Partida Rol por web

Eón

El Albor

Cargando editor
25/07/2019, 13:59
--

Cuando Danny y Darya rompieron la bolsa un líquido similar a la orina solo que más denso se vació sobre el barro y se liberó un animal que se parecía muchísimo a un bebé sólo que tenía mucho más pelo en el cuerpo -tenía areas calvas, como la cara y el vientre, pero su piel estaba poblada de un vello muy denso, largo y mojado- y una cola casi tan larga como su cuerpo, ojos grandes para su tamaño, oscuros y redondos, que tenía abiertos y manos en las cuatro patas, con las que se aferró al cuello de Danny, que sintió su calor junto a un leve temblor que denotaba fragilidad.

Egra, por su parte, descubrió que las caras del enorme ser que yacía más bien muerto que exhausto no tenían los rasgos de Adrien. 

Notas de juego

Voy contestando conforme pueda para agilizar. Si os atropello me avisáis y espero, igualmente si alguien quiere interferir en la acción de otro pj estáis en vuestro derecho antes de que yo dicte las consecuencias, avisadme y cambio mi post.

Tampoco es necesario que os esperéis hasta que todos hayan posteado para seguir, siempre y cuando la cosa quede natural y añadáis cosas de instantes (para que el tiempo de la acción conjunta sea realista y nadie quede restrasado).

Edito: para saber que en el pasado existieron otros primates como los monos (en el Eón se tenían por "extintos") hay que pasar una tirada de Razón más Ciencia (o Cultura Académica) dificultad 7.

Edito II: Sibyl tiene éxito automático (por sus estudios), al igual que Ryu (por su formación artística). Las "cabiras" también tienen esa misma dificultad.

Cargando editor
25/07/2019, 14:48
Ryu Akahoshi

De pronto al llegar al punto desde donde ha venido el sonido en el horizonte de visión tachonado de estos árboles-humanos comienzan a reunirse las formas de lo que parecen ser personas, mientras más se acercan logro reconocer los rostros de mis amigos que había visto ¿Horas? antes y los de aquellos que nos acompañan, supongo que somos todos nosotros, el grupo de la nave pero hay dos seres más... Cuyos movimientos me desconciertan y me fascinan, siento el impulso de acercarmente a ellos para observarlos más detenidamente, para tocar su superficie impúdicamente y como los niños que quieren ver de qué está hecho el juguete también me dan ganas de desensamblarlo, pero claro que no... No puedo hacerle eso a un ser y aunque parece un autómata no puedo olvidar que en la nave yo también lo parecía.

No sé qué hacer primero, por unos instantes estoy absorto observando la escena como si estuviera fuera de mi cuerpo. Finalmente, me dirijo junto a Sibyl con la intención de preguntarle si ella ha venido por el sonido o ha llegado con anterioridad, además de corroborar que está bien, pero solo llego a tocarle el hombro: antes de que pueda decirle nada el árbol doblado y caído cerca de nosotros comienza a moverse espasmódicamente, y ante mi estupor este ser, que tiene branquias, costillas, rostro, que posee un cúmulo de características que son de diferentes seres vivos, comienza a dar a luz cientos de animales e insectos que en una onda expansiva de vida amenazan con barrernos en su febril pulular.

La idea de que toda esa vorágine se apoderara de mí me llevó a cerrar los ojos y la boca abandonándome voluptuosamente al impulso de esa fuerza natural, me quedé inmóvil sintiendo como ese brote de vida se arremolinaba a nuestro alrededor como si pudiéramos latir con él. Al abrir los ojos vi las bolsas con los animales dentro intentando nacer y me acerqué a ayudar a Danny y a Darya, más rápidos de reacción que yo.

Al ver el animal que surge del saco amniótico me quedo de una pieza, alucinado... Solo había visto ese animal en grabados y cuadros... -Eso es un primate -susurro casi no creyéndomelo. Un temor reverencial me invade ante la perspectiva a tocar ese animal y otros... Me pongo a tratar de imitar lo que han hecho con otros animales que deseen salir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tengo la peculiaridad Fortaleza a 1, así que calculo que paso la tirada, si no es así me lo dices máster y cambio el post. Dejo una tirada de psiché por si puedo percibir algo más del entorno y para mantener la cordura XD

Cargando editor
25/07/2019, 15:46
Danny Jankovic

Darya corre a ayudarme enseguida. Entre los dos conseguimos abrir la bolsa. Dentro hay un bebé precioso. Parece un niño de ojos enormes, con una cola larguísima y pelo por todo el cuerpo. En cuanto está libre, el bebé se me agarra. Siento el calor de su pequeño cuerpecito, y algo enorme que no puedo describir me llena por dentro, una mezcla entre alegría y dolor que parece que me vaya a hacer explotar. No puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas.

Oh… Ooohhh, qué bonito eres. Qué bonito eres —murmuro, abrazando estrechamente a la criaturita, queriendo protegerla. Luego miro a Darya, y veo a Ryu, que se ha acercado a ayudarnos. Ryu me dice que el niño es un primate. Tengo una sonrisa embobada en la cara. Estoy llorando—. ¡Qué pequeño es!

Me quedo abrazado al bebé, balanceándome un poco adelante y atrás y besando su pequeña y delicada cabeza.

