Partida Rol por web

TrapperaII llevaba años decelerando, os acercabais al sistema Próxima y estabais un poco nerviosos. Todos teníais dudas. Habíais despertado dos años antes de vuestro letargo junto al resto de la tripulación, la Doctora Fisher, el Capitán y piloto Phillips y el intendente Petrov. Durante el primer año la tripulación realizó una rehabilitación intensiva en la cual el Capitán Phillips presentó varias alteraciones sistémicas. Al parecer y según la Doctora Fisher el proceso de Suspensión había podido tener algún fallo durante el viaje y varios de sus órganos se encontraban al borde del fallo sistémico.

Se gastaron muchos de los recursos de la nave pero el final parecía inevitable. Tras daros la mayor cantidad de pautas e indicaciones vuestro Capitán Phillips murió ocho meses antes de llegar a vuestro destino en una horrible hemorragia masiva interna. Vuestro Ingeniero Gregor Jhonson, ideó el lanzamiento de su cuerpo en su ataúd para que orbitara alrededor de un Asteroide por identificar.

Los ocho meses siguientes estuvieron llenos de dudas, pero el aterrizaje debía ser perfecto y pasaron el tiempo calculando la maniobra de entrada a la atmósfera, que debía ser la más crítica ¿Qué otra cosa podían hacer? 

Estabais todos preparados y en vuestros puestos. Estabais tan tensos que las gotas de sudor viajaban a través de la nave formando pequeñas formaciones de licuor en las regiones más insospechadas de las juntas de la nave. Aunque no habíais intercambiado apenas palabras, quizá debido a la tensión, quizá debido al dolor de la pérdida reciente y quizá debido al temor a la muerte, el día había llegado, entrábais en la ruta trazada y todos los cálculos estaban hechos para una entrada en la atmósfera perfecta, pero habían tantas cosas que iban a salir mal....

El planeta PróximaII a simple vista no se parecía en nada a los datos que tuvierais de siglos pasados, estaba envuelto en una atmósfera densa y opaca que se agitaba violentamente, según la señal de socorro la atmósfera era perfectamente respirable, y el planeta poseía superficie terrestre. No obstante acercaros a aquel planeta mediano y gaseoso, ahora tan gigantescamente aterrador, os produjo una enorme congoja e hizo que las piernas os temblaran.

Vuestra nave, la TraperaII estaba en el ángulo perfecto para entrar en la atmósfera, todos estabais pendientes de todos los números y cifras de la nave por lo que era difícil no hacerla aterrizar entre todos. Por su lado la Doctora Fisher se había quedado en la sala médica en una de las sillas de seguridad que había, por si hubiera algún herido poder esperarle allí.

Todos los aparatos de medición empezaron a volverse locos y la nave se sintió como un enorme barco contra el que embestía una ola gigante sin embargo no había nada en el extenso radar y ninguno de los presentes había detectado nada anómalo en los sensores salvo el sensor de altitud y otros medidores de vacío que habían explotado segundos antes de la terrible embestida. 

La nave empezó a verse arrastrada por la capa más externa de la atmósfera como una piedrecita en la superficie de un lago hasta que la tripulación que se recuperaba del golpe había detenido la rotación de la nave que ahora, al rojo vivo, caía en picado a través de la atmósfera de PróximaII. Todas las alarmas de la nave sonaban pidiendo la evacuación, pérdidas de presión y destrucción inminente, no había manera de que aquello saliera bien y debían salvar parte de la nave si querían averiguar lo que había sucedido, si es que sobrevivían.

La caída era inminente, lo importante era salvar cuanto pudiéramos la nave, que se precipitaría sin más, tocaba aterrizar con estilo.

Había realizado algunas prácticas en simuladores, lo justo para manejarme en situaciones normales, ir de aquí para allá, pero nunca jamás se me había ocurrido cargar un programa de aterrizaje forzoso.

- ¡Mierda Lewis, ven a echarme un cable! - dije mientras corría hacia los mandos del piloto - Ponte ahí y tira conmigo hacia donde yo vaya moviéndolo - le indiqué.

Si hubiéramos tenido piloto quizá hubiera sido mucho más tranquilo todo, pero ahí me encontraba yo, sentándome en la silla de nuestro compañero fallecido mientras el sudor me recorría por la frente y tomaba los mandos.

Desbloqueé el control automático mientras sujetaba los mandos con una mano y con un pie, a sabiendas de que, probablemente, fueran a dar un golpe que no ayudaría nada a tomar el control. Sentí el tirón de los mandos al pasar al modo manual, por suerte, aquella postura incómoda ayudó a que no se sintiera tanto en mi cuerpo.

