Partida Rol por web

-Por supuesto. Me marcho -accedió Bennet, pues se encontraba bastante satisfecho con lo que había obtenido de Pickett y creía que sería suficiente para hacer avanzar la investigación-. Si se le ocurre algún detalle más que deba saber sobre los Manson, ya sabe donde nos alojamos mi compañera y yo.

El ranger dudaba mucho que Bart Pickett o su hermano fueran a mostrarse colaborativos, por lo que lo que había dicho era más por cordialidad que otra cosa. Abandonó el hogar de los McKnight con paso rápido, sabiendo que ahora probablemente estaban más cerca que nunca de los secuestradores. Aquel inquietante reverendo Rumsfeld y sus compinches... ¿Puede que fueran ellos quienes estuvieran detrás de lo que sucedía, con el religioso actuando como la mente detrás de los secuestros? Quizá Rumsfeld fuera la clave de todo. Al fin y al cabo, era un reverendo, por lo que existía la posibilidad de que conociera y tratase con todos los padres de las víctimas en caso de que pertenecieran a la misma congregación.

Bennet observó que Greenwrim le había mandado un mensaje con una imagen y una palabra. No era nada que le sorprendiera, pues ya conocía ese símbolo, dado que era el mismo del colgante y del embarcadero que había encontrado en compañía de Adele Lewis. Procedió a enviarle un mensaje a su compañera:

Tengo los nombres de un par de sospechosos. Rumsfeld parece muy metido en esto. Hay que quedar para ponernos al día. ¿Dónde nos vemos?

El sheriff Smith agarró repentinamente a Moira Greenwrim del hombro para hacerla girar y encararla.

—Ni se le ocurra contarle nada de esto todavía a McKnight si no quiere que ese cabrón contrate a un puto ejército mercenario y llene el bayou y los lagos con ellos. No le subestime, sargento, no se crea más lista que él y que su dinero —el alguacil Bush esperaba pacientemente la respuesta de su jefe—. Isiah, dile a Skinner que se quede donde está y que revisen todos los embarcaderos que encuentren en las dos orillas del bayou —miró al cielo calculando cuánto tardaría en anochecer—. Manda también a Mommsen a la oficina y que dé una batida por el Big Cypress Bayou con la lancha... Espera, dile a Skinner que cuando llegue Mommsen embarque con él y con McKnight, que se dé un paseo y compruebe con sus propios ojos la inmensidad del trabajo que tenemos pendiente aquí.

No sé por quién me toma, pero no iba a decirle nada de la investigación, mucho menos de lo que hemos averiguado ahora.- Le había molestado que la corrigiera como si no supiera lo que estaba haciendo, ¿quién en su sano juicio iría a contarle lo sucedido al hombre más influyente del condado? Le preocupaba más que fuera Smith quien se fuera de la lengua, teniendo en cuenta lo dócil que parece a su lado.- Aunque tenga la fortuna suficiente como para comprar Texas, sigue siendo el padre de una de las víctimas de un asesino en serie.- No sabía exactamente si podía catalogarse “asesino en serie” ya que sólo habían encontrado un cuerpo, aunque por desgracia dudaba que el resto de niños estuvieran con vida.

Estamos hablando con los padres de los niños para recabar más datos, es un proceso rutinario que nos está ayudando a saber más de los secuestradores.- Sobre todo porque no hicisteis vuestro puto trabajo bien. Las anotaciones de las desapariciones de Marion eran tan vagas que casi era mejor no haber puesto nada. Se notaba que lo archivaron apenas sin mirarlo.- Además.- Retiró la mano de su hombro, como aquél que se quita un poco de polvo. Realmente le había molestado ese menosprecio.- Le recuerdo por tercera vez que el vehículo que usaron para llevarse a Ben pertenecía a McKnight. Y no, no me venga que es un modelo común, porque podemos confirmar que realmente era su Todoterreno.- Las llantas eran una prueba decisiva en este caso.- Si no nos llega la orden de registro esta noche, lo hará mañana.- En realidad no lo sabía, pero confiaba en que así fuera. Sino pediría a sus compañeros que presionaran para obtenerla cuanto antes.- Por eso le estaba pidiendo que intercediera en esa reunión.- Empezaba a pensar que ambos querían llegar al mismo punto pero eran lo suficientemente cabezotas como para ceder.

