Partida Rol por web

Eones Extraños - En busca de la cordura

0. Niebla Amarilla

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30/05/2018, 15:15
Aura Balkanion

Aura apoyó bien los pies en la tierra cuando su atención recayó la figura humanoide. La mujer cerró los puños y los colocó formando una guardia abierta. Y entonces la niebla se disipó lo suficiente como para dejar ver al semielfo de ropajes exquisitos.

La sierva de Irori miró a Theo con el ceño fruncido. ¿Conocía a ese hombre? Algo le decía que sí pero no podía saberlo. No tenía recuerdo alguno sobre él. Quizás su subconsciente quería conocerlo, agarrarse a un trozo de certeza dentro de toda esta fantasiosa nube amarilla.

Estaba Aura sumida en esos pensamientos cuando Theo habló y eso la descuadró todavía más.

¿Eres tú?—preguntó repitiendo las palabras de el semielfo aún con los brazos en posición de combatir—. ¿Acaso me conoces?

La mujer solía ser educada y en circunstancias normales nunca habría tuteado a un desconocido. Pero esa situación si de algo no se podía denominar era de normal. Nada, absolutamente nada era normal allí. Hasta alguien como ella, entrenada bajo los paradigmas del control y la lógica, se veía superada por una situación como esa.

Yo soy Aura Balkanion—dijo bajando los brazos tras escuchar la presentación de Theo—. Y no, no tengo ninguna idea. No sé ni qué es este lugar, ni cómo he llegado allí.

Ni siquiera sé quién soy.

Aunque lo esperable era que la presencia de Theo le transmitiera seguridad, el efecto fue totalmente el contrario. La mujer sacó el mangual y se descolgó el escudo de su espalda. No tenía intención de atacar a Theo, pero tampoco iba a dejar que la cogiera desprevenida.

La paranoia empezó a adueñarse de la mente de Aura y sintió una vez más como esa maldita ansiedad le embargaba. Una vez más tuvo que esforzarse en controlar respiración para mantenerla a raya. No tenía recuerdos de su vida pero algo le decía que nunca había vivido una situación así. Sentía que estaba forzándose incluso por encima de sus propios límites y no sabía cuánto más podría aguantar.

Supongo que tendremos que seguir andando. Te sigo.

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30/05/2018, 15:51
Mequetrefe Salpicabirras

Los ojos de Mequetrefe se abrieron como platos cuando Holloc le dijo que algo le seguía.

¿A ti también te están siguiendo? -dijo con un tono más comedido- Vaya, menos mal. Es decir, no me alegro de que te sigan para matarte y comerse tu carne, claro está, pero es que pensaba que me lo estaba imaginando, ahora que sé que no es fruto de mi imaginación y que es un peligro real... -se quedó pensativo unos instantes y de pronto se le encendió la bombilla, miró a Holloc con expresión asustada y se agachó- Es un peligro real, oh no. Eso, eso, tienes razón, mejor vayamos en silencio -su voz no era más que un quedo susurro ahora- si nos cogen aquí en esta niebla, no sé lo que nos pasará. Podrían matarnos y devorarnos, o peor aún, devorarnos mientras aún estamos vivos. No, este sitio no es bueno, busquemos un lugar seguro donde refugiarnos. Aquí estamos muy expuestos.

En ese momento empezó a moverse, esta vez más despacio, intentando no hacer ruido. La presencia de Holloc parecía haberle infundido muchos ánimos, puesto que a pesar de lo angustiosa de la situación, Mequetrefe parecía tranquilo.
 

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30/05/2018, 20:20
Holloc Standroc

Eso estaba mejor. Aquel inesperado compañero de errático deambular había conseguido bajar el tono de voz y dejar de ser un blanco tan evidente para los seres que acechaban en lo más profundo de aquella densa niebla amarilla. No obstante su verborrea parecía insaciable y para tratar de saciarla debían encontrar un lugar a resguardo donde poder responder con tranquilidad y principalmente con seguridad a todas aquellas preguntas con las que acababa de bombardearle.

- Si, también me sigue alguien o algo. – Respondió. – Busquemos un lugar donde poder hablar más tranquilamente. – Y con aquella afirmación cerró el pico.

Holloc encaró aquella avenida ascendente. Caminaba semi agachado, pues por alguna irracional razón, creía que era más seguro. La mano derecha sujetaba la empuñadura de uno de sus estoques y la izquierda avanzaba por delante de su cuerpo, como si de esa manera pudiera palpar lo que tenía por delante antes de que se topara con su rostro.