Puse toda la teoría en práctica, quizá me saltase alguna parte, para el inminente aterrizaje y todo parecía ir bien, al menos parecía que íbamos a lograr aterrizar con esilo.

Gregor estaba ya mayor para ponerse nervioso con estas cosas. En su vida había demasiadas complicaciones, y el miedo a la muerte no era algo ya que le causara demasiado nervio. Con rapidez se dirigió a los mandos de la nave. Había varias cubiertas cuyo blindaje había sido arrancado por la fuerza del impacto con la atmósfera. Si conseguía minimizar la presión interior, si conseguía cerrar las compuertas de los compartimentos de la nave que se veían más afectados, conseguiría controlar el interior de otras zonas y mantenerlas herméticas, de tal modo que podía disminuir la fuerza de succión y que la nave atravesara la atmósfera en mejores condiciones. 

Fue tocando botones y viendo escáneres de las diferentes zonas de la nave. El capitán había muerto y no había nadie a quién informar, por lo que permanecía en silencio mientras hacía todo esto. 

La Trapera II había entrado en la atmosfera de Próxima II y todos los controles se habían vuelto locos, el porqué ya daba igual ahora mismo lo único que podían hacer era intentar llegar de una pieza al suelo.-¡He redirigido la energía de los sistemas auxiliares a los motores!¡Tienes que estabilizar la nave Gregor, tenemos que reducir la velocidad o nos haremos picadillo cuando toquemos tierra!¡Los escudos van en automático pero los sensores se han vuelto locos, no puedo con todo!.-Lewis se esforzaba en seguir la indicaciones de Barney aunque el entrenamiento del clon no cubría las tareas de pilotaje sus programas de condicionamiento le hacían un excelente compañero de equipo. A medida que descendían las derivaciones de energía le permitieron al piloto ir descendiendo la velocidad paulatinamente.

-¡Voy a liberar por paracaídas atmosféricos en secuencias regulares! No nos detendrán, pero me darán algo de tiempo mientras reconfiguro los escudos. Voy a sellar las áreas sin personal para recuperar presión dentro del casco y dejaré el soporte vital activo solo durante una hora más. ¡Esto va a ser un todo o nada!¡Aseguraos a los asientes el impacto va a ser tremendo!-a pesar del intento de la maniobra de emergencia la nave ya había entrado en barrena. A medida que caían los paracaídas fueron abriéndose en un desesperado intento de frenar la nave, sin embargo no solo no la frenaron si que al desprenderse arrancaron trozos del fuselaje de las cubiertas exteriores dañando el sistema de escudos trasero impidiendo así la correcta derivación de energía. Iban a chocar a toda velocidad y solo el casco absorbería el brutal impacto.

Ante lo inminente de la caída Toko apretó los dientes. Guardo silencio mientras Lewis y Barney trataban de pilotear aquel ataúd metálico que a fuego vivo en su cubierta exterior parecía querer engullirlos.

Las consolas frente a ella emulaban el carmesí de la cubierta con titilantes luces naranjas y rojas señalando la precaria situación que ahora vivían. La mujer asistía lo mejor que podía ante falta de datos apropiados. Los sensores y el radar no aportaban mucho más que  datos de imprecisas nubes grises, gases que imposibilitaban una lectura apropiada del terreno.

A mucho andar  creyó encontrar algo que les ayudara pero no estaba muy segura de ello, no se fiaba ya ni del escáner, ni los sensores ni del radar o tan siquiera de sus propios ojos.

Hizo lo que pudo y sugirió la locación a la computadora de abordo que les ayudaba a dirigir la ruta de descenso.

La TrapperaII recupera el control atravesando una densa y opaca capa de atmósfera, pese a todo, vuestros nuevos pilotos mantienen la nave es descenso controlado, aunque los equipos fallan a medida que la nave desciende envuelta en una nave de fuego. Cubrís bien los visores de vuestros trajes de supervivencia mientras tornillos y chapas vuelan por dentro de la nave golpeando las paredes. 

Gregor asegura los compartimentos de carga asegurándose en un lado del pasillo cerca de la bodega principal junto a Petrov, han salvado el cargamento, o eso creían hasta el momento en que la nave se parte en dos justo donde Gregor se encuentra asegurado en su asiento de seguridad, el grito de Petrov al salir despedido entre trozos de fuselaje apenas ha durado medio segundo y su silueta se pierde mientras Gregor cierra las compuertas para asegurar la supervivencia de la nave, y sujetándose a la silla al borde del abismo solo le queda que las fortunas le sonrían.