Miró de reojo a Bush, dudando, antes de volver a encararse a Smith, pero esta vez en un susurro para que sólo pudiera escucharlo él.

Joder Smith, uno de los secuestradores debe estar dentro del círculo de McKnight. Se llevaron al niño sin hacer ruido frente a toda la Iglesia y lo trajeron en brazos hasta aquí.- Miró hacia las huellas de adultos antes de volver a centrar su atención en el malhumorado sheriff.- Si no han sido cosa de los hermanos Picket, ha tenido que ser alguien cercano con la confianza suficiente como para ceder su coche.

Nos hemos movilizado rápido en la búsqueda, pero si no nos damos prisa eliminarán toda prueba que haya en su coche o en la casa. Por eso tenemos que hacerle una visita.- Suspiró antes de atusarse el cabello, cansada. Había sido un largo día de caminata y calor.

El sheriff Smith se encogió de hombros y miró a Moira como si se tratara de un caso perdido.

—Date prisa tú —era la primera vez que el jefe Smith la tuteaba y Moira creyó que algo más en aquella "relación tóxica" se había roto. ¿Tenía tanto miedo Smith a McKnight o era quizás otra cosa? No creía que fuera simplemente una cuestión de orgullo—. Intenta hablar con McKnight y consigue una orden judicial para registrar su domicilio si quieres. Mis hombres y yo vamos a seguir buscando a Ben.

Comenzó a alejarse sin mirar atrás. El alguacil Bush se quedó quieto unos instantes sin entender qué es lo que había sucedido hasta que el sheriff le hizo una señal para que se acercara a él.

—Voy a llevar a la sargento Greenwrim al pueblo. Quédate aquí y que no pase nadie al embarcadero. Toma algunas fotos más y envíalas todas a la dirección de email que te faciliten los Rangers. Luego te llamo y te relevaré; no quiero escuchar las quejas de tu mujer diciendo que te hago trabajar demasiado.

El alguacil asintió y respondió con una leve sonrisa al último comentario de su superior. No le hacía gracia perder de vista a la pelirroja ahora que la cosa parecía calmarse un poco; pero tenía que acatar las órdenes.

Hotel.

Voy para allá.

Como si le cobraran por cada letra de mensaje, tras ver la respuesta de Scott le escribió un par de palabras para concertar un punto de reunión en lo que ya parecía su “base de operaciones”, esperando que el FBI estuviera también allí. Además, necesitaba tener su portátil cerca para añadir al informe todo lo que habían encontrado y escribir algunos correos.

Como quieras.- Moira pensaba que Smith no tenía los huevos suficientes como para encararse a McKnight, perdiendo así incluso una pequeña oportunidad de redimir algunas de sus cagadas. Eran muchas, sí, pero esperaba que cambiara. Aquí nadie cambia. Seguirán pringados de mierda hasta que mueran. Aun así no incidió más en el tema a considerarlo perdido, asintiendo sobre marcharse al pueblo.

Toma.- De su bolso sacó su famosa libreta y un bolígrafo, usando una de las últimas páginas para apuntar tanto su teléfono como su correo. Ella quería recibir todas las pruebas antes de interceder con el equipo Ranger, no perdiéndose así nada.- Ahora llamaré a mi equipo pero si ves o descubres algo, llámame.- Terminó escribiendo al final del papelito “Moira Greenwrim”, como si así se asegurara de a quién escribía. Después arrancó la página y se lo tendió a Bush.- Intentaré que no tarden demasiado para que podáis descansar. Ellos se encargarán del resto.- En realidad no le gustaba tener ahí a los dos hombres sin vigilancia, creyendo que podrían alterar alguna prueba sin querer.- Buen trabajo igualmente.

Tras una leve felicitación por su servicio, que era más bien un protocolo ordinario que un agradecimiento sincero, Moira guardó la libreta para recorrer el camino de vuelta junto a Smith mientras sacaba en esta ocasión el teléfono.

