Partida Rol por web

McFadden y Smith se fueron directamente a explorar el resto de la nave, mientras en el puente permanecía el equipo más técnico, formado por Hook, Tristán y Stamets. Había mucho que hacer y poco tiempo, si todavía existía la posibilidad de salvar a Harry... y a Gemma.

El código de encriptación era fuerte y necesitaba de la máxima concentración, pero al menos había algo a favor. Por el momento, no había ningún peligro al acecho.

Una vez el capitán y el soldado salieron del puente, cerrasteis la compuerta, quedandoos aislados del resto de la nave. La pareja, mientras tanto, avanzó con relativa inseguridad en dirección hacia la zona habitable.

Harry estaba hablando con Clark, ante la atenta mirada de Evangeline, cuando llegó la comunicación desde el puente de la Greta. Michelle era una auténtica zorra, pero no podía esperarse menos de alguien como Clark. En cualquier caso, le habían salvado la vida a Harry, por más que quisiera negar la evidencia.

Pero ahora... ¿qué?

Eso era lo que había qué decidir.

Mientras tanto, Gemma aguardaba una respuesta en el puente de la Greta.

Avanzasteis sigilosamente a través de los diferentes corredores, alcanzando lo que era el comedor y regresando sin mayores consecuencias a la zona de la esclusa. Afortunadamente, la zona de ingeniería parecía haber quedado cerrada y aquellos malditos bichos no podrían salir, al menos por allí.

Al llegar a la esclusa, girasteis hacia vuestra izquierda. Con el mapa de la nave en vuestra memoria,  llegasteis a una zona en la cual había una puerta a la izquierda, en donde debían estar los vestuarios y los aseos, mientras que más adelante estaba la sala de hipersueño.

- Voy delante... - Dijo McFadden agarrando con firmeza su arma.

De forma todo lo sigilosa que pudo, accedió a la sala de los vestuarios fijándose en todo, en cualquier peligro que pudiera aparecer. Era necesario ser todo lo sigiloso posible y abrir bien los ojos. Su corazón palpitaba con fuerza. Se sentía inseguro ante la idea de que otro de aquellos seres alienígenas surgiera de cualquier parte y de nuevo no pudiera controlarse y saliere corriendo o sin quererlo disparara a Smith. Pero no, trataría de ser fuerte, al fin y al cabo era un soldado.

Me quedé mirando el código intensamente, cosa que me producía un fuerte dolor de cabeza. Intentaba captar un patrón que me ayudara a empezar a desencriptar el código fuente. Con Tristán al aldo seguro que terminábamos haciéndolo, pero llevaría tiempo.

-"Bien, querido, manos a la obra. Ponte a mi vera y empecemos."

Al encontrar un patrón, poco a poco fui metiéndome en la fuente base y descifrando poco a poco las líneas...

- ¿Qué opinas de esto, Paul? - pregunté señalando un punto en concreto del código en la pantalla. - Parece un nodo de intercambio... podríamos entrar desde ahí al sistema central de control...

Estaba ya entrando y Tristán se fijó en otra cosa. Le miré a la cara y le puse una sonrisa llena de ternura. Volví mi atención al cuadro de mandos y le di caña a mis manos nuevas.

-"Visto visto, querido. Creo que esto lo tenemos casi hecho, probemos con ese nodo."

Los vestuarios de la nave incluían taquillas y unas duchas, pero por lo que pudisteis ver al entrar, no había nadie, o no parecía haber nadie. Avanzasteis con cuidado, McFadden primero y Smith después, y al traspasar la zona de las taquillas y entrar en las de las duchas, visteis, otra vez, sangre por todas partes.

Las paredes estaban salpicadas y había enormes charcos de sangre reseca en el suelo.

Sin embargo, al igual que antes, no había rastro alguno de ningún ser humano... o de la clase que fuera.

Lo que sí que visteis fue marcas de arrastre que se dirigían hacia las duchas y después, huellas de pisadas, cubiertas de sangre, que parecían salir de la sala. A medida que se alejaban de la ducha, la sangre iba haciéndose más tenue hasta que finalmente, junto a la puerta, desaparecían por completo.

