Partida Rol por web

Levanto las manos tranquilamente y les miro fingiendo sorpresa. Causarles yo problemas?...si termino de salir de la enfermería...no tengo prisa por volver.

Luego hago como que veo por primera vez el cadáver del hombrecillo.

Anda...que le habrá pasado a este?....seguro que se ha mojado después de comer y le ha dado un corte de digestión.

Down parecía algo abrumada.

—Espera, espera un minuto. ¿Gear? ¿Base para villanos? Pensarás que soy una idiota, pero no tengo idea de qué estás hablando. Tú y yo tenemos mucho de qué hablar. En el jodido pabellón de señoritas descarriadas no nos enteramos de una puta mierda.

Se incorporó en la cama y miró a Jin con intensidad.

—Escucha: Tengo una abogada, es una imbécil, pero con las pruebas de tu expediente y el mío hasta ella sería capaz de detener lo que está pasando aquí. Lo que sea que planean hacer contigo, no vamos a dejarlos, ¿Ok? Claro que no nos vamos parar ahí, yo quiero salir de aquí tanto como tú. Oye, si encuentras una manera de quitarme esto —señaló a la muñequera que inhibía sus poderes—, te garantizo un vuelo en primera clase a cualquier lugar del mundo. Down Airlines, es la única forma de volar.

Miró hacia el hall de entrada y agudizó el oído. La enfermera y el guardia todavía seguían allí.

—Trataré de sacarte de aquí, prepárate, pero antes, dime cómo puedo ponerme en contacto contigo cuando esté fuera de aquí. Como te dije, necesitamos hablar.

Un enfermero surge por detrás de los guardias, revisa a Trix y lo cubre con una lona. Dos guardias traen una camilla, lo suben y comienzan a trasladarlo fuera.

Un guardia se acerca a tí, con unas esposas de restricción total (esas que toman tobillos y muñecas). Nos vas a dar el placer de resistirte?

Levantas la vista, y ahí lo ves. Claro... cada centímetro de la prisión tiene cámaras; excepto ellugar extraño donde Ráfaga te había llevado.

- Habla con Alexander, es un buen tipo... me consiguió lugar en el equipo de limpieza, y aún si me agarran, él sabrá a quien sobornar para que me deslicen una nota. 

Se gira para ocultarse, pero antes de irse se lo piensa mejor, y te deja en la palma de la mano una pequeña media esfera. Es liviana, parece hecha con papel higuiénico mojado y secado, pero con algo dentro.

- No lo aprietes, ni lo mojes. Gear dice que puede interrumpir los circuitos principales de energía de varios dispositivos, pero que no intente usarlo en las muñequeras porque tienen una batería propia. No sé bien lo que significa, pero sé que, cuando funciona, interrumpe los cerrojos eléctricos y apaga las cámaras. Tienes que ponerlo pegado a lo que quieres joder.

Se esconde tras la puerta de los medicamentos (que no es la puerta principal, por las dudas te aclaro).

Extiendo las mano sonriendo mientras niego con la cabeza.

Pero guardias...si soy un preso modelo y lo saben. Seguro que cuando se aclare este malentendido nos reiremos todos muchísimo...excepto el pequeñajo, claro.

Poco me importa que haya cámaras. Lo se perfectamente. Es solo que disfruto tocándoles los cojones y haciéndome el tono.

Down examinó brevemente aquella cosa que Jin le había dado y sonrió con satisfacción.

—¿En serio hace todo eso? ¡Lindo juguete! Gracias.

Guardó el artilugio bajó el traje que mantenía su cuerpo frío, cómo había hecho con el expediente. Sus ojos azules brillaron exultantes, cuando miró de nuevo a Jin.

—Tú y yo vamos a hacer grandes cosas, “colita”. Pronto me pondré en contacto contigo. Ahora escóndete y ponte alerta, voy a tratar de sacarte de aquí.

