Partida Rol por web

Recogéis a los mercenarios que aun están con vida y los lleváis al mismo lugar donde los jounin mantenían a los otros. Una vez allí, Nataku se acerca para felicitaros por vuestro éxito y para mandaros una nueva tarea.

-Necesito que hagáis una última cosa. Estos mercenarios han de tener un jefe común... Ya sabemos que los que estaban en la mina no eran, por la información que nos ha llegado. Por eso, debéis interrogar a estos sospechosos, para que os revelen la información que nos permita ir a por el verdadero culpable. Y bien, ¿quién quiere encargarse de la tarea? No permitiré ningún tipo de violencia, pero sí métodos persuasivos. ¿Algún voluntario?

-Yo no tengo nada mejor que hacer, Nataku. Así que pienso ir. Además, mi águila puede rastrear la zona.

Aparece Bijô saliendo del suelo reuniéndose con sus compañeros.Volvía a tener esa mirada que inspiraba confianza y valor.

-Esto sólo fue el precalentamiento...jeh...- dice moviendo los hombros de forma circular mientras apoyaba sus manos en estos, primero uno y luego el otro.

-Sin duda, no se me da mal interrogar....- comenta por último.

Viendo a Bijô aparecer, Egwene no puede evitar cierto comentario.

-Te lo pasas bien, ¿eh? Recuerda que el sensei ha dicho que nada de métodos violentos, así que quizás no te resulte el interrogatorio "tan" entretenido. Aunque, quién sabe, quizás si vales para esto...

Esperando las órdenes, Egwene silva fuertemente para que se acerque su águila. Ésta no tarda en aparecer, la gennin la recoge poniendo el brazo extendido, y le da una "chuchería".

-Bien, entonces podéis pasar, siempre y cuando cumpláis con lo que os he dicho-. Con su brazo, abre la tela de la tienda que protege al interior de la luz, para que entréis a la sala a oscuras, donde se encuentra uno de los mercenarios-. Podéis entrar los dos a la vez, o repartiros el trabajo. Por cierto, Egwene... veo muy normal que quieras educar a un águila, para más tarde poder venderla al circo, pero no podrás entrar a las tiendas con tu mascota.

-¡Otra vez demuestras ese mal respeto por tu compañera! Debería volver y picotearte la cabeza como aquella vez, mal sensei. No sirves ni para que te respete un mono del circo al que tanto quieres vender tu águila.

Indignada, Egwene alza el brazo para que su mascota vuelva a emprender el vuelo, y tras lanzarle una mirada envenenada a Nataku, entra en la tienda.

El día que se entere que esa águila a la que tanto adora es en realidad descendiente de la mía, creo que dejará de enfadarse por las bromas.

Sonrío ante su respuesta, ya que cree conocerme sin haberme visto más que un par de veces, y decido continuar el juego.

-Soy tu sensei, así que puedo hacer lo que quiera. Y como castigo por insultarme.. Para cuando salgas de la tienda, igual te has encontrado con que tu águila ha desaparecido y se ha hecho famosa, apareciendo en carteles con estrellas y funambulistas.

-Te patearé el culo si lo haces, oh gran sensei - Egwe le hace una reverencia, claramente irónica.

Observa el númerito que monta su compañera y el sensei.No sabía porqué tanto lio con una simple águila.Así pues, antes de entrar le pide opinióna a su compañera.

-¿Quieres hacerlo sola o entro yo también?....- le pregunta a esta rascándose la cabeza dudoso.

-Entra, así haces de malo, no creo que te cueste mucho. Porque con las pintas que llevas...pero no lo mates, ¿eh? Que entonces no dirá nada útil.

Raijin aparece cargando con el otro dinamitero insconciente. Nataku sonríe ante tu llegada, ya que tiene una ligera sospecha.

-¡Bien! Es probable que el encargado de la dinamita sea de mayor rango que éste de aquí... Por lo cual sospecho que puede que conozca más información.. Buen trabajo, Raijin.

