Partida Rol por web

El momento de iniciar la operación había llegado y me separo junto con mi grupo para realizar los incendios que pensamos hacer y que brindarían suficiente caos para realizar la operación.

El grupo de señuelo llamaría la atención de los enemigos, por lo que tendríamos la posibilidad de crear incendios con cierta libertad. De todas formas, los nervios recorren mi cuerpo y mantengo con fuerza el arco con las flechas incendiarios, listas para ser encendidas y arrojadas.

Decido entonces como lo haremos. Un incendio grande cerca del campamento brindaría humo y calor suficiente para confundir, con la cercanía para preocupar y dejándonos lo suficientemente cerca para prestar ayuda a otro grupo si lo necesita. Pienso que incendios más lejos solo les harán moverse o hacer cortafuegos, con poco efecto para nuestro provecho.

Los grupos ya están separados y el momento de comenzar ha llegado. Vigilo con mis armas en las manos, preparado para la lucha y realizar la acción lo más rápido que podamos. Las patrullas nos rodean y el equipo de incendios aún no ha actuado. Considero entonces que es el momento de inclinar la balanza a nuestro favor al eliminar enemigos y disminuir así su capacidad de reacción.

Comienzo a moverme sigiloso hacia la patrulla, decidido a acabar con ellos sigilosamente. El caos empezará pronto y debemos ser rápidos y letales. Cuando se desate la tormenta, no tendrán tiempo de buscar a sus patrullas perdidas y en ese momento nuestra superioridad se verá reflejada.

Eskol y su grupo se dirigían hacia su posición cuando se cruzaron con dos patrullas de tres soldados cada una. Los grupos de incendios no habían comenzado su tarea aún, por lo que no podían iniciar el ataque señuelo, o al menos, no en teoría.

Pero era cierto que ambas patrullas estaban separadas, esto significaba que, si conseguían coger a los tres hombres desprevenidos y acabar con ellos sin que el resto se diera cuenta, el ataque señuelo podría alargarse unos segundos más, dándoles tiempo extra al resto.

Eskol pensó que dado que el ataque señuelo tenían que hacerlo igualmente, valía la pena correr el riesgo. Los incendios atraerían a gente igualmente. - Vamos...acabemos con aquellos tres que están más alejados sin que el resto se den cuenta. Los que no sepan moverse en sigilo con efectividad, que preparen sus arcos. No quiero que tengan oportunidad de gritar. - les susurró a sus compañeros.

Colocados en posición para iniciar el ataque principal, aquel que debía liberar a los prisioneros y, si era posible, coger la mayor cantidad de comida y recursos para huir con ello, se encontraron con dos patrullas de tres hombres del clan enemigo.

Erik los divisó y comenzó a moverse en dirección hacia ellos, con claras intenciones de interceptar a una de las patrullas. Niklas se adelantó y tocándolo en el hombro le susurró - No Erik, somos el grupo de ataque principal, si nos sale mal o nos divisan, no habrá segunda oportunidad y los prisioneros estarán condenados. Cada grupo tiene su misión, dejemos que se siga el plan y que cada uno haga su parte. Paciencia amigo, pronto llegará nuestra hora. Retrocedamos un poco y dejemos algunos hombres que nos informen de los movimientos. En cuanto tengamos camino libre, debemos ser raudos, por eso no podemos alejarnos mucho. -

Aunque Erik tenía la intensión de aprovechar la oportunidad y atacar, Nikklas quien estaba al mando de la escuadra de ataque principal tomó la ultima palabra, ordenando a las tropas designadas para el asalto principal que retrocediesen ligeramente en su mayoría, dejando solo al grupo de asalto conformado por los exploradores liderados por Erik, en la vanguardia. Las patrullas fueron siguiendo sus recorridos sin notarles en ningún momento, pasando siempre a una distancia considerable de Erik y la vanguardia, hasta que en cierto momento, llegaron a estar tan cerca que la situación se tornaba comprometedora.

Avanzando en sumo sigilo, el grupo señuelo logró avanzar hacia la patrulla enemiga sin ser descubiertos para entonces lanzar un ataque sorpresa. Un enemigo cayó inmediatamente con el ataque y un segundo murió al poco tiempo no sin dar algo de batalla. El último logró reaccionar a tiempo tras ver a sus compañeros caer y optó por la opción más inteligente, huir.

Estudia las posibilidades. Como dice Gerda, un incendio cercano es lo que debería funcionar mejor y movilizaría a los enemigos hacia la zona del incendio, pero quizá uno en cada flanco, de forma escalonada, sería algo interesante. Primero un equipo y cuando el caos se ha desatado, provocar otro incendio al otro lado del campamento. Seguramente, esa fuese una buena idea. 