No sabía a donde le conduciría aquella avenida, pero parecía que podía llevare hasta algún lugar relevante. Tenía esa intuición y Holloc Standroc solía fiarse de sus corazonadas. Sólo esperaba que al final de aquella calle no le aguardara el horror que estaba esperando que apareciera en cualquier momento desde que despertara en aquel inhóspito lugar.

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30/05/2018, 21:09
Narrador

Aura se llevó las manos al cinto y luego a la espalda para descubrir con horror que ni su mangual ni su escudo se encontraban allá donde debían estar. En su espalda, colgada de una fina cincha de cuero, sólo se encontraba su ballesta. Contaba también con su bolsa de componentes, el símbolo sagrado de Irori y sus ropas y armadura… pero nada más. ¿Qué había pasado con todo su equipo durante su letargo?

No hay tiempo para resolver semejante misterio, pues de pronto tanto la sierva de Irori como el invocador escuchan unos pasos a su derecha. La sensación de acecho que ambos les acompañaba desde su llegada a esta ciudad se acrecienta. La niebla amarilla enmascara lo que sea que allí haya, pero resulta innegable que alguien o algo se les acerca.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Saber (los planos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 11(+11)=22 (Fracaso)

Tirada oculta

Motivo: Saber (los planos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 8(+2)=10 (Fracaso)

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30/05/2018, 21:19
Narrador

Al llevarse la mano al cinto Holloc descubre que allí donde debería de encontrarse sus dos estoques, sólo hay uno de ellos. Repara de improvisto en que no lleva consigo su mochila, y aparte del estoque, de sus ropas, armaduras y de la bolsita para el cinto en el que lleva su dinero y algunos útiles, no hay ni rastro de su equipo.

Pero no hay tiempo para resolver semejante misterio, pues en ese momento tanto el gnomo como el guerrero escuchan unos pasos a su derecha. La sensación de acecho que ambos les acompañaba desde su llegada a esta ciudad se acrecienta. La niebla amarilla enmascara lo que sea que allí haya, pero resulta innegable que alguien o algo se les acerca.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber (los planos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 13(+2)=15 (Fracaso)

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30/05/2018, 22:11
Mequetrefe Salpicabirras

Mequetrefe da un respingo al oir los pasos y mira en la dirección del sonido, esperando ver una terrible criatura de tres cabezas, con sus tres bocas, y cada una de ellos con muchos colmillos puntiagudos.

No pienses en eso Mequetrefe. No tiene porque tener tres cabezas, a lo mejor son sólo dos. ¿Y quién dice que tenga colmillos? Puede que sólo sean cabezas sin bocas ni colmillos. Aunque claro, ¿para que sirve una cabeza sin boca? Además, si no tiene boca ¿Cómo se alimenta? No no, eso no puede ser, al menos una de sus tres cabezas debe tener una boca repleta de afilados colmillos capaces de arrancar mi delicada y preciosa piel de una dentellada.

Moviendo la cabeza de un lado a otro para quitar de su cabeza esos pensamientos y concentrarse en la misteriosa criatura que se acerca, extiende su pequeña mano izquierda para avisar a Holloc de la cercanía del peligro. Pensaba agarrárlo del codo, sin embargo, con la mirada fija en la dirección de los pasos, su mano se topa con el culo de Holloc, el cual Mequetrefe palpa dos o tres veces hasta cerciorarse, de que efectivamente era el trasero de su compañero. Con un quedo susurro le dice:

Perdón por tocarte el culo Holloc, bien musculado lo tienes por cierto, pero creo que ya vienen a por nosotros.

Era obvio que el pequeño gnomo tenía problemas para estarse callado, incluso en las situaciones más díficiles. Agazapándose esperó a que la criatura estuviera a la vista, movíendose nerviosamente. Parecía estar más asustado de lo que Holloc lo hubiese visto hasta ese momento, pues inconscientemente se iba alejando de los pasos y escondiéndose detrás del guerrero.

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30/05/2018, 23:35
Theo DaCabe

"¿Acaso me conoces?"

¿...sí?

-N-no lo sé -admitió, sacudiendo la cabeza- Creo que sí. No, estoy seguro de que sí. Pero... no sabría decir...