Tocaba llamar a la Central.

Mientras el sheriff la conducía de regreso a Jefferson la sargento Greenwrim se puso en contacto con su departamento, sin embargo no lograba que nadie le pasara con el jefe Kopelson. La secretaria insistía en que estaba reunido y que llamara más tarde, pero la perseverancia de Moira pareció dar sus frutos justo cuando bajaba del 4x4 del sheriff. Una voz de tono imperioso se puso al otro lado del aparato.

—¿Moira?, cariño, soy papá. ¿Qué demonios está pasando en ese cagadero? La secretaria de Kopelson ha intentado sacarle de una reunión de presupuestos para hablar contigo. Tenía un cabreo de mil demonios y le he dicho que ya me hacía cargo yo. ¿Necesitas recursos? Presiona a esos hijoputas del FBI. Esos mamones devoran nuestros impuestos para llenar sus oficinas de juguetes y mantener a una tropa ociosa. Dales la lata como tú solamente sabes y que retiren a algunos de sus maricones de espiar a ciudadanos honrados y que hagan trabajo policial de verdad. No jodas a tu jefe con gastos porque ahora mismo le están crucificando para quitaros un buen porcentaje de la asignación anual al Programa de Investigación de Crímenes no Resueltos.

—¡Claro que no figura nada en el expediente, joder! —se indignó el señor Washington—. El sheriff y sus secuaces se negaron a escribir nada de nuestra declaración al respecto. Por eso tuve que enfrentarme a él y por eso casi me vuela la tapa de los sesos. ¿Todavía no se han dado cuenta de dónde se han metido? —inspiró profundamente, hizo una breve pausa y continuó más calmado: —. Tienen que disculparme pero estamos despertando muchos viejos fantasmas con esta entrevista. Miren, sé que mi Tanya está ya en el Cielo junto al Hacedor. Rezo por ella cada día y en la iglesia todos los domingos. No nos resignamos a que este crimen y los demás queden sin justicia; pero creo que ya es demasiado tarde para todos ellos... o al menos lo creía hasta que desapareció el hijo de McKnight. Ahora puede que el sheriff sí se tome su trabajo en serio. Esa conductora blanca era una mujer de mediana edad, atractiva, muy rubia y vestida con cierta elegancia. La vieja señora Williams estaba medio sorda pero tenía la vista de un águila.

Tenía el discurso que iba a darle a Kopelson preparado en su cabeza, incluso alguna variante si el asunto se torcía con algunos fallos, queriendo demostrar la importancia de lo que estaban descubriendo con algunas pruebas. Sin embargo esa aparente seguridad se derrumbó por completo con una voz que reconocía perfectamente y que de alguna forma le empequeñecía.

Por favor.- Pidió con voz seca mientras intentaba girarse en su asiento, bajando la voz para buscar un poco de intimidad. Hablar con su padre le hacía sentirse como una cría siendo regañada por romper un juguete, era una especie de “superpoder” malévolo que tenía demasiado efecto. Pero lo que más le fastidiaba de aquello es que estaba segura de que Smith se había percatado del evidente cambio de actitud y voz. No te relamas hijo de puta.

Sargento Capitán*.- Se negaba a llamarle “papá” en voz alta con alguien delante.- No se trata de recursos.- No sabía muy bien cómo encauzar la conversación, teniendo miedo de que aceptara cualquier cosa que dijera sin importarle los gastos o hilos a mover.- Se trata de un asunto importante en relación con el caso. Sólo necesitaría hablar cinco minutos con Kopelson.

—No voy a pasarte con Kopelson. No vas a arruinar tu carrera y el nombre de los Greenwrim por no saber gestionar una pequeña crisis. Habla con los del FBI, coordina a los sheriff de los dos condados, recluta gente... Tú y el yanqui tenéis autoridad de sobra para todo eso.

Su padre le cortó el teléfono como solía hacer con sus subordinados. Moira ya estaba fuera del coche y se dirigió al hotel, directamente a la habitación que les habían preparado como centro de mando. Bennet ya estaba allí, con su gesto y su pose habitual. Al contrario que ella no parecía haber sudado mucho y ni mucho menos se había ensuciado el traje.

