Cazador sutil.

Creo que eso es todo de momento, y aunque no quieras que ponga la ficha en abierto para todos, sí que me gustaría poner los objetos que tengo, para que puedan darme opiniones de cómo cambiarlo para potenciarlo, y si se puede, ahorrar lo suficiente como para poder aportar al fondo común de varitas y demás.

Ah, y voy a hacer las tiradas para saber los puntos de golpe que tengo. Soy jugador de rol, y por tanto dejaré a Cedric a la voluntad de los dados.
Las tiradas las hago en el siguiente post.

Pues a ver. La suma quedaría entonces de la siguiente forma:

8 + 18 + 52 + 64 = 142

Pues al final, haciendo la media, he sacado lo mismo que si hubiese elegido la mitad de lo posible.....el azar lo ha querido.

Aguas Profundas
Aguas Profundas es el centro metropolitano de mayor poder en Faerûn. Se beneficia de un puerto excelente, un gobierno inteligente, un espíritu tolerante y una fuerte tradición de instruir magos buenos. El sobrenombre de la ciudad es "La Ciudad del Esplendor" y nunca se dice con sarcasmo por aquellos que la habitan. Su gente sabe que Aguas Profundas es una maravilla y que la vida en ella es, si no mejor, al menos más extraña.
Si los profundinos tienen una característica propia, es creer que no hay nada nuevo bajo el sol. es decir, todos son tratados como partes iguales en la constante mezcla de razas y tradiciones de esta inmensa ciudad.

La solitaria figura parecía no hacer caso alguno a las apresuradas caravanas que se esforzaban por llegar a la ciudad antes de que estas cerrasen sus puertas, a pesar de sus gráciles movimientos, la figura parecía tomarse con inusitada calma  su viaje. Sus bota de caña alta apenas arrancaba  sonido alguno  sobre el arenoso y gastado camino que se abría paso entre el mar de verdor que se extendía a ambos lados del mismo.

Lodred o Cedric como le llamaban los humanos parecía deleitarse con el paisaje que lo rodeaba, pero su alma le delataba y de vez en cuando echaba frugales miradas hacia Bosque alto.

Se preguntó que estaría haciendo su madre, y cuando la imagen pareció en su mente un par de lagrimas escaparon de forma furtiva  deslizándose por su rostro hasta la comisura de sus labios. El sabor le llego amargo y doloroso, el contraste de esa calurosa imagen le hizo ver lo mal que lo había pasado y  cómo ese lugar de pesadilla le había manchado su alma y arrebatado a sus amigos.

Te echo tanto de menos, madre – las palabras se habían escapado de su mente expresando en voz alta el sentimiento de tristeza que le embargaba.

Cuando por fin diviso las murallas de la ciudad de los exploradores, estaba bañada por los rayos del sol de la tarde, haciendo creer a los ojos que la contemplaban que la misma estaba en llamas y al fondo el mar que parecía extenderse como un baño de plata salido del crisol.

Cedric apresuró el paso y cuando por fin llego a la puertas de la ciudad el sol ya se había empezado a ocultar por el horizonte dejando que las sombras se alargaran su paso.  Las puertas de la ciudad estaban cerradas y las antorchas ya refulgían en las murrallas, cuando estuvo lo bastante cerca, uno de los guardias apostados en lo alto de la muralla de la entrada le dirigió  una voz .  Alto, la ciudad esta cerrada y no volvera a abrir sus puertas hasta despuntar el alba. No se podía ver bien, pero Cedric ya sabía que media docena de arcos le estaban apuntando, sin inmutarse alzo la cabeza hacia la voz que le increpaba desde lo alto. La escasa luz no le permitió verle el rostro,si no tan solo ver recortada su silueta en la  luz de las antorchas alli apostadas, alzo sus manos con cuidado y se saco la capucha que le cubría el rostro, para que este pudiera ser visible ante la luz de las antorchas siempre ardientes que flanqueaban la entrada de la ciudad – Soy Cedric Anthorek, y he venido a ver  a mi padre Mesnal Anthorek. Los segundos de silencio que se hizo tras su presentación fue cortado por una voz estridente que con tono jactoso  se dirigió hacia el –maldita sucia rata, debería matarte aquí mismo y librar al mundo de un maldito borracho como tu.  Reconoció la voz de inmediato, no cabía duda se trataba de jkad.

