Partida Rol por web

Noviembre. Comienza el frío en la ciudad. Selene lleva ya dos meses en la universidad y ha visto que a penas tiene tiempo de dedicarse a lo que le gusta. Los profesores han comenzado duro y ya tienen tropecientos trabajos que entregar para la semana siguiente.

No acaban las clases y todo el mundo está como loco por conseguir los libros que necesitan en la biblioteca porque, claro, los profesores ya han advertido que tienen programas especiales para detectar si algo es sacado de internet y copiado en el trabajo.

Con los cascos puestos, en mi mundo, busco los libros que necesito. Estantería de matemáticas. Por la H.

Historia del cálculo....historia del cálculo....a ver...

Parada ahí de pie, sigo el ritmo de la música con el pie mientras paso el índice de la mano por los títulos. Por tercera vez.

Venga, no puede ser que no queden ¿¿Quién más va a hacer un trabajo sobre algo tan aburrido?? Si escogí eso para que no me faltase el libro...

Bajo el otro brazo llevo varios otros libros. Se me empieza a dormir, pesan un montón. Y encima, mi estómago ruge de hambre.

Pues... Selene no tiene suerte buscando el libro. Parece que alguien más ha pensado lo mismo que ella y se ha cogido el peor trabajo para no quedarse sin libros. Y debe de haber sido más de uno porque seguro que en la biblioteca hay más de un ejemplar.

No hay nada que hacer. Solo esperar que devuelvan el libro antes de la fecha límite.

Inflo los carrillos, resignada. Tendré que esperar a ver si alguien lo suelta. Yo que me quería ir a mi casa, vivir sola en una casa tan enorme tiene sus ventajas. Y con mi tía es casi lo mismo, es muy raro que esté. Pero no, me tendré que quedar en la biblioteca esperando a que alguien suelte alguno para lanzarme como un animal de presa sobre él. No me gusta estudiar. Y menos teniendo que quedarme quieta. Siempre acabo molestando a alguien.

Pues nada...

Me siento en una mesa desde la que se ve la estantería. Para estudiar y vigilar que aparezca alguno.

No se sienta en una mesa vacía. La mesa está llena de libros de todo tipo y tras las montañas de papel se encuentra una chica. Se nota que es más pequeña que Selene... quizá un par de años. Pero está estudiando en la biblioteca de la universidad. O es muy lista o tiene contactos o se ha colado sin que nadie la vea. Quizá las tres cosas a la vez. 

Al mirarla, se da cuenta de una cosa. La chica pelirroja tiene entre sus manos el libro que quiere.

¡Ala! Mi libro...lo tiene la pelirrojita. MI libro.

Sin duda es recochineo kármico, debí ser muy mala persona en otra vida. Así que ahora se me castiga dejándome sin libro y encima pasándomelo por las narices. No puedo evitar un puchero de pena, adorable, mientras miro fijamente el libro.

Qué le voy a hacer. Al menos sé donde está él libro y lo puedo controlar. ¿Qué hará una chica de instituto aquí? Debe tener 15 años no más.

No tiene sentido que le de muchas vueltas, por lo que me pongo a estudiar...pero antes de que pasen dos minutos me doy cuenta de que no puedo, estoy dibujando un ojo sin darme cuenta. Suspiro resignada....quería hacer ese trabajo y ahora no me concentraré en otro.

Por lo que, para pasar el rato, saco unas cartas y me pongo a practicar.

No puede practicar demasiado... o demasiado bien. Su otra habilidad le llama. El inconfundible olor de la chica se va metiendo en sus fosas nasales y distrae a Selene. Huele a miel y a frutos rojos. Es una de las personas que mejor huelen. No ha conocido a nadie más con ese olor tan característico.

Y sigue leyendo a pesar de su juego de cartas.

Pronto me desconcentro de nuevo, y por lo que menos me habría esperado. Seguro que es una chica dulce y cálida como la miel, también brillante con ese tono dorado...¿adorable? Sí, seguro que se hace querer por sus amigos hasta sin darse cuenta. Y también es divertida y algo atrevida, con capacidad para muchas cosas como los frutos rojos, hay tantos. Ácidos, más dulces...

Me encojo un poco en mi asiento cuando me doy cuenta de que, inconscientemente me estoy acercando más a ella, alzando mi nariz levemente.

Los siguientes diez minutos son eternos...y cuando me levanto es porque ya no puedo más. Tengo que irme de ahí antes de que me distraiga y echen de la biblioteca por acosar a una estudiante. Titular: "No paraba de olerle el pelo, super creepy".

Me cierro la chaqueta vaquera al salir y voy a la parada de autobús.

-Que frío....tenía que haber cogido algo más gordo pero con el sol que hacía esta mañana...

El bus está a punto de pasar. Casi puede escuchar el ronroneo característico del trasto mientras se acerca, pero justo en ese momento, se da cuenta que la chica pelirroja ha salido de la biblioteca. Así que puede ser una oportunidad de oro para hacerse con el libro que tanto necesita. Eso, o perder el último bus regular que hay a esas horas. El siguiente pasará en una hora... si tiene suerte.

Siempre puedo andar...un buen rato...con frío...Mierda de trabajo....