Cargando editor
26/07/2019, 00:28
Cabira #14

La figura que era Tabitha avanzó de aquella manera extraña y aberrante junto a Forest y Darya, hasta situarse frente al enorme ser arbóreo. Hasta situarse ante ellos. Los que conservaban el fenotipo humano. Aquellos a los que debía proteger.

Los murmullos de los árboles debían estar avisando de aquel acontecimiento. De un parto a gran escala. Un parto sufrido y múltiple, que daba lugar a formas que le resultaban oníricamente familiares. Pensó en Herbert. Se preguntó si era eso lo que debía entender, y se quedó congelada, al contemplar que había otra más, como ella, acercándose a la multitud.

El alumbramiento se volvía agónico y sufrido. El ser, o los seres que conformaban aquella estructura sufrían, esbozando en sus rostros la misma expresión dolorida que poseía una madre, mientras vomitaban animales y sacos vitelinos que caían sobre el suelo, como si el árbol en si mismo fuese el primordio de la vida y ésta se fraccionase en mil pedazos, hasta desaparecer, dejando una estructura inerte donde antes había sufrimiento.

Tabitha se sentía incapaz de decir nada. De avanzar un paso más. De emitir cualquier sonido mientras aquella gestación llegaba a su término. Y una vez concluyó, posó la mirada en cada uno de aquellos rostros, aturdida, asustada, y profundamente confundida.

Observaba cómo varios de aquellos hombres ayudaban a salir a aquellas pequeñas criaturas de la bolsa amniótica que las rodeaba, y contempló la fragilidad con la que el cachorro aún embadurnado en líquido del seno materno se aferraba a uno de ellos, que lloraba con el primate en brazos, como si de su propio hijo recién nacido se tratase. 

Y algo, algo indefinido, quizá una lista de nombres, o una profunda lista de dudas, hizo que retrocediese, un paso. Hizo que sintiese un vértigo profundo mientras se llevaba una mano al vientre, como lo habría hecho una mujer parturienta, contrayendo el rostro en una mueca que reflejaba un dolor indescriptible y profundamente íntimo y emocional al mismo tiempo que sus labios se abrían para dejar salir el profundo lamento de una voz rota. 

Cargando editor
26/07/2019, 00:56
Cabira #7

Me sentía racionalmente inquieta. Y no era para menos. Todo mi ser se sentía distinto. Todo lo que había aprendido sobre mis necesidades fisiológicas parecía estar siendo puesto a prueba. Yo no era yo, aunque si analizaba esa afirmación sabía de sobra que eso no podía ser cierto.

Ajustes, ajustes, ajustes... Pero pocas explicaciones. No supe protestar, sólo observar. Escuchar. Y al oír aquella voz di por hecho que por muy paternal que fuera se trataría de una máquina. Había otra opción: había vuelto de una forma diferente al lugar de donde había salido. Quizá el encuentro con el cáusata había sido lo último que se me había permitido conocer del mundo. Y Víctor. ¿Cómo estaba Víctor?

Me centré en cuanto oí la palabra memorizar. No sabía por qué era importante, pero entendía que sería una información que tendría sólo durante un tiempo determinado. Más me valía concentrarme. Repetí cada caracter para mí misma. En otra situación lo habría hecho pronunciando su nombre, para que los músculos de mi boca también lo recordaban. En lugar de eso esta vez me centré en sus formas, pues no me atrevía a mover los labios. Si es que los tenía. Si es que era míos. Cuando comenzó la música intenté asociar cada nota al sonido. Si lo conseguí o no... Ni idea. Pero intenté memorizar tanto la partitura como la canción, para que si una de las dos fallaba en el futuro pudiera recurrir a la otra. No estaba educada en la música como para que mi cabeza los entendiera como una sola cosa.

Me sorprendió un poco verme haciendo luego lo que el asistente decía. No me pasó desapercibido que no usaba imperativos, y cuando intenté moverme de manera desacompasada me quedó claro que yo sólo era una marioneta. Voz paternal... suavidad en sus verbos... Y sin embargo imposición. Probablemente se adaptaba bastante al padre asignado tradicional, sí.

No pude recrearme demasiado en esos pensamientos. La visión de unas estrellas desconocidas, de esa especie de lago, de los vapores... Todo eso ocupó mi mente.

Me sentía preocupada. No entendía lo que estaba sucediendo, y no era capaz de controlar mis funciones motrices como para pedir ayuda. Con cada paso que daba empezaba a sentirme menos maravillada y más asustada. Y aún así una parte de mí seguía repitiendo esa serie de símbolos y esa música, asegurándome de haberlos memorizado en condiciones. La programación sobre la preocupación. No sabía qué estaba pasando, o dónde estaba el Orden en esto... Pero sí sabía que si de verdad era importante recordar aquello, no lo olvidaría.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Reconstrucción del antiguo post. No recuerdo qué había sacado la otra vez, pero la tirada desde luego en esta ocasión acompaña.

Cargando editor
26/07/2019, 10:41
Darya Gevorkian

Ser testigo de aquel prodigio, poder asistir al nacimiento de una criatura anterior al Eón, de cientos de ellas, conmovió a Darya profundamente. Y con todo no era menos fabuloso ver el rostro de Danny cuando el primate emergió de su bolsa y se le agarró al cuello. Su cara le pareció una mezcla perfecta entre la de un niño que ha recibido el regalo más increíble que cabe imaginar y la de un hombre que presencia la maravilla del universo entero y todos sus secretos en un único acto. Darya se quedó embelesada contemplando la escena unos segundos de más; debía ayudar a nacer al resto de criaturas.