Toko Fukawa tiene el lugar, una pequeña depresión que ayudará a la nave a frenar. Barney y Lewis salen de la capa de nubes para encontrarse un planeta azul y verde, lleno de selvas y mares. Toko les ha indicado directamente aterrizar sobre el mar, pero Barney y Lewis enderezan alargando todo lo posible el recorrido, ajenos a donde se encuentra el resto de la tripulación.

El momento se acerca y por fin tocan la superficie del mar, justo cuando ven tierra. La nave rebota como una piedra en la superficie de un lago y el vuelo se alarga unos minutos más hasta pasar la cercana costa... tal vez hubiera sido mejor el agua, Vuelven a colisionar esta vez con el suelo, la nave desbroza árboles hasta que encuentra el que le hace torcer el rumbo y perdeis el escaso control que pudierais tener. Volando y girando caeis a un pequeño mar donde la nave se hunde irremediablemente.....

Al fin atravesamos el mar de nubes por debajo de la atmósfera de Próxima II, si no hubiera tenido que estar tan sumamente concentrado en el "pilotaje" y con los brazos tan agarrotados por la tensión, me hubiera encantado observar el paisaje del planeta desde aquella altura. Pero en aquel momento solo pensaba en poner la nave a salvo de forma segura, o tan segura como pudiera, dadas las circunstancias.

Escuché a Toko dar órdenes sobre cual sería el mejor lugar donde aterrizar, pero tenía demasiado bien encarada la Trapera II como para dejarla caer a plomo.

El descenso "controlado" ayudó a que la nave planease sobre el agua después de un primer contacto con ella. Si de niño me hubieran dicho que yo iba a formar parte de la piedra sobre el lado, me hubiera reído de aquel que me hubiera dicho semejante tontería, pero aquello era una realidad, volábamos gracias al golpe con el agua. Imaginé como de terrible sería hacerlo sin aquel armazón de nuestro transporte a nuestro alrededor y descarté la imagen por ser demasiado bestia y me preparé para que la nave cayera de nuevo sobre el suelo que veíamos acercarse.

El vuelo extra nos llevó a dar contra el suelo y la vegetación de este y ello nos hizo perder el control, agarraba los mandos, pero la nave no seguía los tirones que le daba, al fin y al cabo estábamos ya en el suelo, no era aquello un coche con ruedas. Finalmente salimos disparados sobre una masa de agua, no tan grande como la del océano. Mantengo una mano sobre los controles, pero levanto la otra para llevármela al casco intentando protegerlo de alguna manera, justo antes de la colisión.

¿Puede ser que la nave tuviera algún mecanismo de flote en el caso de que cayera al mar? No parece que sea una idea tan descabellada, dado que partíamos a colonizar un planeta que no sabíamos como era. Podría ser un planeta cubierto por entero por agua y deberíamos de haber pensado en ello.

Si no fuera así, se me ocurre que los drones podrían tener su propio impulsor y que podrían salir a la superficie y empujar hacia arriba lo que quedaba de nave, esperando poder usarlos como "motor de barco" hasta que encallemos en algún lugar que impida que la nave se hunda en el fondo del mar. 

A medida que la nave iba entrando en la atmosfera el casco dejo de derretirse gracias a la desesperada deceleración que habían logrado los pilotos. El armazón se iba desguazando a medida que la presión de la reentrada amenazaba con aplastarles como una nuez bajo el implacable yugo de un abridor que amenazaba con aplastarles de un momento a otro, la situación en el puente de mando era desesperada. Todo lo que no estaba bien sujeto volaba de un lado a otro convirtiéndose en una metralla letal, los chispazos y las perdidas de presión iban abriendo brechas en los diferentes cuadros de mandos convirtiendo la maniobra de aterrizaje en una verdadera pesadilla. Lewis tuvo que agacharse sobre los mandos tras el impacto de un tornillo contra la escafandra del traje espacial, al principio temió que la brecha le despresurizara, sorbiéndole los sesos por el diminuto agujero; sin embargo en aquella ocasión había vuelto a nacer. El impacto había resquebrajado por completo la parte frontal de la escafandra, menos mal que la Tyrell Co había invertido en modelos última generación, la distribución de la presión por impacto le había salvado la vida al soldado clon. Le debía la vida a un puto y diminuto sensor.