Down esperó a que Jin le hiciera caso e inmediatamente después emitió un agudo chillido, seguido de un lastimero gemido. Una voluminosa enfermera entró en la habitación.

—¿Qué te pasa? —le preguntó, sin demostrar verdadero interés, mientras se acercaba a su cama—. ¿Qué es lo que sientes?

Por toda respuesta, Down volvió a berrear con fuerza y se dobló ligeramente, llevándose ambas manos al vientre, con el rostro contraído en una mueca de dolor. Entre sus párpados apretados, observó disimuladamente el rincón donde se había escondido Jin y comprobó que ya no estaba allí. Ese muchacho sí que era escurridizo.

Down contrajo las piernas y las abrió, apoyando los pies en los bordes del colchón.

—Estoy sintiendo un gran dolor —dijo con un hilo de voz y se llevó las manos a la entrepierna—. Justo aquí. —miró a la enfermera con ojillos suplicantes—. ¿Podría meter uno de sus rechonchos dedos adentro para ve que anda mal?

A continuación comenzó a reír a carcajadas. La enfermera le clavó una mirada de desprecio y se dirigió hacia la puerta.

—Pendeja de mierda —masculló—. Reactor tendría que haberte matado.

Down continuó riendo, hasta que la enfermera hubo cerrado la puerta a sus espaldas, luego se relajó en la cama y estiró las piernas. Una amplia sonrisa permaneció en su cara por un buen rato. Por primera vez en meses sentía que había esperanzas. Si no podía salir de allí, al menos estaba segura de que podría joder bien jodidos a los hijos de puta que la mantenían encerrada. Si creían que se rendiría sin dar pelea, iban a llevarse una gran sorpresa.

Mientras los guardias te esposan, el Doctor aparece a la carrera, ignorando a todos para acercarse a Trix. Sin siquiera inclinarse, solo lo mira y se vuelve hacia uno de los guardias. - Sácalo de aquí. A la morgue.

Cuando recorre el lugar con la vista se fija en tí, y abre los ojos. ¿Qué hace él aquí? Grandulón, tendrías que estar en la Enfermería!

El guardia que te tiene cogido del brazo lo mira (o al menos, gira el visor de su casco hacia él). Tenemos que llevarlo a confinamiento, es culpable de matar a ese, dice señalando al cuerpo desmadejado en el piso.

- Yo me arreglo con las autoridades; ¿tengo que recordarte que tengo autoridad aquí? El Doctor lo dice con voz pausada y calma, pero hay un dejo innegable de amenaza en sus palabras.

Se acerca a tí y te mira fijamente. Su voz suena en tu cerebro. Voy a averiguar cómo y por qué te escapaste. Sé que me escuchas.

Con un empujón, te conducen hasta la enfermería.

Sigo sonriendo mientras camino tranquilamente y repito en mi mente la letra de una nana una y otra vez.

Finalmente el guardia empujó a Tank en la sala de internación. Allí la enfermera lo ató nuevamente a la cama bajo la supervisión de los guardias.

- El Doctor vendrá en una hora, cuando termine el papeleo. Mira a Tank de arriba a abajo, con una mueca desagradable. Al menos no tengo que bañarte. 

Me tiendo en la cama riendo.

Ves tío?...si lo hice por ti...porque me preocupa tu fobia al agua y al jabón. Luego me giro hacia la pelirroja. Que hay pelirroja...quieres que te bañe yo con esponja?.

Down miró de reojo a hombre metálico y sonrió levemente.

—¿Tiene que ser con una esponja? Creo que te falta algo de imaginación. ¿Dónde has estado? ¿Te quitaron las abolladuras o algo así?

Te podría dar el baño con la brocha preciosa...pero no creo que lo digas en serio, así que con la esponja tendría que ser. Río de nuevo mientras la miro con lascivia.

Pues me escabullí de los guardias. Los muy capullos se pusieron a discutir quien había dicho que me tenían que trasladar, así que me fui a ver culos peludos a las duchas. Luego un tipo se resbalo en el baño y parece que me culpan a mi... le miro con mi mejor cara de inocencia.