¡Bien hecho! —acertó a decirle con la voz cargada de emoción mientras agarraba fuerte su hombro. Después se incorporó y vio a Ryu ayudando a nacer a otra criatura. Buscó otra más mientras trataba de moverse de nuevo sobre aquella arcilla sin pisar nada de cuanto había surgido a la vida.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo la tirada para ver si sabe lo que es un primate.

Cargando editor
26/07/2019, 17:21
Forest Monroe

Forest contempló todos los rostros presentes, alegrándose por la presencia de Danny y Egra, pero sin poder localizar a Adrien entre tanta cara nueva.

- Adrien...

Forest oye ese nombre en diferido, en tono interrogante. Su susurro se entrelaza con la pregunta de su compañera de otra realidad. Forest se acerca temeroso a Egra, fijando en ella la mirada. Sabe que la mujer es de pocas palabras pero de un millón de pensamientos, como estrellas en el universo de las que solo percibimos una pequeña fracción del abrumador total.

- No es la primera vez que vemos este fenómeno, Egra. La mariposa...

Forest vuelve la mirada hacia Darya y Danny, que juguetean con la criatura. Un escalofrío recorre su cuerpo. 

- Esa criatura parece humanoide. ¿Es así como hemos nacido? Al menos "nacer" en el concepto de aparecer aquí, en esta especie de arcilla oleosa. ¿Hemos salido de una de estas bocas? ¿O nuestros cuerpos se han generado a partir de esta arcilla usando nuestros fenotipos humanos? Y esas bocas abiertas... Adrien.

Forest se coloca junto a Egra, como resguardándose de un viento imaginario mientras escudriña los rostros de todos los presentes.

- A la mayoría de ustedes no les conozco, pero a juzgar por la naturalidad con que se tratan, intuyo que han compartido espacio en otra realidad, puede incluso que estuviesen conmigo en aquella extraña nave, donde vimos estos núcleos de... "contaminación". De ser el caso, cuento y veo que estamos prácticamente todos, pero echamos en falta a uno de nosotros. Su nombre es Adrien. Por lo que me ha contado Darya, entiendo que tienen todos nociones sobre ciertas capacidades sobrehumanas que algunos pueden desarrollar. Este fenómeno... Adrien... la mariposa...

Forest comienza a perder confianza. Había hablado en público cientos de veces, pero había algo, un horror latente, que no le dejaba continuar. Quería explicar lo ocurrido. Quería encontrar a Adrien. Sentía que era quizá culpa suya que el muchacho no hubiese aparecido aquí.

Como había visto hacer a ella tantas veces, Forest tomó a Egra de la mano, apoyándose en ella tanto físicamente como de manera emocional. Lo siento, Adrien.

Notas de juego

* Rasgo "Sentimiento de Culpa"

Cargando editor
27/07/2019, 10:00
Egra de Nula

No por advertir que tus asunciones - que el ser era Adrien en parte o en todo y que aun había esperanza de que su estado no fuera irreversible - hace que afloje en mi idea y propósito de alivio.

El contacto de mi mano sigue ahí, delicado, apenas como un susurro de tacto mientras despega otra linea añadida a mis pensamientos. La sombra... - tardo un segundo en cuadrarla -... de Forest me cobija con su familiaridad y le escucho hablar - es por mucho el que mas lo logra, no se si por entereza o por reacción nerviosa opuesta - mientras duplico, quintuplico, centuplico la confirmación de la total disconformidad de estos rasgos con los de Adrien.

Adrien... la mariposa...

 - Lo sé - acierto a decir a la vez que acepto el contacto de su mano. ¿Tiembla?¿Duda? Le apuntalo algo de seguridad con la presión de los dedos. Pero no gasto saliva en frases huecas. Encontrarlo solo sera una cuestión de verdad y datos. Sin realmente definir el destinatario - Forest, Sybil, cualquiera de los presentes - expongo la situacion y pregunto - Falta Adrien ¿Alguien a visto a un varón maravillado y soñador y manco? - tragando algo mas que saliva añado con emoción indefinida - ¿Que paso?

Notas de juego

Editado el cambio de una palabra en la ultima linea

Cargando editor
27/07/2019, 10:52
Cabira #7

Llegó un momento en que me dejé llevar. Mi lucha no había sido tan intensa como me habría gustado contar, pero... ¿Qué puedo decir? Estaba confusa. Mucho. Y sentía que debía reservarme. Además, tenía la sensación de que debía entender lo que estaba pasando antes de hacer nada desesperado. La calma antes que el miedo. La razón antes que el impulso. El Orden antes que el caos.

Al menos había allí otras personas. ¿Podía decir otras? Al menos había allí algunas personas. Esperaba que ellas pudieran explicarme qué estaba pasando.

Aquellos sonidos habían sido... Nuevos. Había intentado comprenderlos y memorizarlos. Víctor probablemente los hubiera disfrutado, al menos si era tan poeta como decía, y si ser poeta significaba lo que defendía. Yo no era capaz. Al ver aquellas decenas de caras me sentí sobrecogida. Pero eso no fue nada en comparación a lo que sentí cuando vi que esas bocas empezaban a vomitar criaturas. En otras circunstancias probablemente yo también habría vomitado.

Cuando vi a los otros reaccionar con esa naturalidad, como si se conocieran, me quedé mirando durante unos segundos. Mis ojos fueron después a la única figura con la que en ese momento podía identificarme. Me pareció que sufría. Di un par de pasos en su dirección, pero el discurso del hombre de piel oscura me hizo detenerme.

