Partida Rol por web

Eón

ERIK

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24/09/2019, 20:59
Erik Du Mont

Tras leer el informe, Erik se quedó pensativo, sopesando lo que había dicho. Umberto tenía razón al pensar de esa forma y sabiendo lo que sabía de Tabitha en ese momento... Tal vez quiso quedarse aquí para encontrarnos. ¿Sería posible que el Gólem supiera que íbamos a volver y por eso nos obligó a llevar vidas... conjuntas? Esto es algo que deberíamos debatir más tarde... El doctor volvió a repasar parte del informe. Si era él quien había negado el alta, supuso que no habría problema si era él quien se lo daba, aunque fuera de forma temporal. Una sesión de terapia fuera del centro, un permiso de unos pocos días no debería ser difícil de conseguir, para estudiar la reacción al exterior. Siempre y cuando Danny estuviera con ella.

El teléfono sonó cuando estaba a punto de preparar los papeles de su permiso. Lo tomó inmediatamente y el mensaje que sonó le dejó en silencio unos instantes, mientras su cerebro procesaba aquello. Había intentado pensarlo, prepararse para cuando llegase el momento de ver de nuevo a su familia, pero sabía que por muy racional que fuera, había sentimientos que eran inevitables. 

Como el que experimentó al volver a oír a Kiara. Ni las interferencias sonoras que pudiera haber en la línea, ni el ligero cambio en la voz de la pequeña fueron suficientes como para que la sintiera extraña. Era ella. Era su niña. La había recuperado, aunque hubiesen pasado dos años, un día o miles de kilómetros. Los ojos de Erik se llenaron de lágrimas y el doctor se derrumbó de rodillas sobre la alfombra del despacho, con el auricular pegado a la oreja y tapándose la mano con la boca, sin querer dejarse oír. Tragó saliva e intentó que su voz sonara lo más normal posible, conteniendo casi la respiración para no preocuparla.

- Lo... lo siento, cariño. He tenido mucho lío y se me ha pasado la hora completamente. - se rió, aguantando a duras penas sollozar al mismo tiempo - Enseguida voy a recogerte... ¿Todo bien?

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26/09/2019, 09:37
Kiara

La niña le dijo a su padre que mejor se pasaba por su trabajo y lo recogía ella a él. Luego le recordó que habían quedado con Shen en el comedor de su trabajo.

Lo dijo con naturalidad, como si fuera algo que hacían a menudo por lo que dedujo el doctor que el colegio de su hija debía estar cerca del Centro Cívico y que normalmente, por la mañana, también vendrían los dos juntos, y acertó, porque a los diez minutos Kiara estaba en la puerta de su despacho.

En el autobús la niña le contó algunas aventuras de la jornada.

—Hemos tenido una clase práctica de educación vial y Claudia ha vuelto a ponerse un cono —se refería a los conos de tráfico que se usaban para delimitar carriles— en la cabeza, yo me he reído pero el profesor nos ha pedido contención… 

Y le puso al día sobre sus “affaires amorosos”.

—Adano quiere que le de besos en la boca y yo le he dicho ¡Pero de qué vas! ¡No me gustan los chicos, papá! ¡Tampoco las chicas! ¡No me gustan los humanos! ¡Me gustan los perros! 

Que utilizó para pasar a otro tema que le importaba mucho más.

—La mamá de Carmen es directora de escuela y ella tiene dos gatos ¡Shen y tú sois jefes!, digo yo que podemos comprar un perro… ¿Podemos? Uno grande... Baaaa, por favoooor…

Y todavía insistía cuando llegaron al parque de bomberos -no muy lejos, al otro lado del río, justo cuando los edificios empezaban a crecer en altura-, al salón de su planta baja en el que Erik había comido con su marido tantas veces.

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26/09/2019, 09:45
Shen Warren

Shen espeaba en su mesa favorita -una junto a un ventanal por el que se veían algunos camiones rojos- picando unos anacardos y bebiendo un refresco. Se levantó de la mesa para recibirlos. Le dio un beso a cada uno y con una sonrisa cálida y su mirada siempre tan brillante les invitó a que se sentaran. No solía tener mucho tiempo para comer y se había hecho un poco tarde.

