Partida Rol por web

Es mediodía. No sabes cómo, pero no has conseguido despertarte hasta ahora. Es cierto que anoche hiciste una fiesta de despedida con tus amigos. Ibas a emprender una aventura pokemon y te querías despedir de ellos. Quizás la resaca y el dormir tan pocas horas hayan hecho que te quedes dormido. Te levantas con prisa. Es tardísimo, y hoy era cuando el Profesor Oak te entregaba tu primer pokemon. 

Enciendo el reproductor móvil de música en modo altavoces y pongo mi disco favorito mientras salgo disparado hacia la ducha. Tras unos minutos, salgo y me visto mientras no paro de repetirme "Maldita sea, hoy no, hoy no...". Cojo mi monopatín y bajo rápidamente al piso inferior y veo a mi madre a la cual le doy un beso y me despido rápidamente. *

Tras ello salgo de la puerta y aprovecho que viene una bajada de camino al Centro Pokémon del Profesor Oak y me monto en el monopatín para intentar arañar todos los segundos que pueda para llegar lo menos tarde posible a probablemente el día más importante de mi vida.

Llegas junto al laboratorio del profesor. El día está algo nublado, pero se está bien en la calle. El pueblo no es muy grande por lo que llegas en pocos minutos a tu destino. La puerta del laboratorio está abierta y desde fuera puedes ver al profesor ordenando algunos papeles en el escritorio.

Recogo mi monopatín y compruebo que estoy presentable, y entro de forma calmada intentando contener mis nervios. Una vez estoy lo suficientemente cerca del Profesor lo saludo.

Buenos días Profesor Oak. Creo que llego con algo de retraso sobre la hora prevista, los imprevistos, ya se sabe...

Te mira con una sonrisa en los labios.

-Ay Shin...que descuidado eres-te invita a pasar con un gesto en la mano-Ya no sabía si vendrías, creía que habías tirado la toalla al final. Pero por suerte estás aquí. Dispuesto a empezar tu aventura, ¿verdad?

¿Tirar la toalla? Jamás! Lo que pasa es que estoy tan preparado para empezar la aventura, que quizás me pasé en la despedida con mis amigos. Aunque supongo que no fue tanto por el tiempo que estaremos sin vernos, sino por felicitarme por el logro obtenido - Iba diciendo mientras paso y voy siguiendo al Profesor Oak.

-Muy bien Shin, no te preocupes. Aun estás a tiempo de partir. Sígueme-Te conduce hasta una habitación adyacente rodeada de estanterías y con una mesa central de estudio en la que hay un par de pokeball-Pues bien Shin, como puedes ver aún quedan dos pokeball. Tus compañeros se llevaron el resto. Una de ellas se trata de un Chikorita que nos regalaron hace unos días por nuestro décimo aniversario como centro de investigación. La otra es de un Totodile, que hemos criado aquí y que es muy gracioso. ¿Qué pokemon prefieres Shin?, ¿Chikorita o Totodile?

Suspiro al ver que aún hay pokémon y escucho las palabras del Profesor Oak.

Chikorita es de los pokémon más bellos que hay, pero me encanta Totodile y creo que se adecua mucho mejor a mi.

-Así que Totodile eh...-deja unos segundos de hablar-gran elección Shin. Sé que sabrás cuidarlo, sabrás transmitirle los conocimientos necesarios para ser un fantástico pokemon. Aquí se le aprecia mucho y te deseamos lo mejor. Confío en que llegues a buen puerto. Juntos podéis conseguirlo-Te da una leve palmada en el hombro-Seguro.

Shin saca al Totodile de la pokéball y lo observa como se mueve hasta que centra su mirada en su nuevo entrenador.

Te voy a llamar Mandy. Tu y yo vamos a hacer grandes cosas a partir de ahora.

Y tras un gesto afirmativo de su Totodile, Shin lo vuelve a guardar en la pokéball preparado para su aventura.

-Mucha suerte de nuevo muchacho. Me pondré en contacto contigo por teléfono. Cuando tengas alguna duda o consigas algún progreso importante, no dudes en llamarme-Te acompaña hasta la puerta. Una vez en ella, recuerda algo que te tenía que dar-Un momento Shin, vuelvo en seguida-Vuelve a entrar en una de las salas. Al cabo de unos segundos sale de nuevo con un artefacto en la mano de color rojo, parecido a una calculadora-Aquí tienes una pokedex. Es para tí. Te será de gran utilidad pues identificará los pokemon que te encuentres y no conozcas. Además, gracias a ella podrás entrar en los gimnasios a combatir sin pagar un tributo extra. Cógela.

Shin coge la pokédex que le entrega el Profesor Oak y la mira con orgullo. Tener un pokémon era una cosa, pero tener una pokédex era signo inequívoco que era un entrenador pokémon de pleno derecho.

Muchas gracias Profesor Oak, no defraudaré la confianza depositada en mí, y cualquier progreso destacado o descubrimiento será el primero en ser informado.

Tras despedirse del Profesor Oak, recoge su monopatín y se pone en marcha hacia la Ruta 1.

Empiezas a adentrarte en las hierbas. La humedad hace que tus pantalones se mojen un poco. No llevas ni cinco minutos caminando cuando frente a ti, encima de un árbol, ves un pokemon durmiendo. Te acercas algo a él para inspeccionarlo mejor, pero él ni siquiera se inmuta. Parece un pokemon muy tranquilo.

Shin mira con ojos maravillados al pokémon que se acaba de encontrar y levanta su pokédex para que quede registrado, aunque tapa con la mano el altavoz para que no haga mucho ruido.

Tengo una Totodile y me encuentro un Skaloth, este tiene que ser el mejor día de mi vida - piensa Shin - ¿pero que hago? Intento aprovechar que está dormido para ya capturarlo, o lo ataco con Mandy y así lo entreno. Aunque un segundo pokémon sin daño me iría genial para poder ir entrenando con más tranquilidad hasta llegar al próximo Centro Pokémon.

Shin no terminaba de decidirse, pero sabía que tenía que tomar una respuesta ya antes de perder la ventaja del factor sorpresa...

Shin aprieta los dientes y se agacha mientras saca su pokéball y hace salir a Mandy. Rápidamente le hace un gesto para que intente estar calladito y le señala al Slakoth.

Mandy, sube lo más rápido que puedas con el mínimo ruido posible allí. Si, se que suena un poco complicado hacer ambas cosas, pero intenta subir allí antes que se despierte, y lo bajas con Arañazo.

Dicho esto, Shin clavó su mirada en el pokémon salvaje esperando que siguiera durmiendo hasta que pudieran dar con éxito el primer golpe...