 A pesar de haberlo hecho enojar, el exabrupto de John permitió recaudar un poco más de información sobre aquella misteriosa mujer blanca que había estado en lo alreedores cuando Tanya desapareció. Jordan anotó aquellos datos, quizá entusiamado de que algo que no sabían surgía a la luz. Luego de ello, y viendo el estado emocional en el que estaba el banquero, decidió junto a su compañera que lo mejor era irse y seguir la investigación por otros lares. Tenía que conocer el hotel y al retso dele quipo, después de todo.

- Muchas gracias por su tiempo, Sr. Washington... y lamentamos haberle tenido que hacer revivir aquellas memorias.

 Y sin más, los dos detectives se fueron del banco para enfrentarse al calor del exterior y seguir con su camino hasta el hotel.

Los agentes especiales Lewis y DeFuss llegaron al Hotel Excelsior antes de que lo hicieran los Rangers, por tanto dispusieron de tiempo de registrar a Jordan DeFuss en una habitación y para acordar con los Watson, los propietarios del establecimiento, la preparación de una cena rápida que pudieran disfrutar en el lugar de trabajo. Ambos pudieron también cambiarse de ropa y darse una ducha antes de encontrarse con sus compañeros de la policía estatal tejana.

El sargento Bennet no tenía mal aspecto del todo pero la sargento Greenwrim no podía ocultar que había estado casi todo el día trotando por el campo, a orillas del bayou. Sin embargo eso no la hacía parecer menos activa. Lo cierto es que los cuatro servidores de la Ley tenían unas cuantas cosas que poner en común y que analizar.

Bennet se reunió con su compañera Greenwrim en el hotel Excelsior, donde observó que también llegó la agente Adele Lewis junto con un hombre afroamericano a quien no reconoció, aunque al ver que acompañaba a la federal, supuso que debía de tratarse del reemplazo de Max Jordan. Tenía mucho que contar, tanto a Moira como a los federales, sintiendo que en aquella ocasión iban sobre una buena pista.

-Ha demostrado tener buen olfato, Greenwrim. Parece que el reverendo Rumsfeld podría estar más metido en esto de lo que pensábamos -le dijo a Moira, recordando que desde el primer momento a ella le había desagradado el sacerdote. Se dirigió entonces a los federales-. Agente lewis... ¿Quién es su compañero?

-Agente Jordan DeFuss, le presento a los sargentos Moira Greenwrim y Scott Bennet, de los Rangers de Texas.- Presentó la afrodescendiente a su nuevo compañero con los otros dos. Se dispuso a tomar asiento, aquel día en comparación con los dos anteriores no estaba resultando tan estresante, aunque que el chico siguiera desaparecido provocaba una sensación de tensa inmediatez. -Vi la imagen, Greenwrim, buen trabajo.- Dijo, mostrando ésta al agente DeFuss. -Es la tercera vez que vemos este símbolo, y la segunda vez que es una marca en un embarcadero. La primera vez se trataba de un colgante, que de por sólo pudiera no tener significado. Ahora bien, creo que podríamos pensar que habrá al menos otra persona con ese colgante, puede que más.-

Dicho esto, esperó a que comenzaran exponer los nuevos datos. Su ceño se frunció a lo que decía Bennet. -¿Podríamos entonces estar hablando de una secta? Liderada por este reverendo y... ¿Tim Mortimer?- Sugirió, puesto que no le había gustado la actitud de aquel hombre la noche anterior, la relación que parecía tener con varios de los padres, y esa manera en que parecía estar involucrado en el tema aún cuando la desaparición de los niños no le afectaba de forma directa. -El padre de Tanya Washington habló de una mujer blanca rondando su calle cuando la niña desapareció. ¿Podría tratarse de los Manson? ¿Tenemos descripción física de ellos?-

 Luego de registrarse en el hotel y poder asearse un poco luego de su primera tarde arenosa y calurosa en Texas, finalmente Jordan pudo conocer al resto del equipo de investigación. El hombre, con su usual expresión de seriedad, saludó a los dos rangers sacando sus manos de sus bolsillos y ofreciéndole un apretón a cada uno. Diciendo unicamente dos palabras mientras lo hacía.