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28/09/2019, 10:15
Erik Du Mont

Tras haber pasado unos minutos desahogándose en la privacidad de su despacho, agradecido de poder ver otra vez a su familia, Erik se limpió la cara justo a tiempo de que la pequeña llegase a buscarle. Por el camino, el doctor no dejaba de mirarla y sonreír feliz, riéndose o haciendo algún comentario sobre las cosas que le contaba del colegio. A pesar de que ese mundo era una enorme burbuja, con nada que envidiar del lugar del que venía el sóter, allí Erik se sentía... a salvo. Calmado, tal vez no tan vivo, pero la comodidad y calidez de su hogar... Era algo que no podía reemplazar. Poco le importaba dónde estuviese, si tenía a su familia con él.

- ¿Besos en la boca? ¿Pero qué se ha creído? ¡Anda que no le quedan años para eso! - respondió entre sorprendido y ofendido - Si te lo vuelve a pedir a ti o a alguien más, dile que más le vale lavarse bien los dientes antes de hacerlo. - repuso medio en broma, volviendo a sonreír. 

Al escuchar lo del perro, el doctor no pudo evitar acordarse del precioso animal que había en la Cándida Rosa. Estoy seguro de que si Kiara lo hubiese visto, no se habría separado de él en toda la comida. En cambio, los perros de aquí... Seguían siendo animales, seguían estando vivos, pero eran distintos. Tal vez los animales sean más listos que nosotros y se den cuenta de que algo realmente no va bien... Con dulzura, le acarició el pelo a la pequeña y sonrió. 

- Ya veremos... Además lo tendrías que cuidar bien, darle de comer, sacarle a pasear, recoger sus cositas... ¿Estás segura de que te puedes encargar de todo eso?

Con todo el tiempo que se había pasado atento a Kiara, apenas se había dado cuenta de que ya habían llegado. Vio a Shen sentado en su mesa de siempre y sintió una sensación de alivio tal que hizo que sus ojos se humedeciesen un poco. A pesar de que ya había oído a Kiara, temía que las cosas con Shen hubiesen ido a peor, que se hubiesen divorciado, que hubiese habido un accidente o algo... Pero no, allí estaba, tan perfecto como siempre. Le sonrió y le besó, pero se contuvo por no estrecharle entre sus brazos más tiempo del que debería.

- Lo siento, me he quedado distraído con unas cosas y no me he dado cuenta de la hora... - suspiró, mirándole feliz unos segundos, antes de reaccionar y hacer gesto de que se sentaran - ¿Qué tal hoy tu día?

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30/09/2019, 16:22
Shen Warren

—Hoy hemos empezado a preparar los simulacros en las centrales eléctricas. Primero hay revisar cada uno de los planes de emergencia, luego dar las clases al personal in situ y al final el simulacro en sí. Eso en las cinco grandes centrales que abastecen de electricidad a la Conurbación.

Shen les dió una larga lección sobre las medidas de seguridad redundantes que tenían ese tipo de edificios. Eso era normal en él pues no tenía medida a la hora de hablar de su trabajo -además, habría sido un profesor excelente y sabía hacer amenas explicaciones que dichas por otro serían soporíferas- pero la novedad para Erik fue la atención con que lo escuchaba su hija, que ahora decía querer ser “Terapeuta de Situación”, una especialidad de psicología de intervención en crisis que estaba asociada con los equipos de emergencia.

Entre respuesta y respuesta a las preguntas de la niña -que eran un poco morbosas, como si una central podía explotar, si podían haber fugas radioactivas, etc- Shen observaba a su marido. Erik sabía que su compañero notaba un algo en él demasiado sutil como para rebasar el umbral de la consciencia pero suficiente como para notar un “no se qué” que hacía que de vez en cuando lo mirara con un interrogante inocente en sus ojos, un "¿va todo bien no?", un ¿te has cortado el pelo o algo? o ¿se me ha pasado una fecha importante?

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02/10/2019, 20:48
Erik Du Mont

Como otras tantas veces antes de su "desaparición", Erik se mantuvo atento a las explicaciones de Shen, incluso preguntando de vez en cuando sobre alguna cosa que le llamaba la atención. Siempre con una sonrisa, disfrutaba escuchando a su marido hablar de esa forma tan desenfadada; se notaba cuando le entusiasmaba un tema e incluso cuando no era tan interesante para Erik, le seguía gustando cómo hablaba Shen de ello. 

