Partida Rol por web

El salón se encontraba abarrotado por un centenar de mujeres que esperaban con expectación el inicio de la conferencia. Esta había sido convocada hace cuatro semanas, suscitando toda clase de opiniones, a favor y en contra. No hacía mucho que las sociedades feministas habían logrado poder y los conservadores aun trataban de impedir que su influencia se hiciera palpable en la sociedad. Por fortuna, no parecía que fueran a boicotear el acto. Al poco de llegar a tu mesa, Bárbara Clarke, presidenta de la principal asociación feminista por la defensa de los derechos de la mujer se acercó hasta el atril e inició la conferencia.

-Queridas amigas, quiero daros la bienvenida a esta nueva sesión para la defensa de nuestros derechos. Espero que esta noche logremos la fuerza y determinación necesarias para alzar a la mujer hasta la posición que se merece. Hace ya cinco años que, gracias al apoyo de John Stuart Mills, logramos el sufragio para todas nosotras. He de recordaros que logramos modificar en nuestra constitución nuestro estatus de cónyuge de un hombre al de personas. Pensad en esto compañeras, ¡hace solo cinco años que somos personas ante la ley!. Y yo me pregunto, ¿Cual es el papel de las mujeres en la sociedad?, ¿Qué logros hemos obtenido en estos años?, hemos de luchar por nuestros derechos... Los aplausos se sucedían casi ante cada envite dialéctico de la conferenciante, Bárbara Clarke.

Hace tiempo que estabas esperando el mitin. Dada tu posición social eres una de las mujeres más influyentes dentro de este movimiento por lo que te han encargado que captes a otras personas para la defensa de vuestros derechos. Normalmente tratáis de entablar buena relación con otras mujeres que se sientan junto a vosotras durante la cena. Esta no es una excepción y te han hablado de una antigua bailarina que tiene numerosos contactos. Su nombre es Gloria Peacock y crees que podría ser un buen fichaje si consigues su amistad. Por lo que sabes lleva el negocio ella sola y vive de su propio trabajo, lo que te parece muy admirable. Os encontráis sentadas una junto a la otra.

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Al final te has armado de valor para ir al mitin feminista. Te enteraste gracias a una clienta con la que te llevas muy bien, Mrs. Shearler, una mujer madura perteneciente a las antiguas familias adineradas de Inglaterra. Siempre has tenido muchos contactos en la alta sociedad dado tu trabajo como artista. Sin embargo, es en los últimos años, en la tienda, donde has realizado la mayoría de ellos, ya que tienes un trato mas directo. A pesar de ello te sorprendió que te invitara a un mitin y no supiste decirla que no. Al llegar a la cena te han sentado junto a varias mujeres que no conoces y esperas no estar muy fuera de lugar.

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Tomo asiento en mi mesa observando con una sonrisa de saludo a las mujeres que tengo mas cerca. Como era de esperar una de ellas, la sentada a mi izquierda es nueva para mi, le dedico un movimiento de cabeza a forma de saludo. He dejado el abrigo a la entrada en el ropero, así que solo tengo que dejar mi pequeño bolso en la mesa al lado de los cubiertos y tomar asiento.

Escucho las palabras de Barbara con el corazón en un puño, sus envites dialectos me absorben por completo y mis aplausos nacen de mis palmas sinceros. En un momento de emoción me giro hacia la nueva invitada a la mesa y le tiendo una mano en forma de saludo. Mi voz sale pausada y en tono bajo para no desvirtuar el discurso Cathelin Bennet, encantada de tenerla en mi mesa.

Al llegar a la mesa que me han indicado, cuelgo el bolso en el respaldo de mi silla y tomo asiento elegantemente. Miro al resto de mujeres sentadas a mi mesa intentando adivinar por su aspecto y su actitud a que se dedican. No puedo disimilar del todo mi nerviosismo, ya que, aunque estoy acostumbrada a actos sociales, es la primera vez que estoy en un mitin y no tengo muy claro cómo debo comportarme.

Dejo sobre la mesa los cigarrillos para tenerlos a mano y procuro relajarme, intentando prestar atención a las palabras de la presidenta. Me habían hablado de ella pero no la conocía en persona. Cuando estoy empezando a captar el hilo del discurso, la mujer sentada a mi lado me saluda sobresaltándome ligeramente. Le estrecho la mano con una sonrisa:

- Mucho gusto, mi nombre es Gloria Peacock- Me doy cuenta que lo he dicho en voz demasiado alta, y bajando la voz a casi en un susurro añado - Es la primera vez que vengo a un mitin y estoy algo desconcertada.