El caos causado por los incendios haría que sus compañeros en el grupo de ataque lo tuviese mejor. 

Avanzando en sumo sigilo, el grupo de incendios en el flanco izquierdo liderado por Astryr se posicionó a una distancia cercana al campamento enemigo, lo suficiente como para poder alcanzar a ver al enemigo. Habían esperado el momento idóneo en el cual ninguna de las dos patrullas se encontraba cerca, y entonces procedieron a encender el fuego. Un gran incendio que muy pronto hubo de levantarse en lo alto observándose a gran distancia.

El enemigo podría verlos ahora, pues se encontraban allí parados junto al fuego. Su misión había concluido de forma exitosa.

Avanzando en sumo sigilo, el grupo de incendios en el flanco derecho liderado por Gerda se posicionó a una distancia cercana al campamento enemigo, lo suficiente como para poder alcanzar a ver al enemigo. Habían esperado el momento idóneo en el cual ninguna de las dos patrullas se encontraba cerca, y entonces procedieron a encender el fuego. Un gran incendio que muy pronto hubo de levantarse en lo alto observándose a gran distancia.

El enemigo podría verlos ahora, pues se encontraban allí parados junto al fuego. Su misión había concluido de forma exitosa.

El fuego ya comienza a arder y no es que sea pequeño, precisamente. Pero eso es lo que buscan con el gran incendio. Ahora deben decidir qué hacer con los que se acerquen. Es complicado, pero deben tomar una decisión y tiene que ser rápido. Mira a su alrededor, estudiando las posibilidades.

-No podemos hostigarlos y alejarlos. Podríamos llevarlos hasta nuestros compañeros sin darnos cuenta. Quizá lo mejor sea escondernos y emboscarlos. Eso mermaría la fuerza de ataque del enemigo, pero tampoco sabemos que clase de personas llegarán hasta el incendio. Si no son guerreros, no valdría la pena acabar con ellos.

Al fin y al cabo, solo necesitan rescatar a los prisioneros y tomar las provisiones. Además, dejar pruebas de sus armas solo podría dar pistas de quién fue el atacante.

-Retrocederemos y observaremos. Luego decidiremos si atacar a los que se acerquen.

Las palabras de Niklas son claras y, aunque pienso que unos enemigos muertos son un problema futuro menos, él es el líder y le he jurado mi obediencia. No pondré en duda el valor de mi palabra y mucho menos en un momento crítico como este. Nos quedamos vigilando escondidos, conociendo la conformación y el comportamiento de las patrullas, preparándonos para que nuestra acción, una vez comenzado el asalto, sea de alta precisión.

Pero ya nos hemos expuesto demasiado y el riesgo es grande, por lo que sigo la orden del mender e indico al resto de la vanguardia para que retroceda. Aunque mi primer impulso es que lo hagan rápidamente, creo que puede ser peor pues no solo podríamos con el ruido alertar a las patrullas sino que además atraerlos hacia el grupo principal, delatando su posición, por lo que decido que la retirada sea lo más sigilosa posible.

El fuego se enciende rápidamente pues nuestras acciones han dado resultado. Ahora todos los enemigos se distraerán y será la oportunidad perfecta para que comience el resto de la operación.

"Solo espero que mi hermano esté bien."

Pero la luz del fuego nos expone. Sé que no nos mirarán a nosotros precisamente mientras todas sus cosas se incendian, pero no es algo que haya que permitir. Indico a mi grupo para que me siga y retrocedo rápidamente para intentar agruparnos con el grupo principal, dando un rodeo lo suficientemente grande para que no nos sigan ni toparnos con las patrullas.

Habían acabado con dos, pero el tercero, en lugar de ayudar a su compañero (y morir como tocaba), resultó ser inteligente y salir corriendo, o al menos eso pensó Eskol.

Tenía escasos segundos para tomar una decisión. Salir corriendo detrás de él estaba descartado, no sabía si corría más que él y si lo alcanzaría, se tropezaría en la oscuridad o no, y aquel hombre conocería el terreno mejor. Dejarlo ir también estaba descartado. ¿Flechas o lanzas?

Supuso que las flechas serían más efectivas y además tendrían más posibilidades de, si fallaban, volver a disparar antes de que desapareciera, a lo mejor el esfuerzo y los gritos típicos de lanzar hachas y lanzas se escucharía más lejos en el silencio de la noche. Así que ordenó a los arqueros acribillarlo.

Si le dieran, él iría a rematarlo, para no poner en peligro a nadie más, además, él sabía como no ser visto ni oído...