- Un placer...

 Jordan escuchó lo que decían sus nuevos compañeros. Parecía que las sospechas ya estaban diriguidas sobre una persona en particular: el reverendo Rumsfeld. Era interesante que, a pesar de haber llegado ese mismo día al lugar, ya había escuchado de aquel hombre. Aunque en una luz más favorable de la que daban sus compañeros. Todavía se tenía que enterar de bastantes cosas.

- Justamente venimos de hablar con John Washington, como dijo Lewis. Aquel hombre pudo conseguir un empleo y rectificar su vida gracias a la intervención de Rumsfeld. Y por lo que leí en los apuntes de Greenwrim, algo similar le sucedió a los padres de Barbara Sawson. Rehabilitándose en una institución que tiene al reverendo como apoyo y protección. En cuanto a lo de los símbolos y una posible secta... si esto realmente es como sospechan, ¿por qué Rumsfeld se toma el trabajo de intentar ayudar a los padres de las víctimas? ¿Acaso sentirá culpa? Es retorcido cuanto menos.

La charla con su “padre” había sido un completo fracaso y, por consecuente, no logró hablar con Kopelson para organizar un equipo con la central. Tenía que darse prisa para hablar con el FBI y que ellos se encargaran, y por suerte estaban todos allí en el hotel.

Un placer.- Saludó brevemente al nuevo integrante del equipo, aunque no había demasiado tiempo para las charlas cordiales y presentaciones formales. Se giró hacia Adele, queriendo zanjar primero ese asunto.- Lewis, es importante que mandéis un equipo científico al Bayou, os pasaré la dirección exacta del embarcadero donde encontré el símbolo.- Miró a su compañero unos segundos, dudando, aunque al final retomó su atención en ella.- Se esconden allí, al menos es uno de los lugares que usa como escondite o punto de transición. Ahora mismo está custodiando Bush la zona y luego le sustituirá Smith, pero no quiero dejarles allí solos demasiado tiempo. Aparte tengo esto para vosotros.- Dejó su bolso sobre la mesa para que pudieran ver en el interior un par de bolsitas de prueba que no quería sacar para no llamar demasiado la atención. Entre esas bolsas había un paquete de tabaco.- Tal vez podamos sacar alguna huella fiable que cotejar en la base de datos, ¿podéis encargaros de mandarlo a vuestro laboratorio? – El FBI tenía un equipo mucho más avanzado que ellos, por lo que entregarles las pruebas era lógico. Eso sí, se encargaría personalmente de que en el informe estuviera sus nombres escritos en primer lugar.

Una vez explicado esto, se dispuso a resumir un poco lo que había encontrado ella y sus conclusiones.

El sheriff Smith no tiene relación con las desapariciones, ahora puedo confirmarlo. Su única culpa es ser un perro del estado y no mover un dedo por el resto de niños al considerar que no merecen la pena por su posición social.- Seguía siendo un tema fuerte de tratar y por supuesto no le hacía buena persona, pero en general no era el secuestrador.- Desoyeron los casos para que no hubiera mala prensa del Juez Corman ni del alcalde Fallon. Y por supuesto que Ben es el primero fuera de esa estructura que estaban siguiendo.

Y hablando de Ben.

Encauzando el hilo de sus investigaciones, se sentó en la silla tras sacar su libreta para leer las anotaciones que había hecho. Sin embargo en ese momento lo que tenía enfrente era su propio teléfono, buscando la galería para dejarlo después cerca de ellos.

Pasar las fotos.- Indicó para que miraran todas las fotografías que había hecho, pasando desde huellas de neumáticos hasta de zapatos, al embarcadero del bayou y terminando en el símbolo.- Los neumáticos pertenecen al 4x4 que se llevó a Ben. Las huellas son de dos adultos.- Usó su dedo para deslizar la foto, buscando esa en concreta antes de hacerle zoom.- Dos personas, una de ellas llevando en brazos al chico. Lo escondieron en el Bayou.- Volvió a pasar para enseñar el embarcadero.- Es imposible peinar toda la zona ya no solo por su extensión sino por las condiciones meteorológicas. Están a la vista de todo el mundo.

