Partida Rol por web

Cuando los tienta-culos empezaron a violar mis conductos de entrada y de salida sentí una mezcolanza de sensaciones. Miedo, terror, pánico... dolor, mucho dolor, y varios orgasmos seguidos que dejaron en nada mis juergas más locas; me quedé seco en segundos. ¡Ni practicando el tantrismo había conseguido semejante hazaña! Después sentía placer, alegría y hambre, mucha hambre por meter mi tentáculo en algún culo de estos deliciosos humanos. Por algún pequeño resquicio de humanidad que quedaba en mi cerebro, apareció la imagen de Tristán flotando por el espacio y una mano que apretaba un botón. De golpe, una sensación de ira, mezclada con las nuevas sensaciones que me invadían, dio como resultado que toda mi atención se desviara hacia aquel que tenía delante mía y que sería el primero al que le abriría el ojete para succionarle la vida. Con voz de ultratumba pude articular mis últimas palabras como humano:

-"McFadden, que no me entere yo que ese culito pasa hambre... ¡Grrrr!"

Rook vio el fin acercarse rápidamente. Dos seres monstruosos habían emergido de las entrañas de Smith y Stamets. Y estaban a punto de colonizar el cuerpo de McFadden.—mierda!! no vamos a salir de aquí, son inmunes a estas armas.— recordó que el ingeniero llevaba un soplete. Tenía que probar, tal vez el fuego los dañara lo suficiente como para evitar sus tentáculos. Disparó al ser que se aproximaba a McFadden mientras que se acercaba a la bolsa de herramientas del ingeniero.

- ¡Seguid disparando! - Alzó la voz el soldado. 

No se lo pensó demasiado. Sólo había una manera de acabar con la amenaza y esa era a base de fuego. Quizás las balas no fueran muy efectivas, pero si llenaban de plomo al que fuera Smith, quizás lograrán dejarlo fuera de juego. Si al menos estuvieran en la zona del hangar, el botón mágico haría un buen trabajo...

La cosa que ya no era John Smith se giró hacia McFadden cuando hubo termindo de purificar a Stamets. Al soldado era a quien tenía entre ceja y ceja. Si las tuviera, claro. 

Algo parecido a una sonrisa siniestra se dibujó en lo que antes era la cabeza, o parte del cuello, o incluso el pecho de John. Era una sonrisa vertical, llena de intención de atraer a su presa hacia ella.

McFadden vio justo a tiempo las intenciones de aquella cosa llena de dientes y tentáculos y pudo esquivar por los pelos su embestida. Sabía que Smith se la tenía jurada y aunque ese ya no era Smith, no al menos el Smith que habían conocido, tuvo muy claro contra quien embestir.

- ¡Hoy no! - Gritó al esquivar el ataque. Era el momento de contraatacar.

Había perdido todo signo de humanidad. Ahora solo pensaba en la comida y en empalar con mis poderosos tentáculos a estos desdichados humanos. Todo mi cuerpo se estaba transformando en una masa informe de carne y tentáculos, con el brazo incorporado para agarrarle los machos a alguno. Mi cabeza parecía la misma, con mi cutis perfecto y mi pelo y cejas rubias. Estaba la mar de mono. Al ver que mi hermano atacaba al flequillos, mis tentáculos se unieron a su baile. Este ser pronto sería comida o uno de nosotros.

-"Grrr, JAJA, grrrr, bvdgvsb..."

No sabía si había dañado a alguno se sus ex-compañeros con sus disparos, pero al ver que que estaban entretenidos con McFadden optó por encender el soplete y quemar algún bicho. Su plan B era salir corriendo, en el caso de que el fuego no fuera su aliado, y encerrarse en el puente. Bloquearía todos los accesos con la contraseña de Stamets. Prefería morir asfixiado antes de convertirse en una criatura de rápidos tentáculos que buscan oscuras aberturas en el cuerpo humano.

— ¡¡Mierda tengo que borrar esas imágenes de mi cabeza!! ¡¡McFadden!! aguanta!!

McFadden siguió disparando, pero las balas no parecían hacer el efecto esperado y no solo Smith se aproximaba a él con intenciones asesinas, sino que ahora también Stamets le había cogido como objetivo. Estaba perdido, pero aún no estaba acabado. Podía entretenerles mientras Haré buscaba una solución.

- ¡Sal de aquí Hate! - Le gritó Roger. - ¡Ahoraaaaaa!

Después de ir a por el rubiales, miré de soslayo al del ojo de cristal. Un vago recuerdo vino a mi mente... Uno en el que alguien llamado Paul estaba en un conducto estrecho con el tipo del ojo raro y le tocaba una pierna... El recuerdo era agradable...

-"Grrr, JAJA, grrrr, bvdgvsb..."

Smith se había quedado paralizado alimentándose o convirtiendo a Paul, pero este ya había comenzado a hacer de las suyas.  Rook encendió el soplete, pero se dio cuenta de que aquella llama no iba a servirle de mucho contra una criatura como aquella que parecía resistirlo todo, así que directamente, se dio la vuelta y empezó a correr para dirigirse hacia el puente, dejando aquella estúpida herramienta en el suelo, puesto que estaba claro que no iba a servirle para nada.

Justo en ese momento, McFadden seguía disparando, distrayendo a Paul, pero no tanto como para impedir que este lanzase uno de sus tentáculos y lo atravesara en el vientre.

El dolor fue tan intenso que sus dedos se cerraron entorno al arma como si fuese a aplastarla. McFadden se dio cuenta de que aquel bien podía ser su final. El suyo y el de todos. Quizás Rook consiguiese salvarse, pero ignoraba como iba a conseguirlo con tres criaturas alienígenas en la enfermería.

McFadden hizo lo único que podía hacer. Agarró sus granadas y retiró las anillas. De todas formas ya estaba muerto y Rook y la morenaza habían huido dejando que los alienígenas se alimentarán de él. Roger no tenía familia. Nadie le esperaba y no sería un héroe, pues nadie le recordaría, pero si aquella nave llegaba a una zona en la que viviera una civilización humana, sería su fin. Roger no iba a permitirlo y lo más importante...

- ¡Jodeos calamares espaciales! - Gritó. 

... ¡Iba a darles bien por culo a ver dos hijos de puta espaciales, aunque fuera lo último que hiciera!