Lo que sí le sorprendió fue que Kiara se sumase a sus momentos de atención, preguntando ella también. Al escuchar a qué se quería dedicar, el doctor la miró con sorpresa y orgullo y su sonrisa se amplió para el resto de la comida. No estaba orgulloso concretamente de que hubiese elegido una profesión relacionada con los trabajos de sus padres, sino de que quisiera ayudar a la gente, igual que lo hacían ellos. Es admirable lo mucho que ha madurado en tan poco tiempo...

Con un tinte de tristeza mezclado en su orgullo, Erik observaba a su querida niña, tardando tal vez algo más en darse cuenta de la forma en que le miraba Shen. Esa pequeña duda inquisitiva, un gesto interrogante silencioso que le era imposible responder allí. Al fijarse en él, sacudió levemente la cabeza y le sonrió, indicándole que estaba bien. Yo, por lo menos, sí... En su mente comenzó a crecer la duda sobre si debía decirle la verdad o, por lo menos, esperar a tener la reunión de esa misma noche. ¿Pero y si vuelvo a desaparecer de pronto? Podría ser al dormirme o en cualquier momento... Y si eso pasa, ¿de verdad está bien que él lo pase mal todo este tiempo que no "estaré"? Su sonrisa disminuyó un poco mientras cavilaba, con la mirada perdida por la mesa. Cuando terminó, levantó de nuevo la mirada hacia Shen, decidido.

- ¿A qué hora llegabas hoy a casa? - preguntó, sin saber muy bien si seguía haciendo turnos o había conseguido algún cambio de horario en el trabajo. En la mirada del doctor había definitivamente la promesa de que debía contarle algo, pero que no iba a ser en ese lugar.

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03/10/2019, 10:40
Ciro Rosagro

Shen se tomó la tarde libre y llevaron a Kiara a casa de su abuela con la excusa inventada al paso de que tenían que hacer una gestión juntos. Les abrió Ciro y les contó que Madeleine estaba dando un curso para adultos en un Centro Cívico sobre matemáticas y computación.

La niña entró tan tranquila tras darle un beso en la mejilla al hombre después de saludarle como “abuelastro”. El hombre les invitó para la cena: estaba preparando caldo para el ramen, pero también se ofreció, cómplice, a quedarse a Kiara hasta mañana si sus padres querían pasar una velada sin niña.

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03/10/2019, 10:41
Shen Warren

Tras caminar los primeros pasos solos, por la calle, sin rumbo, Shen frenó a su marido con un pequeño tirón de la camisa y cuando Érik se giró le dio un beso en la boca. Después le miró con una sonrisa tierna, se rascó la nariz y levantó una ceja, preguntando con curiosidad y sin preocupación.

—¿Y…? ¿Qué pasa?

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06/10/2019, 12:28
Erik Du Mont

Erik no podía decir lo agradecido que estaba de que Shen estuviera con él aquella tarde. Aún trataba de mentalizarse por lo que podría ocurrir, pero confiaba en su marido y sabía que si no contaba con él en eso, le estaría engañando de una forma que ni él mismo podría perdonarse. Así que tras dejar a Kiara y recibir ese beso, el primero en lo que sentía que había sido mucho tiempo, su seguridad se reforzó y le sonrió dulcemente, con una de esas sonrisas tontas que se echan los enamorados. 

- Vamos a sentarnos en algún sitio. Esto va a ser algo largo de contar. 

Llevándole de la mano, buscó algún banco por la calle, en alguna zona tranquila. Por suerte, en horario laboral todavía no había mucha gente en el exterior. Cuando se sentaron, Erik le cogió de las manos y le miró a los ojos, tomando toda la confianza y fuerza de voluntad que tenía para atreverse a dar el paso. 

- Lo que te voy a contar... Va a sonar a locura, pero es cierto. O por lo menos sé que lo he vivido y de alguna forma es cierto para mí. No puedo pedirte que lo entiendas, porque incluso a mí me cuesta entenderlo, pero sí que me escuches y me creas en la medida de lo posible. Y por supuesto, si tienes alguna otra teoría o pregunta de cualquier tipo, por supuesto que la voy a escuchar. - dicho esto, le sonrió, respiró profundamente y tomó un gesto algo más serio - Todo empezó hace... casi dos años, la noche del Fin de Ciclo...

