Partida Rol por web

Entre sombra y sombra

La primera piedra

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12/01/2020, 13:09
Narrador

El medio día restante demostró que las cosas con aquel enfermero podían cambiar de un instante para otro. En un momento parecía dispuesto a cambiar toda su vida por Cosette. Incluso alguna vez habló de cambiar juntos de ciudad, de ir a algún sitio donde a ella no la buscasen y empezar de cero. Sin embargo, un rato más tarde bien podía pasarse horas encerrado en su cuarto.

Normalmente cuando se encerraba era, de manera cada vez menos sorprendente, después de que ella le diera lo que quería. Empezó siendo sólo un nuevo baile, pero en la siguiente ocasión ya pretendió tocarla más de la cuenta. En esos momentos parecía absorbido por Cosette, y daba la impresión de que si ella le pidiera cualquier cosa, accedería. Otra cosa sería que mantuviera su promesa más tarde.

Por otra parte, el hombre también demostraba no ser tan inocente ni tan pardillo como a veces podía parecer. Sus comentarios a lo bueno que había sido encontrarse eran cada vez más frecuentes, y de vez en cuando lanzaba algunas palabras sobre lo que podría pasar si alguien descubriese dónde estaba. Casi parecía dispuesto a delatarla, de no salir las cosas como él esperaba.

Durante la noche Cosette lo pudo oír levantarse varias veces. Sus pasos lo llevaban a cerca de ella, y daba la impresión de que era capaz de tirarse largos ratos mirándola. En una de esas veces la muchacha oyó cómo la respiración del hombre se agitaba, y un minuto más tarde de su garganta salían sonidos mal contenidos. Tuvo la seguridad de que estaba aliviándose mientras la miraba.

Al día siguiente él aún estaba ahí. No había ido a trabajar, a pesar de que el día anterior había dicho que acudiría para no levantar sospechas. Contó una historia de que le habían cambiado el turno, pero no había quién se la creyese. Cuando Cosette se despertó lo hizo con el silbido del enfermero, que al parecer había preparado el desayuno para ambos y decía tener muchos planes para aquel día. Planes juntos, claro.

Fue durante esa conversación que Cosette empezó a notar un sonido que ya reconocía con facilidad: una especie de chasquido metálico.

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02/02/2020, 04:36
Cosette Mercier

A Cosette toda aquella movida cada vez le estaba haciendo menos gracia. En realidad nunca le había hecho mucha que digamos, pero el enfermero pajillero ya empezaba a tocarle las narices con sus chorradas. Así que cuando abrió los ojos y lo vio dando vueltas por la casa, que al fin y al cabo era suya, frunció los labios en una mueca. Decidió en ese mismo instante que iba a fingir que estaba enferma. Tal vez podía soltarle que tenía la regla para quitárselo de encima un rato, eso solía espantar a los tíos una barbaridad. 

De lo que sí se daba cuenta era de que le iba a costar más de lo que esperaba contactar con Jack para largarse al escondrijo de su amigo. Y viendo el percal como que pasaba de decirle al chungo que se iba a largar. Con lo psicópata que parecía lo mismo la encerraba o llamaba a la poli. Si los iba a llamar, que lo hiciese cuando ella ya se hubiera largado. 

Entonces escuchó de nuevo ese chasquido molesto y pensó en la coneja. Lo que le faltaba, joder. Que volviesen las putas alucinaciones otra vez. Miró con cautela alrededor, deseando que se le pasase rápido.