Mientras que Aura estaba en actitud de combate, el otro ser humano del grupo estaba completamente desarmado, sin nada que pudiera usar como protección, a menos que quisiese defenderse de las entidades que acechasen en callejones de pesadilla estrangulándolos con los tirantes.

"Supongo que tendremos que seguir andando. Te sigo"

-¿Me sigues?

Un ruidillo ahogado que podría haber sido una risilla en otra ocasión más auspiciosa, en la que su dueño estuviera menos cagado: la idea de que una fortaleza envuelta en metal se escondiera detrás de lo que parecía un ratón de biblioteca no era para menos, después de todo.

-Tienes miedo. Lo sé -dijo, mientras abanzaban- Puede sentirse alrededor. Yo también estoy asustado, pero estoy algo más tranquilo ahora que no estoy solo, solo junto con lo que acecha en est-

PASOS

El escribano se calló de repente, quedándose blanco como la cera.

PASOS

Intercambió una mirada aterrorizada con la mujer, buscando instrucciones de aquella que iba envuelta en metal de cabo a rabo y que por tanto, de forma tácita, había quedado al mando de su expedición de dos.

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30/05/2018, 23:38
Richard "Alma en Pena"
Sólo para el director

Mierda joder... resaca zorra y resabiada...- Richard se pone en pié algo tambaleante mirando a su alrededor con los ojos desenfocados, después enfocados.

...que coj...- la voz ronca y casi tosiendo y atragantándose mientras se pregunta si está soñando o lo que bebió no fue lo que creía... -¿y que bebía...?

Su mente confusa se lanza como una avispa encerrada en un frasco chocando y rebotando, intentando encontrar la salida o el control de la situación si termina la analogía. Su cabeza no le duele y las nauseas que empieza a sentir son más por lo que ve que por lo que pueda tener en el estómago y esa niebla... -niebla de meado de gato...- eje.. je... - se ríe entrecortado ante su pensamiento no demasiado inspirado antes de erguirse ya del todo, sus ojos le engañan pero lo peor es que no sabe como ha llegado allí y empieza a caminar hacia delante; un paso, después otro y con una pirueta algo torpe rueda por el suelo y se levanta mientras extrae su arco y un carcaj, no hay nada más que la niebla pero está seguro de que algo o alguien le observa.

¿Hay alguien ahí? Como no acaben las bromas mi flecha va a acabar en tu culo - y lo he dicho todo sin temblar- claro que cualquiera que le observe puede comprobar que a pesar de la supuesta calma de su voz su cara está pálida y sólo el férreo entrenamiento de arquero impide que sus manos tiemblen.

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31/05/2018, 00:03
Narrador

Tomas el arco y una flecha de tu carcaj y entonces reparas en no llevas nada más. Ni tu mochila, ni tu daga, ni siquiera tus monedas… nada. Ataviado con tus ropas y tu armadura de cuero, apuntas a la niebla.

Y aunque nadie responde, de alguna manera sabes que no estás sólo. Un escalofrío comienza a recorrer de forma recurrente tu espalda. La sensación de estar siendo observado se acrecenta y durante un momento crees percibir extrañas formas acechándote desde los densos tentáculos de la niebla amarilla a tu espalda, apenas a unos pocos metros de dónde te encontrabas. Pero no estás seguro de hasta qué punto tu mente no te está jugando una mala pasada. 

Sólo está la niebla, silenciosa y oscilante, envolviéndolo todo. 

Y entonces lo escuchas, esta vez desde el frente, la dirección en la que avanzabas. Son voces. No distingues con claridad qué es lo que están diciendo, pero no parecen estar muy lejos de la posición en la que te encuentras.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Saber (historia)

Tirada: 1d20

Dificultad: 20+

Resultado: 16(+2)=18 (Fracaso)

Tirada oculta

Motivo: Saber (los planos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 13(+2)=15 (Fracaso)

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31/05/2018, 00:15
Richard "Alma en Pena"
Sólo para el director

¡Iah!- grita cuando ve los tentáculos, un grito en extremo femenino que agradece que nadie parezca haber visto u oído. Respira agitadamente y ahora si, tiembla sin control mientras su mente empieza a planear rutas de escape imposibles en una ciudad extraña donde todo parece distorsionado.