Se quedó pensativa, observando sus propias fotos y escuchando las explicaciones del resto. Alzó un poco la ceja al escuchar de boca de su propio compañero que el reverendo Rumsfeld estaba más metido de lo que parecía. En realidad no le sorprendía, pero le hubiera gustado estar equivocada.

Después observó a Adele mientras hablaba, simplemente recordando. Una mujer blanca.

Ayer, cuando Bennet y yo estábamos terminando de investigar la zona de la Iglesia, me fijé en un 4x4 cercano. Estoy completamente segura de que en su interior habían dos personas, un hombre y una mujer.- Asintió, confirmando sus recuerdos.- Ella tenía unos prismáticos, nos estaba observando.- Suspiró.- Se fueron antes de que pudiera decirles nada, y estaba tan oscuro que no pude pillar la matricula. Sin embargo sé que si tengo la camioneta delante la reconocería.

Empiezo a pensar que se trata de los secuestradores.

-Un placer, agente DeFuss -dijo Bennet, considerando lo irónico que resultaba que el nuevo compañero de Lewis también se llamase Jordan, aunque no de apellido esta vez, sino de nombre.

Era la hora de compartir toda la información que habían obtenido durante aquel día y, tal como estaba viendo tras escuchar lo que decía Greenwrim, en aquella ocasión había mucho que exponer.

-Rose Bamford tenía un colgante -recordó, dirigiendo una mirada primero a Moira y después a Lewis-. En la grabación que nos mostró el sheriff aparecería tocándose un colgante que llevaba al cuello, aunque era difícil ver si había algún tipo de símbolo en él. Puede que esté relacionada con Rumsfeld... -Al fin y al cabo, Rose había acusado a su profesor de abusar de ella, y desde la comisaría habían dejado entrever que el docente era el responsable de las desapariciones, pese a que había numerosos detalles que simplemente no encajaban-. No dudo que estamos ante algún tipo de culto o secta. Por lo pronto, tenemos a Rumsfeld, Mortimer, los Manson y puede que las Bamford también estén implicadas...

Scott sabía que lo más probable es que Moira aún no supiese quienes eran los Manson a los que había mencionado, por lo que se dispuso a aclarar aquel asunto.

-Hablé con Bart Pickett y me contó que no ellos no son los únicos que suelen tomar prestado el coche de la señora McKnight. Ella tambien se lo ha dejado a los Manson. Son los guardeses de McKnight. -Al escuchar que Greenwrim había encontrado otro embarcadero, imaginó que el símbolo al que se refería debía ser el mismo que Lewis y él habían hallado en días anteriores-. Esos embarcaderos no son sus puntos de reunión, sino más bien una especie de escondite de transición como dices. Raptan a los niños y se los llevan allí antes de adentrarse más en el bayou. Lewis y yo encontramos otro de esos embarcaderos cuando seguíamos la pista desde la casa de los O'Hara. Supongo que disponen de barcas o lanchas con las que introducirse en el bayou y llevarlos directos al lugar donde los mantengan antes de matarlos.

La agente escuchó muy atenta lo que Moira comentaba, luego asintió. -Contactaré con el Bureau de inmediato; aún hay pruebas que por el incidente del agente Jordan no llegaron a laboratorio, se puede aprovechar para enviar todas las nuevas pruebas que se han recolectado.- Mientras marcaba a sus superiores, miró hacia el agente DeFuss. -Tengo una teoría, no sé si estéis de acuerdo con ella.- Se tomó un segundo, luego continuó. -Creo que el párroco está tratando de atraer más personas a su congregación. Quitando el aspecto "religioso y seudo-mágico" de todo este asunto, el que gane notoriedad como un hombre de bien que brinda ayuda a los suyos le daría una plataforma para posiciones de más influencia...- Esperó ver como aquella teoría calaba en su nuevo compañero y los Rangers.