En mitad de todo aquel caos, una única alarma se apagó, alguien había conseguido sellar el compartimento de carga. Los niveles críticos de presión empezaban a descender para alivio de todos, aunque eso no hacía que la situación estuviera controlada ni mucho menos. El primer impacto sobre el mar les hizo perder el tren de aterrizaje y parte del fuselaje inferior, eso les ayudó a ir frenando. Los chirridos de la nave eran confundidos con desgarradores gritos de dolor mientras la idea de que la nave se partiera no dejaba de sobrevolar la mente de la tripulación. El segundo impacto fue algo más suave, el agua empieza a entrar por las brechas del casco, aumentando la frenada a medida que la cascada de perdida de sistema se vuelve exponencial dejando inservible el cuadro de mandos. Una vez tocan tierra el cambio de densidad entre el agua y la arena de la playa hace que la nave empiece a girar como un peonza de forma totalmente errática y descontrolada en el momento enq que las alas son arrancadas por las fricción con la foresta, aquello casi podía parecer un triunfo pues a medida que la nave iba dejando un surco de devastación entre la arena y la vegetación de la costa iba frenando a marchas forzadas. Al igual que el destino le había perdonado la vida a Lewis ahora iba cobrarse la deuda en una macabra carcajada. Cuando la nave chocó contra el arrecife todos pensaban que por fin se detendría, nada más alejado de la realidad, la tremenda colisión hizo que el desguazado vientre de la nave resbalase sobre la húmeda escollera propulsando el descontrolado avance de la nave como si de un engrasado tobogán se tratase. Cruzaron el aire por última vez antes de aterrizar en un contundente barrigazo, que a punto estuvo de arrancarles las cervicales a más de uno, en mitad de uno de los múltiples mares interiores del maldito Próxima II.

En ese momento el programa condicionante del clon tomó el mando del soldado por instinto puro, tras años de entrenamiento este estaba profundamente anclado en su subconsciente permitiéndole reaccionar a nivel cognitivo. Trató de liberarse de los anclajes de seguridad lo más rápido que pudiera para empezar ha asistir al resto de la tripulación durante la evacuación.

Los restos de la mitad de la nave, casi desguazada y con montones de salas perfectamente selladas da un fuerte golpe contra el agua y durante unos segundos perdéis la consciencia. El calor del aterrizaje, los golpes de la nave y la colisión del aterrizaje os tienen completamente aturdidos, pero sin pensarlo y mientras la nave se hunde a una velocidad vertiginosa, Gregor busca las escotillas y las abre rápidamente.

El aire dentro de vuestros trajes espaciales, casi intactos, os catapultan a la superficie. Con una visibilidad nula llegais después de dos horas de flotación hasta una orilla cubierta de materia orgánica en su totalidad. El pecho os aprieta tanto que sentís estar en una cámara barométrica. Los parámetros de vuestro traje espacial, levemente dañado y no muy exacto os indica que es seguro abrir el traje, por lo que poco a poco os vais desprendiendo de ellos a medida que recuperais el sentido y haceis un recuento de heridos.

La gravedad y la cantidad de oxígeno en la atmósfera son ligeramente superiores. Os provocará un poco de dolor de cabeza los primeros días pero podreis adaptaros gracias a vuestro entrenamiento.

Solo os encontráis vosotros cuatro en la orilla, malheridos y temblorosos, no necesariamente con miedo al fin y al cabo habéis sobrevivido a una catástrofe. Pero no podéis evitar los temblores de la gran cantidad de hormonas segregadas en vuestro cuerpo.

Frente a vosotros se encuentra una masa de agua que sabeis no es infinita, pero de la que tampoco veis el final desde esta orilla. A vuestros pies un suelo compuesto de deshechos orgánicos y por todas partes un bosque clónico de lo que parece alguna clase de conífera de madera oscura.

El cielo está cubierto solo por una delgada capa de nubes, y todo a vuestro alrededor huele a humedad concentrada, se encuentra mojado y reina un silencio bastante inquietante en el que el siseo del viento en las inamovibles copas de los árboles es lo único que consigue adivinar vuestro oído.

