Partida Rol por web

Como mi personaje había dicho que intentaría distraer a Alexandra pues sigo el plan. Decido dejar a Mike por un momento y mientras los muertos están distraídos con mis compañeros yo me voy rodeándolos hasta donde está ella lo más rápido posible dispuesta a atacarla con lo que sea que tenga a la mano.

Sheila parece decidica a eliminar a todos los zombies ella sola, de manera que va a seguir disparando, atenta por si abate al suyo y le da tiempo de atacar a alguno de los otros.

Por su parte Emily va a tratar de acercarse a Alexandra, dando un rodeo para evitar el combate y que no la alcance ninguna de las aberraciones que han surgido de sus tumbas.

Los zombies no saben hacer otra cosa que atacar, de manera que en ello van a seguir, aunque alguno está más muerto (de nuevo) que no-vivo.

Alexandra sigue con sus cánticos, con la espalda pegada a la pared más lejana.

Tras oír las palabras de Emily mi primer pensamiento es de negación. Pero que está diciendo... que me vaya sólo, yo sólo hasta la casa... sólo Dios sabe lo que puedo encontrarme allí...

Sin embargo, apenas un instante después recapacito. después de todo, necesitamos ayuda y espero que Isaac tenga algún arma en su casa que podamos utilizar. Sin embargo, antes de salir corriendo del mausoleo intento descargar una patada con todas mis fuerzas sobre el ser más cercano con la esperanza de derribarlo y ganar tiempo para mis compañeros...

Viendo que las posibilidades son reducidas y los muertos vivientes duros de pelar, pienso deprisa y confío la destrucción de esos engendros a la acción purificadora de las llamas.

Me dispongo en cuanto pueda a lanzar la lámpara de parafina a los pies del zombie que tenga más a mano.

¡Cómo me arrepiento de haber estado buscando lo sobrenatural! ¡Que desnudo me siento ahora frente a estas criaturas! Yo nada puedo hacer frente a ellas, pero quizás mis compañeros sí que puedan, y si lo único que les puedo dar es un poco más de tiempo, que así sea. Estos monstruos jamás deberían salir de aquí.

Dicho esto me dispongo a apresar al horripilante cadáver que tengo enfrente.

En un último esfuerzo por terminar con aquella abominable criatura, la mujer ejecuta otro disparo más.

Inexplicablemente, Sheila falla el disparo cuando parecía que más fácil lo tenía, pero apenas si tenéis tiempo para lamentaros porque todo transcurre rápidamente.

Sólo una profunda inconsciencia explica que me abalance sobre esta asquerosa criatura…

El intento de placaje al estilo rugby de Nathan falla al golpear con la cadera en uno de los sarcófagos de la habitación y aunque el golpe es sonoro, lo más dañado es su dignida.

Arrojé la lámpara de parafina a los pies del muerto-viviente, pero en el trayecto no sé con qué chocó mi mano y la lámpara, en lugar de ir a los pies del engendro abominable, se perdió por un lateral*.

Richard arroja la lámpara hacia el zombie que tiene prácticamente encima. Parece más dificil el no acertarle con ella, pero por desgracia, una pequeña esquina del sarcófago se interpuso en su camino y desvió de su previsible trayectoria, haciendo que chocase con una pared, donde estalló sin otro efecto que el de un fulgor intenso a la vez que breve que no tuvo mayores consecuencias.

Tras escuchar las sensatas palabras de Emily, Mike decide que es más útil buscando ayuda que intentando participar en una pelea para la que no se siente preparado y que parecía ir resolviéndose bien gracias a la puntería de Sheila.

Sin embargo, su orgullo másculino le impide irse sin intentar algo, de manera que lanza un puntapie al zombie más cercano antes de dar media vuelta. Por desgracia, hace tanto tiempo que está acostumbrado a los sillones de su cátedra y al cómodo sofá y butacón de su biblioteca, que lo único que logra es hacer el ridículo, darle una patada al aire que casi acierta a Sheila y caerse de culo, perdiendo un tiempo que puede ser precioso...