Esa noche hubiesen caído varias jarras de cerveza si jkad no estuviera de guardia, Cedric se alegro de que las cosas por aquí siguieran igual. Le había preguntado a jkad por su padre, y este le había dicho que desde últimamente hacia noche en el castillo en lugar de ir para casa, asi que su temperamento parecía haber empeorado en las últimas semanas y siempre parecía estar de mal humor. Jkad había insistido en que le acompañaran un par de guardias, y durante el camino hasta el Castillo de aguas Profundas pasando entre la mayoría de edificios administrativos  y estatales agundinos, a lo lejos ya se divisaba el castillo, hasta un tonto sería capaz de encontrarlo elevándose como lo hacia sobre el resto de edificaciones  al estar sobre la montaña.

Cedric pensó en lo grande que parecía desde afuera, sus ojos pasaron por la cumbre desigual que protegía una porción de la ciudad. Cedric esbozo una sonrisa cuando se recordó a si mismo años atrás atravesando la infinidad de túneles que recorrían la horadada montaña, usados a modo de arsenales, graneros y donde se guardaban las monturas aladas de la ciudad, recordó las historias que su padre y algunos de los soldados solían contar acerca de que esos túneles no solo comunicaban con el palacio si no con gran cantidad de niveles de Bahontaña, el enorme complejo o ciudad subterránea que hay bajo aguas Profundas . Cedirc y sus dos compañeros entraron al castillo por la puerta de la guardia. Nada mas acercarse les fue dado el alto, pero luego que sus compañeros se identificaran les dieron paso.

Le alegraba volver a pisar el suelo de Aguas Profundas, y eso que siempre había preferido el campo abierto que las ciudades, herencia otorgada por su infancia entre los elfos. Pero en aquel momento....en realidad desde que había salido de la tumba de Acerak.....disfrutaba de cada instante y cada lugar que había recorrido en su camino de vuelta a casa. Todo parecía más repleto de color, de olor, desde que había surgido de las profundidades hediondas que había recorrido y donde había perdido a tantos compañeros.

Sabía que había tenido suerte de salir con vida, pues muchos más capaces habían perecido en las entrañas de la tierra, bajo las trampas y criaturas del malvado hechicero.
Sin embargo le había quedado un sentimiento de culpabilidad difícil de explicar, pues la misión que se habían propuesto continuaba estando incompleta, y Acerak podía seguir planeando sus fechorías en completa tranquilidad, sabiendose prácticamente intocable.

Mientras caminaba hacia el castillo, intentó apartar aquellos pensamientos que le acongojaban. Prefería dejar aquello atrás por el momento y que aquellos recuerdos tan nefastos le dejaran libre al menos por unas horas.
Tenía cosas más importantes en las que preocuparse ahora mismo, como era las palabras que le habían dedicado en referencia a su padre. Debía intentar aprovechar el camino para averiguar lo que pudiera.

¿Qué ha ocurrido para que mi padre se encuentre en ese estado? - preguntó a sus acompañantes. Mesnal siempre había sido concienzudo en sus tareas, pero de ahí a quedarse todas las noches en el castillo en vez de regresar a casa, había una enorme distancia - ¿Lo sabéis?

Veréis, últimamente venimos teniendo problemas de seguridad en la ciudad de los muertos,  no sabemos bien quien o por que, pero el número de no muertos es anormalmente alto, vuestro padre ha tenido que incrementar el número de patrullas para garantizar la seguridad.

El caso ha llegado a ser tan alarmante que el Señor ha tenido que consultar con clerigos y magos para ver si le aportaban una solución

¿La ciudad de los muertos, dices? - preguntó. Un escalofrío le había recorrido todo el cuerpo al escuchar aquel nombre, pues no hacía sino refrescarle la memoria de los sucesos acaecidos hacía poco tiempo - ¿Y alguna patrulla se ha acercado para investigar lo que ocurre? ¿O simplemente evitan que puedan entrar en la ciudad?

Los no-muertos eran un mal bastante extendido por el mundo que él conocía, pero nunca habían creado realemente problemas en Aguas Profundas.
Si su padre se encontraba en ese estado, sin duda era porque la situación era especialmente grave.
Quizá, ahora que había regresado, podría ser de alguna ayuda.

Cedric apenas se había dado cuenta, pero lo ocurrido en la tumba de Acerak había conseguido modelar su caracter indomable y le había vuelto más maduro.
Ahora sabía de la importancia que tenía el pensar antes de enfrentarse a un enemigo, y sobretodo no menospreciarle, pues la sorpresa recibida podía no ser demasiado grata.