Lo sentí por ellos al entender cuando la otra mujer hablaba que les faltaba un compañero. Un amigo, supuse. Sin embargo, no me pareció que yo pudiera ser de ayuda.

—Yo... —digo mientras doy un paso en su dirección. Me detengo incómoda, confusa, por no saber si lo que parece mi cuerpo los asustará—. No sé qué está pasando.

Miré alrededor, a los cuerpos de los animales. A la criatura que los había vomitado. Todo.

—No sé dónde estoy.

Ese dónde implicaba muchas cosas. No era sólo el lugar donde estaba mi cuerpo... Sino también el lugar donde estaba mi mente. Mi alma, quizá habría dicho Víctor.

- Tiradas (2)
Cargando editor
27/07/2019, 12:15
Erik Du Mont

Lo que Egra le contó pilló totalmente por sorpresa a Erik. Parecía que su grupo había tenido más tiempo de experimentar su transhumanismo pero sonaban muy distintos a lo que imaginaba el doctor en un principio. Eso de la "magia" sonaba fuera de lugar absolutamente, pero no se sentía con ganas de intentar puntualizarlo o explicarlo. La experiencia de Adrien le obligó inmediatamente a preguntar si se encontraba bien tras lo ocurrido. Egra parecía enfadada por ello... Y no podía culparla. Le sonaba muy irresponsable el hecho de haber perdido una mano simplemente por hacer pruebas con ello, sin estar en una situación de peligro real. 

Las demás preguntas de la mujer hicieron que Erik observara el entorno mejor, intentando discernir hasta qué punto aquello podía ser una realidad, un producto de su imaginación o ambas. Habiendo tantas posibilidades, ¿sería posible que ambos tuviéramos el mismo poder? ¿Que fuésemos una especie de gemelos designados a comunicarse? Miró a Egra, entendiendo sus sonrisas algo apagadas pero sin ver en ella ninguna clase de conexión más allá de la que podría tener con... Bueno, no es una situación muy normal, pero no creo que difiriese si me hubiese encontrado con cualquiera del otro grupo.

- Sería curioso que tuviésemos una misma habilidad... Al igual que el hecho de que hubiésemos coincidido al aparecer en un mismo lugar de todos los existentes. Bueno, tampoco es lo más raro que podría ocurrir. - sonrió riéndose un poco, frunciendo levemente el ceño al final. Desde luego que no... - No estoy seguro de si se trata de un sueño o es otro... salto, en el espacio, a otro de nuestros posibles cuerpos. Pero es tan irreal que apostaría por lo primero. ¿Qué nos ha traído hasta aquí? Sinceramente, no sé si habrá sido algo a propósito o es algún tipo de conexión distinta.

La mención a su desnudez hizo que Erik diera un respingo e intentase taparse más. Esbozó una leve sonrisa y bajó la cabeza a modo de disculpa, pero no fue hasta que Egra se adelantó un poco que decidió dejar de cubrirse, titubeante, y decidió seguirla.

Notas de juego

Post para cerrar la conversación anterior.

Cargando editor
27/07/2019, 12:17
Erik Du Mont

Al ver aparecer a su ya conocido grupo, sumado a un puñado de desconocidos y a dos... ¿estatuas móviles?, Erik esbozó una sonrisa de alivio y tranquilidad. Estaba a punto de saludar y preguntar por los demás, cuando comenzó el caos. El árbol junto al que se encontraba Sybil reaccionó de alguna forma a su llegada, abrió las bocas de sus cabezas de una forma que Erik sólo podría describir como moribunda. 

Hasta que una ingente cantidad de vida arrebatada brotó de ellas, llenando el espacio alrededor del árbol y sobre ellos. Erik, que hasta el momento se había considerado un mero espectador de todas aquellas versiones de la realidad, de lo visto en la nave, lo visto en la mansión del sóter, incluso de lo visto durante su vida, que le parecía cada vez menos real... Y en aquel momento desearía seguir siendo un espectador, pero su visión física frente a su visión mental de lo ocurrido no coincidía. 

Su mente se quedó en blanco, en un intento vano de ver la razón en todo aquello, de buscar una explicación lógica que no existía. Su cuerpo retrocedió varios pasos e intentó sacudirse todas las pequeñas criaturas que habían caído sobre ellos, con la cara en un gesto de horror y apenas conteniendo gritos que la acompañaban. 

El grito del hombre corpulento le devolvió poco a poco a la realidad y Erik dejó de sacudirse como un niño asustado. ¿Ayudarlos? El entendimiento se acrecentó al ver que Darya corría a ayudarlo, hablando en términos que le resultaban más familiares. Y en ese momento comprendió el silencio, la expectación que había visto en el árbol junto a Egra, la aparición de todas aquellas criaturas... Se trataba de un parto. 

Y no uno cualquiera. Observó cómo el hombre sujetaba en sus brazos un bebé de algo que apenas conocía de libros, un ser que nunca había contemplado en persona, ni él ni nadie en el Eón. Un primate. Por la escena, no sabría decir si era más frágil el recién nacido o el hombre que lo sujetaba llorando, pero al verlo sintió ganas de llorar él también.