Sea como sea, no os va a bastar aguantar sin más en este lugar. Si quereis tener posibilidades de sobrevivir, debeis preparar un lugar adecuado para la próxima expedición que se encuentra en estos momentos en camino de PróximaII

En una situación como aquella solo un soldado entrenado como Lewis podía mantener la sangre fría. El lugar de actuar con velocidad el clon esperó a que el agua se colará en el casco, en ese momento todos pudieron comprobar que el traje espacial les resultaba más útil y manejable en ese modo. Ayudándoles a avanzar en lugar de entorpecer sus movimientos. Fue ayudando a liberar a sus compañeros de uno en uno, algo impositivo en su programa de condicionamiento, a medida que ellos salían él trató de enviar hacia la superficie la carga sellada pues al fin y al cabo ese tipo de mercancía flotaría. Lewis se retrasó tanto como pudo nadando por el interior del casco liberando tanta carga como pudiera, a la larga su supervivencia dependería de los equipos que pudieran recuperar de la nave. Esperaba poder eyectar alguna de las capsulas salvavidas, quizás la parte de la nave que estuviera mejor equipada para una situación de supervivencia como aquella.

Una vez fuera del casco reguló el sistema vital de su traje para reducir el flujo de oxigeno de manera drástica, pudiendo así controlar no solo la flotabilidad en su ascensión llegando ha hacer una pequeña parada para tener una descompresión mucho menos agresiva. Así una vez llegaron a la playa el soldado pudo adaptar los índices del traje a la atmosfera local, cuando se quitó el casco presurizado las molestias fueron mínimas. 

De forma mecánica y metódica Lewis busco un lugar seco hasta donde arrastrar su maletín sellado de Tyrell Co. De el sacó un blindaje ligero personalizado, empezando a cambiarse a medida que analizaba el posible entorno hostil preparándose para los contratiempos que pudieran acontecer. Vigilaba y cubría a sus compañeros, estaban vivos, solo eso ya era una gran noticia aunque era muy posible que ellos necesitasen más tiempo para adaptarse a la atmosfera de Próxima II. La humedad y el entorno selvático del planeta no lo convertían en un terreno precisamente fácil de recorrer.

A pesar del accidentado aterri-amerizaje, fuimos capaces de salir de lo que quedaba de nuestra nave y de nadar hasta la orilla donde comprobaríamos que la atmósfera era respirable.

Me quité el casco y me puse de pie. Costaba ponerse de pie, pero todo podía estar relacionado con el accidente del que acabábamos de salir, en cierta medida, sanos.

- ¿Estamos todos bien? - pregunté comprobando cuantos habíamos llegado hasta ahí.

Me fui quitando el traje mientras comprobaba mi propia integridad física, sentía algo de daño en el cuerpo, por la violencia de la caída, y sentía algo de dolor de cabeza.

Me agaché y apoyé una de mis manos en una rodilla mientras la otra la llevaba a la cabeza intentando relajarme y deteniendo el ligero dolor de cabeza que sentía, supuse que, por el aparatoso aterrizaje.

-Fisher, abandona la nave. ¿Me escuchas? Estamos haciendo agua.

Fue lo único que pudo hacer Toko en el corto tiempo que se le habilitó hasta que Lewis la ayudo a salir de su asiento y flotar hasta la superficie.

Cuando la nave saltaba y rebotaba entre árboles, arrastrando la barriga por la masa de tierra dejando un surco y pedazos de si desperdigados por doquier, o incluso cuando el rebote en el agua se le hizo insoportable la mujer solo se concentraba en respirar sintiendo cada embestida es su frágil fisonomía.

Ella, una erudita en su campo, en un laboratorio o frente amontones de informaciones abstractas para otros bastaba una ojeada de sus ojos rasgados para asimilar cualquier variante y formular procedimientos adecuados; ahora, solo se dejaba llevar hasta la orilla consciente de su propia incapacidad física para hacerle frente a esta situación.

Trato de respirar lento buscando aclimatar sus pulmones pero el creciente dolor de cabeza obstaculizaba sus intentos. Por varios minutos observó en dirección al agua con anhelo esperando ver emerger la figura de la doctora pero finalmente esto no sucedió.

Busco entonces centrar su atención en algo provechoso mirando al cielo tratando de adivinar, a través de la capa de nubes, cuanta luz solar les quedaría hasta el anochecer. ¿Funcionaria su reloj de muñeca sincronizado con anterioridad con el ciclo diurno del planeta?

-Si hay depredadores en la zona el ruido y el olor a quemado  los habrá espantado al menos por unas horas, pero hay que estar atentos.

Trago un momento reuniendo fuerzas, sentía una inminente mala jugada del destino acechándola, y de ser así quería impartir lo poco que pudiera a la supervivencia del grupo.