Tras el saludo abro mi pequeño bolso y saco una pitillera metálica abriéndola hacia ella, en el interior aparecen perfectamente ordenados unos cigarrillos finos de tono marrón oscuro. Espero que coja uno, después saco uno para mi, cierro la pitillera y busco mi boquilla pequeña para aplicarla al nuevo cigarrillo. Un caja de cerillas es el siguiente objeto que extraigo del bolso, le tiendo la caja mientras yo me enciendo el cigarro. Aspiro un poco el humo dejándolo salir de entre mis labios con una ligera espiración.

Señorita Peacock, en un mitin, una mujer como usted solo tiene que disfrutar de los discursos y meditar a cerca de las palabras al margen de los aplausos. Si llega a la conclusión de que son acertadas sin duda se volverá adicta a ellos como yo.

Sonrío ante las palabras de la recién conocida Srta. Bennet - ¿O Señora Bennet? No me ha parecido distinguir anillo en su mano - Tomo una cerilla de las que me ofrece y enciendo uno de los cigarrillos, utilizándo la boquilla de la caja que yo misma tenía sobre la mesa. Ante una nueva explosión de aplausos entusiastas a mi alrededor, aplaudo por inercia, ya que no he escuchado las últimas palabras de la conferenciante, y con una sonrisa divertida le digo mi compañera de mesa - Para poder meditar sobre ello tendré que empezar por prestar atención Fumo agradecida del cigarrillo, me siento más reconfortada y me dispongo a escuchar las palabras de la conferenciante. Reconozco que despierta mi entusiasmo y mi orgullo de mujer, pero no me dejo llevar por el clamor del ambiente y medito sobre lo que escucho guardándome para mi misma mis reticencias. No dejo de observar con interés las mujeres que me rodean.

Las palabras de la señorita hacen que una sincera sonrisa asome a mi rostro iluminando mis ojos oscuros. Lamento haber sido la causante de su distracción, pero he escuchado tantas veces sus discursos y participado en su creación que a veces me olvido que las demás están aquí para escucharlos por primera vez.

Dejo que la nueva invitada se entretenga con el ambiente mientras llamo a uno de los camareros, en su espera observo a las asistentes al mitin. Algunas caras nuevas, pero la mayoría las habituales para mi decepción, al menos regresan... cuando el camarero se para dejo el cigarrillo en uno de los ceniceros de cristal, un aperitivo seco gracias... me giro hacia Peacock ¿quiere tomar algo antes del almuerzo?

Medito sobre las palabras de Barbara Clarke unos instantes, rememorando mi juventud rebelde y alocada. Ciertamente tiene razón en muchos aspectos y me hace sentir afortunada de vivir esta época de liberación de la mujer. Con una ligera pero reconfortante sensación de orgullo al pensar en mi situación de mujer independiente, paso a ocuparme de temas menos políticos pero seguramente mucho más entretenidos. Mi compañera ha pedido un aperitivo y decido acompañarla con una bebida que me abra el apetito - Me pone un Coctel Paris por favor, pero que sea suave - el gusto del coñac me trae buenos recuerdos de Paris - Tras apagar mi cigarrillo en el cenicero me dirijo a Cathelin - Señorita Bennet ¿puedo llamarla Cathelin? - Sin esperar una respuesta prosigo en tono informal con la intención de entablar una conversación - Dice que ha participado en la creación del discurso ¿es acaso usted escritora o algo similar? -

Asiento sorprendida ante la bebida que ha pedido mi acompañante, son pocas las mujeres que saben de cócteles y menos tan modernos. Deleito un poco el humo del cigarrillo escuchando a la señorita Peacock, mientras las escucho me detengo en sus pendientes, su collar y los complementos que ha elegido para el mitin. Sin lugar a duda es una mujer con un estilo muy personal y eso se reflejara sin duda en su interesante personalidad, por lo poco que se de su vida ha tenido que disfrutar de lo que aquí llamamos liberación, sin duda una mujer digna de una buena conversación durante un almuerzo.

Oh! no por Dios la exclamación escapa de mi boca dejando salir el humo que contenía en una bocanada, una risa cantarina acompaña al humo en su fuga, no soy escritora, ni mucho menos, de las dos la que mas talento creativo tiene es usted. Digamos que entretengo mis horas muertas paseándome en los juzgados, soy una picapleitos. Le guiño el ojo de forma cómplice y divertida, ¿Gloria verdad? en asociaciones como estas un abogado siempre es muy útil y mas si es una mujer que simpatiza con las ideas básicas de la liberación. Con un gesto de la mano barro la sala mientras continuo en cambio se necesitan mujeres como tu para darles vida, para abrirle los ojos a las demás y demostrar que una puede ser autosuficiente.