Con pasos cautelosos se acercó hacia el grupo, intentando no pisar nada de lo que antes había despreciado en su arranque de miedo, dándose cuenta de que todos esos seres eran nuevos en el mundo. No podía odiarlos, no podía asustarse de ellos, cuando lo único que habían hecho hasta el momento había sido nacer. Se arrodilló junto a otro de los sacos y miró a Darya y Ryu, intentando imitar sus movimientos y la forma de abrirlos y esperando alguna otra instrucción si fuera necesaria.

Escuchó de fondo la conversación entre otro de los desconocidos y Egra, reconociendo aquella voz como la de Forest. El hecho de haber nacido allí como uno de esos sacos le desconcertaba, más viendo que los pequeños seres de su interior apenas podían salir por sí mismos. Y si fuese por la arcilla... Eso significaría que el suelo que pisamos también está "vivo", de alguna forma. La forma en que hablan de Adrien... Es como si hubiese desaparecido o... ¿Tal vez para crear vida con su poder? ¿Es esto creación suya? La voz de alguien desconocido le sorprendió, por extraño que resultase ese hecho. Pero más le sorprendió ver que se trataba de una de esas estatuas. Parecía tan o más confundida que ellos, pero poco había que Erik pudiese explicarle en esos momentos.

- Tiradas (1)
Cargando editor
27/07/2019, 12:59
Faraz Snowden

Veo figuras acercarse en la distancia. Personas. Antes de que estén lo bastante cerca como para distinguir sus rasgos, ya sé que se trata del resto de mis compañeros. Me lo dice el corazón. Sonrío al reconocer a Erik, Sibyl y Darya, y me detengo a observar a los otros dos individuos que identifico como seres humanos. Uno de ellos es un hombre maduro de tez oscura, que debe de ser Forest; me lo imagino más como el serio comandante Mijo que como el alocado y jovial Adrien, que se presentó bromeando como cabo Ratón. La otra es una mujer alta y esbelta de cabello oscuro; recuerdo la descripción física que hizo Egra de sí misma, y deduzco de tiene que ser ella. En cuanto a las otras dos personas, compruebo que son una especie de estatuas móviles: una de piedra o madera, que parece compuesta de cubos minúsculos que se mueven coordinadamente; y otra de marfil o plástico. La primera emoción que siento hacia ellas es de rechazo, pero luego recuerdo que no hace mucho, nosotros también estuvimos atrapados en extraños cuerpos metálicos, así que procuro no hacer juicios apresurados.

Justo cuando voy a saludarlos, uno de los árboles con cabezas humanas prorrumpe en violentas convulsiones, y de su boca empiezan a salir… no… a nacer decenas de seres vivos. ¿Estoy presenciando un parto? Por un instante se me ocurre que tal vez hemos aparecido en este mundo del mismo modo, pero no recuerdo que hubiese ningún árbol muerto en las inmediaciones. Maravillado y conmocionado a partes iguales, no acierto a hacer ni a decir nada. Veo a Danny arrodillarse en el fango sin ninguna reserva para ayudar a nacer a una de las criaturas, y reír y llorar inocentemente con el recién nacido en sus brazos. Es como un niño grande. Darya, Ryu y Erik lo ayudan, dando lo mejor de sí para salvar cuantos más animalillos mejor. Sonrío emocionado. Estoy rodeado de bondad, una bondad encarnada en personas excepcionales. Decido acercarme a ellos, avanzando patosamente por el fango, ilusionado por participar de algo así, pero en ese momento, me sobrecoge la expresión de desolación de una de las estatuas.

—¿Eres una persona? —digo con una punzada de compasión en la voz—. ¿Un ser humano? —Sonrío afablemente, y añado, todo lo suavemente que puedo—: No tengas miedo. Nosotros también estamos perdidos, pero tarde o temprano, todo cobrará sentido. Soy Faraz. ¿Cómo te llamas? —Le tiendo una mano lentamente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Aplíquese Sensible y/o Observador para tratar de observar y comprender mejor a la «Cabira #7». Como la #14 no ha hablado ni ha hecho nada reseñable, de momento no ha llamado tanto mi atención.

Cargando editor
27/07/2019, 15:05
Ryu Akahoshi

Alrededor de mí es un caos, pero qué un caos glorioso. Me siento pleno en medio de toda esta vorágine inconcebible de una manera que no logro comprender: debería tener miedo, debería dudar hasta de mi sombra, debería investigar a esos extraños seres que se han aparecido desde el bosque pero en lugar de hacer eso, de dejarme atrapar por la ruinas circulares de mi mente sobre las que tanto me gusta ir y volver como un minotauro, de las cuales conozco cada uno de sus huecos y de sus rendijas, lucho entre abandonarme y volver a centrarme como una ola que viene y va.

Observo desde el suelo a los que se acercan al árbol caído junto al que estoy, alzo la mano movido por la emoción más profunda que me ha embargado en años, mi mirada va de ellos a Danny y al primate que se parece tanto a un niño que me asombra, iba a saludarlos, iba a decirles "hola" pero en lugar de eso me sale -¿No es endiabladamente hermoso todo esto? -y sonrío como idiota. Trato de mantener la compostura pero me siento como en carne viva. Todo esto es hermoso, me sobrepasa cálida, intensamente.

Y de pronto me doy cuenta de que me recuerda al cuadro que estaba pintando horas atrás y me recorre un escalofrío:no sé cómo interpretar eso y esto. No quiero pensar en eso ahora.