Lentamente, los nuevos dedos metálicos de Paul consiguieron hacerse con un lugar entre el código. Sin embargo, aun quedaba mucho para conseguir descifrarlo. Solo con paciencia y una mente analítica, podríais lograr atravesarlo y reconfigurar todos los sistemas.

- Mi-er-da - Pensó el gallina del soldado.

De nuevo sus nervios estaban a flor de piel y a punto estaba de gritar. Se quedó paralizado y comenzó a temblar. Estaban muertos. Aquellos seres estaban por todo y si no los habían matado ya era simplemente porque no tenían hambre todavía, pero en cuanto sus estómagos rigieran...

- ¡Vamos a morir! - Agarró a Smith de la chequeta. - ​​​​​​¡Vamos a morir! - Insistió en tono más elevado. 

Y... ¿Estaba llorando? Si... Eso parecía. McFadden era una nenaza.

Primero respondió a Michelle.

Recibido, iré para allá ahora, quiero todo preparado para hablar con Smith

 -Así que os zumbaron de lo lindo- Contestó al médico tras el mensaje a Michelle, con una risa irónica en los labios. -Y vuestro ingeniero es un paquete- Ensanchó aún más la sonrisa.

-Pues gastaos el dinero en contratar a buenos tripulantes, pero ahora lo importante, volveremos a la Aktuh, a ver si logramos hablar con Smith- Se colocó la escafandra y volvió a comprobar que todo estaba en orden para volver a su nave.

La conversación de los ingenieros hizo que Rook dejara de prestar atención a la pistola que tenía en sus manos. Se acercó hasta ellos, intentó dejar atrás las molestas secuelas que todavía sufría después del ataque de aquel bicho y del lamentable accidente que lo dejó con un agujero en el estómago, para concentrarse en lo que hacían sus compañeros.

— Si necesitáis ayuda, no tenéis nada más que decirlo. Tengo el cuerpo hecho una mierda, pero todavía me funcionan las neuronas. —No quería parecer frívolo con sus palabras, así que lo dijo con su tono más serio y con una expresión en la cara que no dejaba la menor duda de que estaba dispuesto a ayudar.

Clark, Eva y Harry fueron al puente, en donde ya estaban Gemma, Michelle y Jeremiah.

Nada más llegar, Jeremiah, que estaba sentado en unod e los asientos de pasajeros, con las piernas muy estiradas, miró con curiosidad a la comitiva.

-Vaya, capitán. Veo que trae compañía. Aquí tenemos a la cafetera, por si quiere usarla para algo -dijo, sonriendo lascivamente.

Michelle no se cortó un pelo en responder.

-Eres un cerdo, J. Y siempre lo serás.

Mientras tanto, Gemma esperaba de pie la respuesta de Clark. En la nave de este, todavía aguardaba el último de los miembros del equipo, John.

Vi como Clark llegaba con la ingeniera y Harry, que parecía no haber seguido mi consejo, por lo que podía oler y ver. Pero no disponíamos de tiempo para eso.

Capitán, necesitamos comunicarnos con Smith. Si no podemos hacerlo desde aquí, tendremos que usar la Greta -le dije a Clark. Sabía que no era de los que hacía favores, pero no por eso podía dejar de pedirlos.

Se trataba de una cuestión de vida o muerte. Seguramente, el capitán Smith no creía que estuviésemos vivos y tampoco sospechaba de la presencia de Clark.

Necesitábamos urgentemente comunicarle la nueva situación.

Cuando entraron en aquel habitáculo, algo se revolvió nuevamente en el interior de John. La visión de la sangre hizo que tuviera que apoyarse en la pared y cerrar los ojos buscando tranquilidad. No lo logró. Vomitó bilis y se tomó el estomago con fuerza, parecía que uno de aquellos bichos lo desgarraba por dentro. ¿Hacía cuanto que no probaba bocado?  No le importaba. Volvió a mirar la escena con unos ojos ensangrentados por el esfuerzo, tratando de enfocar la vista, mientras Mc Fadden parecía igual o más afectado que él. Pronto lo tomó de la solapa sacudiéndolo, y él que casi no se podía tener en pie balbuceó unas palabras sueltas.

- Basta..  Tranquilo McFadden, maldición, enfócate -aunque a él mismo hacerlo le resultara casi imposible en aquel momento.