Poco a poco su mente empieza a tomar la ruta más sabia de huir sin control como pollo sin cabeza cuando escucha unas voces; es en ese momento cuando algo de raciocinio parece volver a él y en un esfuerzo por ignorar el sudor frío, las dudas y las extrañas e intensas ganas de mear que le han entrado decide volver a preguntar -hay... ¿hay alguien ahí?

Por si no es suficiente da algún paso tambaleante a las voces -¡Eh!- y es que parece ser que unas voces son mejor compañía que estar solo en un sitio inundado por niebla amarilla y visiones extrañas, vaya que si.

 

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31/05/2018, 00:35
Narrador

Avanzas con mayor resolución a cada paso, decidido a dejar atrás lo que sea que te esté acechando. Continúas por el callejón hacia adelante, y, sin embargo, pronto te sobrecoge una opresiva sensación de estancamiento. La hilera de edificios no hace más que sucederse (¿o es acaso una única pieza arquitectónica de colosal envergadura?), forzándote a avanzar hacia adelante durante lo que parece una eternidad, internándote cada vez más y más en las profundidades de la niebla amarilla.

No hay tiempo que perder. Prosigues con tu marcha, sintiendo las pulsaciones de tu corazón con cada paso que das, tratando de buscar una salida de estas calles de pesadilla.

Dejas atrás el angosto desfiladero urbano y entonces la ciudad emerge ante ti. Parece que te encuentras en una especie de amplia avenida, flanqueada por estos singulares edificios de proporciones colosales. Te encuentras ahora vagando una especie de galería de arcos colosales, flanqueado a tu derecha por los muros de un enorme edificio y a tu izquierda por una amplia avenida que no parece tener final, pues la niebla te impide distinguir con nitidez nada más allá de unos metros. Parece que la inclinación del adoquinado ha cambiado, adivinándose ahora una ligera pendiente.

Pero no esto lo que llama tu atención, pues de improvisto distingues entre la niebla amarilla a un par de figuras humanoides.

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31/05/2018, 00:35
Narrador

De entre la niebla emerge a toda prisa un hombre evidentemente asustado. Lleva en sus manos un arco con una flecha cargada, y una armadura de cuero cubre sus ropas. Es extraño, pues este hombre les resulta al guerrero y al gnomo tremendamente familiar, aunque no son capaces de identificarlo.

Richard se encuentra de pronto ante un gnomo y un humano. El hombre es de constitución musculosa y le observa alerta. El gnomo, de poblados cabellos verdosos, se encuentra palpando el trasero de su compañero en una estampa terriblemente desconcertante dado el extraño escenario en el que los tres personajes se encuentran. Por algún motivo, esta singular pareja emana un aire cálido y a su vez familiar, si bien Richard es incapaz de recordar haberse encontrado nunca antes con ellos. 

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31/05/2018, 00:51
Richard "Alma en Pena"

Jadea como si hubiese estado corriendo y ante la súbita sensación de tranquilidad para quitarse el sudor de la frente con la manga, los observa -muy bien, vas quedando genial ante conocidos, ¿porque de que me suenan? ¿que ha pasado con mi memoria?

Eh... os conozco, ¿verdad?- el poder hablar con alguien hace que recupere un poco de su autocontrol, el suficiente para añadir con un aire ligeramente más altanero -aunque dudo que yo comparta vuestros gustos.

La flecha de su arco desciende hasta apuntar al suelo, a una distancia intermedia entre él y los dos desconocidos que tan familiares le resultan.

Notas de juego

¿Sabemos nuestros nombres y eso?

Narrador - Sí, cada uno sabéis como os llamáis y recordáis vagamente flashes sueltos de vuestro pasado. Todavía todo es confuso, pero sí que sois conscientes de vuestra identidad. Os marco a los tres, que creo que antes toqué algo y el post de Richard se quedó oculto. 

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31/05/2018, 08:57
Mequetrefe Salpicabirras

Mequetrefe sonrío aliviado al ver que lo que salía de la niebla era un hombre, y no una terrible bestia de tres cabezas. Tras esto miró hacia su mano, aún en el trasero de Holloc, la retiró y empezó a sacudirla de arriba a abajo como si la tuviera empapada y estuviera intentando secarla. Luego volvió a mirar al hombre que acababa de aparecer.

Vaya, parece bastante asustado también. No me extrañaría que estuviera en la misma situación que nosotros. Además también me resulta muy familiar, es como si lo conociese de antes. Me gustaría acercarme y tranquilizarlo, pero lleva el arco cargado, será mejor una aproximación delicada. Sí señor, soy un genio cuando me lo propongo.