Niklas se alegró que Erik fuera lo suficientemente juicioso como para comprender que la estrategia se basaba en que su fuerza no fuera detectada, y volvió a pensar en que, cuando se necesitara un nuevo líder para el Clan, Erik sería el más indicado, según su propia opinión. Cierto es que el Clan debía votar en conjunto, pero la opinión del Mender sería muy tomada en cuenta, de eso estaba seguro, y él sólo quería que aquel Clan, ahora cada vez más su propio Clan, prevaleciera.

Asintió complacido cuando vio retroceder sigilosamente a Erik, y ordenó que el resto hicieran lo mismo, pues quienes debían armar jaleo y atraer la atención no eran ellos, pero el grupo del incendio se estaba demorando demasiado - ¿Les habrá sucedido algo? ¿Les habrán descubierto? - Niklas comenzaba a preocuparse y aguzó el oido para intentar determinar si pasaba algo.

Una vez el fuego surtió efecto, el grupo de exploradores del clan Rotensnö encargados de dicha tarea y que eran liderados por Astryr optó por retroceder, e intentar observar a aquellos que se acercaban al fuego. Así, habiendo retrocedido unos doscientos metros alejándose del fuego, el grupo de exploradores se escondió en los matorrales, tomando posiciones para un eventual ataque podría llegar a ocurrir.

Su espera fue provisoria, pues lo primero que observaron fue que el enemigo se demoraban en acercarse, claramente no eran estúpidos y no habrían de caer en una trampa fácilmente. Luego de unos diez minutos de un fuego que ardía aun con intensidad, observaron a un par de exploradores enemigos que llegaron hasta donde se encontraba el fuego y empezaron a merodear la zona. Y si bien, hubo una reacción inicial de querer acabar con ellos, pronto se dieron cuenta de que no estaban solos, a unos doscientos metros desde la fogata con dirección al campamento enemigo, había al menos unos diez guerreros enemigos observando. Con astucia el enemigo había demorado sus movimientos y había mandado solo a un pequeña patrulla de dos hombres custodiada por un grupo de guerreros.

Una vez el fuego surtió efecto, el grupo de exploradores del clan Rotensnö encargados de dicha tarea y que eran liderados por Gerda optó por retroceder, e intentar reagruparse con el resto de las tropas del clan, concretamente con aquellos que habrían de realizar el asalto principal. Así, sin apenas mirar atrás y amparados por el atardecer que caía sobre de ellos, el contingente pudo retroceder sin problemas hasta encontrarse con el contingente principal. Desde aquel momento habrían de unirse a estos en el ataque que estaba por librarse, su misión principal, ya estaba terminada.

Por puro instinto, Eskol ordenó a los arqueros que acribillaran a aquel hombre con flechas, y dado que estos ya estaban listos, fue fácil atinarle a corta distancia. No obstante Eskol no habría de quedarse con las ganas, y corriendo tras él dando la orden de que no le siguieran, se encargó el mismo de darle muerte a aquel guerrero enemigo, quien aun así habría muerto debido a su heridas, pero que, si se le dejaba allí, sus gritos alertarían a todo el campamento enemigo.

Fue entonces cuando los incendios estallaron en los flancos del campamento, justo como lo tenían planeado. Para gusto de todo el contingente de ataque señuelo, los grandes fuegos ardían intensamente y podrían ser vistos desde muy lejos, no obstante, tanto Gerda como Astryr habían optado por encenderlos cerca de los campamentos, por lo que aquellos exploradores del enemigo que fueran a investigar, no tardarían en regresar.

Ante la amenaza, y tal como se le había encomendado, Erik retrocedió inmediatamente cuando la vanguardia del contingente de asalto principal se vio comprometida por la cercanía de los exploradores enemigos. Niklas hizo lo mismo, haciendo retroceder a todo el contingente, de este modo el grupo de vanguardia seguiría estando al frente, pero ya no estarían en peligro de ser descubiertos, el menos de momento. Así, solo hubo que esperar un tiempo y dejar que la patrulla siguiera su camino, lo cual hizo sin siquiera sospechar en lo más mínimo de todo lo que estaba por suceder.

Aunque instintivamente la vanguardia quería retomar posiciones a fin de estar preparados para su momento de actuar, Niklas sabiamente no lo permitió, las patrullas seguían rondando por la zona y no sabían aún que había sucedido con los otros grupos del clan. Por suerte, las noticias ya no tardaron en llegar, pues el fuego de dos grandes hogueras se vio pronto brillar con intensidad a cada uno de los flancos del campamento enemigo. Aquello no solo calmó temporalmente la tensión que había entre las fuerzas del clan Rotensnö, si no también mantuvo la moral en alto.