Los dos que están junto al árbol hablan sobre Adrien y reconozco las voces, luego las palabras de Danny hace instantes mientras caminábamos por el bosque con él y Faraz vienen a mí: -Forest, Egra -los saludo deduciendo sus identidades por descarte, tratando de recomponer mi voz que está trémula -Soy Ryu, Danny me ha explicado sobre lo ocurrido con Adrien, hasta ahora no lo hemos encontrado aquí pero sinceramente tampoco hemos tenido tanto tiempo de buscar -me rasco la nuca y me pongo de pie, mi mente me sigue recordando que estamos todos desnudos y cubiertos de aquella arcilla, pero la corro con gentileza para que no estorbe.

Luego miro a dos de mis compañeros y los llamo -Darya, Erik -alzo ligeramente la voz -Danny ha dicho que seamos cautelosos con el uso de nuestros poderes porque hay algunas clases de magias que están prohibidas por los sóteres -les explico someramente, no sé si ellos han descubiertos los suyos desde que nos separamos. -Adrien tuvo un accidente utilizándolo y... perdió la mano -elaboré escuetamente, quizás parecía que estaba siendo frío pero ahora no podía ponerme a dar detalles, todo era muy confuso... Y no quería ponerme a pensar por qué estábamos allí tampoco, lo más seguro era que no lo supiéramos.

Entonces escucho un sonido proveniente del autómata a mi lado, lo miro curioso -¿Y tú quién eres? -la interrogo -¿Hace cuánto que estás aquí? ¿Sientes... algo? -pregunto atropelladamente, el gemido que me pareció oír era de dolor, y si estas estatuas móviles eran como nosotros en la nave sé que sienten absolutamente todo y no pueden demostrar nada de nada. Pocas cosas son más desesperantes que esa.

Notas de juego

Entonces yo me ocupo de la Cabira #14 :-P

Cargando editor
27/07/2019, 21:26
Danny Jankovic

Sigo abrazando al bebé, meciéndolo con cuidado. Es tan pequeño que tengo miedo de que se me caiga o de cogerlo demasiado fuerte. Acaricio su espalda muy, muy suavemente, murmurándole cosas que no sé si tienen mucho sentido. Pero no me importa. No sé por qué estoy llorando como un bobo, pero me da igual. Es maravilloso.

Oigo a gente hablar, pero estoy demasiado distraído como para enterarme de lo que dicen. Por el rabillo del ojo veo que Ryu se levanta y se va a alguna parte. Entonces pienso que quizá debería seguir ayudando a más bebés a salir de sus bolsas. Sujetando al primate con uno de mis brazos, con cuidado, apoyo la otra mano en el suelo para levantarme. Ni siquiera me había dado cuenta de que había acabado sentado. Despacio, para no pisar a ninguno de los animalitos, me acerco a Darya para ayudarla con el suyo.

Lo estamos haciendo bien, ¿eh? —digo con una sonrisa enorme, más para convencerme a mí mismo que para otra cosa. Con cuidado de no soltar al pequeño primate, cojo la bolsa con la otra mano y tiro fuerte para ayudar a Darya.

Cargando editor
28/07/2019, 13:58
Sibyl Hadue

Para el momento en que los demás comenzaron a llegar al claro Sibyl sólo tenía ojos para el árbol que había ante ella. Sus mejillas estaban húmedas y sus labios temblaban en una sonrisa trémula y emocionada. En su mirada había fascinación, pero también gratitud por aquel regalo íntimo y musical. 

Vio caer las ramas, languidecer poco a poco y a medida que boqueaban buscando el aire, ella sintió que un nudo de angustia se iba apretando en su garganta. Sintió una mano sobre su hombro y una parte de su mente le recordó que estaba totalmente desnuda. Sus ojos se desviaron por un momento de aquel ser para mirar a los demás, reconoció a algunos, a otros no y, tras pasar por Ryu junto a ella, su mirada se centró en Darya. Pero ese grito de ayuda que reflejaban sus pupilas no llegó a formarse en voz alta antes de que las bocas se abriesen por completo atrayendo toda la atención de Sibyl. 

Sus labios se abrieron también, pero por la sorpresa al ver los seres que empezaban a nacer ante ella. Sobrecogida, tan sólo podía mirar, ambas manos formando un cuenco bajo su barbilla, conteniendo su aliento en la garganta. La lluvia de vida cayó sobre ella, pero no se apartó. Permanecía allí, inmóvil, encandilada con aquel nuevo regalo, con la entrega llena de generosidad de la criatura. 

Tras un instante que se le antojó como un suspiro eterno, le pareció que el mundo enloquecía a su alrededor. Oyó a un hombre pidiendo un médico. Su voz le resultaba familiar, aunque en ese instante era incapaz de buscar en sus recuerdos de dónde provenía esa sensación. Movimiento, todos reaccionaban y se movían. Animales que nunca creyó que vería fuera de un libro nacían ante ellos. Un grito desgarrador. Otras voces, unas conocidas y otras no.

Pero ella aún seguía ahí, con los brazos apretados contra su pecho y sus ojos llenándose de tristeza.

«Vamos», pensó, como si pudiese transmitir ánimo al árbol para que se recuperase, «Vamos, tú puedes levantarte. Has hecho un buen trabajo. Todo estará bien. Vamos, por favor». 

Una nueva lágrima empezó a deslizarse por su rostro, aunque esta vez no era de emoción, sino de aflicción. Sorbió por la nariz y sacudió la cabeza, oponiéndose en su interior de una forma irracional a la muerte de aquel ser que momentos atrás había gorjeado de un modo tan hermoso. 