Levantó las manos en alto, mostrando su mejor sonrisa, y exclamó con fuerza:

¡Eh amigo! Nos rendimos JA JA JA -en ese momento recordó las palabras de Holloc y bajó considerablemente el tono, continuó hablando en un tono sosegado mientras se acercaba al desconocido lentamente- Me llamo Mequetrefe Salpicabirras, y este hombre que tengo a mi lado se llama Holloc. Nos acabamos de conocer pero he decir que tiene el trasero duro como una piedra, se nota que hace ejercicio.

¿Tú cómo te llamas? ¿También estás perdido? Nosotros no sabemos ni en donde estamos ni de donde venimos. Tranquilo, baja el arco, no vamos a hacerte ningún daño, no nada de eso. Nosotros no somos como esas bestias de tres cabezas que nos persiguen, todo lo contrario, nosotros somos buena gente. Estamos buscando un sitio seguro donde sentarnos a hablar con tranquilidad y poner nuestras ideas en orden. Esta niebla amarilla no nos gusta nada, ni a mí ni a Holloc.

¿A ti te gusta? Seguro que no, que preguntas haces Mequetrefe -continuó mientras se daba golpecitos en la frente con su pequeño dedo índice- A nadie podría gustarle esta niebla que esconde a las más grotescas criaturas. ¿Quiéres venir con nosotros? Espero que sí, pareces un muchacho muy simpático.

 

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31/05/2018, 09:06
Aura Balkanion

Aura también tenía la sensación de que conocía a Theo pero... se ahorró el verbalizarlo. Todo era muy extraño y la joven no estaba dispuesta a agarrarse a una posible mentira para sentirse más segura. Ella tenía sus propios mecanismos y de pronto estaban funcionando.

Darse cuenta de que no tenía ni su arma ni su escudo fue como un golpe en el estómago. La sierva de Irori apretó los dientes molesta pero no le quedó otra que resignarse. No estaba desarmada del todo. Tenía la ballesta, sus puños... y su fe. La mujer recitó en silencio una pequeña oración a Irori.

Lo dices como si tener miedo fuera algo malo—respondió de forma cortante.

Entonces escucharon los pasos y su corazón se congeló. Esa sensación opresiva de sus entrañas volvió a aparecer pero quizás porque se estaba empezando a acostumbrar, en esa ocasión no necesitó recurrir a sus ejercicios de respiración.

Ponte detrás mía—le murmuró a Theo mientras tomaba la ballesta con sus manos.

La mujer se dio cuenta tarde del posible error que había cometido. Si el semielfo no era quién decía ser, le acababa de ofrecer una oportunidad de oro para que le atacara. La paranoia comenzó a crecer en su mente. ¿Y si quién fuera que se estuviera acercando estaba compinchado con él? Estaría rodeada. La solución más fácil pasaba por atacar a Theo pero... esa sensación de que lo conocía la frenaba. ¿Y si realmente eran amigos? No podía cometer un error así.

Las manos de Aura temblaban entre ansiedad, frustración, paranoia, rabia e impotencia. La situación volvía a superarla y esta vez tomó la decisión más peligrosa de todas. Pero si algo tenía que pasarle prefería que fuera cuanto antes.

¿QUIÉN ANDA AHÍ?—gritó.

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31/05/2018, 11:00
Holloc Standroc

Aquel tipo insufrible se estaba recreando con su trasero. ¿Podía ser verdad? Holloc le miró de forma severa. No quería alzar la voz, pues no sabían todavía lo que les estaba vigilando entre la niebla. Sólo sabía que no sería una hidra de tres cabezas, ni de dos ni de siete, ni de una. Por suerte finalmente le soltó el culo, aunque no a tiempo de que aquel extraño que acababan de encontrar no se percatase de aquel extraño detalle. ¿Qué podía pensar de ellos si la primera vez que los veía lo hacía en aquella posición? 

Holloc meneó la cabeza tratando de quitarse de la mente aquellos pensamientos. Al fin y al cabo tenían problemas mucho más importantes que lo que pudiera pensar un perfecto desconocido acerca de su orientación sexual y pensara lo que pensara... ¿Qué más daba eso ahora? Posiblemente no saldrían vivos de allí hicieran lo que hicieran.