Me resulta agradable el tono desenfadado de Cathelin y la seguridad que desprende. - Sin duda, es una mujer de carácter fuerte - Pienso pienso para mis adentros mientras la escucho. - Debe haber sido duro hacerse un hueco en un mundo tan masculino como el de la abogacía. En mi caso, no creo ser una buen ejemplo para las jóvenes de hoy. Creo que lo importante hoy en día es que la mujer pueda desarrollarse como persona, sin que eso suponga perder otras oportunidades como la de formar una familia. Vamos, que casos como el nuestro dejen de ser una rareza, no sé si me explico. - El camarero llega en ese momento con el aperitivo y el cóctel. Lo pruebo mojándome os labios, está en su punto.

Cuando el camarero deja las copas en la mesa apago el cigarrillo y suelto la boquilla de la colilla para guardarla en el bolso de nuevo. Un pequeño clack! del cierre del bolso y mis ojos vuelven a absorber con atención las palabras de Gloria.

Siento haber sido tan descotes y no corregirla antes, pero Bennet es mi apellido de casada, he tenido la oportunidad de vivir los "dos mundos" por llamarlos de alguna manera, aunque la vida parece que se ha interesado mas en dejarme sin ella... mi rostro se ensombrece unos segundos y mi mano busca la alianza de forma inconsciente a sabiendas de que no la encontrara allí. Parece que vuelvo de entre mis recuerdos, cojo la copa y juego un poco con el palillo y la aceituna, podría invitarla un día a mi bufete y así comprobaría la de hombres que vienen pensando que encontraran a un abogado barrigón al otro lado...por suerte para mi todavía conservo mi figura. Una risa vuelve a mi rostro haciendo que los recuerdos escapen definitivamente.

A medida que el mitin iba transcurriendo numerosas mujeres habían ido sentándose en las mesas. Normalmente era muy dificil lograr que algún local de moda permitiese este tipo de actos en sus instalaciones. Debido a ello, la Asociación Nacional de Liberación de la Mujer había tenido que pagar mas del doble para celebrar la conferencia. En ese instante el salón se encontraba prácticamente lleno. Muchas de las asistentes se encontraban absortas en la conferenciante mientras se formaban pequeños corrillos de discusión en algunas de las mesas. Bárbara realizó un pequeño alto, esperando ganarse la atención de todas las asistentes.

-Amigas mias, el mundo es muy joven y acaba de empezar a despojarse de las injusticias. Hasta ahora no se ha desembarazado de la esclavitud de los negros. Hasta ahora no se ha desembarazado del despotismo monárquico. Su mirada se posó sobre su público. La sociedad está comenzando a tratar a todos los hombres como ciudadanos aparte de la porción rica y favorecida de la clase media. ¿Podemos admirarnos de que aún no hayan hecho tanto por las mujeres?. Mujeres de Inglaterra, e shora de dar paso a nuestro propio tiempo.

Al acabar la conferencia la mayoría de las asistentes se pusieron en pié y comenzaron a ovacionarla. Con una leve sonrisa Bárbara saludó a las asistentes y abandonó la tarima.

Me doy cuenta de que he incomodado a Cathelin - Disculpe,no quería importunarla con mis palabras. Fue una simple reflexión personal. - Cambiando de tono para intentar animar a mi contertulia, sonrío pícaramente - Sería curiosa la experiencia, podría simular ser su secretaria y observar la cara de asombro de los clientes ¿Cómo suelen reaccionar? Supongo que si son hombres se sentirán turbados - El mitin ha llegado a su fin y casi toda la sala se pone en pié para aplaudir. Me incorporo y aplaudo, mas por cortesía que por entusiasmo. Me vuelvo a sentar para proseguir la conversación y paladeo otro sorbo del cóctel.

Me incorporo y aplaudo con las demás, mientras Barbara desciende los escalones cojo mi copa y le hago un gesto de brindis a su salud, tras lo cual mojo un poco mis labios marcando el vidrio con mi carmín. Me siento de nuevo ya que la conversación con la señorita Gloria esta resultando muy refrescante.

Puede venir cuando guste, las caras que ponen los hombres en esos momentos son muy cómicas pero me resultan mucho mas encantadoras las que ponen cuando les comunico que no puedo ser su abogado ya que su mujer vino antes que él a hablar conmigo y pedirme el divorcio. Cojo la aceituna con el palillo y me la llevo a la boca con un gesto elegante.

