Partida Rol por web

Entre el conocimiento y la fe (HLCN)

Introdución: Un pueblito en las nuevas tierras del Rey

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11/03/2013, 00:25
Nikolai Vasiliev

Nikolai pensaba que aquel sitio sería tranquilo, que las buenas gentes del lugar oirían sus historias y quien sabe, con suerte le darían unas monedas y todo. Pero la suerte parecía no sonreírle cuando el jinete entró en escena. Bueno, lo peor no era la presencia del jinete misterioso, podía salir una interesante historia de todo aquello, si no a quien representaba el jinete. A la Iglesia.

Vasiliev sabía que la Iglesia siempre contaba la misma historia... y nunca acababa bien. No, definitivamente aquello no presagiaba nada bueno. Si hasta a Nikolai le pareció que se podría estar avecinando una tormenta de malos augurios a lo lejos.

-Ésto no me gusta- era difícil ver al ruso disgustado o de mal humor, pero como él mismo dijo, aquello no le agradaba- esa nota parece portar problemas.

Parecía difícil la idea de que en San Palmaquio pudiera pasar algo malo. Prometía ser un lugar tan halagüeño y acogedor... pero la nota prometía lo contrario. Solo esperaba que la Iglesia no armara demasiado escándalo allí.

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11/03/2013, 01:15
Muerto 13: Antonio Grande "El general"

El ruido alarmo al General, quien reconoció rápidamente que lo provocaba. Detuvo su historia y alzo la mirada en busca del jinete. No parecía que fuera a detenerse para esquivar a nadie. Alzo la voz, llamando a los pequeños a su vera. No se arriesgaría a que sufrieran ningún percance. Varios vecinos tuvieron que apartarse del camino del arrogante mensajero. Antonio se relajo al contemplar que no habían heridos, aunque dejo notar el desprecio y enojo que para él merecía el enviado del virrey.

- Yo mismo hubiera castigado tamaña falta de modales a cualquier hombre bajo mi mando. Irrumpir al galope en un pueblo sin mostrar ni el menor indicio de preocupación por sus gentes. - Siguió gruñendo para sus adentros mientras abría el cerco a sus nietos, dejándolos campar a sus anchas, y acercándose, junto con la multitud, al comunicado. A cada frase la preocupación y cierto temor avanzaba por su rostro. Había escuchado como eran las actuaciones de la inquisición, y por suerte hasta ahora no había presenciado ninguna. Se le había acabado la fortuna. - ¿Que moverá a la Inquisición a perturbar la paz de este nuestro pequeño pueblo? - Miro a los allí congregados, no entendía que interés podían tener en aquella aldea perdida. - Niños, a casa. - indico a sus nietos - Deberemos ser fuertes. Esperemos que la visita de Su Santidad sea breve. - hablo para todos, intentando infundir ánimos. - Si nos mostramos unidos no tardaran en irse, seguros de que aquí no habitan las malas prácticas de las que se nos acusan. No os preocupéis.- Empezó a caminar tras los niños en dirección a casa, pensando que hacer frente a las nuevas circunstancias. - No os preocupéis.- dijo en voz mas baja, casi intentando convencerse a si mismo.

El General empezaba a trazar planes. Pensaba en la posibilidad de mandar a su familia fuera del pueblo hasta que la tormenta amainara. Pero quizás eso despertara la curiosidad y las sospechas, tanto de los enviados del virrey como de los vecinos. Preveía que estos empezarían a delatar a cualquier habitante de San Palmaquio en cuanto la Inquisición pisara el pueblo, aunque solo fuera intentando quitarse de la posible lista negra al parecer un fiel y dispuesto servidor. Por eso menciono lo de mantenerse unidos, era lo mas importante.

Siguió su camino hasta su hogar sin dejar de dar vueltas al asunto. Debía informar a sus hijos. Debía decidir y comunicar que harían para sortear este problema de la mejor forma posible.