Fue a hablar en el momento en que aquel pequeño ser se le adelantó con su incontinencia verbal. ¿Qué diantre le pasaba a ese tipo? ¿No podía quedarse callado? No, era evidente que  no. Holloc ya no sabía que era peor, el desconocimiento de donde se encontraban, la falta de recuerdos, la niebla amarilla, o el tener que compartir todo aquello con aquella verborrea insaciable.

- ¡Mequetrefe, por todos los dioses! - Gritó por lo bajo el guerrero. - Baja el tono y no hables por los codos. - Miró entones al recién llegado. - Holloc Standroc. - Le acercó la mano con la clara intención de estrechársela. - Buscamos refugio. ¿También tú?

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31/05/2018, 12:29
Theo DaCabe

No pareció escuchar lo que la mujer estaba diciendo, prueba al parecer de que el miedo sí podía ser algo malo, pero tomó la sugerencia de que se pusiese detrás suya como una orden inmediata. El mestizo podía estar tan asustado de las posibilidades como den cualquier otra cosa, pero incluso en sus sospechas prefería quedarse detrás de lo que veía que no enfrentarse a lo que no veía. Si hubiera sabido que Aura pensaba aquello... bueno, probablemente hubiera hecho lo mismo. La promesa de seguridad es una cosa muy poderosa.

—¿QUIÉN ANDA AHÍ?

Resultó que emitir un grito en una situación en la que la gente tiene los nervios a flor de piel y están al borde del pánico era una mala idea.

Aura escuchó el sonido mezcla de borboteo y sollozo agudo, la reacción gutural a la situación, y empezó a escuchar los pasos del hombre a todo correr en dirección contraria: el tal Theo había sucumbido al pánico que le atenazaba, finalmente, con algo tan triste como un simple grito (¿para dar ánimos?) cerca suya. Una decisión estúpida a todas luces, pero sólo en un estado racional pueden las criaturas tomar decisiones racionales

Notas de juego

Theo huye como un héroe, probablemente mientras jadea y solloza

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31/05/2018, 12:50
Narrador

Escuchas unos pasos apresurados a tu espalda, parece que el tal Theo ha sucumbido a la histeria y se aleja a toda prisa de tu posición. Pero no es eso lo que más llama tu atención en este momento.

La niebla amarilla parece disiparse, y de ella, a unos 40 pies de ti, surge desde el centro de la plaza una figura humanoide que, por lo demás, no tiene nada de humano. La figura va ataviada con una especie de túnica rasgada, compuesta por tiras y más tiras de una tela añeja y mortecina. Fragmentos de carne, vísceras y piel desollada se entremezclan con los mechones de tela macilenta. Allí donde debería de encontrarse el rostro del ser, se halla una máscara de piel viva, repleta de vendaje y unas fauces repletas de colmillos.

La sola visión de este engendro te pone los pelos de punta. Un ser cómo este no debería de existir. Y, sin embargo, la máscara de ser forma un extraño rictus, contrayendo los colmillos en los que parece la versión más perversa y deformada de una sonrisa.

- Tiradas (3)

Motivo: Iniciativa (Aura)

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+2)=8

Motivo: Iniciativa (Engendro)

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+5)=14

Motivo: Cordura (TS Voluntad)

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 7(+6)=13 (Fracaso)

Notas de juego

Iniciativa:
1. Engendro
2. Aura
3. Engendro (otra vez, sí)

Cordura: pierdes 3 puntos de cordura. 

Cargando editor
31/05/2018, 13:10
???

El ser avanza hacia tu posición.

Te veo —una voz gutural y desgarrada resuena en tu mente. La criatura mantiene su macabro rictus y no debería de ser posible que algo así sea capaz de articular habla humana.

Y de pronto el ser se mueve a una veloz endiablada. Las tiras de piel, tela y vísceras ondean y remueven los jirones de niebla a su alrededor mientras recorta la distancia que os separa.    

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31/05/2018, 13:20
Narrador

Corres como alma que lleva el diablo, dejando atrás a tu compañera. La niebla amarilla te envuelve con su denso abrazo, y pronto Aura deja de ser visible. Una voz gutural y desgarrada resuena entonces en tu mente.

Te veo.

No sabes qué demonios está pasando, ni puedes determinar el origen exacto de esta frase tan perturbadora. Crees escuchar a lo lejos como se acciona la ballesta de Aura. Pero si vuelves la vista atrás, la niebla te impide distinguir nada con nitidez.