Se gira hacia Egwene, ensanchando todavía más la sonrisa.

-Estoy seguro de que lo harías.. Ale, nena bonita, entra y haz tu trabajo. ¡Con qué aires nos ha salido la Hyuuga!

Se rasca la cabeza pensativo y asombrada ante las burdas palabras de su compañera.No hacía falta perder el respeto a sus compañeros.

-Vale...- dice entrando en la cabaña listo para la acción.Sin embargo, antes de traspasar completamente y sin que le vieran, pasa su kunai manchada de sangre por su cara, cubriendo gran parte de ese líquido carmesí, apra acto seguido mantenerlo en su mano oculta dentro de la ancha y larga manga de su traje.

Ambos entráis en la oscura tienda. En el centro de la misma, podéis ver uno de los mercenarios que atacaron a Riey atado a una silla, con cara de aburrido, como si el tema no fuese con él.

-Ah, ¿ya me han traído la comida? Llevo esperándola más de media hora... Qué falta de seriedad-. Os mira cuando entráis, y una sonrisa asoma a sus labios-. ¡Vaya! Una parejita de dulces niños. ¿Vosotros sois los encargados de entretenerme? Vaya, pobrecitos... Supongo que necesitaréis la paga para mantener el aspecto de ninja... -. Advierte la sangre que mancha el rostro de Bijo, y abre los ojos con una grata sorpresa-. ¡Uy! ¡Si tú eres de los míos! Menudo pelirrojo... Anda, ves y límpiate la carita, que parece que tienes pupita.

Egwene entrecierra los ojos con una mueca sádica...aunque al llevar la máscara apenas se le ven los ojos.

-Ah, así que el prisionero se nos pone contestón, ¿eh? Y encima te atreves a meterte con nuestra edad, ¿no? Anda que tú pareces muy mayor.

Da una vuelta, rodeándolo, para ponerse enfrente de él, sin dejar de mirarlo con los ojos entrecerrados.

- No creas que por ser jóvenes vas a salir mejor parado...los adultos tienen más compasión, ya que están hartos de matar gente...pero nosotros no. Yo estoy ansiosa por interrogarte, quiero ver hasta dónde podrás aguantar antes de decir algo, ¿verdad?

-Ahórrate tus absurdas palabras...- dice adetrándose en la tienda, intentando sacar su lado más vil e insensible junto con una mirada fría y vacía que no llegaba a ser ni la mitad de lo que era cuando pasaba lo que pasaba.

-¿Sabes de quien es esta sangre...?....de tu compañero....si...no sé si disfruté rajándole el cuello o no....pero seguro que lo tuvo que pasar francamente mal aunque fueran segundos....- le explica bajando la mirada, intentando recordar ese momento, pero no lograba ponerlo en su cabeza.

-Sabes que no quiero hacerte daño.....- alza su brazo dejándolo en un ángulo de noventa grados, asomando su mano que portaba el kunai.Se coloca detrás de aquel tipo mientras que el rozaba el cuello del dinamitero, rodeándolo.

-¿Vas a colaborar o....tendremos que hacerte chillar como a una zorra?- le dice por último.

Ríe escandalosamente.

-¿Que tu vas a qué? Hace tiempo que no veo a alguien tan creído... Si algo de lo que has dicho fuera verdad, ¡este parche de aquí es de mentira! Y tanto que dices, mocosa... Los adultos tenemos el poder y la confianza suficiente para hacer lo que tú eres incapaz... Matar. Si los adultos de esta villa son incapaces, creo que eso ya dice mucho de la ineptitud que parece frecuente por aquí...

-Que mi pelo sea rojo no quiere decir que sea una zorra. Aunque claro... quizás lo piensas por experiencia propia. Con ese pelito tan mono... si hasta pareces una chica. Aunque claro.. pensándolo mejor, quizás lo más adecuado sea proponerte un gran trato... Tú pareces de los míos, con esa mirada falta de expresión. Lástima que vivas aquí, de donde yo vengo, las cosas se hacen de otra manera.