Sobre el tema anterior no se preocupe no me ha importunado en absoluto, solo son recuerdos. Por suerte la aceituna no tenia hueso así que me libraba del importuno gesto de tirar el hueso con restos de pulpa, dejo el palillo en el plato y miro picaramente a Gloria, una reflexión sobre su vida ehh?

Río de buena gana imaginando la cara de alguno de los clientes de Cathelin.
Sonrío divertida ante la pregunta indiscreta pero sutil y contesto en tono de broma. - Sí, siempre he pensado que es una pena que no haya nadie para heredar mi magnífica colección de sombreros y collares. Tendré que donarla a un museo - Sonrío y prosigo en un tono algo más serio - La verdad es que creo que me sería imposible renunciar a cosas que tengo ahora, la independencia, la vida social, y sobre todo, el placer de una actuación. ¿Ha probado a subirse a un escenario alguna vez? - bebo otro sorbo y la miro.

Acompaño la risa de Gloria con la mía ante mi comentario sobre los clientes, y espero que mi pregunta no la haya importunado mucho, pero por suerte para mi parece una mujer con sentido del humor y charla amigablemente sin importarle que no nos conozcamos mas que de veinte minutos. Puede que tengamos mas cosas en comun que el aperitivo antes del almuerzo.

Seria una verdadera pena que sus collares y sombreros se perdieran, y hace muy bien al donarlos a un museo, ya que los hombres donan sus aburridas colecciones de numismática para que todos los admiremos como héroes me parece justo que se aplauda su buen gusto igualmente o mas. Asiento para mi misma enfatizando así mi discurso, cuando me pregunta sobre un escenario una sonrisa amplia se dibuja en mi cara mientras me llevo la copa a los labios para beber un sorbo creo que tendrá que invitarme a una de sus actuaciones, mi patio de butacas son las salas de tribunales, gracias a la consideración de algunos los abogados hacemos muy buen teatro.

Me siento agradablemente cómoda charlando con Catherin, por alguna razón me inspira confianza Supongo que es por su profesión, debe estar acostumbrada a conseguir confesiones de sus clientes -
Con su alusión a mi buen gusto sonrío murmurando - Gracias - y no puedo evitar tocar con coquetería mis pendientes.
Siguiendo el hilo de la conversación comento en tono reflexivo - La verdad es que he conocido varios abogados en mi vida, todos hombres por descontado. Gente adinerada que venía a los espectáculos con ganas de evadirse. Siempre me daba la impresión de que su profesión los llevaba a ser personas graves y pesimista. Yo suponía que debido a las terribles historias que escuchan a diario en su trabajo. Pero la encuentro a usted y veo que no siempre es así, hay que buscarle el lado positivo, supongo. ¿trabaja únicamente en temas de divorcios?

Escucho atenta las palabras de Gloria mientras mis ojos buscan durante unos segundo al camarero, hace rato que debería haber venido alguien a decirnos el menú es impresionante...e indignante...tenemos que pagar el doble por estar aquí y encima se ve que también debemos esperar el doble para poder comer.

Aunque no puedo evitar sentirme preocupada por la organización del mitin me resulta muy interesante la reflexión de la señorita Peacock así que asiento cuando termina pensando en una contestación adecuada, juego un poco con el pie de la copa girándolo sobre el mantel No, no me dedico solo a los divorcios, es un asunto que hace poco se ha reconocido como aceptable en la sociedad, y se ve que por moda últimamente nos presentan muchos casos. Muevo un poco la cabeza en señal de negación para enfatizar un poco las palabras supongo que la vida de cada abogado es diferente, como bien a dicho la gran mayoría son hombres, en mi caso he tenido que esforzarme mas para hacerme un hueco, poner mas de mi misma en cada caso en cada defensa, y lo mas importante, yo elegí mi profesión a placer, no fue una obligación familiar de generaciones cosa que sucede a menudo en el genero masculino.

Aparto ligeramente la copa - Si me acabo el coctel antes de que me traigan algo de comer creo que voy a dejar de estar tan serena .
Asiento con la cabeza mostrando comprension a las palabras de Catherin - En eso tenemos algo en común. Digamos que ambas nos dedicamos a nuestro trabajo por vocación. Respecto al divorcio, es lógico que se haya puesto de moda. Hay muchas mujeres de mi generación que tuvieron que casarse sin desearlo, y ahora encuentran una forma de romper esa atadura teniendo la opción de valerse por si mismas. Yo misma podría ser su cliente si no fuera porque en mi juventud era muy cabezona y muy rebelde. - Al escucharme a mi misma casi me sorprendo Empiezo a hablar de mi juventud como una anciana Sonrío ante la idea.