Partida Rol por web

El viejo enano no se quedó mucho más tranquilo antes las aseveraciones del Mago, remugó por lo bajo como de costumbre y llamó al cuervo sobre su hombro mientras le prestaba atención a Gimli.--Así lo haré, que Maal te de paciencia para tratar con esa pandilla de cabezotas.-- dicho esto emprendió el camino de regreso.

Tras posarse en tu hombro, oyes la voz del cuervo en tu cabeza, el mensaje del cuervo dice así.

Cueva a tres kilómetros al norte dos orcos montan guardia, cinco huargos y un caragor listos para marchar, múltiples cadáveres de distintas clases.

Orcos conservan posesiones cuerpos se usan para alimentar bestias.

Luego de descansar el resto del día, Gimli los despierta a primera hora de la mañana, el viejo enano parece estar de peor humor que nunca, rápidamente organiza a las columnas y da la orden de marcha, el puente ya no se encuentra lejos, máximo a día y medio de camino.

La marcha transcurre con normalidad con Gimli Tolgur y Khazdor al frente de la columna, faltando algunos minutos de marcha para llegar al puente, el cuervo de Tolgur parece algo alterado.

Gimli parecía de mal humor. Las tropas habíamos sido levantadas y organizadas con presteza y marchados durante algunas horas. No estaba en su cabeza, pero seguramente la expedición no estaba yendo del todo bien. Quizás no estaba tan aceitada como había pretendido el famoso enano.

Qué es un caragor?El cuervo me dice si vienen hacia nosotros?Describeme el terreno circundante por favor para poder usarlo si fuera necesario.

Stilgur avanza atento al entorno.

Gwalin iba atento a lo que acontecía máxime tras la emboscada de los goblins del pasado día. Pero su mirada también pasaba por la de sus hermanos, en especial la de Gimli. Su líder estaba serio, malhumorado y llevaba así toda la mañana.

¿Qué habrán hablado estos después de la lucha? - pensó el viejo enano que hubiera dado un mechón de su barba por haber estado.

Lo único que pudo hacer el guerrero fue gruñir.

- Gggrrrrrrrmmmmmmm.

Tolgur alzó el puño cerrado indicando el alto de la marcha y desmontó rápidamente con un escalofrío en su vieja barba.--¡Balandir, Darn atad a todos los ponys juntos y permaneced en el centro de la formación!¡Qué no escape ninguno!--dijo mientras chillaba a pleno pulmón las primeras ordenes--¡Cinco huargos viene hacia aquí, puede que más, traen algo pesado con ellos.Por ahora quiero todas las ballestas preparadas y cargadas en el interior de la formación, delante formaremos un muro de escudos ligero solo Gimli yo y los peores tiradores. A mi señal se unen la mitad de ballesteros, si hay un contacto total se acabaron los disparos. Centrad fuego en las bestias, no en los jinetes!¡Vamos moved el culo, enseñomosles de que están hechos los hijos de Durin cuando están preparados!¡Barud khazad!--

Estaremos preparados "Puntería Bendita" +2 a impactar solo en disparos.Explosión centro yo, me afecta a mi y a mis aliados lvl 1 de Clerigo.

"Buena sangre corre por mis venas. Mala por el martillo... Heh.... Falta la de dragón. Falta, y falta que hace..." pensó, mirando primero a su arma y después hacia el cielo, como si fuera a aparecer una bestia alada en cualquier momento... o como si él lo anhelase. Había fuego en sus ojos vetustos. Una mezcla entre la vil llamarada de los dragones y la cálida y hermosa forja enana.

Y así se quedó, observando melancólico el cielo. Se había secado la sangre en el arma, y la vida de los trasgos hacía mucho tiempo que había dejado los cuerpos. La imagen del cielo se le quedó pegada, aún dibujada ante los ojos, aunque marchara junto a su hermano y sus demás hermanos. Él marchaba. Marchaba, pero no prestaba atención. No al grupo, al menos. El cielo era su objeto de admiración y su señor, y juraba que podía sentir lejano el aleteo de una bestia grande. O tal vez era tan sólo viento enredado en su barba. 

Fue así cómo lo pilló la órden de Tolgur, así, ensimismado. Bendito viejo soldado. Y sólo otro anciano podía despertarlo, su compañero,  el que lo escudó en el enfrentamiento anterior.

-¡Tolgur! -gritó mientras se abría paso, escudo en mano, con su hermano al lado en igual ademán-¡Tolgur! ¡Déjanos en medio! Hemos aguantado a dragones, y ahora ¡ni una montaña nos puede mover! ¡Que vengan sus cachorros! ¡Van a estrellarse como gotas de  agua sobre mithril! ¡Dejadlos embestir contra mi escudo y que se espachurren! 

Plantó su escudo en el suelo y cambió su martillo a dos manos por una de su espada corta, listo para enfrentamiento cuerpo a cuerpo por encima del escudo. 

Tolgur bramó órdenes. Al parecer, Gimli finalmente se había decantado por concederle el mando militar. Esperaba que le fuera bien, pero a partir de ahora me limitaría a hacer mi trabajo y batallar; si otros querían el liderazgo, con gusto se los daba.

Tomé mi ballesta, que colgaba de mi cargada espalada, y acomodé las saetas para tenerlas a mejor alcance, preparé un virote y aguardé a más bramidos.

Tal como nos ordena Tolgur, cubro la distancia que me separa del resto de mis compañeros y me uno a ellos en la formación que van preparando para enfrentarse al enemigo. 

Stilgur se coloca en segunda linea y prepara su ballesta.

El lugar por el que la expedición transita es una cañada bastante escarpada, la cual los obliga a transitar en una sola columna, intentando no resbalar.

El río brama fuertemente a su izquierda y conforme se van acercando al lugar donde se encuentra emplazado el puente, el rugir del agua se torna mucho más feroz.

Os resulta bastante complicado transitar por la zona y la geografía del lugar vuelve una emboscada bastante inviable, incluso si los elfos optaran por atacarlos, primero tendrían que salir a campo abierto.

El caudaloso río parece bastante agitado y su bramido por momentos resulta ensordecedor.

Ante las aseveraciones de Tolgur, el propio Gimli se pone en guardia y empieza a ladrar órdenes.

-Apresuren el paso señores, si esos apestosos perros nos cogen aquí, nos convertiremos en su botana.

Zabralkan, si puedes hacer algo para detener a esos pulgosos ¡Será mejor que lo hagas ya! - brama Gimli.

Las órdenes de Tolgur les puso en marcha al instante.

Gwalin desmontó de inmediato, palmeó la espalda de Tolgur y sacó su arco, regalo de un elfo en las guerras contra saurón y se preparó para la carga de los hueargos.

Formó junto a sus compañeros en la segunda línea y esperó a que vinieran o a recibir más órdenes.