Partida Rol por web

|Comienza un nuevo día...|

Comienza un nuevo día en el colegio Público de Valencia... Mientras todos los alumnos van entrando por la puerta principal, los padres se despiden de sus hijos más pequeños, en la guardería que se encuentra justo enfrente del colegio.
Siempre que tocaba la sirena, dejaban cinco minutos para que los alumnos pudieran llegar a tiempo a sus correspondientes clases.
En este caso, nuestros protagonistas tenían clase en el aula de tecnología, donde les esperaba Felipe Sánchez, el nuevo profesor que el director había elegido para esa asignatura.
Nuestros protagonistas se encontraban ya en la puerta del colegio, cargando con sus mochilas que transportaban sus libros.
El tema de conversación entre los muchachos de esa clase era el mismo: el grupo "guay" de ésta iba a realizar la güija durante el recreo, en el pasillo de los baños.

Ariadna, que tenía un tío que trabajaba en un programa de Radio Valenciana haciendo una sección en la que hablaba continuamente de fenómenos paranormales, tenía mucha información sobre estos actos.
Ella sabía que, para impedir que los espíritus se quedaran atrapados había que cerrar el ritual como era debido, y nadie de ese colegio pensaba que lo fueran a hacer bien... Era el típico grupito que tenían muchísima popularidad en el barrio, pero que de inteligencia no tenían ni una pizca...

Ese grupo se trataba de Alejandra, Sandra, Marcos y Vicente...

|Entrada|

-¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos? Directamente llamamos a alguien muerto y esperamos las respuestas. Sabes Ari que me pirran este tipos de cosas, sobre todo las que no puedo comprender, pero ¿estás segura de lo que vamos a hacer? Leyenda urbana o no, dicen que si un espiritu queda atrapado entre el mundo de los vivos y de los muertos... bueno... eso... que es chungo.- Digo rápidamente, como siempre, palabra tras palabra.

| Entrada |

Cuando me enteré de lo que querian hacer aquel grupito que ami me caia TAN bien dí un largo suspiro y miré a Manuel y Ariadna poniendo los ojos en blanco.
-Vaya tela con esta gente... Que hagan lo que quieran, eso es una tonteria.-me encojí de hombros y reí.-Ojala un fantasma se quede atrapado en este instituto y se lleve al profesor de mates muy lejos...-reí un momento y miré a Ariadna, la cual alomejor me decia algo por meterme con el profesor de su " maravillosa clase ".
Me giré hacia el grupito popular, aguantando las ganas de reir.
-¡Marcos! ¡Vicente!.-les llamé, mientras me acercaba a ellos.-¡Cuidadín con esos fantasmas! Solo espero que al final no resulte que los verdaderos fantasmas seais ustedes al hacer el jueguecito este.-comencé a reir de nuevo y volví con mis dos amigos. Pensaba que cuando hicieran el juego seguro que alguno de ellos haria un poco el payaso y movería el vasito el mismo.

|Entrada - Clase de Tecnología|

De repente, ese tal Antonio creo que se llamaba, se acercó para comentarnos algo de la güija que pretendíamos hacer.
Me reí a carcajadas y, cuando vi que se marchaba, le seguí y me puse cara a él cuando se detuvo al lado de sus dos amigos frikis.
- Creo que aquí el único fantasma eres tú- le dije, poniéndome una mano en la cadera, mientras que con la otra le apuntaba con un dedo en el pecho-. ¿Te has mirado en el espejo? ¡Oh, qué tontería acabo de decir! Si te hubieras mirado te hubieras muerto del susto...- dije, mientras reía de nuevo y soplaba el dedo índice con el que le había estado dando suaves golpes en el pecho, como si fuera una pistola recién disparada-. No te metas en nuestras cosas y yo no me meteré en las vuestras, grupo de frikis...-.
Dicho eso, me alejé y les hice un gesto a mis compañeros de grupo para que me siguieran hasta la clase, y eso hicieron.

[ Entrada - Clase ]

Puff. Estos siguen con el mismo tema. Espero que les salga todo bien, pero si algo saliera mal... esto se puede volver contra nosotros, contra todos los que estemos aquí. Que manía que tienen los chicos en jugar con cosas que no entienden... bueno... a mí me gustaría hacerlo también, pero probablemente no pueda continuar si la cosa sale mal.

|Entrada - Clase|

Vi cómo Antonio se enfrentaba directamente al grupo de los "guay" y temí por lo que sucedería a continuación.
Cuando regresó y Alejandra le dedicó aquellas palabras, decidí que ya estaba bien. Agarré fuertemente a Antonio del brazo y le retuve.
- Basta ya... Ya se apañarán ellos... Si quieren hacer la güija que la hagan- le dije a mi amigo, animándole a que se olvidara de aquel grupito impertinente-. Y por cierto, haré como que no he oído tu comentario del profesor de matemáticas... Vayamos ya a clase- dije, mientras empezaba a caminar.

| Clase |

Me esperaba algo de aquel estilo, así que no me sorprendió lo ocurrido.
-Si no me preocupa que hagan ese jueguecito... Es una chorrada. Lo que me fastidia esque luego empezaran a decir que pasaron cosas que en realidad no sucedieron y los ingenuos se lo creeran...-dí un suspiro y me senté en mi sitio, una mesa grande y cuadrada del aula de tecnologia, junto con mis dos amigos.