Corrió hacia el tronco y se arrodilló a su lado. Extendió los brazos para abarcarlo lo más que pudo y apoyó la mejilla en su superficie, abrazándolo, ajena por el momento a todo lo que sucedía alrededor. 

Vamos —murmuró, compungida, con tono suplicante—. No te mueras. Aún te quedan muchos rostros por mostrar. 

Muy, muy, bajito empezó a tararear esa melodía que provenía de su propia esencia, tal vez como un modo de refugiarse del dolor que sentía en ese momento, o quizás porque quería reconfortar al árbol en los que parecían ser sus últimos instantes de vida, devolverle de algún modo el regalo que él le había hecho. Seguramente por todo a la vez. 

Cargando editor
29/07/2019, 00:07
--

Todo lo que ocurría quedaba grabado en la memoria de la “cabira #7” de tal forma que supo que siempre podría recordar hasta el más mínimo detalle. Incluso entendió que su entrenamiento le permitiría evocar en su mente más allá de lo que la consciencia le permitía percibir en ese momento y que rememorando podría revivir imágenes de las que ahora ni siquiera era consciente.

Reconoció muchas de las especies de mamíferos pero no todas las de los insectos ni los reptiles, suficientes, eso sí, como para suponer que eran seres de su mundo y no extintos sino coetáneos a ella. 

El barro absorbía los líquidos ablandándose y los pies se hundían un centímetro en el suelo.

Si alguien pudo escuchar el canto que Sibyl tarareaba casi para sus adentros lo notó lastimero como el aullido que algunos perros hacían a la luna cuando ésta lucía llena. El árbol comenzó a hundirse muy despacio pero con una contundencia que hacía parecer que sus propias raíces tiraban de él hacia abajo.

Con la ayuda de los que se ponían a ello las bolsas se rompían dando luz a seres relativamente pequeños con los ojos cerrados, que se parecían entre ellos tanto -en su fragilidad, en su potencial- que se diría que eran todos hermanos a pesar de que pertenecieran a especies muy diferentes*. 

Danny notó que el pequeño monito que seguía agarrado a su cuello chupaba afanosamente su piel y entendió que buscaba el contacto de una madre. La necesitaba físicamente, moriría sin ella. Su amor y su leche debían nutrirla. Pero al animalito parecía bastarle con limpiar su piel a diminutos lametones. Sintió su infinito amor, sus infinitas ansias de vivir. Supo que podría salir adelante. Que no estaba condenado a morir el día de su nacimiento.

Encontraron un saco más grande que el resto que necesitó del esfuerzo de todos y del que salió una ternerita que a pesar de sus grandes esfuerzos no lograba mantenerse en pie.

- Tiradas (3)

Notas de juego

(*) Sentíos libres al narrar de decidir qué especie de mamífero pequeño ha sacado vuestro personaje antes de ayudar a salir a la ternerita (ha de ser un animal no extinto para el mundo de los jugadores) :-)

Cargando editor
29/07/2019, 01:06
Cabira #14

Yo... No lo sé. No sé...-contestó, al escuchar hablar al hombre de rasgos asiáticos- No sé qué hacemos aquí. No entiendo... No sé tampoco qué está pasando.-añadió, para la figura que se parecía a ella, en medio de su lamento- No me reconocéis. No me reconoceríais ni aunque... Ni aunque viérais mi cuerpo...-indicó, con la voz rota.

Cuando los encuentres, enloquecerás.- recordó, de nuevo, mientras se encogía sobre si misma, durante un instante, antes de alzar el rostro y observarlos, a todos, a ellos, a sus hijos- Estáis vivos. Debería hacerme feliz saberlo. Pero... Dios mio. Es... Demasiado. ¡Demasiado!- dijo, pronunciando aquellas palabras, como si fueran un auténtico desgarro- Soy... Soy vuestra madre. - vocalizó, casi sin fuerzas- Isaac, Adam, Caleb, Abigail... Noah, Purity, Abel...- pronunció, cada uno de aquellos nombres, como un lamento, mientras avanzaba entre ellos, despacio, hasta fijar la mirada sobre Sybill, estremeciéndose al escuchar su canto- Sephora...-pronunció, sabiendo que en un momento como aquel, las lágrimas habrían sido incontenibles, apoyando una mano, finalmente, sobre la superficie del enorme árbol que se hundía- Soy... Soy como él. Os di la vida. Puede... Puede que fuese mi hijo también.

Cargando editor
29/07/2019, 03:45
Danny Jankovic

El pequeño animalito que tengo en brazos se acerca mucho a mí, haciéndome cosquillas con la boca. Al principio pienso que me está dando besitos, pero luego me doy cuenta de que lo que busca es comida. Claro. Necesita leche, pero… ¿quién va a dársela? No hay ninguna mamá primate por aquí, y el árbol… No sé. Lo que sí sé, por el motivo que sea, es que vivirá. Lo siento de una manera que no puedo explicar.

Todo saldrá bien, chiquitín —le digo muy flojito—. Ya lo verás.

Poco a poco, vamos liberando a más animales. Hay uno más grande que los demás, aunque sigue siendo pequeño. Tiene cuatro patas, pero está un poco torpe y no consigue ponerse de pie. Entonces, de repente, oigo que alguien empieza a decir varios nombres seguidos, uno detrás de otro. Confundido, me doy la vuelta. Es el hada. Al principio no entiendo nada, pero luego me doy cuenta de que con esos nombres se está refiriendo a nosotros. Dice… ¿Dice que es nuestra madre?