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11/03/2013, 02:11
Muerto 17: Diego Diaz

Al escuchar la pregunta de la niña(Isabel "La rubita" Tormes) y la respuesta del otro hombre (AlaAlegre) no puedo mas que sonreír. Disculpara ud señor. Pero por que tanto malgenio. Si quiere venir el obispo como si fuera el papa es lo mismo todos aquí somos buenos cristianos. Luego le hablo a la pequeña.Venga, dame una de esas fresas, que la caza ha estado mal pero el estomago no perdona.
Luego observo a todos los que se han reunido al rededor de ese cartel. Ni que nos fueran a quemar.

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11/03/2013, 03:24
Agapita

La negra Agapita había preguntado sin mirar a los ojos de los presentes y escuchando lo que decían, sus ojos negros se iluminaron con un dejo de angustia.
¿entonces van a venir al pueblo?... Oh Santa Virgen, debo avisarle a mi amo.
Y dejando el puesto de pescado sale corriendo en dirección norte..

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11/03/2013, 03:25
Máster

Bien algunos sabían quién era el amo de dicha mujer, el alcalde elegido por el virrey para dicho terreno. Era un hombre ocupado, y el pueblo era tan pequeño que solo un par de días a la semana se encargaba de asuntos administrativos. Sin embargo era raro que dicha carta no le haya llegado al encargado directamente, algo era extraño.
La mujer negra se aleja y se pierde de la vista de todos.

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11/03/2013, 10:39
Muerto 3: Olwyn Oosterbak

Olwyn llega a la plaza al paso lento de su mula, no va a apresurarse por un jinete misterioso o por el corrillo de gente  que se a reunido alrededor del cartel que ha puesto, y de el puestecito de la chica Tormes "esa chica es demasiado guapa y ya está en edad de casarse, que es lo que debería hacer su abuelo si no quiere problemas. Mi Tomas ya tiene edad también, tal vez debería hablarlo con el"

Cuando se acerca a la gente reunida y escucha lo que dice el cartel deja de pensar en el futuro de su hijo y su cara se avinagra. ¿como pueden pensar que en este pueblo se oculten herejes? "aunque claro, aquí hay muchisimos aventureros, soldados y nobles venidos a menos, demasiados para un pueblo tan pequeño, lo cierto es que es raro"

Con gesto preocupado se queda para hacer negocios, que es a lo que venía al principio. Agapita se ha marchado corriendo así que se queda sin pescado. Pero se acerca al puesto de la Tormes y coge un frasco de miel, mientras lo paga le comenta a la chica -en unos días recogeré las patatas, dile a tu abuelo que le llevare lo de siempre-

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11/03/2013, 18:21
Muerto 6: Eléanor de Montpellier

Su corazón estaba destrozado y no hacía más que culpar a su mente sádica. No paraba de buscar a aquel a quien le dio absolutamente todo, y su mente le hacía ver lo que no existía. Lo que, quizá, no existiría nunca.

Reprimió las lágrimas. Era noble. Era de la familia Montpellier. De su linaje había salido el Conquistador. No podía deshonrar de tal manera más de 200 años de historia por una ilusión, por un recuerdo que debió de encerrarse en lo más profundo de su corazón con llave, y no volver a abrirlo nunca más.

Se mordió los labios, olvidando por completo el peculiar cartel. Ya no le interesaba. En ese momento lo único que quería era volver a su habitación, hundir la nariz en un libro y conseguir olvidar que vivía en ese mundo durante unas horas hasta que su aya la llamara para cenar.

Miró a la muchacha rubia, rodeada de caballeros que compraban manzanas. De forma cruel, pensó que, tal vez, no eran manzanas lo único que querían. Sacudió la cabeza, culpándose por su atrevimiento y negó de forma imperceptible ante el ofrecimiento. No quería fresas, no quería manzanas, no quería nada. Ya se encargaría su dueña de comprar lo que hiciera falta por orden de su madre.

Recordó de nuevo la mirada. Inconfundible. Su mente era perversa. Lo había sido durante largos meses, pero nunca vio la mirada en el resto de la gente con la que se topó. Un hormigueo le recorrió todo el cuerpo y el corazón se le alteró. Cayó en la cuenta tarde. Se percató de que era él cuando ya todo el gentío lo había hecho desaparecer.

No, otra vez no, pensó, desesperada, pasando por entre la gente, sin darse cuenta de que pegaba codazos para poder caminar más deprisa, mientras que se recogía el incómodo vestido para no tropezar con el bajo. No volveré a perderte.

