Partida Rol por web

En las Sombras

Un tranquilo té a media tarde

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06/06/2008, 21:46
Karen Shearler

-Desde luego, estaríamos encantadas de echarle un vistazo al pergamino y al resto de los ejemplares manuscritos. Debe usted pensar que somos dos jovencitas muy extrañas que solo se interesan por todo lo que huele a rancio- Karen rió entre dientes su propio chascarrillo para continuar con la conversación - Debe ser muy emocionante permitirse trabajar entre libros y misterios. La verdad es que me habría gustado muco tener la oportunidad de desarrollar mi propia carrera de investigación en textos antiguos, pero mi posición social no me lo permitirá- un fugaz destello de hastío pasó por el rostro de la joven - Siempre soñé con ser una gran egiptóloga-

Notas de juego

Dios chicos hacía que no pasaba una eternidad. Por fin tengo un instante para sentarme a contestar. A ver si le doy algo de ritmo de nuevo. Animo que lo haceis de miedo!

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07/06/2008, 14:47
Joss Nieman

- Nada de nada, de momento los expertos se refieren a él como el Manuscrito de Voynich, hay mucha congeturas sobre si es una farsa o no, pero yo puedo asegurar que la antigüedad del texto es real y que incluso si fuera una broma perpetrada siglos atrás, resulta desconcertante.- Joss sonrió ante las palabras de Elisabeth y Kareen. - Cuando quieran podemos volver a reunirnos y mostrarlas la copia, tendré que pasar por casa de mi padre para cogerla.

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12/06/2008, 10:56
Anne Bain

Anne asintió levemente al acabar Joss de explicar los pequeños imprevistos que se habían presentado con la restauración del volumen de Voynich. -La verdad es que el estudio de algunas de las obras de este caballero ha sido muy interesante. La mayoría están escritas en lenguas que desconocemos o se ven sometidas a la estricta aplicación de una clave- dijo la mujer mientras volvía a posar la taza de té delicadamente -Sin embargo algunas anotaciones en los márgenes y uno o dos pliegues que encontramos entre los lomos de uno de los libros parecen apuntar al estudio de antiguos cultos y dioses-.

Poco a poco, la tarde fue llegando a su fin. A pesar de la ingrata experiencia que habíais sufrido, vuestras propias ansias de conocimiento habían despertado en el otro el suficiente interés como para compartir pequeños anhelos y secretos. Tras acabar el café os dirigisteis a vuestros respectivos hogares con la promesa de veros al día siguiente en la llegada del Newcastle