Down pareció reflexionar un instante.

—Así que te fuiste a mirar culos a las duchas y te aprovechas de uno que se calló. Y yo que creí que te gustaban las mujeres. —se encogió de hombros—. Bueno, en una cárcel debes estar abierto a todas las opciones, supongo. —miró a tank con un gesto de sospecha burlona—. ¿Sabes qué creo? Creo que te estás esforzando por que te manden al sueño, sólo para estar conmigo.

Pues no seria un mal plan guapa...peores aventuras me he corrido yo por estos pasillos. Aunque no me termina de convencer eso de que la chica tenga los huevos mas grandes que el chico. Me tiendo en la cama algo mas serio, mientras siento como la euforia de la ducha caliente va desapareciendo poco a poco.

Down observó a Tank un buen rato, con mirada analítica.

—¿Te molesta si te pregunto algo? … ¿Por qué estás aquí? Quiero decir… además de por violar culos peludos.

Que porque estoy aquí?...pues porque los humanos son una panda de quejicas. Yo mato a algunas personas con mis poderes, y soy peor que uno que lo hace con una pistola...cosas de la ley, ya sabes. Tu has matado a tu padre, y por eso estas aquí, cuando en mi barrio había chiquillas de 8 años que le clavaban a su padre un cuchillo en el corazón porque las violaba.

Callo un momento mientras pienso en su pregunta.

Yo era jefe de una banda en un mal barrio. Mate tanto como el que mas...pero joder, había gente en mi banda que mato a mas gente con armas y no estan en un sitio tan jodido como este.

Cuando Tank mencionó aquello de las chiquillas violadas por sus padres, su gesto risueño desapareció súbitamente y fue reemplazado por una expresión sombría.

Down se dio la vuelta sobre un costado, dándole la espalda a Tank y contrajo las piernas, adoptando una posición fetal.

—La diferencia está en que nosotros somos las armas, Tankie. No estamos aquí tanto por lo que hemos hecho, como por lo que ellos temen que podríamos hacer.

No me doy cuenta de la reacción de la pelirroja porque en ese mismo momento no estoy mirándola, aunque elevo una ceja cuando me llama Tankie. No estoy muy acostumbrado a diminutivos de mi nombre.

Pues no se que temen que hagamos. Tu por ejemplo tienes educación y tal vez eso te permita tener ambiciones. Yo en cambio, me conformaba con tener mi barrio. Era seguro para las gentes que me apoyaban y un infierno para mis opositores, pero así es la cosa. Yo no pensaba salir a matar al presidente ni robar bancos federales. Me conformaba con matar a alguien de vez en cuando, jugar unas partidas en la xbox con mis amigos y un chochito a la semana a ser posible. Callo unos instantes antes de continuar. Tampoco creo que realmente les preocupe lo que podemos hacer..solo estamos aqui porque somos diferentes y nos tienen miedo.

Down permaneció en silencio unos instantes y luego cerró los ojos.

—Hacen bien en tener miedo —acomodó la cabeza en la almohada—.Si yo saliera de aquí, me desharía de cada hijo de puta de este mundo. Tú podrías jugar a la Xbox, podría dedicarte tranquilo a los chochitos y las niñas de ocho años estarían a salvo. Cambiaría la historia de la Humanidad. Haría que todo fuera como debería ser. —suspiró profundamente y se cubrió hasta el cuello con la sábana— Y nadie quiere eso, ¿verdad?

Hay demasiados hijos de puta pelirroja...y son los que mandan. Ellos son los que no quieren que la gente como nosotros asome la cabeza para que no les quitemos sus mierdas...a menos que estén amaestrados como los héroes...que tampoco pueden salirse del guion, o terminan aquí junto a nosotros. Luego me río y niego con la cabeza.

Hagamos un trato...si salimos de aquí y me presentas a alguna amiga facilona tuya, te acompaño a matar hijoputas...de acuerdo?.