Era obvio. No la reconoció. Claro que no. ¿Cómo hacerlo si se encargaba ella de ocultarse para que no descubriera su estamento? Robando las ropas de su aya y tiznándose la cara con hollín de la chimenea, salió aquel atardecer a las calles de Barcelona, aspirando a algo más que a ser una niña de bien. Fue aquel día cuando lo vio y no pudo sino seguirlo, curiosa. Cuando la descubrió, su rubor podía vislumbrarse por entre el negro del hollín.

Coincidieron un par de veces más en el mismo lugar en los dos días siguientes. No olvidaría nunca la fecha: 22 de julio. Fue el día que lo vio y que deseó que se parara el mundo. Lo observaba a hurtadillas, escondiéndose tras las esquinas mientras lo seguía. Contemplaba todos sus movimientos, pero, sobre todo, se enamoró de su mirada.

No se olvida algo así, se dijo, mientras, una vez más, seguía al hombre de su vida por la calle, deseando que no se hubiera ido lejos. Y le dio un vuelco al corazón cuando vio que se metía en una humilde casa. Su padre la hubiera matado si entraba allí. Y su aya la reviviría para volverla a matar si se llegaba a dar cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

Respiró hondo y se armó de valor, dispuesta a escuchar lo peor: su error. Se mordió los labios y entró en aquella casa. Sin llamar. No tenía costumbre.

-¿Qué día nos vimos por primera vez?- preguntó a bocajarro, sin medias tintas, sin preocuparse lo más mínimo de si la entendería o no. Sabía que la persona indicada sí que lo haría-. ¿Qué día fue?- volvió a preguntar, sofocada, perdiéndose una vez en su mirada. Indiscutible. Era él. Por Dios, tenía que ser él.

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11/03/2013, 20:23
Muerto 20:Alba

- Ya voy tarde. Como siempre. - Pienso mientras me incorporo y me limpio las manos en el delantal.

Miro a mi alrededor y lanzo un sonoro suspiro. Con el enves de la mano, seco unas pequeñas perlas de sudor que han comenzado a aparecer en mi frente. Me agacho de nuevo y rapidamente reocojo el humedo y roido trapo con el que he fregado el suelo de la mansion.

- Esto ya, para tirar. - Tiro el trapo al cubo de agua ya sucio sito bajo el umbral a unos cinco metros de mi. El trapo entra limpiamente hecho una bola en el cubo salpicando unas pocas gotas a su alrededor.

Me encamino hacia la puerta y recojo ahora el cubo secando con los pies descalzos las cuatro gotas que han caido. Tras cruzar el umbral, alzo una mano al cielo para cubrir mis ojos de los rayos de sol. Tantas horas limpiando a la luz de la lumbre requieren un poco de adaptacion al astro rey.

Cuando el halo brillante y estrellado que ha sido mi vision al abandonar la casa que me tocaba limpiar hoy deja paso a la nitidez del mundo real, el revuelo levantado a mi alrededor me deja sorprendida por un instante.

- ¿Y ahora qué? - murmullo en voz baja.

Meto la mano en el cubo y saco el roido trapo que lanzo con desden ahora hacia un monton de maderos viejos apilados para el lote del proximo otoño. Asiendo el cubo con ambas manos, lo vuelco ahora sobre el terreno, derramando el agua sucia hacia una hendidura junto a la calle que hace las veces de acequia.

Camino alegremente hacia el medio del tumulto que muchos de los asistentes ya comienzan a abandonar.

- ¿Qué pasa? - Pregunto al aire directamente secandome de nuevo las manos en el viejo delantal.

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11/03/2013, 21:44
Muerto 14: Dorian "el maldito"

Tras una semana en los bosques ebrio y aturdido amanece Dorian el leñador o como más común se le conocía "el maldito" un estigma que su padre nunca pudo borrar, la muerte de su madre en el parto había bastado para darle tal honor. Ahora sólo el alcohol y la paz de los bosques aliviaban su dolor. Dorian aún fruncía el ceño cada vez que alguno del pueblo lo susurraba mientras el pasaba. Tras enjuagarse el rostro y recobrar la cordura se da cuenta que las provisiones escasean, llena el carro de troncos y comienza su marcha al pueblo.