El único problema que Niklas observó pronto, y que no tardarían otros en notar, era que ambos fuegos, aunque tenían un buen tamaño y generarían el efecto deseado, estaban cerca del campamento enemigo, por lo que aquellos que fueran a indagar, no tardarían en regresar de ser necesario. En cualquier modo, la suerte estaba echada, y ahora dependía del grupo señuelo, del cual dependía el ataque principal.

Para aquellos momentos, tras ya varios minutos desde que se encendieran aquellas grandes hogueras, Erik y el resto del grupo de vanguardia observaron movimiento a la distancia. No tardaron mucho en darse cuenta de que se trataba de Gerda y los exploradores y guerreros a su cargo, quienes regresaban tras exitosamente haber realizado su tarea. De Astryr no había aún noticias.

Retrocedo junto con mi grupo hasta la posición del grupo principal, donde Niklas aprueba mi decisión. Por suerte, no hemos llamado la atención de las patrullas durante nuestra retirada. Entonces, el fuego comienza a arder cerca del campamento enemigo.

Entonces aparece Gerda y la abrazo al saber que está bien pues mi hermana corría mucho riesgo y eso nunca es algo que un hermano mayor pueda llevar sin preocupaciones.

Miro a Niklas y le hablo:

 - "Debemos esperar a que ataque el señuelo, pero deberíamos ir moviéndonos ya. No sé de cuanto tiempo dispongamos."

Mis palabras son solo un susurro en los oídos del mender pero dejan claro que creo que lo mejor es comenzar a avanzar sigilosamente. Si el grupo de ataque señuelo se ve sobrepasado, tienen órdenes de huir pero si no los siguen mucho, no tendremos demasiado tiempo para conseguir liberar a los prisioneros y robar alimento. Acortar distancia de forma segura es la decisión más sabia para mí.

Tras rematar al herido, Eskol se sintió enardecido por la llamada del combate. Levantó la mirada y vio como los fuegos rugían - Demasiado cerca, demasiado cerca...¿es que esa mujer pelirroja protestona no puede hacer una bien? Pues menos mal que Niklas le hace ojitos, que si no... - pensó el explorador.

Las órdenes eran esperar a que todo sucediera, escondidos, para atacar justo al final para dar tiempo al grupo principal para huir, pero había que adaptarse al campo de batalla. Los fuegos estaban demasiado cerca, y si los que habían salido a investigar decidían regresar, lo harían muy rápido. Era el momento de llamar la atención y alejarlos un poco más de allí. Esperó que las mujeres que se habían encargado del incendio tuvieran la suficiente presencia de ánimo e inventiva como para intentar distraer al grupo más alejado.

- Vamos muchachos, carguémonos unos pocos y llamemos su atención. El plan es diezmarlos y alejarlos de aquí, que nos persigan. Cada metro que vengan tras de nosotros, es un metro más que tendrán que recorrer de vuelta al campamento, y ése tiempo es lo que les estamos comprando al resto. ¡Vamos! Montad dos líneas, una a 10 metros de la otra. Los primeros los arqueros, usad las flechas, imagino que podréis disparar dos o tres veces antes de que vengan a por nosotros, haced todo el daño que podáis, en cuanto vengan, retroceded corriendo 20 metros, paráis y apuntáis de nuevo. La segunda línea, preparad las lanzas y hachas, cuando se pongan a tiro, lanzad y retroceded 20 metros corriendo y ahí ya aguantaremos y los recibiremos cuerpo a cuerpo. Arqueros, en cuanto nuestros combatientes cuerpo a cuerpo os pasen por al lado, disparáis y retrocedéis corriendo justo detrás de la linea de guerreros y una vez allí, seguis disparando sin cuartel, enfocaos en un solo lado, para que ése lado se libere cuanto antes y los guerreros cuerpo a cuerpo libres puedan flanquear al enemigo. Los guerreros del otro lado tienen que aguantar, por lo que dar tiempo a vuestros compañeros de ir a ayudaros. ¡VALOR! - 

Usando su habilidad, se escondió y se posicionó cerca de alguno de los enemigos, flanqueando al grupo, de tal forma que cuando salieran corriendo a por sus hombres, le sobrepasaran y él quedara en la retaguardia del enemigo. Lo que iba a hacer era muy arriesgado, pero debía hacerlo. En cuanto la línea de los enemigos chocara contra su linea de guerreros, él atacaría al enemigo más peligroso en la retaguardia, y a partir de ahí, lucharía sin cuartel.