¿Qué? —pregunto, incrédulo. Con el bebé primate en brazos, me abro paso hacia ella. Miro a los demás, buscando explicaciones, o que alguien me ayude a entender lo que dice la mujer—. ¿Cómo que…? ¿Cómo que nos diste la vida? —Mis ojos están muy abiertos, el entrecejo arrugado. Mi boca cuelga un poco, en una expresión de sorpresa—. ¿Qui-quién eres?

¿Qué está diciendo la mujer? ¿Cómo puede pensar que somos sus hijos?

Notas de juego

Lo que se está perdiendo Adrien, jo jo. Seguro que le encantaría ^^.

Cargando editor
29/07/2019, 17:05
Egra de Nula

Una tonada me cautiva desde el pecho de la chica morena como lagrimas en la oscuridad del alma, pendientes de su esperanza. La miro sabedora de la falta de justicia que seria estropearla siguiéndola desde mi garganta pero entre los pliegues de mi cráneo si la acompaño. La chica ha acabado abrazando al ser que se muere, se desvanece o simplemente vuelve a donde partio.

Erik se ha quedado rezagado, y lo que escucho, ademas del palpitar de la mano de Forest en mi piel o el de mi latido acelerado en la suya, son los esfuerzos del grupo por facilitar las eclosiones - me falta una madre para asociar a un parto - y sus emociones desnudadas.

Sostengo a Forest, oteando en toda dirección penando por Adrien, lo suficiente como para no poder disfrutar del espectáculo. Quizás otro día, cuando reviva los someros vistazos, las caras, las poses o cualquiera de esos detalles que a veces se agolpan después si he  estado lo suficientemente despierta.

Cosa que seria mas posible si la extraña criatura animada en piedra no hubiera empezado a clavar sus palabras por delante en mi cabeza. Sobre todo cuando las implicaciones me alcanzan a su vez y solo queda entender si lo que dice es verdad, es creencia o es la Verdad pura y, en con la máxima extensión, dura.

Lo busco con la mirada, expectante de ver su brillo entre las palabras quizás a respuesta de la pregunta de Danny o quizás a otro tipo de respuesta. Una parte en mi interior sigue obligando a mantener la mirada. Otra suplica repitiendo continua y escaladamente 'Basta'

 

Cargando editor
30/07/2019, 23:22
Faraz Snowden

Me quedo unos segundos paralizado, sin saber cómo reaccionar a las palabras de la extraña criatura que sin embargo habla y reacciona como un ser humano. ¿Nuestra madre, ha dicho? Descarto al momento que se trate de una broma, ya que, aparte del evidente mal gusto, el ser con aspecto de mujer parece realmente angustiado por todo lo que está sucediendo, pero sus rasgos fríos e inertes hacen difícil hallar en su expresión algún indicio que me permita estar seguro, en un sentido o en otro. Tampoco creo que esté mintiendo, dado lo improbable que resultaría que alguien creyese una afirmación tan absurda de buenas y a primeras, y además, ¿con qué fin? Deduzco, por lo tanto, que el ente está diciendo la verdad, al menos desde su punto de vista. Esto, reflexiono, plantea tres posibles alternativas, si no más. La primera sería que alguien la hubiera engañado de algún modo, aunque ignoro con qué propósito, ya que si el objetivo era hacer que confiásemos en ella, lo rocambolesco de la situación logaría en todo caso el efecto contrario. La segunda, que estuviera gravemente trastornada, cosa que, dados los padecimientos a los que ha debido de verse sometida si su experiencia se ha asemejado en lo más mínimo a la nuestra, no me extrañaría en absoluto. La tercera, y más desconcertante con diferencia, es que sea verdad. Se trata de una idea del todo alienígena, inasumible en principio, y sin embargo, me sorprende lo dispuesto que estoy a aceptarla. Al fin y al cabo, toda nuestra vida ha sido una sucesión de mentiras. ¿Qué más daría una más? Podríamos haber sido criados en una probeta y dados en adopción, por ejemplo. Qué horror. Cuanto más lo pienso, más probable me parece, y más espanto me produce. Y con todo, tal vez la afirmación de la criatura tenga matices. Es posible que tan solo le extrajesen óvulos que posteriormente se transplantasen a las madres que conocemos. Eso la convertiría en nuestra madre biológica... pero solo en parte. Miro a mis compañeros durante un instante: no me parezco tanto a ellos, creo. Maldición, siento que me va a estallar la cabeza. O a lo mejor... A lo mejor solo se refiere a que ella es la madre de los cuerpos que habitamos ahora mismo, en este momento. Sea como sea, eso no cambia nada. Sería refugiarse en ideas extrañas y rebuscadas en un intento por hacer de esta revelación algo más asumible. Pero una cosa es segura: si doy muestras de recelo o crispación, lo más seguro es que el ser no confíe lo suficiente en mí como para contarme el resto de la historia. Decido darle el beneficio de la duda.

—Perdona, ¿cómo dices? —digo respetuosamente, con delicadeza—. Explícate, por favor.

Notas de juego

Ante semejante bomba, y por mucho que me gustaría, creo que no procede que Faraz se ponga a liberar animalitos... al menos por ahora.