[ Clase ]

- Hola chicos. Saludo a Ariadna y a Antonio mientras me siento en la mesa junto a ellos. - Parece que ya lo habéis oído. La Ouija... creo que no deberían jugar con eso, pero bueno, allá ellos.

Me siento en una de las sillas y apoyo mi barbilla sobre las manos, dejando los codos sobre la mesa. Creo que es hora de prestar atención a las clases y dejar que mi mente divague con ideas absurdas.

|JUGADA MASTER|

La clase transcurre sin problemas, salvo que uno de los alumnos más torpes del grupo casi se pega de martillazos en su mano, sujetando un trozo de madera.
El profesor le mandó directamente al servicio para que se lavara la mano, que había sufrido algún que otro rasguño mientras hacía el trabajo.
Los que peor lo tenían eran Alejandra, Sandra, Marcos y Vicente, aunque éste último se había empeñado en disimular al máximo su coeficiente intelectual... Aún así, no pudo evitar hacer el trabajo medianamente bien.
La mayor nota la habían recibido Antonio, Ariadna y Manuel, porque el trabajo se había realizado en grupo.

De repente, sonó el timbre indicando que las dos horas de Tecnología habían finalizado y que, por lo tanto, había llegado la hora del recreo.
Como siempre, los profesores obligaban a los alumnos a salir al recreo. Los que pertenecían a cursos más inferiores iban al patio uno y los más mayores del colegio iban al patio dos, que era ligeramente más pequeño.
Sin embargo, Alejandra, Sandra, Marcos y Vicente, estaban convencidos de que querían quedarse en el colegio para cumplir su cometido. Para hacerlo, se encerraron en los servicios, subiéndose a la taza del wc para que no se les vieran los pies...
Los profesores ya iban vigilando los pasillos, para que nadie se quedara dentro. De todas formas, para asegurarse de que nada desaparecía de las aulas, cerraban también sus puertas con llave.
El recreo había comenzado y la comunicación con los muertos estaba apunto de comenzar...

[ Clase - Patio ]

Hum... se han quedado, ¿los habéis visto? Les digo a mis compañeros. Estos la van a liar parda en cualquier momento y nosotros aquí, en el patio.

Me gustaría estar con ellos, y ver que demonios va a hacer. Como llaman a algún "espíritu", como hablan con ellos, pero parece que los profes han cerrado todo con llave. No entiendo por qué nos dejan fuera en el recreo...

| Patio |

Miré a Manuel y reí.
-¿Qué mas da lo que esten haciendo?.-pregunté mientras reia.-Si los vieramos solo veriamos a cuatro tontos alrededor de un tablero y con un dedo encima de un vaso o lo que sea... Ahora que lo pienso estaría divertido verlo.-empecé a reir aún más pensando en esa escena, como se daban sustos entre ellos para luego contarlo a los demas como si ocurriera de verdad.

|Recreo|

- Esos lo único que quieren, más popularidad... Cómo si no tuvieran bastante ya con la que tienen- dije, cruzándome de brazos-. Aunque os digo una cosa, prefiero que se entretengan entre ellos porque, de lo contrario, estarían aquí molestándonos- añadí, mirando a mis dos amigos.
Le quité el papel de plata al bocadillo y empecé a comer, deseando que terminara el recreo para saber lo que habían hecho finalmente esos payasos.

|JUGADA MASTER|

El timbre del recreo sonó, dando por finalizado el descanso y el almuerzo, además de los juegos que habían organizado algunos de los alumnos más jóvenes del colegio.
Los profesores volvieron a abrir las puertas de acceso a las clases y, cuando todos los alumnos comenzaron a llegar a éstas, se dieron cuenta de que el grupo de los "guay" ya estaban dentro de la clase de música, menos Marcos.
Alejandra, Sandra y Vicente tenían el rostro pálido. Se encontraban sentados en sus sillas, con la mirada perdida.
Mientras tanto, la profesora de música se encontraba ya sacando los instrumentos musicales del armario: xilófonos, triángulos, flautas y tambores.
- ¿Dónde está Marcos?- preguntó la profesora.
- Está... Está... En el servicio- dijo Sandra, mientras seguía con la mirada perdida.
La profesora parecía no percatarse de los rostros de sus alumnos, o no quería percatarse.
- Bien, venga, sentaros todos- ordenó la profesora, mientras repartía xilófonos a todos.
Poco después, cuando la profesora ya había cerrado la clase, Marcos tocó en la puerta y pidió permiso para entrar, permiso que la profesora le concedió.
- Gracias profesora- dijo Marcos, mientras se sentaba al lado de Alejandra.