Pero puede que no tenga más opciones de coger ese libro. Así que corro dentro hasta encontrarlo. Cuando lo cojo, me sonrojo un poco. Es increíble que el libro huela a ella y eso me guste.

Justo mientras salgo de la biblioteca, libro en la mochila -junto a varios otros- veo el autobús alejarse.

-Mierda...

Además del frío, la mochila ahora pesa bastante. Pero no me queda otra, no me llega para un taxi con mi paga. Andar toca.

Un segundo antes y podría haber cogido el bus si hubiese corrido un pelín más. Pero claro... lleva libros que pesan una tonelada y no es bueno correr con todo ese peso. El camino que hay frente a Selene es largo y frío. Y a medida que pasen los minutos, será más frío.

Por suerte, su casa no está "demasiado" lejos. Aunque quien sabe.

Toca afrontar una caminata dura a un lugar lejano. Hay que prepararse bien, por lo que busco la canción adecuada.

Y echo a andar, al ritmo que me permite mi carga, claro.

Y así, con la música puesta, comienza a caminar. La verdad que mantenerse activa ayuda con el frío así que caminar ayuda a que no lo sienta tanto. Aunque la canción... es otra cosa. La canción de El Hobbit pega con la situación porque su casa está relativamente "lejos", pero no ayuda para mantener el ritmo. No es la típica que se usaría para caminar o correr o en una clase de fitness. Es demasiado lenta.

Lleva un rato caminando cuando se detiene frente a un edificio del campus. No es que esté precisamente dentro del recinto de la universidad, pero pertenece a ésta. Es la residencia. Suele ser difícil encontrar una plaza libre y se tiene que solicitar con tiempo. ¿Por qué se ha detenido ahí? 

Entonces vuelve a ver a la chica pelirroja, que sale de la residencia con un grupo de chicos, claramente mayores que ella. Todos parecen modelos o algo así.

¿Compañeros de clase? ¿Amigos? No sé...en cualquier caso parece la típica panda de ricos que se reirían de mi por cualquier motivo. O a lo mejor solo tengo envidia porque son todos y todas guapísimos ¬¬

Suspiro levemente. Maldita chica pelirroja-que-huele-divinamente-y-me-hace-perder-buses.

Pero por más que digo eso, ahí sigo, plantada en las sombras mirándola de lejos. Refunfuño un poco más y los sigo. "porque van en la misma dirección que yo pero dos calles más a la derecha."

Ya, claro.

En realidad... no van en la misma dirección. Van justo en la dirección contraria a la de su casa. Así que cuando se quiere dar cuenta, está de nuevo frente a las puertas de la biblioteca, mirando la puerta por la que han entrado el grupito de "niños ricos y pijos".

Pero... ¿qué hacen en la biblioteca si está a punto de cerrar? Y siempre pasa un bus a esa hora. ¿Le dará tiempo a cogerlo? ¿Quién será ese extraño grupo?

La...la...¿¿¡La biblioteca!?? ¿Pero que hago aquí? T__T

El bus no ha llegado aún. Lo mejor es esperarlo en lugar de echar a andar otra vez. Pero...se han dejado la puerta abierta. Es muy tarde, no debería haber nadie allí. Sin embargo no parece que se estén colando ni nada...es muy raro.

Acabo convenciendome a mi misma de echar un vistazo rápido y estar atenta al ruido del bus, si lo escucho salir pitando para no perderlo otra vez.

La biblioteca está vacía a esas horas y no hay nadie vigilando la entrada de alumnos. Al menos que el encargado o encargada haya dejado su puesto momentáneamente. Todo permanece en silencio. Hay pocas luces encendidas... seguramente, las que dejan las del servicio de limpieza para cuando tengan que pasar la aspiradora por la moqueta.

Todo parece normal... excepto ella, que se ha colado fuera del horario de la biblioteca. Entonces, escucha unas voces. No deben hablar muy bajo, porque las escucha incluso con la música. Y justo en ese momento se da cuenta de algo... ¿cómo va a escuchar el bus con la música puesta y desde dentro del edificio?

La música, que tonta.

La apago, no podría escuchar el bus con la música Por ruidoso que sea. ¿Las paredes insonorizadas de un edificio pensado para estudiar en él no me impedirán escuchar un autobús de noche...¿No? En cualquier caso siento mucha curiosidad por lo que estén haciendo. Eso sí ,tengo que ser super sigilosa ¿Qué diría si me pillan? Por suerte no parece que esperen a nadie ahí a esa hora.

Se va acercando, lentamente. Sin hacer ruido. Entonces escucha una voz que no va con ninguno del grupo que ha seguido hasta allí. Es más adulto.

-Bien chicos, tomad asiento y comencemos.

Y entonces escucha el sonido del bus. Debe de estar cerca como para escucharlo.

¡Mierda!

A la mierda el sigilo, tengo que correr o perderé el bus de nuevo. Por lo que corro a toda pastilla, hasta moviendo una silla con la mochila al girarme.

No te vayas bus...no te vayas bus...¿Por qué estarán aquí? Es como si fuesen a dar clases nocturnas o algo. Es muy raro.