El doctor hizo su mejor esfuerzo por explicarle de forma mayormente resumida a Shen aquello que habían vivido, tanto él como los otros ocho habitantes del Eón, desde la nave espacial con sus cuerpos robóticos, pasando por lo que habían averiguado en la Cándida Rosa y contándole finalmente su curioso viaje por el lugar en el que habían nacido todos esos animales antiguos. Con más pesar, le explicó que su vuelta al Eón había ocurrido más tarde de lo que esperaba, teniendo en cuenta el tiempo que había pasado fuera, y que aunque tenía conocimientos de algunas cosas, no recordaba ningún detalle de lo ocurrido. 

Durante la charla, esperó a que Shen preguntase todo lo que quisiera y le dejó tiempo y pausas para que pudiera asimilar todo lo que estaba contando, casi como solía hacer con sus alumnos en el centro cívico. Esperó por si tenía alguna teoría también o si prefería dejar todas las preguntas para el final. También hubo veces que bajó la voz e hizo pausas a propósito al ver que algún transeúnte pasaba demasiado cerca de ellos. Cuando terminó, guardó silencio un momento y le acarició las manos.

- Te lo habría contado antes... Pero físicamente me era imposible. - medio sonrió, esperando a ver la reacción de Shen. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro de carisma + sincerarse para contarle lo mejor posible a Shen todo lo ocurrido.

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07/10/2019, 14:02
Shen Warren

Aun antes de que terminara su explicación a Erik le costó -intercambiando gestos entre las pausas- hacerle entender a su marido que no estaba de broma. 

Cuando terminó a Shen le brillaba el cuero cabelludo bajo su pelo rapado al cero. Era un signo inequívoco de que iba a empezar a sudar. 

—¿En la medida de lo posible? ¿En serio?

Erik, vale, vale… Lo has… —buscó la palabra adecuada— .Vivenciado. Pero eso no significa que sea… real. 

Shen estaba echando mano como podía del argot profesional de su marido y estaba aplicando una especie de principio fundamental que se podría resumir como “nunca le niegues sus experiencias a un loco”.

—Tú siempre dices que cualquiera puede tener un brote psicótico. Te ha tocado.

Sonrió pero estaba preocupado.

—Joder, cariño, es evidente. Lo que me cuentas no tiene… coherencia… es una fantasía típica: grandilocuente, paranóica, absurda y… paradójica. 

Quiso echarle sentido del humor:

—¿Me estás diciendo que este año y pico me he acostado con otro tío? Nooo… Erik, eras tú… Te lo digo yo… 

Se echó hacia atrás y tras un suspiro tiró aire por la nariz.

—Sólo te pido… Te exijo, dos cosas. 

A Shen le gustaba enumerar puntos en propuestas como si inventara protocolos o leyes.

—Primero: mañana por la mañana vas a concertar una cita urgente con August. Le necesitamos y nos ayudará… Segundo: iré contigo a esta noche*. 

Estoy… estoy preocupado, Erik. Pero sé que juntos saldremos bien parados..., como siempre.

Notas de juego

(*) Asumo que Erik también le ha contado lo de la cita. Si no es así dímelo y lo edito.

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08/10/2019, 21:28
Erik Du Mont

Aun sabiendo que Shen estaba usando sus propios métodos con él, Erik no se arrepintió para nada de habérselos enseñado. Sentía incluso orgullo de que viese la situación de aquella forma y ese punto de vista tan... "real", era tal vez lo que le había faltado en primera instancia. Sonrió ladeando la cabeza, con una pizca de amargura al escuchar que él estaba tan seguro de haber pasado ese año con él. Tal vez tenga razón. Tal vez haya sido yo de verdad. O tal vez esta personalidad no sea exactamente la mía, sino una asignada al Erik de este lugar y se ha guardado como parte de la mente... ¿Sería posible siquiera?

Erik entrecruzó las manos, entre ensimismado por aquel pensamiento y atento a lo que le pedía Shen. Finalmente consiguió centrarse y le miró con atención, asintiendo a lo primero con tranquilidad pero permaneciendo inmóvil a lo segundo. Eso no es... Frunció los labios y tomó aire, pensativo. 

- Voy a ver a August, por eso no te preocupes. Realmente es posible que me haya pasado algo... Y que como mecanismo de defensa me haya inventado una excusa para este año largo, para olvidar algo que haya pasado... - le miró con un interrogante en los ojos, esperando ver alguna reacción por su parte, por si de verdad había algo relevante que debía saber. Luego negó con la cabeza - Pero no creo que sea buena idea que me acompañes. Como alguien racional ni siquiera debería habértelo contado, pero quería hacerlo. Por ti, por nosotros y por Kiara, por si algo... No sé, por si algo me "ocurre" otra vez. 