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11/03/2013, 22:22
Muerto 16: Shuaila

Una vez que nos había tomado mi hija el zumo... fui a la barra le pague y nos fuimos de la taberna... en dirección a casa... que daría por hecho que estaría mi marido en casa, y estaría esperándonos...
Ya estaba más calmada y se me paso el mal trago... ya no quise darle más vuelta... Solo me lleve el susto pero ya había pasado...

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11/03/2013, 22:29
Muerta 11: Isabel "La rubita" Tormes

Escucho a Diego y le entrego la cajita de madera con las fresas, tras coger el dinero que me da como pago, lo guardo en mi bolsillo interior y observo de reojo a Agapita, la criada del alcalde.  - Que raro... tendria que saberlo... que esta pasando? - me quedo pensativa observando como se aleja rapido la mujer negra.

Se acerca a mi puesto Olwyn Oosterbak le saludo - hola Señor Olwyn, vale se lo diré de su parte, gracias muy amable, Dios le bendiga. - le entrega el bote de miel y le da el cambio de lo que le ha pagado al hombre, y le saludo despidiendome. Despues, cuando se aleja mucho Olwyn Oosterbak le entrego a mi abuelo lo que he ganado y le susurro lo que me ha dicho este sobre que en unos dias recogera las patatas y que te llevara lo de siempre, el abuelo asiente moviendo su baston saludando a la gente, y despues suelta humo por su pipa, de la que emana un agradable olor.

Entonces, la jovencita notó que la dama que habia estado leyendo el anuncio se gira y me mira mientras justo cuando acababa de atender al cazador Diego, al soldado Don Alegre y al otro con pinta de pirata un tal Pedro, que me acababan de comprar manzanas y uno fresas, me miraba extraña y entonces, salió de su trance celestial y se dirigió a mi, insistí en las fresas y ella negó mi oferta y se fue a otro lado con elegancia y aire distante.

Grito - fruta freeeescaaa, mieeel...

Me encogí de hombros al ver que nadie iba y me puse a barrer por alrededor del puesto, hasta que llegué donde un caballero que estaba con un lienzo cerca de mi puesto y pintaba con un carboncillo sobre el lienzo, curiosa mire el lienzo apoyandome en la escoba y luego, al caballero que pintaba algo (Antonio Zabala).

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11/03/2013, 22:35
Muerto 22: Francisco Núñez

Por el lado oeste del pueblo, por atras de la iglesia y el cementerio entra desde las afueras del bosque Francisco, hace 2 semanas se habia internado cazando.

Desde lejos ve al jinete que ingresa raudo al pueblo y vuelve a desaparecer, al acercarse al mercado ve a Diego, hijo de un aigo y compañero de caza de su padre, que al igual que el aprendio el oficio de familia.

- Que tal la caza Diego, yo he estado afuera toda la semana por unas cuantas libres, aunque algo es algo. Cuando nos vamos a cazar juntos amigo mio?

Mientras espera la respuesta, con loa mirada busca al carnicero del mercado para poder venderle las liebre que ha cazado.

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11/03/2013, 22:43
Muerto 14: Dorian "el maldito"

Tras echar un vistazo al campo de Olwyn, Dorian sigue su lento avance. A la entrada del pueblo casi llegando al puente, un caballo negro le sorprende al galope asusta a Trankos,su viejo pecherón, al volver la mirada ,le observa alejarse por el camino a una velocidad endiablada. "Un caballo negro...mal presagio". Al volver la mirada ve a todo el pueblo revoloteado. "Mal día para quedarme sin provisiones"... Sin más dilación prosigue su avance al pueblo.

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11/03/2013, 22:53
Muerto 17: Diego Diaz

Señor francisco ¿como le va?

La vgerdad es que no he podido traer nada de vuelta después de la última salida. Digo apesadumbrado. Parece que el arco no se me da tan bien como a mi padre.

Luego escucho su propuesta. La verdad es que me encantaría salir cuanto antes. No traje nada y hay comida que poner sobre la mesa. Usted me dirá cuando es oportuno y saldré de inmediato.