-Necesitamos fuego. Aunque haya humedad materiales combustibles y algunos no combustibles se queman fácilmente en ambientes ricos en oxígeno como Proxima. El oxígeno acelera la combustión pero no recuerdo el porcentaje de oxigeno presente. Por encima del 25%, la situación se puede volver peligrosa, pudiendo alcanzar la reacción de combustión carácter explosivo ser cautelosos en eso por favor.

Recomendó, aunque por un segundo sus ojos se posaron en el explorador del grupo.

La gravedad del nuevo planeta producía algunas náuseas, pesadez y descoordinación en general. 

La prioridad era clara, recuperar equipo de la nave. ¿Qué teníais? Trajes espaciales tan solo. Eran herméticos y podíais cerrarlos para hacer flotadores con ellos. Serían incómodos pero os permitirían llegar hasta donde aún se veía la señal humeante desde el agua donde la nave había desaparecido. No obstante sería peligroso y difícil, y tal vez conveniera explorar la zona en la que os encontrais y dejarlo para mañana, arriesgandoos al hambre, el frío y las condiciones del planeta.

La gigantesca masa de agua apenas tiene movimiento de olas y no es agua salada, aunque tampoco la reconocéis como dulce, será necesario recuperar algunos elementos de laboratorio de Fukawa si queréis saber de qué estáis rodeados.

En la nave llevábais casi de todo, vehículos para toda clase de terreno, elementos de construcción, laboratorios, sintetizadores de humedad, equipos de radio y comunicación....* Aunque la nave se partiera y gran parte de la carga se haya perdido. Gregor la ha salvado en gran medida, así que es muy probable que podais encontrar de todo ahí abajo

El clon se recuperó muy deprisa, quedándose poco tiempo ocioso mientras examinaba los detalles de la situación antes de dirigirse a sus compañeros.-Bajaré yo, no puedo permitir que otro tripulante corra riesgos. Barney voy a necesitar tú traje el mío tiene la escafandra agrietada y varios sensores dañados, quizás ese líquido que parece agua tenga un ph inadecuado para los sistemas. He podido comprobar que la flotabilidad es mucho mayor a la habitual, ese líquido es más denso que el agua, eso unido a que los trajes están llenos de aire hace que flotemos. He pensado en atar mi escafandra y otra a mi cintura llenándolas con peso, me acabo de dar cuenta de que no hay ni una maldita piedra. ¿No os parece raro de cojones? Ni una puta piedra en todo el campo visual.

Ayudadme a rascar arena de la playa para llenar las escafandras, iré andando por el fondo. ¿Gregor podrías desmontar las luces de mi traje para que las pueda usar bajo el agua? Cuando vuelva podemos derivar el suministro de aire de mi traje para recargar el de Barney; no sabemos cuando lo volveremos a necesitar. ¿Sería posible qué me guiases por el intercomunicador de los trajes?. A lo mejor en función de como respondan las comunicaciones podemos averiguar algo más de este líquido más denso que el agua. 

Antes de proceder a la inmersión necesito prioricéis lo que debo rescatar, si hay que hacer varias inmersiones la haré, pero debemos aprovechar ahora que el impacto habrá asustado a los posibles animales que ronden en las cercanías. Mi prioridad en este primer descenso sería conseguir eyectar una cápsula de escape, en ella encontraremos lo básico para sobrevivir en caso de accidente, aunque gracias a Gregor podemos aspirar a mucho más. Decidme ¿qué necesitáis?-ciertamente el programa de condicionamiento del soldado Lewis estaba perfectamente implantado en su cortex, para mantener la calma y ofrecer apoyo, a la par que protección, a la tripulación en caso de necesidad.

No había terminado de hablar Lewis y Gregor ya estaba desmontando las luces. Era una tarea que había hecho en numerosas ocasiones así que no era para él una tarea difícil. 

- No sólo las voy a desmontar, sino que además te las voy a fijar en la hombrera para que tengas las manos libres. Si ajusto esto por aquí, la luz se moverá cuando muevas la cabeza. Siempre iluminará allá donde mires. He intentado mejorar el sistema y limpiar los cristales para que iluminen algo más en ese agua tan densa. No sabemos qué oscuridad habrá abajo. 

Después de hacer todo ello se giró hacia el enorme hombretón. 

- Tengo unos drones abajo, son como arañas. Lo uso para casi todo. Creo que podrían servirnos para explorar con mayor facilidad. Y creo que podrían servirnos para sacar la nave a flote. Si los activo desde aqui, puedo manejarlos por la nave para activar elementos de manera remota y sin gastar oxígeno. Podemos hacer que ellos sean nuestras manos allí abajo... y aquí arriba.