Hizo el gesto de las comillas, a pesar de que no se sentía ofendido porque Shen pensase de esa forma sobre lo ocurrido. La idea de separarse de nuevo de su hija le aterraba y al menos quería tener la tranquilidad de que si algo raro pasaba, Shen estaría allí. Suspiró y le volvió a mirar seriamente. 

- Me gustaría que me acompañaras, de verdad. Si esa gente está pasando por lo mismo que yo, por muy extraño que sea una psicosis colectiva, necesita ayuda. Pero aún es pronto. Temen... Tememos por nuestras vidas, porque el mundo ahora mismo no es de la misma forma que debía ser. Todos acabamos de pasar por un trauma caótico y posiblemente inexistente. Y no podemos... no deberíamos confiar en nadie, realmente. Como te he contado, parece que el Gólem no es exactamente el único problema que hay. - Erik le tomó de las manos con esperanza de que al menos pudiera entender eso - Yo estoy relativamente tranquilo. Pero temo que más de uno pueda saltar si ven que hay más extraños. Es posible que te vean como una amenaza y... No quiero que eso ocurra. ¿Puedo cambiar tus exigencias? ¿Sólo esta vez? - preguntó con una sonrisa dulce y una mirada tan inocente como la de un niño - Puedes acompañarme pero sólo hasta el edificio, para asegurarte que no hay ningún peligro. Después estaré en la reunión y volveré a casa, o incluso si sigues preocupado, puedes esperarme o esperar a que te llame a casa. Pero preferiría que no supiesen que te he metido en esto. Luego podrás pedirme lo que quieras. 

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11/10/2019, 01:03
Director

Notas de juego

Sigue en la escena "Darya"

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25/04/2020, 20:28
Cafetería Librería Pangea

La música cambió. Ahora sonaba en el equipo de un restaurante. No parecía en absoluto insulsa sino más bien al contrario. Era muy emotiva, quizá en algún sentido incluso más que la que había acabado de oír en el sorato, intimista hasta rozar la congoja.

Erik cenaba con su marido y su hija en una cafetería-librería-tienda de discos de segunda mano de la Ciudad Universitaria —muy cerca al Centro Cívico— que se llenaba de estudiantes por la mañana pero que por la noche se transformaba como por arte de magia en restaurante romántico donde hacían excelentes cenas, y qué decir de las tartas. Nunca había demasiada gente. Siempre era agradable estar allí.

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Viene de la escena "Démeter"

1 de 3

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25/04/2020, 20:31
Shen Warren

Su marido hablaba con la boca llena, señalando el aire.

—Y entonces, en el cursillo, lo vi.

Miró a Erik, Shen estaba contándole a su hija como se habían enamorado.

—Expicaba la lección, con una paciencia... y me encantó su aire tímido y seguro a la vez. Entonces pensé… Este para mí...

Fue eso y mucho más, Erik sabía que Shen estaba algo traumatizado por la visión del dolor, por el sinsentido de la desgracia, y que al conocerle tuvo una revelación. Erik era para él como la antítesis de eso: la presencia del bien que le devolvió la racionalidad a su mundo.

—Así que no lo dudé y empecé a remolonear a su alrededor como un moscón. Y luego le dije que me caía muy bien, y le invité a un helado.

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2 de 3

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25/04/2020, 20:33
Kiara

Kiara parecía estar comprendiendo una lección, pero tenía sus dudas.

—A mi me gusta un amigo de clase que se llama Zimiko. Pero tengo una duda… Si le invito a comer un helado y acepta… Luego… ¿Toca tener sexo? ¿No?

Shen se atragantó con el arroz y luego rió a carcacajadas ante la confusión de la niña, que últimamente había aprendido mucho a contener sus enfados.

Y como si el entendimiento le golpease físicamente Erik comprendió en un nivel por encima de lo racional. Supo seguro, cierto como una ley del Universo, que esos momentos que estaba recordando Shen, igual que ese mismo instante, eran indestructibles y que no había poder —ni aunque existiera alguna voluntad del tipo Dios Supremo— capaz de borrar de la existencia cualquier experiencia que él o cualquiera hubieran vivido en ese o en cualquier mundo que pudiera existir o haber existido jamás.

 

FIN DE LA PRIMERA PARTE PARA ERIK

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