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11/03/2013, 22:58
Francisco Berenguer

La mujer que estaba en la barra conmigo se fue luego de terminar su bebida. Por mi parte, me quedé un rato más esperando a que el camarero se desocupe. Una vez que tuve la oportunidad le hablé. -Buen hombre, soy nuevo en el pueblo y apenas se donde estoy parado. ¿Sería tan amable de decirme el nombre de la aldea donde me encuentro?- Empecé. Esperaba una respuesta que me ayude a orientarme en el mapa, pues era cierto que no tenía ni idea de en qué parte del virreinato me hallaba.

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11/03/2013, 23:10
Muerto 24: Pedro "Unaoreja" Díaz

Tras pagar la manzana y agradecerle la compra a la hermosa muchacha de la tienda, el joven pirata "Unaoreja" Díaz se dirige al banco donde durmió y, tras sentarse, se queda mirando a toda la gente, interesado. Parece que, como pensaba, no va a poder salir del pueblo hoy.

Bufff... A saber cuanto tardan en localizar a los herejes... Con lo bien que se lo deben de estar pasando esos grumetes...

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11/03/2013, 23:25
Muerto 22: Francisco Núñez

- Jajaja - Suelto una risa natural al escuchar la explicación de Diego.

- Tienes igual o mejor puntería que tu padre, solo te falta confianza. - Mientras desato dos liebres y se las lanzo

- Tu padre alimento nuestra mesa varias veces Diego, cuando la puntería de mi padre fallaba, espero que no os moleste tomar esto como un pequeño pago por eso. Yo acabo de regresar y deseo descansar un par de días, así que si no os molesta, en un par de dias podrias salir hacia el norte. He encontrado unas buenas huellas que podemos intentar seguir.

Mientras tanto miro a los alrededores para enterarme un poco de la situación

 

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12/03/2013, 00:01
Muerto 17: Diego Diaz

Notas de juego

- Es muy amable señor francisco - Digo muy agradecido por las liebres. Esto en sopa quedará espectacular. -Entiendo lo que dice. En dos días al alba estaré es las afueras del pueblo listo para ir tras ese rastro. -

Veo como mira a la gente del pueblo. -¿No sabe las últimas noticias?- Le pregunto curioso. -Parece que tenemos herejes en el pueblo y va a venir un obispo o similar a erradicarlos.- Digo mientras mordisqueo las fresas. -La verdad no entiendo el alboroto. Acá todos somos buenos cristianos esa gente esta equivocada en venir a este lugar.- 

 

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12/03/2013, 00:42
Muerto 23: Martín Alfonso de Córdoba

Como veía que todo el pueblo comenzaba a asustarse Martín se puso alerta no fuera a ocurrir algún altercado y se acerco lentamente pero con pose de autoridad al grupo que se había congregado en la plaza, pero todo parecía en orden, habían llegado algunos extranjeros pero teniendo en cuenta que de muchos lares eran los que emprendían la aventura de las américas no solo de la madre patria, tampoco era algo extraño, en cuanto a las creencias de dichos extranjeros y la de algunos habitantes del lugar de dudoso credo ya se resolvería con la llegada de la iglesia al pueblecito y quizás los inquisidores, lo cual si que le asustaba un poco pues los inquisidores eran gente mezquina y peor aún los que había sido anteriormente de otras creencias y ahora se habían convertido, tienen que demostrar que son fieles creyentes y lo hacen con creces y se desquitan de sus penas con los acusados

- ...Dios se apiade de nosotros...(murmuró Martín para sí).

Se ajusto el cinto y volvió a caminar hacia el cuartel, como un día más, algo extraño pero un día mas al fin y al cabo.

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12/03/2013, 03:14
Máster

Mientras hablan entre ustedes y se dedican  a sus asuntos cotidianos, algunos han olvidado un poco el asunto del caballero que ha traído un mensaje del Virrey, se escucha el andar de un caballo, pero esta vez a una velocidad normal, detrás del caballero caminando va la negra Agapita.


El que anda a caballo es su amo, el alcalde encargado. Agapita se  acerca al carro donde vende pescado, esperando no haber sido robada en su ausencia.


La mujer negra parecía muy pendiente de la actitud de su amo.