[ Clase ]

- ¿Crees que eso es popularidad? Yo creo que todo esto es demasiado extraño. Llamadme paranóico, pero es extraño. Mirale la cara a esos... Le digo a Ariadna mientras le señalo con la mirada a los "guays".

Yo no sé que habrán hecho, pero espero que nos lo cuenten pronto. Sus rostros... bueno... no dejan mucho al azar. Miedo... en su cara se ve el miedo.

| Clase de Música |

Miré la escena y la verdad esque las caras del grupito eran extrañas, pero no les quise dar importancia.
-Venga, Manuel, no seas paranoico... Esta claro lo que hacen; el papel de que les a ocurrido algo para que luego corramos a preguntar...-dí un suspiro mientras tocaba el instrumento una sola vez y con desganas.

|Clase de Música|

Miré a los componentes del grupo de los "guay" y también me extrañé por los rostros de pánico que tenían desde que volvieron de su aventura.
- Es algo extraño, pero quizá lo que quieren es llamar la atención...- dije, no demasiado convencida. Si el ritual lo habían cerrado incorrectamente estábamos ante una puerta entre el mundo de los vivos y de los muertos-. Aún así, no creo que tengan el suficiente cerebro como para saber acabar el ritual... Así que no me extrañaría nada que hayan metido la pata... Ya sabéis lo que opino de estos temas-.

[ Clase de Música ]

- Sí, sé muy bien lo que opinas, Ariadna. Pero ten en cuenta que si la han cagado... no digo una tontería... digo si la han cagado a base de bien... la tendrán bastante chunga. - Les digo a los chicos que están sentados en mi mesa.

Lo único que nos faltaba. Ahora, un vortex hacia el infierno en plena Valencia... madre mía...

|JUGADA MASTER|

La clase de música finalizó, después de estar un largo rato con los instrumentos. La profesora había decidido hacer un musical cerca de La Ciudad de las Artes y las Ciencias, concretamente en el Palau de la Música.
Se haría una competición en la que participarían varios colegios, tanto privados como públicos, y la profesora se estaba tomando bastante en serio la competición.
Tras terminar de comunicarles la participación de su colegio en la competición, les dejaron salir, aunque se llevaron una extraña sorpresa cuando comenzaron a salir de la clase.
Justo en la puerta se encontraba el tablero que el grupo de los "guay" había utilizado para hacer el famoso ritual y el resto de los accesorios. Además, había un pequeño joyero abierto y, cuando el grupo de los "guay" vio la escena, se horrorizaron más de lo que ya estaban.
- Ahí era donde teníamos atrapado el espíritu...- le susurró Sandra a su hermana gemela, aunque no lo suficientemente bajo como para que no lo escucharan Antonio, Manuel y Ariadna, los cuales se quedaron bastante impresionados, en especial ella.
- ¿Quién demonios lo ha abierto?- preguntó inmediatamente Alejandra, mirando instintivamente a Marcos, que había sido el último en entrar a clase. Se acercó a su oído, con el ceño fruncido-. ¿De qué vas? Quedamos en que lo guardarías, no que lo dejarías en mitad del pasillo... Además, sabes perfectamente que dentro de ese joyero estaba el... el fantasma con el que nos estábamos comunicando- dijo Alejandra, bajando la voz en las últimas palabras.
- Pero... Pero si yo lo he guardado en una de las cadenas del wc para que nadie lo encontrara- dijo Marcos, en su defensa, pero todos los de su grupo pensaban que les estaba gastando una broma, una broma demasiado pesada.
- Mira, Marcos, que tú no creas en esto de los fantasmas no significa que tengas que bromear con ello- le dijo Sandra, disimulando, para que la gente no se diera cuenta de que el grupo de los "guay" estaban discutiendo.
- ¡Pero tenéis que creerme! Alguien ha traído todo eso hasta aquí...- dijo Marcos, pensando directamente en el fantasma que había cruzado la línea entre los dos mundos.

La profesora, que al salir se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, decidió obligarles a entrar en clase para interrogarles y averiguar a quién pertenecían todos aquellos objetos.
Una vez que entraron y se sentaron de nuevo, la profesora los escudriñó con la mirada.
- ¿Quién ha sido? Quien haya hecho ese estúpido ritual que lo diga ahora mismo y quizá el director tenga alguna consideración con el responsable...- anunció la profesora, pero nadie dijo nada-. Si no me lo decís ahora mismo, os abriré un expediente a cada uno de vosotros y quedará reflejado para toda vuestra vida, os lo advierto- dijo, mirando directamente a todos aquellos que tenían planes de ir a la universidad.

|Clase de música|

Miré de un lado a otro, buscando a alguien que fuera lo suficientemente valiente como para decirle a la profesora quién había sido, pero no parecía que nadie fuera a hacerlo...
Un impulso hacía que yo misma me estuviera planteando la idea de decírselo yo a la profesora, pero no tenía tampoco el valor suficiente para hacerlo.
No quería convertirme en una chivata para siempre y que el grupo de los "guay" tuviera otra razón para seguir atormentándome la existencia.