Esta última línea de pensamiento trajo a su memoria los últimos momentos de vida de Eanor, y cómo lo que parecía un enemigo sencillo de vencer, había acabado con la vida del mago y con todas las posibilidades de victoria.

Se han colocado algunas patrullas para encargarse de esas cosas. El capitán se esta encargando de la investigación para averiguar quien o que esta detrás de estos ataques, pero hasta ahora parece ser que no ha habido suerte.
Por cierto hay un hombre que ha estado preguntando por vos.

Ahora que había vuelto nuevamente a Aguas Profundas, esperaba poder descansar y alejar su mente de lo sucedido en la Tumba, pero parecía que el destino no estaba dispuesto a permitirle ese tiempo de relajación, enfrentándole a nuevos retos, ya que no podía resistirse a ofrecer ayuda a su propio padre.....sin duda se incorporaría a alguna de las patrullas para intentar descubrir lo que sucedía.

Pero aquellas últimas palabras, del guardia, le hicieron apartar esos pensamientos para centrarse en el mensaje que acababa de transmitirle - ¿Un hombre? ¿Sabéis por qué me busca?

 -  Era un extranjero,  y parecía muy interesado, dijo que traía un mensaje para vos, cuando le dijimos que no estabais y que no sabíamos cuando ibais a volver dijo que os esperaría y que se alojaría en La sirena Sonrojada., le acompañaba una especia de  lobo gigante -Era evidente que a los soldados les extrañaba la actuación de ese sujeto

Así que un mensaje para mí - pensó Cedric extrañado ante tan insólita noticia. Y más aún porque el extranjero había indicado que le esperaría, cuando ni siquiera él mismo sabía la fecha de su llegada....de hecho tenía suerte incluso de haber podido volver.

No cabía duda de que pasaría por La sirena Sonrojada para poder saciar su curiosidad pero, por el momento, desconocido y mensaje tendrían que esperar hasta que pudiera hablar con su padre, ya que las palabras de los guardias le habían dejado considerablemente preocupado.
Tenía que hacerle saber que había vuelto, y que disponía de dos ojos más con los que contar para poder averiguar lo que ocurría.

Está bien - les indicó a los dos hombre - gracias por la información. En cuanto resuelva unos asuntos pendientes con mi padre, iré a ver qué quiere de mí ese extranjero.

El joven Anthorek aceleró el paso, procurando no dejar atrás a sus acompañantes, pues aunque conocía Aguas Profundas hasta el último recodo, incluído el castillo, no sabía exáctamente donde podría encontrar a su padre.
Sólo quería hacerles entender que sentía cierta urgencia por llegar hasta él.

Cuando por fin, encontro a su padre a pesar de lo contento que se puso por tener a su hijo de regreso, a Cedirc no le paso desapercibido  una sombra de pesar y de cansancio que abían anidado en el rostro de su padre.

 - Por las barbas de moradin, que me alegro mucho de verte hijo. -los fuertes brazos de su padre le abrazaron. - Me alegro de ver que estes bien, he estado preocupado, me habían llegado funestos rumores, anunciando funestos presagios, temi por ti.

Cedric respondió con presteza al abrazo de su padre, aferrándose a él como si fuese el pilar de la cordura. Aquel hombre que estrechaba entre sus brazos le servía de unión con la realidad, alejándole del recuerdo de pesadilla que había traído consigo de regreso a Aguas Profundas.

No debes hacer caso a los rumores - mintió el explorador. Podía ver en el rostro de su padre que ya tenía suficientes preocupaciones, y no quería cargarles con más. Quizá en un futuro le contase todo lo ocurrido, pero ahora mismo no era el momento....quizá nunca - Sabes que sé cuidar de mí mismo y además no viajaba solo, sino con un grupo bastante fuerte.

Muchos de los cuales murieron en aquel horrible lugar - pensó al mismo tiempo que terminaba la frase dirigida a su padre.

Debía dejar marchar esos pensamientos por el momento, pues la urgencia que sentía hasta aquel instante, se había visto acuciada al ver las ojeras que portaba su padre en el rostro. Sin duda el problema era más grave de lo que había pensado.

Me han comentado que están sucediendo ataques extraños - indicó en referencia a las palabras que le habían dirigido los guardias - pero que no consigues dar con el motivo o con la persona que esté detrás de todo ello ¿es así? Ahora que he vuelto puedes contar conmigo para ayudarte en lo que necesites. Si quieres puedo formar parte de alguna de las patrullas que envías a investigar.